—Prométemelo — pronto se quedaría dormida. Estaba muy cansada, dolorida y sensible.
Tiempo después Meian estaba de mejor ánimo, más que siempre. Y cada tarde iba a tomar el té con Violet a su casa, dejando a las niñas haciendo sus deberes.
—Y Oyuky sigue igual que siempre. Tan adorable~ — bebió un sorbo de su te. Al lado del anillo de matrimonio estaba el de compromiso de Violet.
--
Un día tristes de esos, caminando Kanade por la calle con Konen, vieron al gatito de Natsu jugando con el cascabel de su collar en la puerta de un lujoso edificio.
Kanade había terminado de hacer un par de trámites para vender la casa y comprar una aun más grande.