—Lo sintió desde siempre, pero nunca quiso interferir entre ustedes. Y cuando llegó Shoune, se puso peor y se empeñó en acabar con los nuevos cantantes. Desde allí que vino en picada, peor con lo de Rin, peor con la indiferencia de este tipo — Se refería a Kaito — Ahora la tenemos que despedir en un cajón.
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—Bye~ Virgen — Soltó una carcajada maliciosa y cerró la puerta.
Sakura había terminado de hacer una audición.
Había sido convocada para ser una de las seiyus que probablemente obtendría el papel protagónico. Estaba muy feliz porque había descubierto una nueva pasión: el doblaje.
Al llegar a su casa acomodó el poster de Hatsune Miku de su pared y prendió una vela en frente del cartel.
—Sería genial poderte invitar a mi casa si pudieras hablar — sonrió — Me hubiera encantado conocerte.
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—Me importa un rábano.
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Natsu estaba hundida debajo del agua de una tina con los ojos abiertos conteniendo la respiración. No estaba muerta, solo jugaba a ver cuánto podía aguantar sin respirar.