Llegaron a ese deprimente lugar, ese hospital que a pesar de ser de lujo, no animaba a nadie con solo pisar allí.
Fueron hacia la habitación de Miku, pero esta estaba durmiendo. Seguramente la habían sedado, pues los dolores en su pecho eran insoportables, no se quedaba quieta y debía descansar mucho.
—Cuando te fuiste de aquí le dio un infarto. Se le reventó una vena del corazón y casi murió de una hemorragia. Tienes que estar feliz por eso.