Escarlata Azabache<<Hazlo Albafica, yo sé que tú quieres >> La voz era tan impertinente como duradera. Él se resistía a hacerlo, pero el espíritu de su interior ya abarcaba más de lo que debiera abarcar en sus pensamientos.
.-Te mataré, te mataré porque no eres bello.- Le dijo al gigante con una media sonrisa arrogante y con una mirada que expresaba el punto medio entre la pasividad y la agresividad. El gigante se sorprendió tanto que sólo atinó a correr como una bestia salvaje para embestirlo, una masa gigante de músculos desbordantes de venganza e ira amenazaba con impactarlo.
<<Así como el fuego a nadie quema sino se le acerca, así eres tú, a quien nadie hiere si es que permanece alejado de ti>> El caballero sintió un martilleo en las sienes, olvidó por un momento como respirar y luego lo recordó cuando fue brutalmente lanzado por los aires por su enemigo.
<<Tú sangre ya no es la de un humano común y corriente, ha sido fundamentada en una oscura y eterna salvación>> Albafica apenas podía levantarse y reponerse del impacto sufrido, su armadura había cedido ante el golpe y comenzaba a resquebrajarse, una mezcla de odio y de desdén, que se había incubado en su corazón desde hace mucho, salió a la superficie de una vez por todas. Se lanzó hacia el gigante con un ímpetu poco común, lo golpeó varias veces sin que éste pudiera evitarlo, el frío y dorado metal que cubría sus nudillos evitaron que sus puñetazos reboten ante la gelatinosa forma que iba adquiriendo el monstruo en cada arremetida. El gigante rugía, se frustraba, pero no podía alcanzar su velocidad. La velocidad del caballero disminuyó ligeramente por un momento, hecho suficiente para que el monstruo pudiera insertarle un golpe el rostro que lo dejó aturdido; éste aprovechó para seguir golpeándolo, los papeles se invirtieron.
<<Desde ahora, puedes ser lo que quieras menos lo que fuiste desde un inicio>> El monstruo seguía machacándolo cuando de pronto sintió que todos sus músculos se quedaron rígidos, sin poder moverse. Albafika se quedó inmóvil también pero luego de un pequeño lapso de tiempo, comenzó a desarticular sus dedos de una forma indefinida, de un lado para otro y con extrema sutileza.
<<Haz que tus enemigos bailen para ti hasta que encaminarlos hacia tus antojos sean ya una pérdida de tiempo>> El gigante se convirtió en la marioneta del caballero, se elevaba en el aire articulando movimientos que iban en contra de su voluntad; Albafika solo reía como psicópata.
<<Porque matarlos es muy fácil y aburrido, es más divertido cuando se suicidan>> El monstruo con sus propias manos se aprisionó el cuello, cortándose la respiración. Poco a poco fue perdiendo el conocimiento, poco a poco podía ver menos la realidad. Al último, sólo pudo distinguir la figura de su oponente acercándose a él hasta que por fin cayó desmayado.
<<Y solo y únicamente así, conocerás el verdadero significado de justicia>>