Lo tomó con suma inocencia y empezó a rayar mientras que reía tiernamente. Aris buscaba como loca, no había ni seña de ellas dos.
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No comía mucho. Aunque no tardó mucho en terminar su parte.
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Como unos diez minutos después le quitaron al benda de los ojos, estaba en un salón completamente oscuro , estaba amarrado a una silla.
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Y así se pasaron las horas, hasta que ya era tarde, ambos se fueron no sin antes despedirse de ambos jóvenes.
Cuando cerraron la puerta Cristal no aguanto más y se echó a llorar.