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Autor Tema: [+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]  (Leído 14206 veces)

Dresti Desconectado
« en: Abril 20, 2011, 05:06 pm »

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[+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]
« en: Abril 20, 2011, 05:06 pm »
Historia: Poisonous Blood: 1.Renacer
Autora: yo, Dresti, y nadie más xD
Género: Romance y sobrenatural
Clasificación: +18
Advertencia: Lemon, tortura, violencia y lenguaje obsceno, en ocasiones OoC.
Publicaciones: MundoSasuSaku, ArteAnime y anteriormente Fanfic.es(hasta k borraron mi cuenta)
 
Holaa people!! bueno komo ya casi alcance el ritmo k llevo en otras paginas de mis otros fics k tengo aki(Exoticos Placeres y Seduccion ¿el dia o la noche?) pues voy a ir subiendo ste y mas tarde subire todos los demas k me kedan(buff) este fic sta dividido en dos: esta k es la primera parte y esta terminada y luego la segunda k sta inacabada y la subire kuando termine sta, si algien kiere adelantar en la historia puede leerla en mi foro: arteanime.foroactivo.com y ahora si os dejo leer, nos vemos^^

1.

Era de noche y como de costumbre caminaba sin apenas hacer ruído por las anchas y solitarias calles, de hecho él estaba acostumbrado a la soledad y la oscuridad, había sido siempre así desde que su memoria le permitía recordar.

Llevaba un traje de cuero negro y las manos metidas en los bolsillos, la típica pose de ''Ay, que sexy soy'' y no era para menos, pues siempre había tendio éxito con las mujeres, no había ni una sola que se le resistiese, ya fuese por esa nívea piel blanca, por ese brillante pelo negro, pos sus ojos, su cuerpo, sus labios...

Sus labios, objeto de deseo de tantas mujeres..., si al menos supiesen cual era su verdadero fin para con ellas seguro que no se ofrecían a que él las llevase a casa.

Como la chica de aquella noche, si, había pasado un buen rato con ella pero acabó como todas las demás.

Notó una presencia a su espalda y se giró, quedando cara a cara con el que tiempo atrás había sido su hermano mayor y el cual ahora era su ''superior'' por llamarlo de algún modo, ya que llevaba unos cuantos años en ''paro''.

-Supuse que andarías por aquí, nunca cambias tus hábitos Sasuke.

-Hmp, y tú sigues siendo igual de mal educado que siempre, ¿qué no sabes respetar el terreno de los demás?

-Nadie está invadiendo tu propiedad solo he venido a decirte que tienes trabajo.

Sasuke no se movió.

-Eperaba un poco más de alegría, no sé llevas 100 años sin que te encarguemos nada.

-¿De qué se trata?-preuntó él pasando olímpicamente del comentario anterior.

Itachi sonrió, su hermano era igual de impaciente que siempre.

-Hemos localizado a un miembro de la familia real...Serim-dijo Itachi observando a Sasuke a sabiendas que este odiaba con todo su ser a la realeza.

-¿Y?

-Tienes que vigilarla, no hagas estupideces como la vez anterior, es muy importante para nuestra clase.

La ''clase'' de Sasuke, o nobleza como se le llamaba entonces, eran de ramas secundarias por lo cual eran los encargados de velar por la seguridad de ciertas familias reales.

-¿Y quién es? ¿una princesa en peligro? ¿un noble loco? ¿o quizás una reina que resulta que al final pactaba en secreto con los de la sombra?

-Ninguna de esas cosas-dijo Itachi ignorando el tono sarcástico de su hermano menor-esta es muy especial, es...la hija de Akari y vive como humana.

A Sasuke le costó bastante controlar la sorpresa.

¿Una humana parte de una de las familias reales vampírcas y más siendo...? por que si, eso era él, un vampiro.

-No es humana pero ella lo ignora por lo que vive como si lo fuese, de todas formas en estos papeles tienes toda la información.

Sasuke cogió los folios que le entregaba su hermano.

-Ah, y otra cosa Sasuke, deja un poco en paz a las chicas a los ancianos no les gusta mucho que te sobrepases con los humanos-dicho esto se retiró dejando a Sasuke solo.

Miró a los papeles y suspiró, bien después de 100 años de descanso ya era hora de un poco de acción.

-Una shii-sonrió.

Shii eran aquellos vampiros que se comportaban y vivían como humanos.

Aquello sería bastante interesante.

...

-¡Mamá ya me voy a clase!-gritó la pelirosa desde la puerta.

-Que tengas buena mañana cariño-se despidió su madre.

Una chica de pelo azul la esperaba fuera con la vista clavadaen el cielo.

-¡Buh!

La chica se estremeció del susto.

-Sakura no vuelvas a hacer eso.

La pelirosa se echó a reír al ver la cara de susto de su amiga.

-Ya deja de quejarte Hinata o llegaremos tarde.

Las dos comenzaron a andar.

Hacía bastante frío por lo que Hinata se envolvió más fuerte en su abrigo, el día era gris y estaba hecho un asco, por lo menos para ella ya que cierta pelirosa sonreía de oreja a oreja.

-No sé como no tienes frío, hace un día horrible.

La pelirosa la miró con una ceja alzada.

-Tonterías tuyas Hinata, hoy hace un día estupendo, la temperatura adecuada y la luz adecuada.

Hinata la miró con una gotita al estilo anime, si para ella era adecuada una temperatura de 14 grados y suficiente luz se refería a la de un día sombrío ella no le llevaría la contraria.

Entre otras razones porque ahora pasaban por enfrente de aquella enorme mansión que tanto miedo le daba y más en días como aquel que le daban un aspecto más siniestro, como de casa del terror, de hecho llevaba años abandonada y nunca nadie pasaba por allí.

-Mira hay un coche aparcado-le dijo a Sakura.

-Y vaya coche-dijo su amiga.

Eran de esos que solo se veían una vez en la vida o en las pelis de Hollywood, un flamante Mercedes negro.

-Hay luces en las ventanas-dijo la peliazul asustada, pues se rumoreaba que había espíritus que por la noche encendían las luces de esa casa.

La pelirosa se rió.

-Hinata ¿y no será que alguien se ha mudado a ella? no creo que el coche sea de un fantasma, aunque he de reconocer que se necesitan bastantes años para amansar una fortuna capaz de sostener un coche como ese y una casa como esta.

La mansión era bastante grande y según decía tenía unos cuantos siglos de antiguedad, una familia adinerada había vivido en ella pero por razones desconocidas un día los habían encontrado muertos en el jardín y ya se sabe como es la mente humana con esas cosas, que si había sido un fantasma, que si la casa estaba maldita, etc, etc.

-Me gustaría conocer al nuevo vecino-soltó de golpe-tiene que ser alguien muy importante para tener semejante masa de dinero.

Hinata palideció.

-No digas tonterías Sakura mira que si nos pasa algo por entrar ahí, además ya llegamos tarde a clase.

Sakura rodó los ojos.

-Está bien.

Las dos continuaron caminando, ajenas a la persona que la miraba desde la ventana más alta de la casa.

Llegaron al instituto y entraron en la clase, por suerte el profesor todavía no había llegado y no les había puesto falta.

Iban en el último curso de bachillerato, por lo cual solo contaban con 17 años.

-¿Sabéis que hay un nuevo inquilino en la mansión maldita?-les dijo Ino.

Vaya, al parecer ya todo el mundo lo sabía, Sakura se dejó llevar por la curiosidad.

-¿Lo conoces?

-No, pero hay gente que lo vio ayer en la noche, dicen que es un chico de unos 18 y que es guapísimo.

-¿Y vino solo?-pregunté extrañada.

-Al parecer si, pero nadie sabe como se llama ni nada sobre él, solo que es el tío más rico del barrio.

-Yo en mi vida iría sola a vivir en esa casa-aseguró Hinata.

-Eso es porque eres muy asustadiza-dijo la pelirosa sonriendo.

...

Estaba sentado en una de las vejas sillas de época con un vaso de wisky en la mano y los papeles de la Shii en la mano.

Su nombre humano era Haruno Sakura, vivía con ''su madre'' unas cuantas casas más abajo, tenía 17 años y asistía al instituto del barrio, tenía el pelo rosa y unos hipnotizantes ojos jade, no cabía duda que era un miembro de la realeza Serim, casi todas las mujeres de ella tenían esos hipnóticos ojos y ese tono de cabello.

Esa misma mañana la había visto por la ventana, iba con una humana de verdad sería su amiga, estuvieron un rato paradas frente a la verja de la casa y se habían quedado mirando como bobas su coche.

Ella pareció no enterarse de nada, de hecho era casi seguro que no lo hubiese hecho ya que no era consciente de su verdadera naturaleza.

Volvió a clavar la mirada en los papeles.

Era hija de los últimos reyes del clan Serim, sus padres y hermanos habían muerto hacía unos cuantos años y alguien la salvó y se la llevó, nunca más se supo de ella, hasa ahora..

La situación de la chica era delicada, no sabía nada de su mundo pero este dependía en gran grado de ella, pues era una de las pocas sangre pura que quedaba y, como consecuencia, una de las principales candidatas a la corona vampírica, sobre todo teniendo en cuenta de quién era hija.

Y eso solo podía significar una cosa, era uno de los objetivos principales de los ''sombras'', él prefería llamarlos escoria asquerosa, los ''sombras'' eran vampiros tabién a diferencia que estos vivían dedicados al mal, a hacer pactos con el demonio y a realizar masacres entre los humanos y los propios vampiros, digamos que no estaban de acuerdo con la civilización de los vampiros como ellos, los ''luminati'' y que vivían en continua guerra.

Si alguno de los ''sombras'' descubría el paradero de Sakura, esta moriría, por eso él había sido designado como su protector, a pesar de que no le hacía ni una pizca de gracia.

Por ciertas experiencias vividas no les guardaba especial cariño a los de la realeza pero compartía con ellos su odio por los ''sombras'' así que no le quedaba más remedio que hacer lo que debía, defender a los miembros de la familia real.

Dejó los papeles encima de la mesa y se apuró el vaso de wisky de un trago.

-¡Teme!

Una centella amarilla se coló por la ventana y dejó paso a Naruto, un vampiro rubio de su ''clase''. Cualquiera que lo mirase diría que era de todos menos un vampiro de alto status, su exótica cara medio asiática y medio occicental, portaba unos sagaces y divertidos ojos azules y una sonrisa de oreja a oreja.

El rubio echó un vistazo general y silvó.

-Nunca sé como haces para encontrar estas casonas-sijo.

-Se le llama ser organizado, entiendo que no lo comprendas dobe.

-¿Y bien? ¿ya encontraste a su alteza?

Lo miró con total indiferencia y se bebió otro vaso de wisky.

-Ajá, es cierto que no tiene ni idea de quien es, la he visto esta mañana y se comporta como una humana.

Naruto recogió los papeles y les echó una ojeada.

-¿Ya tienes un plan para protejerla? es un pez gordo y cuando los ''sombra'' la localicen se os echarán encima.

El pelinegro ya había pensado en eso y la solución era muy simple.

-No la dejaré ni a sol ni a sombra.

-Ya, bueno, pero alguna vez tendrás que alimentarte ¿no? y no creo que te la lleves contigo.

Lo miré aburrido.

-Oh perdona, se me olvidaba que eres Sasuke, el chico con más cantidad de recursos que hay en la tierra, tú no irás a por la presa, la presa vendrá a ti.

Sasuke sonrió de medio lado.

-¿Y que querías?-le preguntó.

Conocía lo suficiente a Naruto como para saber que este no estaba solo de visita.

-Los ancianos están preocupados por ti teme-dijo-últimamente cazas más de lo habitual y temen que te pases al otro lado.

Ese otro lado era el de los sombras.

-Hmp, yo no soy uno de esos, simplemente el aburrimiento y la gran cantidad de tiempo libre hicieron que me aficionase a las mujeres y a...sus encantos.

-Ya bueno, yo solo te traía el mensaje, y en fin me voy ya, yo también tengo que trabajar aprovechando que no hace sol.

Dicho esto el rubio se fue por donde llegó.

Solo esperemos que no hubiese humanos por la calle, ver a alguien saltar desde un cuarto piso y quedar ileso sembraría la duda en todos y lo único que le faltaba era más rumores de fantasmas y aparecidos.

...

Las horas de clase ya se habían acabado y Sakura y Hinata se despidieron de sus amigas.

-¡Esperad chicas!-gritó Ino-quiero conocer al nuevo vecino así que voy con vosotras.

-¿Todavía seguís con esa idea?-dijo Hinata aterrada.

-Ay Hinata si no quieres venir nadie te obliga, pero mira que si resulta ser el hombre de tu vida-dijo la rubia.

-Si eso fuese cierto no viviría en esa casa de locos-dijo la ojiperla siguiéndolas.

-¿Será sexy?-fantaseba Ino por el camino-a lo mejor es mi tipo y todo.

-Nadie nos garantiza de que esté fuera de la casa-dijo Hinata.

-Pero lo más probable es que esté dentro-dijo Sakura.

-No pensaréis...

-Venga Hinata no me dias que no te da morvo llamar al timbre de la casa maldita-dijo la pelirosa.

-¡Lo que me da es miedo y no pienso acompañaros como hagáis eso!

-Tú misma-dijo Ino-mira ya estamos llegando.

Las tres se quedaron paradas en frente de la verja de la casa.

-Allí hay alguien-dijo Hinata aterrada.

Las demás miraron a donde ella indicaba.

Un chico pelinegro de más o menos su edad caminaba hacia el Mercedes.

Ino se mordió el labio inferior, el chico estaba de vicio.

-Acabo de conocer al hombre de mi vida-dijo la rubia.

La pelirosa tenía la vista clavada en él.

Entonces el pelinegro se giró y ambos se quedaron observando.

Una especie de electricidad recorrió todo el cuerpo de Sakura, aquel chico le daba miedo y a la vez le atraía de alguna manera, era como si ella supiese algo sobre él aún a pesar de no conocerlo de nada.

Entonces el chico rompió el contacto visual y se subió al coche, poco después abandonaba la casa a gran velocidad.

-Estoy de acuerdo en que esta casa está embrujada, sino no me expico como ese tío está tan bueno, seguro que hizo un pacto con el diablo.

-¡Ino cállate ya!-rechistó Hinata-vayámonos de aquí.

Ino fue riéndose de su comentario por el camino, pero Sakura iba pensativa, aquellos ojos....parecían los ojos de un cazador.

2.

-Me gustaría saber como se llama-repitió Ino por enésima vez.

Sakura resopló.

-Ino, solo es un chico.

-¿Qué solo es un chico? ¿pero tú realmente le has visto bien?

Claro que lo había visto bien y estaba tan ansiosa o más que su amiga por conocerlo.

-Si Ino, lo he visto perfectamente, y es guapo pero tampoco hay que ponerse así.

-Ai lo que tú digas pero yo peinso averiguar como se llama, aunque tenga que ir a preguntarle a él mismo.

Hinata las escuchaba a las dos, callada, no vaya a ser que dijese algo que las avivase para ir a aquella maldita casa, ya había sido demasiado con lo de ayer, además ese chico no le acababa de parecer normal del todo.

La camapana sonó indicando el comienzo de clase.

-Que mal, ahora toca con Kakashi-sensei, no creo que pueda resistir otra clase de biología-se quejó la rubia.

Las tres caminaron hacia los laboratorios, donde impartían la clase y, como siempre, a Sakura le tocó sola.

Su situación era algo extraña, despertaba admiración en todo el mundo y sabía que muchos chicos se la comían con los ojos pero casi nadie se le acercaba, es como si, como si en el fondo le tuviesen algo de temor.

Bueno saltaba a la vista que su aspecto no era el más normal, tenía el pelo de color rosa, la piel fina y blanca y unos labios finos de color rosado que contrastaban con sus siempre impecables dientes.

Tampoco ella era muy sociable la verdad, se sentía un poco fuera de lugar y sabía que todo el mundo la miraba como si fuese un bicho raro, así que no era de extrañar que nadie se sentase con ella.

Ino y Hinata estaban asignadas en el otro lado del laboratorio así que aunque quisiese no podría sentarse con ninguna de ellas.

Suspiró y cogió el microscopio que tenía delante, echándole un pequeño vistazo a aquel pedacito minúsculo de tejido muscular.

El profesor entró en clase pero ella ni siquiera le miró.

-Buenos días alumnos, siento el retraso pero tuve que ayudar a una ancianita...

Se escuchó un abucheo general a sabiendas de que mentía, pues siempre ponía escusas de ese tipo.

La clase siempre era así, ahora él se pondría a explicar y después ellos tendrían que hacer los ejercicios, pero ese día algo no estaba bien y Sakura no tardó en averiguar que pasaba.

-Hoy contamos con la presencia de un alumno nuevo, viene de Rumanía, seguro que todos los conceís, ya que es sabido que vive en la ''casa embrujada''

El corazón de Sakura se paró de golpe, ¿qué era aquello que sentía? ¿aquella especie de olor dulzón que lo invadía todo? Con cada segundo se sentía más ansiosa y no se movió hasta que escuchó al profesor.

-Bienvenido Sasuke.

Instintivamente levantó la vista y sus ojos se quedaron clavados en aquella mirada negra y fría, todos se habían quedado en silencio, incluso el profesor, no parecían conscientes de aquel juego de miradas.

Algo ardía dentro de Sakura, aquella extraña sensación de miedo y a la misma vez paz.

-Por favor Sasuke, toma asiento, creo que el único sitio libre es al lado de la señorita Haruno.

-Hmp.

Sasuke la miraba con curiosidad, de lejos no podía haberla a visto bien pero ahora que estaba de cerca no cabía duda alguna de que ella era lo que era, una auténtica princesa negra(princesa vampira).

Apartó la mirada de aquellos ojos jades y se sentó a su lado sin decir nada.

La clase seguía en completo silencio, siempre pasaba lo mismo, ese deje de fascinación y temor.

-Bien, comencemos la clase-dijo Kakashi-hoy hablaremos de los genes.

Sakura apenas prestaba atención, tenía los ojos clavados en la mesa pero algo dentro de ella le gritaba que lo mirase, que dijese algo.

Le miró de reojo, él tenía la vista clavada en el encerado pero se giró en el momento que notó la della sobre él.

-Hola...-saludó la pelirosa-me llamo Sakura.

Él no contestó, solo se limitó a mirarla de aquella forma tan intensa.

La ojijade pudo notar como cada membrana de su cuerpo temblaba ante aquellos ojos.

-Ayer te vi salir de...tu casa, tienes un coche fantástico-medio susurró.

Sasuke sonrió de medio lado, ¿a caso la pelirosa se estaba esforzando en mantener una conversación con él?

-Em, ¿y cómo es que te has ido a vivir a esa casa? dicen que hay espíritus y todo eso.

-No me da miedo-se decidió a contestar.

Una especie de subidón inundó a Sakura al escuchar aquella grave voz, sonrió.

-Bueno ya no soy la única que opina eso-dijo-es una tontería creer en esas cosas, todo el fenómeno paranormal, y eso de que ahora te miren así solo por vivir en esa casa, ni que fueses un monstruo.

Él rió ante tal ironía.

Sasuke ya lo había notado, todas las miradas estaban clavadas en él.

-A lo mejor ellos lo consideran así-contestó con una media sonrisa.

Después de eso volvieron a quedarse callados, Kakashi estaba explicando algo cuando se hizo oír en las mentes de los alumnos, aunque la clase estuviese en silencio nadie prestaba atención a lo que él decía.

-Y bien, ¿alguien puede decirme por qué es tan importante el ADN?

Sakura levantó la mano y el profesor sonrió.

-¿Si, señorita Haruno?

-El ADN, ácido desoxirribonucleico, es importante porque en él se acumula toda la información génetica de cada persona-contestó.

-Bien, se ha ganado un positivo, como siempre.

La pelirosa sonrió.

Sasuke la observaba atentamente, la chica era interesante en muchos aspectos.

Ninguno de los dos volvió a decir nada en el resto de la clase.

La campana sonó indicando el fin de clase y ambos recogieron en silencio.

La pelirosa lo miraba de reojo de vez en cuando, era tan guapo, pero esa especie de aura que latía a su alrededor lo hacía algo imponente, difícil de alcanzar.

El pelinegro se marchó sin despedirse, dejándola embobada hasta que desapareció de su vista.

-Que suerte tienes-dijo Ino a su lado.

La pelirosa dio un respingo, Ino la había asustado.

-Si, tal vez.

Volvió su vista hacia la mesa y vio que Sasuke se había dejado su boli.

Lo recogió y se dirigió hacia la puerta a ver si aún seguía por allí pero el pelinegro ya se había ido.

-¿Sakura qué haces?-dijo Hinata-¿a quién buscas?

-Sasuke se ha dejado su boli y estaba mirando a ver si aún andaba por aquí.

Sus amigas también echaron un vistazo alrededor pero no lo vieron.

-Se habrá ido ya para su casa, nadie se queda en el instituto cuando acaban las clases-dijo Ino.

-Se lo devolveré en la primera clase.

-O mejor-dijo la rubia con un brillo en los ojos-vete a su casa y devuélveselo.

Sakura se sonrojó un poco, ir a casa de Sasuke, no es que le diese miedo, pero la ponía un poco nerviosa pensar en verlo otra vez.

-No sé si será buena idea, sería descortés que el día de conocernos me aparezca en su casa.

Ino apoyó sus manos en los hombros de la pelirosa con ojos llameantes.

-Vamos a ver Sakura-dijo en un tono muy serio-¿qué importa que os hayáis conocido hoy? cualquier excusa es perfecta y la tuya lo es y mucho, si yo estuviese en tu lugar iría, por ese chico cualquier cosa, luego sacaría cualquier excusa para que me dejase entrar y ver si la mansión es tan aterradora, fingiría escuchar algún ruido, y por accidente me colgaría de su cuello, él tan caballero me abrazaría, me diría que nada malo pasa, me invitaría a tomar algo y luego me llevaría a casa, jojojo.

A la vez que hablaba Ino iba representando la escena con gesto mientras Sakura y Hinata la miraba con una gotita estilo anime.

-Deja de ir tanto al cine-dijo la pelirosa.

Ino volvió a su mirada seria de antes.

-Así que debes ir, y sino...tendré que hacer el sacrificio de llevarle yo el boli-dijo en plan amiga que hace un favor.

-Ya, sacrificio-dijo Hinata.

La pelirosa se lo pensó un poco, la verdad era que le apetecía volver a ver a Sasuke, se sentía muy...normal en su presencia, era algo que nunca había conseguido con sus amigas ni con nadie más.

-Se lo llevaré-decidió con un leve sonrojo.

Ino sonrió.

Las tres chicas salieron del instituto.

...

Salió a la calle con las gafas de sol y se subió en su Mercedes negro.

Todos los miembros de la casta vampírica japonesa habían quedado en el lugar de siempre, debían reunirse y charlar sobre lo que debían hacer.

Los sombra cada vez eran más y eso ponía en grave problema tanto a la monarquía luminati, como a ellos y sobretodo, a los humanos.

Él no solía asistir a ese tipo de asambleas pero debía hacerlo sino quería ser troceado y mandado a la hoguera, últimamente los ancianos tenían metido en mente que él se iba a pasar para el otro lado.

Conocían su antipatía hacia los sangre pura y la reina, por no hablar de su carácter frío y de los habitos alimenticios que había adoptado últimamente.

Arrancó a toda velocidad y salió de la parcela que cercaba su casa, odiaba conducir de día, más concretamente, odiaba salir de día, el sol le dañaba en profundidad los ojos y le hacía sentirse débil, y vale que el cielo estubiese encapotado y la temperatura fuese baja pero no podía compararse con la tranquila noche.

Mientras iba conduciendo algunas imágenes cruzaron su mente.

La chica Shii despertaba en él una gran curiosidad, nunca había visto a un vampiro comportarse de ese modo.

Él tenía que hacer bastantes esfuerzos cuando se encontraba rodeado de humanos, tanto olor a sangre a veces hacía que perdiese el control, pero ella parecía no notarlo, se movía y actuaba como todos ellos.

Se sacudió la cabeza, no era momento de que ninguna chiquilla ocupase su cabeza.

Hacía cinco minutos que había abandonado la ciudad y al sitio donde quería ir era imposible llevar el coche, así que lo dejó bien apartado a un lado del camino.

Se afianzó bien las gafas frunciendo el ceño en una mueca molesta.

Se adentró en el bosque y ahí empezó la verdadera carrera.

Si quería podía correr el doble de rápido que el coche más veloz del mundo, pero ante los humanos había que disimular.

-¡Teme!-gritó Naruto sobre su cabeza.

Sasuke miró para arriba sin detenerse, como siempre Naruto iba saltando de árbol en árbol, como un mono.

En dos minutos los dos hubieron llegado al lugar indicado, al más oscuro y sombrío del bosque.

Estaban todos los del clan pero al contar se dio cuenta de que había más gente y en medio de ellos...no podía ser, su corazón empezó a latir fuerte.

Aquel rostro angelical de ojos verdes claro y pelo rubio que en tiempos había pertenecido a una valiente valkiria lo miraba intensamente.

-Santa madre-susurró Naruto.

La rubia sonrió apartando la mirada de Sasuke y clavándola en Naruto.

-Me alaga la comparación Naruto pero creo que yo no soy la más indicada para ser comparada con la divina María.

El rubio se sonrojó.

-Etto...discúlpeme majestad-dijo con una reverencia a regañadientes-pero es que no esperaba verla aquí.

La reina volvió a mirar a Sasuke.

-¿Tu no me saludas Sasuke?

Todos los presentes se giraron hacia el pelinegro, a Sasuke no le quedaba más opción, faltarle el respeto a la reina, como ellos la llamaban, era considerado traición y podría pasarlo muy mal.

Medio inclinó la cabeza y murmuró un casto saludo.

-Ejem-dijo Itachi avanzando un paso vestido con su uniforme de trabajo-no deseo interrumpirla majestad, pero debemos continuar con la reunión, todos sabemos que esto no es una visita de cortesía.

La rubia se puso seria y miró al hermano mayor.

-Por supuesto que no, nos encontramos en una situación muy delicada-dijo-los enemigos han empezado a masacrar a los nuestros en el Norte del país.

Hubo un murmullo general.

-Temo por nuestra seguridad-continuó-Demetrio cada vez es más fuerte y nuestro ejército es brutalmente diezmado por sus sicarios.

-Perdone la intromisión majestad-dijo una vampiro de pelo castaño recogido en una cola-mi nombre es Shikamaru y me gustaría dar mi opinión.

-Adelante-dijo la reina.

-No puedo decir que sea alguien experimentado en temas de batalla pero considero que no vamos a llegar a ninguna parte de este modo, el ejército cada vez es más pequeño y dentro de poco nosotros también tendremos que ir a la guerra, pero si eso pasa ¿quién defenderá a los sangre pura?

La vistas fueron a parar a la reina, esta se mostró inexpresiva.

Sasuke medio sonrió, incluso ella no podía ignorar una razón de semejante peso.

-Tienes razón Shikamaru-contestó con tono cordial-sería catastrófico que sucediese algo así, pero confío en que no hará falta, el motivo de esta reunión no es que ustedes vayan a guerra sino que se queden aquí protegiendo a quienes deben.

Al decir esto clavó la vista en Sasuke.

-Creo que esa opción tampoco es la mejor majestad-alegó Shikamaru.

-Pero es la opción que doy yo y con eso basta-dijo.

Nadie más replicó ni dijo nada.

Minutos después la reunión se relajó un poco y cada uno fue juntándose a sus habituales o lléndose de nuevo a trabajar.

-Siempre tan solo Sasuke-dijo la reina acercándose a él.

-Hmp.

-Y siempre tan comunicativo, ¿no tienes nada que decirle a tu reina?

Sasuke la fulminó con la mirada, tenía muy claro que ella nunca sería su reina.

-Parece ser que has vuelto a trabajar, ¿a quién protejes?

El pelinegro resopló.

-¿Sigues sin fiarte de mi verdad?

-No tengo nada que hablar contigo...majestad-dijo entono frío y marchándose.

Corría como loco por el bosque, ahora que la reina estaba allí Sakura corría verdadero peligro.
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Sakura llegó a su casa y dejó las cosas en la entrada.

En la mano llevaba el bolígrafo que Sasuke se había dejado en clase.

En un acto inconsciente se lo llevo a la nariz y aspiró su olor, aquel olor dulzón que la había invadido esa mañana cuando se habían conocido.

Su madre salió de la cocina con el delantal puesto y le sonrió.

-¿Qué haces ahí parada cielo?-le preguntó-se te va a enfriar la comida.

Sakura asintió y entró a la cocina donde su madre la esperaba para comer.

-¿Y qué tal hoy en clases?

La pelirosa se llevó los palillos a la boca y tragó los ricos fideos.

-Pues bastante bien, tenemos un compañero nuevo que se sienta a mi lado-dijo con una sonrisa.

-Parece que ya te cae muy bien-dijo su madre de igual forma.

-Si, aunque nadie se acerca a él por la historia de que vive en la casa embrujada.

La sonrisa de su madre se torció.

-Bueno tú no les hagas caso, a la gente se la debe juzgar por su carácter.

La chica sintió y se acabó su comida.

-Creo que debo ir hasta allí, a la mañana se dejó su bolígrafo en clase y debo devolvérselo.

-Pues ve hija, no pierdas tiempo-la apremió su madre.

La pelirosa no sabía porque su madre se había puesto tan nerviosa.

-Ay oka-san que solo voy a darle el bolígrafo.

-Pues ve anda.

La chica salió de casa con el gesto fruncido.

Como acto reflejo achinó los ojos, aunque el cielo estuviese nublado la luz le molestaba sobremanera, otra de las cosas que aumentaban los motivos de por qué la llamaban chica rara.

Pero el día no era en el fondo tan aterrador, una de las cosas que más le gustaba era escuchar el cantar de los pájaros y aquel extraño y exquisito olor dulzón que desprendían las aglomeraciones de personas, aquel mismo olor que desprendía Sasuke.

Se quedó parada delante de la enorme verja negra y sus ojos volvieron a clavarse en aquel magnífico coche, no lograba entender como alguien tan joven y que vivía solo podía tener tanta fortuna.

-¿Puedo ayudarte en algo?-preguntó una voz a su lado.

La chica dio un salto del susto, a su lado había un chico altísimo y de pelo castaño que la miraba fijamente.

-Em...ah no... sólo venía aquí a traer una cosa...

-¿A la casa embrujada?-dijo el chico-es extraño que alguien se acerque aquí, muy extraño.

La forma de hablar y de actuar de aquel chico la estaba poniendo nerviosa y algo asustada.

-S-solo vengo a devolverle una cosa a...Sasuke...

Un atisbo de sorpresa atravesó los ojos del chico y solo en ese instante Sakura se dio cuenta de que color eran, rojos como la sangre.

Se sacudió la cabeza y luego clavó la vista de nuevo en aquella cara, el color de ojos no había cambiado.

-Yo...también vengo a ver a Sasuke-dijo el chico-pero lo más seguro es que no quiera verme, soy su primo de Rumanía y vengo a darle un recado de su familia, a lo mejor podrías dárselo tú.

Sakura asintió lentamente.

-Bien, dile que se ande con cuidado, lo han visto por ese lugar que él sabe que no puede andar, solo es eso, no quiero que le pase nada.

Antes de que ella pudiese decir nada, el chico ya se había marchado.

Después de unos minutos de confusión, bajó de su nube y volvió a la realidad.

Premió el botón del timbre y esperó.

-¿Si?

La voz de Sasuke sonó por el telefonillo.

-Eh...soy Sakura, vine a traerte el boli que te dejaste en clase.

La verja chirrió y se fue abriendo lentamente.

Sakura caminó lentamente hacia la enorme puerta de entrada, de cerca la casa era más hermosa y siniestra, pero no daba nada de miedo.

La puerta se abrió sola justo en el momento que ella llegó.

Entró, pero no había nadie en el enorme hall, así que se quedó quieta.

La entrada era grande y poco iluminada por lo que pudo abrir bien los ojos, a pesar de la poca luz podía distinguir cada recodo y mueble de la estancia, todo de un estilo clásico que debería pertenecer al siglo XIX.

Al fondo había unas enormes escaleras blancas por las cuales apareció Sasuke.

Aquel olor dulzón volvió a invadirlo todo.

Ninguno de los dos dijo nada hasta que estuvieron frente a frente.

Sasuke era tan alto como su primo pero no era aterrador, Sasuke era hermoso.

-Vine a traerte tu bolígrafo-dijo la chica tendiéndoselo.

Él lo recogió y cuando sus manos se rozaron un escalofrío les recorrió el cuerpo, Sasuke se soltó de inmediato.

Se dio la vuelta y volvió hacia las escaleras.

No había más que decir, así que Sakura debía volver a su casa.

-Acabo de ver a tu primo de Rumanía en la entrada y me dio un recado para ti-dijo ella.

Sasuke se quedó quieto.

Él no tenía ningún primo.

-Dice que no debes volver a ese lugar prohibido o algo así.

Una lucecita invadió su cerebro.

-¿Cómo era su aspecto físico?-preguntó volviendo la vista hacia la pelirosa.

-Pu-pues era alto, muy pálido, así más o menos como tú, tenía el pelo castaño y los ojos de color rojo, o eso creo, la verdad es que daba un poco de miedo.

Sasuke dejó de escucharla en el momento que dijo ojos rojos.

Se lanzó como una bala a la puerta y la abrió, no quedaba rastro de nadie.

-¿Sabes hacia donde se fue?-preguntó.

Sakura estaba asustada por la reacción de Sasuke, era como si hubiese pasado algo malo.

El pelinegro estaba preocupado, no sabía ni cuando ni como, pero un sombra los había localizado y ahora corrían grave peligro, sobre todo ella.

La pelirosa no le contestó y eso lo irritó, se volvió hacia ella y la agarró por los hombros.

-Si lo sabes dímelo.

Sasuke daba realmente miedo así, así que hizo un esfuerzo por recordar.

-Creo que iba hacia el bosque.

-Hacia el bosque-repitió el pelinegro.

Después se dirigió hacia uno de los muebles de la entrada y cogió sus gafas de sol y una chaqueta, luego volvió junto a ella.

-Espérame aquí, vuelvo en unos minutos-dijo mientras salía por la puerta.

Sakura se quedó estática, con la mirada fija en la puerta.

¿Qué había pasado? algo le decía que Sasuke no se alegraba mucho de saber que su primo lo había estado buscando, había sido tan aterrador cuando se lo había dicho que en esos momentos hubiese echado a correr hacia su casa.

Pero a pesar del miedo que tenía se quedó, Sasuke se lo había dicho y ella esperaría, quería volver a verlo.
...

Mientras conducía hacia el bosque sacó el teléfono y llamó a Naruto.

-¿Qué pasa?-respondió Naruto.

-Asegúrate de que tu protegido está a salvo y mueve tu culo para el bosque.

-¿El bosque? acabo de volver de allí, ¿qué quiere la reina ahora?

-No es la reina dobe, creo que un sombra ha estado en la puerta de mi casa y ha huido al bosque.

-¿Qué? espérame que ahora mismo voy.

Sasuke colgó el teléfono y clavó su vista al frente, justo al tiempo que llegaba al bosque.

Dio un fuerte frenazo y bajó como una centella.

El aire estaba impregnado de olor a sangre seca, el olor de los sombra, de modo que era verdad que uno había rondado por su casa.

Poco después escuchó el ruido del coche de Naruto frenando junto al suyo.

-¿Lo has encontrado?-preguntó el rubio.

-Si lo hubiese encontrado no estaría aquí parado idiota.

Naruto no hizo caso de su comentario y empezó a husmear de un lado a otro.

-Ya está demasiado lejos-dijo-creo que lo más acertado es que volvamos a casa y avisemos a los demás...

-Los demás me importan bien poco, así que si quieres llamar hazlo tú, yo me vuelvo ahora a casa, Sakura me está esperando.

-¿Su alteza?

-Si, fue ella quien se encontró con el sombra.

-¿Ella? ¿y sigue viva?-preguntó el rubio asombrado.

Cuando un sombre encontraba a un miembro de la familia real luminati desprotegido lo mataba sin contemplaciones, algo raro estaba pasando.

-¿Tú no escuchas? está en mi casa.

Naruto suspiró.

-Mejor volvamos, no vaya ser que a este le de por volver.

-Pues que vuelva y así me dará el placer de descuartizarlo-susurró el pelinegro.
...

Sakura seguía parada en medio del hall cuando Sasuke regresó.

No dejó de mirarlo mientras este se sacaba la chaqueta y las gafas con toda parsimonia y luego entraba por una de las puertas.

Ella lo siguió, aquel sitio era el salón y Sasuke se encontraba llenando un vaso de whisky.

El pelinegro señaló la botella, ofreciéndole un trago.

-Gracias, pero no bebo-contestó.

El ojinegro se ventiló su vaso de un trago y luego se quedó mirando a la chica.

-¿Encontraste a tu primo?-preguntó ella evadiendo su mirada.

-No.

-Pero, fuiste a buscarlo, ¿no?

-Si.

-Parece que no os lleváis muy bien.

-No.

Sakura asintió, al parecer Sasuke no estaba muy por la labor de mantener una conversación con ella.

-Bueno, ahora que ya llegaste y te devolví el boli me voy a mi casa.

-Quédate-dijo él.

La pelirosa lo miró a los ojos, ¿para qué quería que lo hiciese?

Sasuke la miraba fijamente a los ojos.

No la conocía de nada pero ella de algún modo le hacía sentirse bien, los dos eran una especie de bichos raros que no encajaban en ningún sitio y eso le hacía sentir que no estaba tan solo.

Sacudió la cabeza, no, él no sentía eso, solo quería que se quedase para que los sombra no la encontrasen y así él luego no tendría problemas si algo le pasaba.

-E-está bien.

Sakura se sentó en un sillón frente a él, sin mirarlo a los ojos.

-¿Estás asustada?-preguntó de golpe.

Sakura no supo bien que contestar, las preguntas y acciones de Sasuke siempre la tomaban por sorpresa.

-No-contestó-no hay nada que temer así que ¿por qué debería estarlo?

Él sonrió de medio lado haciendo que el corazón de la chica diese un vuelvo.

-Estás en la mansión embrujada, cualquier chiquilla normal estaría aterrada.

Sakura frunció el ceño, ¿chiquilla? si los dos tenían la misma edad.

-Bueno, yo no soy como las demás, ya te habrás dado cuenta y tampoco soy ninguna chiquilla, para asustarme hace falta más que una simple leyenducha sin bases.

Interesante, Sakura era muy interesante y eso de algún modo le hacía gracia.

-Aquí asesinaron a una familia y nunca supieron quien fue.

-Eso no significa que haya una maldición y si la hubiese entonces tú ya estarías muerto.

Sasuke volvió a medio sonreír ante tal comentario, hacía bastante tiempo que él estaba ''muerto''

-¿Saben tus padres que estás aquí?

Sakura ya se sentía más confiada y contestó sin ningún tipo de vergüenza.

-Mi madre si, pero ella tampoco cree en esas tonterías-contestó restándole importancia al asunto con un gesto.

-Hmp.

Sasuke volvió a beberse otra vaso de whisky.

-Eres demasiado joven para beber tanto-dijo la pelirosa.

Sasuke la miró de reojo.

-Tienes los mismos años que yo.

-Eso no tiene nada que ver con la madurez-contestó.

Sakura notó que empezaban a coger confianza, pero él seguía empleando aquel tono frío y misterioso de siempre.

-Ya, claro, tú eres muy maduro.

-Hmp, si hiciésemos una prueba de madurez entre tú y yo perderías por muchos puntos.

Sakura abrió la boca en un gesto de indignación.

-Lo dudo mucho.

Sasuke sonrió de medio lado, Sakura se veía tan...apetecible.

Un calambrazo recorrió su garganta, empezaba a tener sed y Sakura olía deliciosamente.

Se sacudió la cabeza, debía controlarse o sino tendría problemas serios.

-Tengo que irme-dijo de golpe.

-Vale.

Sakura se levantó al mismo tiempo que él.

-¿Estás bien?-preguntó ella al ver el gesto de contención de él.

-Si, solo necesito ir a por una cosa, te acompaño a casa.

-No es necesario.

-Si, lo es.

A pesar de que estaba sediento tendría que hacer un gran esfuerzo y acompañarla, si el sombra la encontraba sola de esta vez si que podría matarla y eso también le traería problemas.

Los dos salieron de la mansión, aún era de día y por instinto Sakura achinó los ojos.

-¿Quieres unas gafas de sol?-preguntó él indiferente.

Sakura lo observó, él también tenía unas puestas.

-¿También te molesta la luz?-preguntó ella.

-Es por una enfermedad ocular-contestó secamente-póntelas.

Le dio unas gafas iguales a las de él a Sakura y esta se las puso, así se encontraba mucho mejor.

A lo mejor ella también tenía esa enfermedad ocular.

Recorrieron la calle en completo silencio hasta que llegaron a casa de la chica.

-Es aquí-dijo ella parándose.

-Hmp.

Sasuke ya se iba a ir cuando ella le habló.

-Te dejas tus gafas.

-Quédatelas, puede que las necesites-le dijo antes de irse.

Sakura lo observó marchar, parecía apurado.

Entró a casa sin quitarse las gafas y después de saludar a su madre subió a su cuarto.

Allí si que se las quitó y las observó durante un buen rato, luego las acercó a su nariz y aspiró el aroma, aquel olor dulce intenso.

Sonrió, puede que algo en Sasuke comenzase a gustarle.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
Copia y pega esto en tu firma si eres del 5% de las personas que suben y le da una ayudita (lo empujan) (^w^)

Greenie Desconectado
« Respuesta #1 en: Abril 21, 2011, 06:11 pm »

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« Respuesta #1 en: Abril 21, 2011, 06:11 pm »
ME ENCANTO...
DEBO DE DECIR QUE SOY TU ADMIRADORA :D
ES FASCINANTE ESTA HISTORIA VAMPIRICA, ME RECUERDA A VAMPIRE KNIGHT GUILTY...
ME GUSTO MUCHISIMO, ESPERO CON MUCHAS ANSIAS LA CONTI
UN BESO...
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #2 en: Abril 25, 2011, 02:45 pm »

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Re: [+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]
« Respuesta #2 en: Abril 25, 2011, 02:45 pm »
aki la conti^^

3.

El timbre sonó varias veces seguidas.

-¡Ya voy!-gritó la pelirosa desde el piso de arriba.

El timbre volvió a sonar insistentemente.

-¡Que ya voy!-gritó la chica bajando a todo correr con las cosas de la escuela en la mano.

Llevaba puestas las gafas que le había dado Sasuke ya que le resultaban muy cómodas a la hora de salir a la luz de la calle.

Abrió la puerta e Ino se le echó encima.

-¿Le has ido a llevar el bolígrafo?-preguntó toda nerviosa.

Detrás de ella estaba Hinata, que aunque no decía nada se notaba que sentía la misma curiosidad.

-Si me dejas salir os lo cuento por el camino-dijo Sakura.

Ino se apartó y le dejó paso y luego las tres empezaron a caminar hacia el instituto.

-Si, si que fui-contestó ante la penetrante e impaciente mirada de la rubia.

-¿Y?

-Pues no paso nada, en cuanto llegué él tenía que resolver unos cuantos asuntos y me dejó un rato sola, en cuanto volvió le di su boli, intercambiamos unas cuantas palabras, me acompañó a casa y me regaló estas gafas-dijo señalando a dicho objeto.

Ino estaba que no podía de la emoción.

-¿Y de que hablasteis?

-Am... Pues… de su casa.

En la cara de sus amigas se reflejó claramente la decepción.

-Vamos a ver si nos entendemos-dijo la rubia-tienes la gran oportunidad de hablar con el tío más bueno que has visto en toda tu vida ¿y solo habláis de su casa?

-También me dijo que tenía una enfermedad ocular-dijo la pelirosa a modo de disculpa.

Ino rodó los ojos.

-Como sea, tienes más oportunidades de hablar con él-se animó a decir Hinata-os sentáis juntos en biología, vivís cerca...

-Bueno si, pero no es muy sociable, creo que no le agrada tener compañía.

-Bueno un poquito raro si que es, recordemos que vive en la casa embrujada.

-Ay Ino, ¿ya estamos con esas? no hay ninguna casa embrujada, todo son cuentos chinos de la gente para meter miedo.

En ese momento llegaron al instituto, donde el flamante Mercedes negro estaba aparcado, con Sasuke recargado en la pared de la entrada mirándola fijamente.

Como cada vez que él aparecía un olor dulzón invadió el aire y esa sensación extraña que no daba identificado.

Lo más extraño de todo eran aquellos ojos negros que la miraban con fijeza, unos ojos que brillaban con luz propia y que al mismo tiempo refulgían la más aterradora oscuridad.

Desviando un poco su mirada observó que el chico llevaba algo en su mano y cual fue su sorpresa al ver que era una chaqueta negra de ella, que curiosamente había perdido hacía una semana.

¿Pero de dónde la había sacado? más bien, ¿cómo era que la tenía él?

Confundida se alejó de sus amigas y caminó hacia él.

-La encontré tirada en una de las calles del barrio mientras daba una vuelta ayer por la noche-respondió a la pregunta mental de la chica.

Sakura recogió la chaqueta pero no se movió del sitio.

-¿Cómo sabías que era mía?-preguntó-no lleva mi nombre ni nada que la identifique conmigo.

Sasuke se inclinó un poco hacia delante, pegando su oreja al oído de la chica.

-Huele exactamente igual que tú-susurró-a cerezos.

Un escalofrío recorrió toda la columna de la chica, Sasuke estaba demasiado cerca y eso la hacía sentir extrañamente bien.

Después de eso se marchó, dejándola en un mar de confusiones.

Sasuke apretó la mandíbula de paso que se dirigía al interior del instituto.

La verdad es que la chaqueta estaba en propiedad del sombra que se había hecho pasar por su primo, Naruto y él lo habían pillado a la madrugada vagando a un kilómetro de la casa de la pelirosa.

Estaba preocupado, aquello estaba tomando un tono que no le gustaba nada, tal vez hubieran matado al sombra, pero eso solo significaba que pronto llegarían más, y el protegido de Naruto y Sakura, incluso ellos mismos, corrían demasiado peligro.

Se restregó los ojos con la mano, durante la pelea nocturna se le habían roto y el par de repuesto ahora lo tenía Sakura.

-Tsk.

Hoy no tenía clase de biología, y casi mejor, cuanto más alejados pareciesen él y Sakura todo iría mejor.

Pero eso era casi imposible, como todo ser de su naturaleza, sentía una extrema curiosidad por todo aquello que no fuese común.

Y Sakura no era común en ninguno de los aspectos, lo había comprobado en esos tres días que llevaba protegiéndola.

La campana sonó indicando el inicio de las clases.

Con pesadez caminó hacia el aula donde tenía matemáticas, todo eso del instituto te acababa cansando si tienes más de 100 años de vida y te has graduado como mínimo unas 200 veces.

Pero para su sorpresa, antes de llegar al aula algo llamó su atención.

Al fondo del pasillo estaba Itachi, con la mirada clavada en la avalancha de alumnos que se dirigían a las clases.

Casi podía escuchar como a su hermano se le hacía la boca agua, pero igual que él, Itachi nunca lo reconocería.

Lo más extraño era que llevaba puesto el uniforme de la guardia real.

Sasuke maldijo por lo bajo, el uniforme era demasiado llamativo, negro y rojo sangre y con un diseño un tanto peculiar que consistía en pantalón y chaqueta de corte militar, todo negro exceptuando los bordes de los bolsillos y cremallera que eran del color rojo antes mencionado.

Más de un humano se lo quedó mirando alucinado y luego aterrado, ya que la expresión seria de Itachi no acompañaba a los términos de persona agradable.

Sasuke esperó a que todo el mundo se fuese para clase y cuando el pasillo estuvo vacío se acercó a su hermano.

-Aplaudo tu manera de pasar desapercibido-gruñó.

-Estoy de servicio.

-Yo también y así lo único que haces es asustar a los alumnos y ponerles una carnada fácil a los sombra.

Itachi pasó olímpicamente del comentario.

-El sombra que matasteis ayer se llamaba Kidomaro, trabajaba como oficial de Demetrio.

Sasuke alzó las cejas, cuando Demetrio mandaba a un oficial de su guardia secreta era que consideraba de vital importancia la muerte de aquel a quien mandaba buscar.

-¿Y por qué está tan interesado en mí?-preguntó- se supone que nadie sabe quién es Sakura.

Itachi solo se limitó a mirarlo.
-------------------------------------------------------------------------------------
Maldijo entre susurros.

Les había dicho a Ino y a Hinata que fuesen andando hacia clase porque ella iba a guardar la chaqueta en su taquilla.

Pero esta se había atrancado y tuvo que estar como unos diez minutos tirando de la puerta hasta que logró abrirla, al parecer se había quedado atrancada con un envoltorio de chocolatina.

Y ahora la campana había tocado y ella llegaría tarde a clase de Inglés.

Siguió maldiciendo hasta que antes de llegar a la esquina del pasillo que la llevaba a su clase escuchó dos voces.

Una muy conocida, la de Sasuke, y al parecer estaba bastante irritado.

-Te he hecho una pregunta-dijo el pelinegro.

La pelirosa se asomó solo durante un instante para ver con quien hablaba este.

En frente de Sasuke había un hombre casi idéntico a él pero un poco más mayor, seguro que era su hermano o otro familiar directo.

Iba vestido con un traje militar bastante extraño pero que se le hacía muy familiar, aunque no lograba recordar de qué.

-Después de la Reina es la propietaria directa del trono-contestó el otro.

Sasuke no contestó durante unos segundos.

-¿Y esa es la respuesta?-preguntó irritado-¿quieres decirme algo que no sepa ya?

-Yo no sé nada, ya sabes que la Reina es muy estricta a la hora de guardar los secretos de estado...

-Si tan lista es que venga ella a proteger a su alteza, ¿uno de sus sangre pura en peligro y ella tan contenta? ¿qué coño tiene en la cabeza? no pienso seguirle el juego, yo no olvido tan facilmente como tú.

Sakura estaba aturdida, ¿qué era todo eso que andaba diciendo Sasuke? ¿de qué reina hablaba? ¿a quién estaba protegiendo?

Tal vez Reina fuese el nombre de una persona y a quien Sasuke protegía era a un miembro de su familia, igual todo aquello era muy confuso.

-Cuidado con tus palabras Sasuke, que seas tú no quire decir que te permita esta humillación, solo vengo a decirte lo que hay porque me han mandado la Reina y los ancianos de la cámara, nadie más quería venir por tu carácter.

-Ya, por eso mandan a alguien que tiene un carácter incluso peor que él mío.

Sakura suspiró, así que ese era el hermano de Sasuke, bien entonces si que trataban asuntos de familia, entonces era mejor irse, espiar no estaba bien.

-Hay alguien que nos está escuchando-dijo Itachi cuando ella hubo dado el primer paso.

La pelirosa se quedó helada, ¿y ahora que hacía? como la descubriesen quedaría como una cotilla entrometida delante de Sasuke.

Los pasos del pelinegro se escuchaban desde el fondo del pasillo dirigiéndose hacia donde ella estaba.

Nerviosa, miró hacia todos los lados hasta que divisó la puerta de los baños, al girarse una de sus pulseras quedó enganchada en un sobresaliente de la pared sin que ella se diese cuenta, como una centella se encerró en el de las mujeres justo cuando Sasuke doblaba la esquina.

El pelinegro se asomó por el pasillo pero no vio nadie, a pesar de haber escuchado una puerta cerrarse, olisqueó el aire pero nada olía ni a humano ni a sombra, sin embargo si captó aquel aroma que él empezaba a conocer tan bien, cerezos, entonces sus ojos detectaron una pulsera rota en suelo.

Una pulsera que ayer llevaba Sakura.

Se llevó una mano al pelo, maldiciendo y esperando que la chica no hubiese escuchado nada, bueno a la salida o mismamente en el recreo la buscaría con cualquier excusa y averiguaría.

-Te estás haciendo viejo Itachi, aquí no hay nadie-dijo, Itachi no tenía por qué enterarse, aunque sabía que su hermano había captado el aroma.

Se guardó el objeto en el bolsillo y se volvió hacia su hermano.

-¿Algo más que decir?

-No-contestó Itachi.

-Bien, pues ahora me voy, tengo que ir a clase.

-Hmp, estate alerta-dijo su hermano antes de desaparecer en una nube de humo negra.

A Itachi le gustaban ese tipo de fantasmadas.

Luego su vista se clavó en los aseos femeninos, estaba casi seguro de que Sakura estaba ahí dentro.

Sonrió de medio lado y se encaminó hacia su clase.

Sakura cada vez era más interesante, muy interesante y... vulnerable.
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Era ya de noche y estaba sentada en su cama con la vista clavada en el techo.

No había dejado de pensar en Sasuke durante todo el día, en aquella extraña conversación que había mantenido con su hermano.

Para colmo, había perdido su pulsera de la suerte y estaba casi segura de que se le había caído cuando estaba escuchando la conversación.

Se llevó una mano a la cara, como Sasuke la encontrase sabría que era de ella, estaba segura, y quedaría como la chismosa de turno.

Se levantó de la cama y salió al balcón, necesitaba despejarse un poco.

La calle estaba solitaria, salvo por una persona que estaba recargada contra la pared del final del callejón, era un chico.

Estuvo observando durante un buen rato, entonces, sin más ni más, el chico se tensó y medio se inclinó hacia delante, al parecer queriendo atacar o defenderse de algo.

Sakura extrañada siguió su ángulo de mirada y fue a topar con otra persona que se encontraba justo en la otra esquina de la calle.

Al principio no supo quien era, pero al final reconoció a Sasuke.

El pelinegro estaba completamente erguido, no como el otro, y lo estudiaba atentamente con la mirada.

Entonces empezó a hablarle en un idioma extraño al otro chico, que con cada palabra se ponía más furioso.

Sakura volvió a clavar su vista en el otro chico y se quedó completamente horrorizada al ver que este la miraba con unos brillantes ojos rojos como la sangre.

Empezó a temblar, incapaz de escapar a aquella mirada, sentía miedo, mucho miedo pero era incapaz de moverse o hacer algo.

Lentamente volvió a mirar a Sasuke que también la miraba, por algún motivo se sintió más tranquila.
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Tanto rato la había estado mirando que el sombra se había escapado sin que él hiciese nada.

Sabía que Sakura había vuelto a entrar en su cuarto y que lo había visto todo.

Maldijo por lo bajo, aquello estaba llegando a límites insospechados.

Antes de haberse fijado en la pelirosa le había preguntado en rumano al sombra que qué era lo que estaba haciendo por allí, que demonios era lo que andaba buscando, pero este no le había contestado y ahora lo había perdido.

A penas un momento atrás había salido de su casa para ir a donde Sakura y devolverle la pulsera, ya que aquella mañana no la había vuelto a ver y justo cuando dobló la calle se encuentra frente a frente con uno de ellos.

Aquello no podía ser cosa de Demetrio, él hubiese ordenado la inmediata ejecución de Sakura y ya iban dos veces en las que la pelirosa había salido totalmente ilesa, tenía que haber alguna razón que explicase tan extraña actitud.

Después de hablar con la ojijade iría de caza, al parecer le esperaba una larga temporada de cazar noche si noche también, día si y día también a los sombra.

Tocó a la puerta de entrada.

Poco después la puerta se abrió y por ella pareció una mujer de pelo castaño largo y sonrisa amable.

El pelinegro abrió los ojos de sorpresa, al igual que hizo ella.

Todo el cuerpo de la mujer desprendía un polvillo amarillo, polvo de hada.

-Vampíro-susurró ella con una sonrisa-tiempo sin verte Uchiha.

-¿Me conoce?-preguntó él.

-Cuando naciste.

Bueno entonces era normal que no la conociese, ¿cuanto hacía de aquello? ¿200, 300 años? hacía tiempo que no llevaba la cuenta.

-Sé por qué has venido, las noticias vuelan-dijo la mujer.

-¿Dónde está, ella?

-¡Sakura baja!-gritó-¡han venido a verte!

Poco después se escuchó a la pelirosa bajar las escaleras a toda prisa y quedarse pasmada al ver a Sasuke.

Aún había vestigios de miedo y lágrimas en su cara pero por lo demás estaba bien.

Se acercó a la puerta mientras su madre se marchó hacia la cocina.

-Creo que esto es tuyo-dijo el pelinegro-se está volviendo demasiado frecuente que pierdas cosas.

Al ver la pulsera todas las alarmas de Sakura se dispararon, ¿se habría dado cuenta ya, Sasuke?

-Y que luego las encuentres tú también-respondió con seguridad-me preguntaba donde estaba, al llegar al instituto fui a llevar la chaqueta a mi taquilla pero esto estaba atrancada y luego fui al baño, llegué tarde a clase, seguro que con las prisas se me debió caer.

La pelirosa mentía bastante bien pero él en seguida se dio cuenta de que mentía, aún así no le dijo nada.

-Gracias por traérmela-dijo cogiendo la pulsera y volviendo a ponérsela.

-Hmp.

-¿Quieres pasar?-preguntó ella.

La verdad es que sentía una enorme curiosidad por saber como era la vida de la pelirosa, ya solo el hecho de que vivía con un hada era todo un prodigio, poco gente, incluso entre la realeza, conseguía tener un hada como ama de cría, la pelirosa tenía una vida muy interesante.

-No, gracias, voy a ir a un bar cercano.

-¿Al Poisonous Blood?-preguntó la chica como si nada.

-Hmp, ¿por?

Él la miró sorprendido, ¿cómo lo conocía? ese era un bar exclusivo para seres mitológicos y algún que otro humano sometido a secreto.

-Allí van todos los raritos de la ciudad, yo personalmente nunca iría, es un antro de mala muerte.

Bueno eso lo decía alguien que no sabía nada de lo que se cocía allá dentro.

-Así que según tú, tengo pintas de rarito, ¿eh?

La pelirosa se sonrojó y trago grueso.

-A ver, no me malinterpretes, pero es que tienes una forma de ser bastante peculiar, eso te hace raro-medio murmuró.

Él sonrió de medio lado.

-A lo mejor tú eres tan rara como yo, que pases buena noche-dijo antes de marcharse dejándola con la palabra en la boca.

-¿ya se fue ese chico?-preguntó su madre saliendo de la cocina.

-Si-contestó cerrando la puerta-ha venido a traerme una pulsera que perdí en clase.

-Es un chico muy guapo-dijo su madre-espero que no se sobrepase de sus límites.

-¡Mamá!-se quejó la ojijade toda sonrojada-solo es un conocido.

Su madre sonrió.
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-¡Sasuke por fin has llegado!-exclamó Shikamaru desde el otro lado del local.

El Poisonous Blood estaba a medio llenar, todavía eran las primeras horas de la noche y aquello no se llenaba hasta la madrugada, que era cuando aparecían la mayoría de los seres nocturnos.

El aire estaba contaminado por la única cosa que Sasuke consideraba más asquerosa que el olor a sombra, olía a licántropo que apestaba.

Él personalmente no tenía nada en contra de ellos, pero la guerra entre vampiros y hombres lobo era tan antigua que no podía evitar sentir repugnancia hacia ellos.

A pesar de todo, Shikamaru compartía mesa con la manada, él era así, sino fuese porque lo había visto bebiendo sangre nunca hubiese dicho que era un vampiro, no se comportaba como tal.

Naruto estaba sentado un poco más adelante conversando animadamente con un duende, que al parecer no le prestaba mucha atención.

-Ah, Sasuke, ya estás aquí-dijo con su típica sonrisa y con un baso del ''bloody mary'' especial del local.

Era especial por que contenía todos los ingredientes del bloody mary: vodka, sal, zumo de limón, con la única excepción de que el zumo de tomate era sustituido por sangre.

El duende al ver en Sasuke su salvación se marchó antes de que Naruto volviese a fijarse en él.

-No es normal que vengas tan pronto-dijo el rubio mientras pedía lo mismo para el pelinegro.

-Hmp, fue un día difícil.

Nefiri, la camarera, una chica mestiza, media hada medio humana, le sirvió el pedido con una sonrisa.

Su larguísimo pelo verde rozó los brazos de Sasuke produciéndole una sensación de cosquillas frente al polvo de hada que se resbaló por ellos.

-Es un placer tenerte por aquí tan pronto Sasuke-dijo.

Nefiri estaba muy interesada en él, pero por suerte para Sasuke la chica era medio humana y carecía del poder de atracción de las hadas y duendes, aunque más de una vez había pasado un buen rato con ella.

-Hmp, déjanos solos-dijo.

La chica se apartó de inmediato.

La vista de Sasuke se clavó en uno de los hombres lobo que estaba separado de la manada y que bebía un vaso tras otro de algo de color verde ponzoñoso que Sasuke identifico con agua ponzoñosa o algo por el estilo.

Lo conocía bien, se llamaba Neji y aunque no era líder gozaba de gran respeto en su manada.

-¿A ese que le pasa?-preguntó.

Naruto giró la cabeza hacia el ojiperla.

-Es la época en la que los cachorros abandonan la camada, creo que le preocupa verse solo-contestó el rubio medio en burla..

-¿Qué tal chicos?-dijo Shikamaru acercándose.

-Joder-dijo Sasuke llevándose una mano a la nariz.

-Que asco-exclamó Naruto haciendo lo mismo.

-¿Qué pasa?

-Hueles a perro que tiras para atrás-dijo el rubio.

El castaño se echó a reír.

-Es que estuve hablando con los chicos de la manada del Norte-dijo-están preocupados porque últimamente están muriendo muchos de los suyos, a Hyuuga se le murió la madre hará a penas dos días, el pobre aún no lo ha superado.

-Creo adivinar a quien le van a echar la culpa de las muertes-dijo el rubio-empieza por 'n' y acaba en 's'.

-Nosotros-completó Shikamaru-ellos mismos lo vieron, dijeron que una pareja de vampiros está exterminando lobos por toda la ciudad.

-Es no es raro si piensas que estamos en guerra permanente, ellos también matan vampiros de vez en cuando-dijo Naruto.

-Ya pero es que esa pareja en concreto se dedica a matarlos y luego beberles la sangre.

A Sasuke se le revolvió el estómago y Naruto escupió todo lo que tenía en la boca a causa del asco.

-Ya sabéis quienes son los únicos que tienen suficiente estómago para beber sangre de licántropo-dijo Shikamaru.

-Los sombra-contestó Sasuke.

-Pues vaya problema, a ver si ahora vamos a tener que cargar con las consecuencias de esa basura-refunfuñó Naruto.

-Nos recriminan el hecho de no mantenerlos a raya y dicen que si las cosas siguen así intervendrán.

-Como sea, la peor parte se la llevarán ellos-dijo Sasuke-un hombre lobo no tiene la más remota posibilidad de ganarle a un sombra.

-Eso díselo a Hyuuga, planea vengarse.

-Que haga lo que quiera, yo ya tengo suficiente con lo mío, como para solucionar los problemas de un puñado de perros mal olientes.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Estás muy callada, hija.

Sakura se había pasado toda la cena revolviendo la comida con los palillos, no hacía más que pensar en Sasuke, en sus ojos, en su voz, en sus labios, en su cara, en su pelo, en su aroma, ese exquisito aroma.

-Creo adivinar que estás pensando en el chico de antes-dijo con una sonrisa.

Sakura se sonrojó.

-Pa-para nada.

-Sakura, a mi no me puedes engañar, soy tu madre y te conozco.

La pelirosa dejó caer los palillos, abochornada.

-No sé si me gusta, lo he conocido apenas unos días atrás, pero hay algo en él que me llama mucho la atención.

Estaba muy sonrojada, hablar de esas cosas con su madre le daba mucha vergüenza.

-Es muy guapo.

-Bueno, si...pero no es solo eso hay algo en su olor que... no sé.

Su madre sonrió.

-El amor es algo precioso Sakura pero debes fijarte en la persona a la que decides amar, hay amores plenos, los que son correspondidos, luego los dolorosos y triste, cuando alguien ama sin ser correspondido.

La pelirosa no dijo nada.

-Pero el peor de todos es aquel que a pesar de florecer en ambas personas no puede ser, un amor prohibido-continuó su madre sin apartar la vista de ella-ten cuidado a quien eliges amar, a veces el destino se empeña en separar a las personas que se aman y no permite que se junten de nuevo, haciéndolas sufrir.

-¿Por qué me dices eso, mamá?

-Solo es un consejo que te da tu madre, interprétalo como quieras, pero recuérdalo-contestó.

Esa respuesta no fue suficiente para Sakura, ¿a caso su madre insinuaba que ella nunca podría ni siquiera aspirar con poder amar a Sasuke?

4.

Aquel sin duda sería uno de los mejores días del año para Sakura, estaba tronando y el cielo estaba completamente oscuro, ni un rayo de sol lo atravesaba, como consecuencia, ese día no habría clase.

Sonrió, le encantaba la tormenta, y era realmente maravilloso salir a la calle sin que el sol cegase sus ojos.

Por otra parte también estaba preocupada, una tormenta así podía provocar desastres y matar a alguien.

Decidió apartarse de la ventana y volver a tumbarse en la cama.

A pesar de que ella no tenía miedo de salir a la calle ni Ino ni Hinata lo harían, ellas estarían aterradas escondidas debajo de sus camas.

Volvió a levantarse y abrió su armario, saldría a hacer un poco de deporte y así alejaba todas esas malas vibraciones que llevaba en el cuerpo.

Había pasado una semana desde que vio la extraña escena desde su balcón.

No se había atrevido a preguntarle a Sasuke por temor a entrometerse en sus asuntos más de lo que ya lo había hecho, y además por que en esa semana solo se habían visto en la clase de biología y solamente cruzaron unas cuantas palabras.

Aún así ella no podía evitar pensar en él, lo sentía tan cercano..., era un sentimiento difícil de definir, no se conocían de nada, pero él tenía algo que ella había anhelado desde su existencia, eso era lo inquietante, no sabía que era.

Se puso un chándal rosa claro y se calzó unas gruesas zapatillas de deporte, después recogió sus llaves y su mp3 de la mesilla y bajó las escaleras.

Al bajar vio a su madre asomando la cabeza por la ventana de la entrada, con la cortina tapándole medio cuerpo.

Miraba a ambos lados como si estuviese buscando a alguien.

-¿Mamá?-dijo.

Su madre dio un respingo y se apartó de inmediato de la escalera.

-Que susto me has dado Sakura, ¿vas a salir con este tiempo?

-Si, ¿pero qué mirabas? ¿esperas a alguien?

-No-contestó su madre con una sonrisa-si vas a salir por lo menos ponte un chubasquero o te empaparás.

-Con la capucha del chándal bastará, después vendré y me daré una ducha, necesito salir.

Su madre se encogió de hombros, ya estaba acostumbrada a las rarezas de su hija.

La pelirosa abrió la puerta y se puso la capucha.

Cuando empezó a correr el agua de la lluvia la golpeó fuerte pero ella solo lo notó como una suave y refrescante caricia, le gustaba esa sensación.

Se dejó llevar mientras escuchaba la canción que la tenía obsesionada de la película que la tenía obsesionada, Crepúsculo, la nana que Edward le había hecho a Bella y era la melodía más bella que había escuchado.

Sonrió, otra de sus rarezas, adoraba las películas mitológicas, en su opinión sería genial que existiesen vampiros, licántropos, hadas...y demás seres.

Viró por una de las calles cuando algo apareció de repente frente a ella.

Era una chica realmente hermosa, llevaba el pelo castaño recogido en unos rodetes y tenía unos impactantes ojos de color miel, pero algo en ella no andaba bien, además olía parecido a Sasuke, un olor dulzón pero mezclado con otro aroma distinto, como a lavandas.

Sakura se dio cuenta de que era su boca, la chica estaba medio inclinada y se enseñaba los dientes, en su vida había visto unos colmillos tan grandes.

-Estás invadiendo mi territorio-siseó la ojimiel.

Era cierto que ella nunca había ido por ese extremo de la ciudad, pero cada uno era libre de ir por donde quisiera.

-Solo vengo a pasear-dijo levantando una mano.

La chica se tensó más y clavó sus ojos en los jade de Sakura.

De repente la cara de la ojimiel se transformó, pasó del mayor de los enfados a peor de los miedos.

-Discúlpeme ojo-sama(alteza)-dijo poniéndose de rodillas y haciendo mil y una reverencias-por favor perdóneme.

Sakura estaba estupefacta, ¿la había llamado alteza?

Avergonzada agarró a la chica del brazo y le instó a que se levantara.

-Te perdono, pero no eran necesarias las reverencias.

La chica parecía no escucharla en absoluto, era como si hubiese visto la luz y ahora la tuviese ante sus ojos.

-Me llamo Tenten-se presentó-si alguna vez necesita de mi ayuda no dude en buscarme, será un honor para mi servir a la familia Serim.

Dicho esto se marchó.

¿La familia Serim? ¿dónde había oído ese nombre? bah, estaba segura de que la había confundido con otra persona.

Últimamente le pasaban cosas de lo más extrañas, y al parecer no pararían.

Al volver sobre sus pasos, vio a Sasuke caminar bajo la lluvia, a pesar de estar de espaldas lo había reconocido por aquel dulce aroma suyo.

Un impulso le instó a seguirlo y así lo hizo.

Él caminaba a paso ligero y no hacía más que mirar a los lados, al parecer buscaba algo.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-¡Alecto!-la voz resonó por todo el pasillo.

Demetrio, con el pelo rubio revuelto y los ojos borgoña refulgiendo de furor, caminaba enfurecido por los pasillos de las mazmorras de su castillo, sentía como la furia borboteaba por toda su ponzoñosa sangre y la única razón era obvia, su hija pequeña, Alecto.

Nunca hacía nada como se le mandaba, siempre todo al revés, de sus tantos hijos ella sin duda era la más problemática.

Una chica de pelo color verde claro salió de uno de los cuartos con cara de pocos amigos.

Demetrio clavó su mirada en aquellos ojos azules inexpresivos.

-¿Qué excusa me pondrás ahora?-tronó su padre.

-Señor, no me pareció buena idea que se matase a esa gente.

-Esa gente son Luminati y a ellos no les tiembla la mano a la hora de matarnos ¿entiendes? estoy cansado ya de tus estúpidos errores, eres una deshonra.

La chica soportó estoicamente la humillación paternal, aquello se había vuelto una costumbre.

-A lo mejor es que quieres unirte a ellos-dijo su padre con veneno en la voz-eres una traidora.

La chica sonrió con desgana, así era la vida de la hija del líder de los sombra, siempre tenía que estar intentando ganarse un pedazo de reconocimiento por parte de él, todo por seguir viva.

Pero así eran todos los de su rama, solo querían poder y vivir en la oscuridad, por eso la rechazaban, ella odiaba la guerra y odiaba matar por matar.

-Lo mejor que puedes hacer es matarme señor, nadie sufriría por mí-dijo.

Demetrio apretó la mandíbula.

-Como tu madre tenías que ser.

Eso le decía siempre, la madre de Alecto, última esposa de Demetrio era una Serim, la familia más importante en la realeza Luminati.

Todavía le costaba comprender como Demetrio se había casado con ella.

La había secuestrado, exterminando al resto del clan, y la había obligado a casarse con él por alguna extraña razón.

Desde que ella había muerto, él se hacía cargo de Alecto y todos los días se encargaba de hacerle ver lo estúpida e inútil que era, al igual que su madre Luminati.

-Ahora mismo irás a terminar con lo que se te ha ordenado, ¡¿de acuerdo?!

La chica torció la cara, por mucho que le pesase no tenía opción, ella era una sucia mestiza y debía cumplir lo que su señor le ordenaba.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Sakura llevaba ya media hora persiguiendo a Sasuke, se sentía estúpida por hacerlo, pero al parecer espiarlo era algo inevitable para ella.

De repente el chico se quedó parado en frente a una puerta y luego llamó tres veces.

Sakura estaba escondida detrás de un cubo de basura.

Un chico rubio de faciones medio asiáticas y medio occidentales salió por la puerta en pijama y saludó a Sasuke con una palmadita y una sonrisa.

-¡Teme!

Estaba lo suficientemente cerca para oír la conversación.

-No montes escándalo, dobe-dijo el pelinegro-¿tienes lo que te pedí?

-Desde luego que forma de saludar-dijo el rubio haciendo un mohín.

Entró en la estancia y luego salió con un pequeño paquetito en la mano.

-Aquí lo tienes, no sabía que necesitaras este tipo de cosas de mí.

Sasuke abrió la caja y sacó unas gafas iguales a las que tenía y se las puso.

-Hmp, nos vemos dentro de unas horas-dijo despidiéndose.

-Ya tengo ganas de ir al Poisonous Blood, necesito un buen ''bloody mery'' ya me entiendes-dijo el rubio con una sonrisa-últimamente la vigilancia casi no me deja ''comer''.

Sasuke alzó la mano y luego el rubio cerró la puerta.

Al comenzar a andar el pelinegro se quedo parado junto al contenedor.

Sakura ni siquiera respiró.

-Si sigues ahí luego olerás mal-dijo el pelinegro asomando la cabeza y mirándola.

-Ah...Sasuke...

Que vergüenza, la había pillado.

El sonrió de medio lado y luego echó a andar, ella lo siguió.

-No pienses que te estaba siguiendo-dijo atropelladamente.

-¿Debería pensarlo?

Sakura se sonrojó, sin duda la había descubierto.

-Hmp.

-Es que... me preocupas...-se intentó excusar.

Sasuke alzó las cejas.

-Siempre estás solo en tu casa, no tienes amigos, bueno ese chico parecía serlo, pero...

-¿A caso eso es malo?-preguntó él.

-No...es solo que...nunca había conocido a alguien que...

''Que se parezca tanto a mi'' pensó la pelirosa.

-No es bueno que me sigas-dijo el pelinegro.

Ella agacho la cabeza.

-Lo siento-dijo apenada-no era mi intención molestarte, yo...me gusta estar contigo-susurró.

Sasuke se quedó sorprendido, se sintió extraño y de pronto aquella chica menuda le pareció la cosa más hermosa que existía en el mundo.

Se sacudió la cabeza, aquello no era bueno, ellos nunca podrían ser nada, estaba prohibido.

-Será mejor que vuelvas a casa, la tormenta va a empeorar.

Ella asintió y se dio la vuelta, empezando a caminar sin mirarlo, de regreso a casa.


Aquella fue la primera noche que Sasuke Uchiha sobrepasó los límites de seguridad, haciendo guardia delante de la casa de la chica mientras ella dormía.

Desde la cocina de la casa la madre de Sakura lo observaba con una sonrisa. triste.

-Vampiro estúpido-susurró-sabes que está prohibido y aún, inconscientemente, sigues acercándote a ella.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
Copia y pega esto en tu firma si eres del 5% de las personas que suben y le da una ayudita (lo empujan) (^w^)

Greenie Desconectado
« Respuesta #3 en: Abril 25, 2011, 07:31 pm »

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Re: [+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]
« Respuesta #3 en: Abril 25, 2011, 07:31 pm »
EL AMOR, EL AMOR, EL AMO ESTA EN EL AIRE...
SI ESTE FIC TIENE ALGO PARECIDO A CREPUSCULO Y ESO LO HACE TAN GENIAL
ME ENCANTO TODO Y MAS LA REVERENCIA QUE TENTEN LE HIZO JAJAJA
ESPERO CON ANSIAS LA CONTI
UN BESO
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #4 en: Abril 30, 2011, 05:18 am »

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Re: [+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]
« Respuesta #4 en: Abril 30, 2011, 05:18 am »
Hola people!! weno aki regreso con mi historia k se me habia olvidado k la habia subido xD(Inner: y lo dice tan tranquila ¬¬) n.nU gomen ne pero sk km stoy en mis dos ultimas semanas de insti(bien!!) stoy super liada con los examenes >:(y ps es lo k hay peo weno aki subo la conti, spero k os guste, nos vemos, ja na ;D

5.

-¿Esto es realmente posible?-preguntó el rubio escandalizado mirando de nuevo el papel.

-Que quieres que te diga, nunca me he encontrado con un caso así-respondió Shikamaru, que le había llevado el mensaje de la reina.

Sasuke se dedicaba a girar el vaso vacío entre sus manos, todavía no encontraba explicación al hecho de estar reunido en el Poisonous Blood con aquellos dos.

-¿Qué pasa ahora dobe?

El rubio se giró, indignado.

-Pasa que me han despedido, que ya no soy guardián, que estoy en el paro-soltó de una.

-¿Es una orden de la reina?-preguntó interesándose.

-En persona-contestó Shikamaru.

Sasuke leyó el papel con la confusión pintada en la cara, ¿qué mierda era aquello? nunca en todos los años que había vivido un guardián era despedido, su cometido solo finalizaba cuando su protegido moría y sabía que el de Naruto estaba vivito y coleando.

-Es que no hay explicación-dijo el rubio-no hay explicación.

El pelinegro le devolvió el documento a Shikamaru.

-Bueno dobe, ahora tendrás más tiempo libre.

Naruto se sentó en una de las banquetas dejando que todo su peso cayese sobre el acolchado asiento.

-No puedo dejarla sola-dijo el rubio negando con la cabeza-¿qué le harán si no mandan a ningún buen guardián? ella correrá peligro.

Sasuke no pudo creer lo que sus ojos veían, nunca había visto a Naruto llorando y en aquel mismo instante lo estaba haciendo.

-¿Tú sabes por qué te han despedido verdad?-dijo Shikamaru apenado.

Sasuke miraba sin comprender, al parecer ellos dos sabían algo que él desconocía.

-¡Pues menuda mierda!-exclamó el rubio tirando un vaso al suelo, con lágrimas de rabia cubriéndole la cara-¡menuda asquerosa mierda!

Todos en el local se quedaron en completo silencio, con la mirada clavada en el rubio.

-Mañana te llegará la orden de destierro-añadió Shikamaru con impotencia-si no abandonas Konoha en un mes la Guardia Real irá a por ti.

Aquello despertó la curiosidad, ¿qué era lo qué había hecho Naruto?

-¿Has inquebrantado la ley?-preguntó alzando las cejas.

Creía a Naruto capaz de muchas cosas, menos de inquebrantar la ley.

Se escuchó una risita al fondo, proveniente de la manada de lobos.

La mirada que les lanzó Naruto fue suficiente para hacerlos callar.

-Si-fue lo único que contestó.

Sasuke no hizo preguntas del tipo; ''¿Por qué? ¿qué hiciste?'', él no era de esos y además conocía el genio que se gastaba Naruto, nunca le preguntabas a un soldado de la antigua Roma cosas que pudieran incomodarle.

Aunque algo gordo había sido, Naruto nunca había llorado.

-Me iré mañana, ¿tengo derecho a despedirme?

Solo Shikamaru entendió a que se refería.

-Sabes que no puedes Naruto, no lo hagas más difícil.

El rubio soltó una imprecación y se marchó del local como una exhalación, poco después Shikamaru le siguió, en completo silencio.

Poco a poco el local recobró su clima de siempre.

Estaba solo, no es que antes estuviese muy acompañado, pero Naruto y él siempre habían estado juntos, lo sentía más hermano a él que a Itachi, no lloró, ni siquiera mostró ningún tipo de emoción, solo se sintió solo.

Dejó un billete encima de la mesa y salió al aire libre.

Era exactamente media noche, cuando los de su raza se sentían completamente ''vivos'' y en paz.

Echó a andar y su mente lo trasladó a una de esas situaciones que pocas veces había vivido.

Hizo un repaso general de todo lo que había sido su vida, curiosamente todo lo que destacaba en ella eran muertes y más muertes, era un asesino, un cazador solitario que apenas se relacionaba con los demás.

Siempre había vivido bien así, pero el hecho de que Naruto se fuese a cambiar de ciudad, incluso puede que de país, lo había despertado a una absoluta y total realidad, él solo era una máquina de matar con la que nadie se atrevía a hablar, nunca dejaba que nadie entrase en su vida, tenía un instinto muy elevado de intimidad y territorio.

Cuando sus pies se pararon sonrió de medio lado al reconocer el lugar al que lo habían llevado.

¿Quizás era ese sentimiento de temprana soledad lo que le hacía quedarse allí de pie cada noche?

La luz se reflejaba a través del balcón, todo estaba en orden, pero al parecer no era el único que pasaba una mala noche.

Tras comprobar de nuevo la zona y ver que podía abandonar su puesto durante una hora más decidió ir a saciar su sed, que hacía rato que lo atormentaba, después ya regresaría.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Colgó el teléfono y se sorprendió al ver la hora que era.

Había estado todo el rato hablando con Hinata por teléfono y ni siquiera se había dado cuenta de que eran las doce de la noche, suerte que al día siguiente sería Sábado.

Dejó el inalámbrico sobre la mesa del escritorio y bajo a tomar algo de cena, el estómago le pedía algo sólido urgentemente.

-Creí que te habías quedado pegada al teléfono-dijo su madre sentada en el sofá del salón, con la televisión encendida en una canal de cocina.

-Estaba hablando con Hinata-contestó y se me pasó el tiempo, ¿queda algo de cena?

-En la nevera hay algo de ensalada-dijo su madre señalando dicho objeto.

Sakura sacó el bol de lechuga con tomate con total parsimonia.

Una especie de embotamiento le invadió la mente, olía muy fuerte a una clase de olor dulzón que no provenía de ninguno de aquellos alimentos, era un olor puro que le penetró hasta la garganta haciendo que esta le escociese.

-¿Te encuentras bien Sakura?-preguntó su madre al ver a la pelirosa inclinarse con la mano pegada al cuello.

-No...pasa nada-dijo la chica.

Su madre la miró preocupada, muy preocupada, pero no le dijo nada.

-Será mejor que vayas a dormir-dijo.

Miró a su madre y se asustó, pues no la veía como tal, sino como algo comestible pero desgraciadamente repulsivo.

Cerró los ojos y respiró profundamente hasta que consiguió que aquella horrible sensación la abandonase.

Más calmada se reincorporó y tras tomar unas bocanadas de aire miró el bol, de ensalada, todo el hambre se había esfumado de un pepinazo.

Clavó la vista en su madre, que tenía los ojos clavados en una de las ventanas con el ceño fruncido.

-Acaba de cazar y viene directo aquí, sin esperar a que se borre el olor-murmuró sin que la pelirosa llegase a comprender del todo-un día nos llevaremos un disgusto.

Después, como en un flash, su madre la miró con expresión tranquilizadora.

-Iré a tirar la basura, volveré en un instante.

-Déjame ir a mí-pidió la chica.

Aquel olor dulzón que provenía de fuera seguía llamándola a gritos y sentía una enorme curiosidad por adivinar que era aquello que crispaba a su madre.

-Pero...

-Me vendrá bien un poco de aire.

Y sin darle opción a su madre a contestar, cogió la bolsa de la basura y salió a la calle.

El aire le azotó la cara llenándole los pulmones al olor dulzón que la obsesionaba.

Dejó la bolsa de la basura en el contenedor y empezó a andar hacia el lugar de donde creía que venía el olor.

Dobló la esquina y siguió caminando, sentía que cada vez estaba más cerca.

Al principio no lo vio porque el portal estaba integrado en unas galerías sin iluminación, pero la luz de la luna le bastó para reconocer la figura de Sasuke sentado en uno de los bordillos con los ojos clavados en ella.

Sus ojos eran como dos lámparas en la oscuridad que le robaban una a una las defensas mentales de su cuerpo y la arrastraban, el fuerte olor venía de él, algo en su actitud no estaba bien, no dejaba de mirarla y no se movía, quizá fue ese echo lo que la abrumó, la llamada silenciosa de aquellos dos ojos y así su corazón empezó a latir a un ritmo feroz.

-¿No deberías estar en la cama?-preguntó el con voz tranquila.

A pesar de la distancia de diez pasos que los separaba Sakura se dio cuenta de que el fuerte olor dulzón que estaba siguiendo provenía de él.

-Necesitaba salir al aire libre-contestó en el mismo tono.

En silencio se acercó a él y se sentó a su lado sin apartar la vista de él y al estar tan cerca pudo apreciarlo.

Las comisuras de los labios de Sasuke estaban manchadas de gotas de sangre al igual que su camiseta.

Sangre. La palabra taladró su cerebro como si se tratase de la palabra más bella del mundo.

El pelinegro se dio cuenta de que la pelirosa observaba con imperiosa necesidad la sangre que aún le manchaba la boca, entonces eso demostraba que Sakura no era tan normal, se limpió antes de que llegase a pasar algo.

Aquel acto hizo que ella volviese a la realidad y trasladase su vista de nuevo a los ojos de él pidiendo una explicación, uno no encontraba todos los días a alguien manchado de sangre.

-Una pelea-se limitó a decir.

No sabía por qué, pero con la pelirosa siempre sentía la necesidad de dar una explicación.

-¿Estás bien?-preguntó preocupada.

-Claro.

Él retiró la vista y la clavó el la pequeña franja que en ese momento era la luna creciente.

La pelirosa no se creyó la respuesta, en los ojos del chico existía rabia y ¿dolor? ¿cómo saberlo? solo su intuición le decía que al pelinegro le pasaba algo.

-No sé por qué haces esto-dijo.

-¿Hacer lo qué?

-Ser así, tan cerrado en ti mismo, no te dejas que nadie te ayude, no quieres que nadie se te acerque...

-No lo necesito-contestó.

La chica se mordió el labio inferior, harta de esa contestación que él daba siempre.

-¿De verdad piensas que vivirás mejor sin nadie con quien estar?

-No lo necesito-repitió más estricto.

Sasuke estaba perdiendo la paciencia, ella no entendía nada, nunca lo entendería.

-Todos necesitamos a alguien-continuó ella-tal vez un amigo...

Sasuke se levantó de golpe, asustándola y taladrándola con los ojos.

-¿Qué sabrás tú?-escupió-¡los amigos vienen y van, cuando tienes uno este tarde o temprano te dejará! ¡para eso es mejor no tenerlos!

La pelirosa se quedó muda, la voz de Sasuke destilaba rabia y aquella forma tan siniestra en la que la había mirado.

-Lo siento, solo quería ayudarte-dijo apenada.

La ira de Sasuke fue mitigando poco a poco al ver aquella expresión de pena en el rostro de la chica, en ese momento se parecía tanto a las grandes esculturas de las diosas que había visto en Grecia que se quedó sobrecogido.

-Hmp-dijo sentándose de nuevo.

El silencio posterior no fue incómodo ni tenso, pero si extraño, hasta que la pelirosa lo rompió.

-¿Lo dices por el chico rubio?

Él la interrogó con la mirada.

-Tu amigo-aclaró-¿se ha marchado?

La cara de Sasuke era totalmente inexpresiva en el momento que contestó, pues no estaba dispuesto a reconocer que aquello lo entristecía aunque solo fuese un poco.

-Tuvo que marcharse por algunos problemas.

La pelirosa asintió, ahora comprendía, estaba completamente segura de que Sasuke era de esas personas a las que la gente no se arrimaba por lo tanto no tenía apenas amigos.

Se sintió mal por él, si ese chico se iba, él estaría solo en esa ciudad, ella no quería eso, una persona como él no se merecía eso.

-Yo seré tu amiga-dijo ella-yo nunca me iré.

Los ojos de Sasuke se abrieron de sorpresa pero ella no pudo notarlo, ¿su amiga? ellos dos no podían ser nada, solo guardián y protegida, nada más.

-Yo solo tengo dos amiga y si me llego a quedar sin ellas me moriría-continuó-nadie se merece estar solo Sasuke, nadie.

Aquellas palabras calaron hondo en él.

La pelirosa se levantó y lo miró con una sonrisa.

-Y me da igual lo que digas, no estarás solo-dijo-incluso los raritos nos merecemos tener a alguien con quien hablar.

El chico sonrió de medio lado mientras contemplaba la sonrisa de ella, ¿cómo podía existir alguien así? ¿alguien que daba sin esperar recibir nada a cambio?

La chica le tendió la mano.

-Ten invitaría a cenar pero mira la hora que es, además tienes que darte una ducha, cualquiera que te vea así pensará que eres un vampiro.

Sasuke soltó una risotada.

-Puede que si.

Luego se levantó, ignorando la mano de la chica, y se quedó parado delante de ella.

-Debes irte a casa, la coche es peligrosa.

-Si, ya veo que tú lo sabes bien-dijo mirando fijamente la sangre seca, sintiendo otra vez esa atracción.

-Será mejor que volvamos ya, empieza a hacer frío-dijo él sacándola de su ensoñación.

Tres minutos más tarde se despidieron delante de la casa de la chica y esta entró.

-Creí que te había pasado algo-dijo su madre con el ceño fruncido.

La chica no le hizo caso y en sus labios se formó una sonrisa, había conseguir abrir un poquito más la coraza que protegía a aquel misterioso pelinegro.

6.

Estaba centrado leyendo los papeles que hablaban sobre Sakura.
Estaba tan confundido...
Sabía que no podía acercarse a ella, que las leyes lo prohibían pero aún así siempre había algo que hacía que él y la pelirosa acabasen siempre encontrándose.
Sacó su botella de wisky del mueble bar y bebió a morro un largo trago, relamente no sabía que hacer, esa época estaba siendo de las peores de su vida.
Se llevó una mano al pelo y lo removió varias veces.
Iba a echar otra ojeada a los papeles pero justo en ese momento alguien llamó al timbre.
Miró el reloj, era un Sábado a las 8 de la mañana, ¿quién madrugaba tanto en fin de semana?
Antes hubiese pensado que sería Naruto pero el rubio no era de los que se levantaban a esas horas y mucho menos llamaba al timbre.
Bajó las escaleras despacio, seguro que sería Itachi que venía a recoger el informe semanal o algún que otro tocapelotas de la Guardia Real, últimamente todo era posible.
Pero para su sorpresa no era nadie que él hubiese pensado, en la puerta con las gafas de sol y saludando hacia la entrada estaba Sakura con una bandeja en la mano.
Curioso le abrió la puerta y la pelirosa poco después ya se encontraba a su lado.
Sasuke percibió que iba totalmente preciosa.
El pelo rosa le caía por toda la espalda y lo llevaba ondulado con el flequillo sujeto hacia atrás con dos orquillas, llevaba una camiseta verde y fucsia de manga corta y unos pantalones largos de color negro.
-Buenos días-saludó la chica entrando en la casa dejándolo a él sorprendido en la puerta-he venido a desayunar contigo, ¿todavía llevas puesta la ropa de ayer?
El pelinegro se echó un vistazo, ni siquiera se había acordado de cambiar la ropa.
Lugo volvió a mirar a Sakura, que andaba de puerta en puerta, seguramente buscando la cocina, cuando la encontró, entró en ella y dejó la extraña bandeja encima de la encimera.
-He decidido venir a desayunar contigo porque me tomo muy en serio lo de ser tu amiga-empezó a decir-he traído unos cuantos pastelitos, no sé si te gustan pero como no me has dicho nada decidí probar suerte, ¿dónde tienes la leche?
Sasuke todavía estaba perplejo, la había creído cuando la noche anterior le había dicho que sería su amiga para siempre pero de ahí a llegar a desayunar juntos...
-Está en la nevera-contestó señalando el electrodoméstico.
-Que llena la tienes-comentó.
Normal que estuviera llena, solo comía comida de humanos a la cena y por puro placer, no por hambre.
Sakura empezó a sacar cartones de leche y zumo y unas cuantas rebanadas de pan.
-Eres muy alto así que debes comer bastante para mantenerte bien-dijo la pelirosa.
Él sonrió de medio lado.
-¿A caso eres mi madre?-preguntó irónicamente.
-No, pero me preocupo por ti, como cualquier buena amiga, así que no me rechistes y siéntate a esperar.
El pelinegro alzó las manos y luego se sentó en una de las sillas mirándola mientras hacía el desayuno.
La ojijade se movía gracilmente de un lado para otro de la cocina y no paraba de hablar para sí misma en voz baja.
Costaba creerse que una persona así fuese un vampiro de la realeza, ellos siendo tan estirados, finos y prepotentes, mientras que ella era alegre, vivaz y corriente.
Eso es, ella era alguien corriente y especial al mismo tiempo, y él era encargado de proteger aquella mezcla tan extraña.
Pero también era el que más lejos debía mantenerse de ella, por regla general un sangre nunca debía intimar a su guardián y mucho menos mantener una relación de cualquier tipo con él.
Saltaba a la vista que ellos no estaban cumpliendo aquella norma.
-¿Cómo te gusta el café?
El pelinegro volvió en sí y la miró inquisitivo.
-Te pregunté como te gusta el café.
¿Café? ¿y él que sabía? nunca bebía café.
-De acuerdo, te lo haré igual que el mío, mira que eres reservado.
-Hmp, ¿reservado?
-Si, ni siquiera me dices como te gusta el café-dijo.
El pelinegro arqueó las cejas mientras ella le llevaba el café.
Justo cuando la pelirosa se lo iba a dar esta tropezó con sus propios pies y cayó encima de pelinegro tirándole el café por toda la camiseta.
Sakura se sonrojó y levantó la mirada para disculparse.
Su boca estaba a escasos centímetros de la del pelinegro y sus ojos chocaban como imanes contra los negros de él.
El corazón empezó a latirle desenfrenadamente y la respiración se le agitó.
Por su parte el pelinegro se quedó con la garganta seca, su corazón también latía con fuerza y su respiración chocaba con la de la pelirosa, al igual que su mirada.
Se obligó a tragar cuando notó que la garganta se le había quedado como un corcho y cuando lo hizo notó como todo su cuerpo se amoldaba con el de ella.
Entonces se imaginó como sería tocarla, besar esos carnosos labios...
Sacudió la cabeza y apartó a la pelirosa de sí, aquello no debía de ocurrir, tenía que dejar de beber, empezaba a tener efectos secundarios.
-Lo...lo siento, soy...una patosa-se disculpó la chica, colorada hasta la médula.
¿Qué había sido aquello? su cuerpo entero se había sacudido en una descarga cuando Sasuke la había tocado para apartarla, su corazón casi estallaba cuando la había mirado de aquella manera y casi se quedaba sin respiración cuando la de él chocó con la suya.
-Hmp-dijo él sacándola de sus pensamientos.
Sasuke cogió una servilleta y empezó a limpiar los chorretones de café ardiendo que le caían por la camiseta. En momentos así agradecía ser un vampiro, su piel era insensible a cualquier cosa excepto al exceso de sol, el mordisco de otro vampiro o una paliza también de otro vampiro.
-Lo siento, te has quemado-dijo la pelirosa al ver el estado de la camiseta-déjame que te vea.
-Si me quieres ver sin camiseta dilo y ya está, no busques excusas-dijo él altanero.
-No me provoques Uchiha y haz lo que te digo-contestó ella con voz seria.
Él sonrió de medio lado mientras hacía lo que ella le decía.
Sakura tuvo que disimular su sonrojo cuando aquel bien formado cuerpo quedó al descubierto. El pelinegro era musculoso, pero no exagerado, lo era de un modo perfecto, ni mucho ni poco, y su piel blanquecina brillaba bajo la tenue luz solar que se colaba por una de las ventanas.
Simplemente era un Dios.
-Ejem-carraspeó él divertido.
La pelirosa volvió al mundo y rápidamente puso cara seria, allí no había ni una triste quemadura, a pesar de que el café le había caído encima de lleno.
-No tienes ni una quemadura-susurró llevando una mano al abdomen del chico.
La piel de Sasuke era suave y fría, sin ninguna imperfección, era un adonis.
El pelinegro cerró los ojos al contacto con la mano de la chica. La mano de Sakura era cálida debido a que constantemente ingería alimento humano y se pasaba la mayor parte del día fuera de casa.
Era suave y delicada, podía notarlo perfectamente.
-Entonces todo está bien-dijo cortante, separándose de ella.
-Eh...sí, claro, ¿comemos los pasteles? los ha hecho mi madre-contestó la ojijade cambiando de tema rápidamente.
-No tengo hambre-contestó.
-Bueno, yo tampoco la verdad.
Sonó el timbre y Sasuke fue a abrir, ¿quién sería ahora?
Al abrir la puerta se encontró de frente con una chica de pelo verde claro y ojos azules.
-¿Qué haces aquí?-le preguntó.
-Habíamos quedado-contestó Alecto en tono indiferente-la semana pasada sino te acuerdas.
Sasuke bufó al darse cuenta de que la chica tenía razón.
-Pues ahora no puedes entrar porque...
-¡Hola!-dijo Sakura apareciendo detrás del chico.
Sasuke se llevó una mano a la cara en gesto resignado y luego miró a Alcto, a la que poco le faltaba para que se le descolgase la mandíbula.
-Soy Sakura, una amiga de Sasuke, ¿tú eres su novia?
-No-contestó éste inmediatamente-es una prima lejana.
-Si, soy una prima lejana-contestó esta volviendo a la realidad-me llamo Alecto.
-Que nombre más raro, se nota que es extranjero.
Alecto miraba a Sasuke con ojos inquisitivos y cargados de sorpresa, y es que no se creía lo que veían sus ojos, aquella chica era una sangre pura y no una sangre pura cualquiera, una de la familia Serim, su prima la desaparecida, y ella que creía que su madre había sido la última del clan.
-Vuelvo en otro momento veo que...
-No hace falta-dijo la pelirosa-os dejo solos, seguro que tenéis mucho de lo que hablar, te dejo los pasteles, espero que te gusten Sasuke, los ha hecho mi madre.
La pelirosa se marchó de allí y los dejó a solas.
-¿Pasteles? ¿su madre? ¿amiga tuya?-empezó la peliverde-¿qué significa esto? ¿por qué la heredera desparecida de los Serim estaba desayunando en tu casa?
Sasuke resopló, Alecto era la hija de Demetrio, el jefe de los sombra, pero aún así era una chica en la que se podía confiar y que siempre le pasaba información sobre los sombra, precisamente la semana pasada se había visto a escondidas en una de las casas de Demetrio, ''el lugar prohibido'' del que había hablado aquel asqueroso sombra que se había hecho pasar por su primo.
-Hmp, entra.
Los dos se dirigieron a la sala y Sasuke le lanzó los papeles que estaba leyendo justo antes de que Sakura llegase.
Se sirvió un vaso de wisky mientras Alecto leía los papeles, totalmente asombrada.
-Según lo que pone aquí ella es tu protegida.
-Ajá.
-Esto es...imposible-dijo sorprendida.
----------------------------------------------------------------------------------------------------
-¡Sakura, Hinata está aquí!-exclamó su madre desde la planta de abajo.
La pelirosa volvió al mundo, se había pasado toda la mañana y la mediodía pensando en Sasuke y esa chica, de verdad que había temido que fuese su novia, ¿pero eso no debía alegrarla? a fin de cuentas Sasuke era su amigo y debía desearle lo mejor, aún así no pudo evitar sentir alivio cuando ella le contestó que era su prima lejana.
Se levantó de la cama y salió del cuarto.
Su madre y Hinata la esperaban en el salón, tomando un té.
-Hola Hinata, que bueno que ya hayas llegado-saludó.
-Si, la verdad es que como estuve de compras ya vine directamente hacia aquí-dijo mientras enseñaba una pequeña bolsa de joyería-mi madre, resulta que rompió los pendientes.
Sakura asintió, la verdad es que en esos tiempos en la familia Hyuuga sucedía de todo, la tía de Hinata se había muerto en extrañas circunstancias y había dejado huérfano a Neji, el primo de la peliazul.
-Mi familia está hecha un caos-le dijo la peliazul una vez ya estaban en la calle-nadie me dice nada pero yo sé que salen todas las noches a las 12.
-¿Y qué tiene eso de malo?-preguntó la pelirosa-a lo mejor salen a tomar algo.
-Yo también pensé eso, pero mi padre no es de los que salen y últimamente sale con mi primo Neji, vestido de una forma muy rara-dijo-es más últimamente está muy raro.
-¿Raro?
Hinata puso una cara extraña.
-Ayer me decidí a preguntarle a dónde iban por las noches y el me contestó: ''ya queda poco tiempo para que tú también participes''-contestó-en realidad no sé a lo que se refiere.
Las dos se quedaron calladas por un momento.
-Pero dejemos ese tema y dime que tal te ha ido hoy, ¿has hecho algo interesante?
-He ido a desyunar con Sasuke-contestó como si nada.
Hinata se quedó clavada en el sitio.
-¿Cómo?
Sakura empezó por contarle lo sucedido la nohe anterior y luego procedió a lo de aquella mañana.
-Ese chico no me da buena espina-dijo la ojiperla-hay algo en él que no me gusta.
-Eso es porque no lo conoces, parece alguien frío pero yo creo que es así solo para aparentar, a veces es simpático.
-No sé Sakura, alguien que vive en esa casa...
-¿Ya estamos otra vez con la dichosa casa? hoy he estado en ella, y he estado más días y no me ha pasado nada, todo eso es una patraña para asustar a la gente.
-Pero aún así él te mira raro.
-¿Raro?-preguntó, confundida.
-Sí, como si te estiviese vigilando.
-Desde luego Hinata ves cosas donde no las hay-dijo con una carcajada.
La ojiperla se encogió de hombros, ella estaba segura de que era así.
-----------------------------------------------------------------------------------------
Ya eran las 11 de la noche y Naruto caminaba por la ciudad con las maletas en la mano, le hubiera gustado despedirse de Sasuke pero lo tenía prohibido, no podía despedirse de nadie.
Había sido un estúpido al pensar que podía mantener su relación en secreto por toda la eternidad, era obvio que alguien se daría cuenta pero él no lo quería ver, estaba tan enamorado de Idel que se negaba a creer que alguien o algo podría separarlos.
Y ahora estaba sin casa, sin familia y se tenía que marchar a 30 km de la ciudad y no se le permitía volver jamás, aquel era el castigo por infringir las leyes.
Delante de él apareció la figura de una humana que caminaba lentamente.
Ojalá que esa chica llegase sana a casa, con todo lo que se cocía en esa ciudad por la noche era mejor andarse con cuidado.
Hinata iba muerta de miedo, se había quedado hasta tarde en casa de Sakura y ahora tenía que regresar de noche a la suya.
Miraba constantemente a los lados, tenía miedo de que algún pervertido la atacase.
Iba tan distraída que no se fijó en una piedra que había en el suelo y tropezó.
Cerró los ojos, pero antes de caer al suelo algo la detuvo.
Abrió los ojos y se encontró con unos azules y brillantes y una sonrisa de dientes blanquísimos, le dio un escalofrío, no de miedo sino de extraña inquietud.
-No deberías andar sola de noche señorita-dijo el chico, que era rubio y extremadamente guapo.
Ella agachó la cabeza, completamente sonrojada.
-Lo siento, no miraba por donde iba y...
-No pasa nada, tú no te lastimaste ¿no?
Ella negó.
Naruto se quedó observándola, era linda, su pelo azul oscuro quedaba perfecto, en armonía con la noche y la luz de la luna, al igual que sus brillantes ojos perla.
Pero lo mejor era el olor, diferente al de cualquier ser humano, olía a bosque, a exquisita hierba mojada mientras el rocío caía sobre ella.
-Me voy es tarde y...-empezó a decir la peliazul.
-Te acompaño, es muy tarde y la noche es muy peligrosa-sonrió al escuchar aquellas palabras de su propia boca, siendo él el cazador más peligroso.
Hinata enrojeció completamente pero empezó a caminar con él sin decir nada.
-Me llamo Naruto ¿y tú?
-Hinata-contestó en voz baja.
Continuaron el resto del camino en silencio.
Hinata se esforzaba por mantener la vista pegada al frente mientras que él la observaba de reojo.
-Lle-llevas maletas-dijo fijándose en aquel detalle.
-Me voy de viaje-contestó él con una sonrisa-necesito cambiar de aires.
La chica asintió.
No volvieron a decir palabra alguna hasta que la ojiperla se quedó parada en frente de una modesta casa.
-Gracias por acompañarme-agradeció sin levantar la cabeza.
-De nada, un placer conocerte.
En ese momento la puerta de la casa se abrió y por ella salió Neji en pijama.
-¿Hinata? ¿con quién hablabas?-preguntó.
La ojiperla se giró pero Naruto ya había desparecido.
-Con nadie-dijo entrando a la casa.
Neji echó un vistazo y luego olisqueó el aire, olía a chupasangre.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
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Greenie Desconectado
« Respuesta #5 en: Abril 30, 2011, 01:47 pm »

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« Respuesta #5 en: Abril 30, 2011, 01:47 pm »
HOLA
DRESTI (: ME HAN GUSTADO MUCHISIMO LOS CAPISSS
SAKURA ES UNA EXCELENTE AMIGA.. Y SASUKE ES TAN PERFECTO...POBRE DE NARUTO
PERO BUENO ALMENOS YA ENCONTRO EL AMOR ES UNA CHICA DIFERENTE Y CUANDO DIGO DIFERENTE ES PORQUE ES DIFERENTE ^^
UN BESOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
ESPERO CON ANSIAS LA CONTINUACION :D
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #6 en: Mayo 06, 2011, 03:20 pm »

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Re: [+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]
« Respuesta #6 en: Mayo 06, 2011, 03:20 pm »
Holaaa!! siento el retrasoo, keria venir antes peo es lo mismo de siempre, sta semana k viene es mi ultima semana de instituto y stoy hasta arriba de examenes y stoy con riesgo de dejar una(y asi no podria pasar pa la uni) asi k stoy super estresada!! peo en fin aki traigo otros dos capiis^^

7.

Sakura bajó rápidamente las escaleras y recogió sus cosas del sofá, donde se las había dejado su madre antes de irse a trabajar y se puso las gafas de sol.
El timbre volvió a sonar, recogió todo y después salió a la calle donde la esperaba Hinata.
-¿E Ino?-preguntó buscando a la rubia con la mirada.
Hinata se encogió de hombros.
-Fui a buscarla a casa pero nadie me contestó así que pensé que había venido directamente hacia aquí, pero cuando llegué no había nadie-contestó.
-Que extraño-dijo la pelirosa.
Normalmente si pasaba algo Ino las avisaba con antelación.
-Puede que ya esté en el Instituto-dijo la ojiperla.
Así que empezaron a andar sin más miramientos.
Al pasar por delante de la casa embrujada Sakura no pudo evitar mirar hacia ella, Sasuke ya había salido hacia el Instituto, lo sabía porque todas las cortinas estaba descorridas y él siempre las tenía cerradas cuando estaba en casa, y porque el flamante mercedes negro no estaba aparcado en su sitio.
Había pasado un mes desde que había jurado ser su amiga para siempre y con frecuencia iba a visitarlo por la tarde y había ido casi todos los fines de semana a desayunar con él.
No había sucedido ningún incidente como el del café aunque esa especie de atracción seguía existiendo entre ellos.
En ese tiempo lo había conocido mejor, Sasuke era un chico reservado y escaso en palabras, casi siempre era ella la que hablaba mientras él escuchaba sin decir nada, pero también era una persona atenta y para nada desagradable como quería dar a entender él.
Le había hecho varias preguntas sobre su familia pero él siempre evitaba el tema por lo que al poco tiempo desistió.
Lo que más le fascinaba de él era su entorno, la misma apariencia de él y toda la casa.
Los muebles seguían cubiertos con sabanas amarillentas y las cosas parecía que no se usasen desde bastante tiempo a pesar de que él viviese allí.
Con respecto a su apariencia el pelinegro nunca vestía colores llamativos, siempre iba de blanco, negro, gris o colores oscuros, nunca de otra forma.
Cualquiera persona lo tacharía de rarito y lo dejarían de lado, pero ella no podía más que sentir cada vez más atracción por ese extraño chico.
-Sakura, vuelve-dijo Hinata.
-¿Eh?
-Te has quedado mirando a la casa de Sasuke-kun y no me contestabas, apúrate o llegaremos tarde.
-Sé que te parece extraño pero a mí me cae bien-dijo la pelirosa.
-Creo que ya me he acostumbrado, no sé si te lo conté pero yo el mes pasado también conocí a un chico extraño.
-¿Si? cuenta, cuenta-la apremió Sakura.
-Fue al salir de tu casa el día que fuiste a desayunar con Sasuke-kun, pues yo iba toda apurada porque tenía miedo de que me saliese un pervertido por el camino y me choqué con él.
-¿Y cómo era?-preguntó la ojijade con curiosidad.
-Muy guapo-contestó sonrojada-era rubio y tenía la piel muy bronceada, ah si y los ojos azules, altísimo.
-Que suerte tienes-dijo la pelirosa-¿y qué pasó después?
-Me acompañó a casa para que no me pasase nada y luego se presentó, creo que me dijo que se llamaba Naruto.
¿Naruto? ¿no se llamaba así el amigo de Sasuke?
Pronto abandonó sus pensamientos pues habían llegado al instituto.
No había ni rastro de Ino en la entrada pero al que si encontró fue a Sasuke y no estaba solo.
A su lado se encontraba aquella chica de extraño pelo verde que había llamado a casa de Sasuke hacía un mes.
Hablaban muy serios hasta que los ojos azules de la chica se posaron en ella y la saludó con la mano.
-¿La conoces?-preguntó Hinata.
-Es una prima lejana de Sasuke.
-Ah, bueno yo voy a dentro a ver si encuentro a Ino.
Hinata se marchó y la pelirosa se acercó a saludar.
-Buenos días, ¿estás de visita Alecto?-preguntó con una sonrisa.
La ojiazul miró a Sasuke, que se mantenía impasible apoyado contra la pared.
-Solo vine para hablar con Sasuke de asuntos familiares pero ya me voy, que tengáis buen día, cuidate Sakura.
Aquellas últimas palabras sonaron como imploración en los oídos de la pelirosa.
-¿Entramos?
Sasuke la miraba de la misma forma que siempre, sin ningún tipo de emoción, resignado ya a su compañía.
El pelinegro no podía evitar sentirse nervioso cada vez que otro de los de su especie se acercaba a ella.
Alecto le había dicho que ese exceso de preocupación acabaría trayéndole problemas tanto a él como a Sakura, y él lo sabía pero es que por más que intentase poner tierra de por medio entre ellos dos era incapaz de separarse de ella.
Además ella era muy terca y por culpa de esa estúpida promesa era incapaz de sacarsela de encima, siempre lo buscaba y le hacía preguntas comprometedoras, aunque ya se había acostumbrado a eso.
-Estoy preocupada-dijo la chica mientras entraban-Ino no ha venido a buscarme y tampoco estaba en su casa, ojalá que esté aquí y que Hinata la haya encontrado.
-Hmp.
Al llegar a clase se encontraron con Hinata en la puerta, pero ni rastro de Ino.
-No está-dijo la ojiperla-ni siquiera contesta al móvil, Sakura me estoy preocupando.
-Bueno, después iremos a buscarla a su casa-dijo la pelirosa.
-¡A clase!-gritó Kakashi-sensei tras ellos.
Sakura y Sasuke se sentaron juntos en sus respectivos sitios.
La pelirosa tenía la cabeza gacha, se la notaba muy preocupada, pero él no podía hacer nada al respecto.
-Como podéis observar delante de cada uno de vostros he dejado un aparatito pequeño-dijo Kakashi-sensei-pues es un medidor de energía, seguro que os gustará ya que lo que haremos con él es muy sencillo, primero mediremos la nuestra propia y después cogeremos de la mano al compañero y mediremos la de los dos juntos.
La cara de Sakura se sonrojó por completo de solo recordar la sensación que había sentido cuando Sasuke y ella se habían rozado.
Miró de reojo al pelinegro pero este parecía muy tranquilo.
-Empezad-dijo Kakashi-sensei.
La pelirosa carraspeó y llevó su mano al pequeño aparato, poniendo el dedo índice en el lugar indicado, el medidor de energía emitió un pequeño sonido y una lucecita amarilla parpadeante mientras medía la energía eléctrica de su cuerpo en watios.
A su lado Sasuke hacía lo mismo, en serio que aquellas chorradas de los humanos a veces lo exasperaban, apuntó los datos finales, retocándolos, ya que la energía eléctrica de un vampiro superaba por mucho la de un humano y luego esperó a que Sakura acabase.
-No sabía que tuviese tanta energía-dijo la pelirosa apuntando los datos.
Ya se encargaría él más tarde de cambiarlos a escondidas.
-Etto...ahora habrá que...ya sabes-dijo la chica cohibida.
Él suspiró y estiró la mano hacia la chica mientras la otra la mantenía en el medidor.
Sakura tragó grueso mientras miraba la mano estendida del pelinegro, su corazón había empezado a latir frenéticamente y la garganta se le resecaba.
Con lentitud llevo su mano izquierda al medidor y su mano derecha hacia la de Sasuke.
Él la miraba con indiferencia, pero en el momento en que sus manos se rozaron sucedió algo extraordinario.
Un torrente de energía los sacudió a ambos.
Los dos sintieron como una fuente inmensa de poder iba creciendo cada vez más en su interior, como un torrente imposible de esquivar que los obligaba a mantenerse cogidos de la mano.
Ninguno de los dos entendía nada de lo que estaba pasando y buscaron respuesta en los ojos del otro.
El pelinegro quedó marabillado, los ojos de Sakura refulgían exultantes de energía y sintió como aquella vista le aceleraba aún más el corazón.
El sonido de los medidores se hizo ensordecedor, el nivel de energía era tan alto que no lo resistieron y explotaron en mil pedazos soltando una maraña de chispazos, haciendo que todo el mundo gritase del susto.
Pero ellos se mantenían igual, mirándose a los ojos y con las manos cogidas con fuerza.
Sakura pudo sentirlo, como la energía suya se mezclaba con la de Sasuke y viceversa, era como si se estuviese estableciendo entre ellos un fuerte lazo que no los dejaría soltarse nunca más.
Pero pronto comprobó que no era así, pues Sasuke le soltó la mano con tanta rápidez que apenas se dio cuenta.
El pelinegro cogió sus cosas, se levantó y salió de clase sin mediar palabra, dejando a Sakura desconcertada.
Todo el mundo estaba en silencio, con la mirada incrédula puesta en la pelirosa, Kakashi-sensei incluido.
-Ejem, esto...bueno, después de este desafortunado accidente, recuperamos la normalidad y seguimos con la clase, ¿te encuentras bien Haruno?
-Si-si-contestó la chica.
Estaba incrédula, ¿qué había sido aquello? ¿por qué había pasado? ¿y por qué Sasuke se había marchado de esa forma, sin mirarla tan siquiera?
Un mal presentimiento se apoderó de ella, como si no volviese a ver a Sasuke en mucho tiempo.
Al final de clase, Hinata la esperaba con la boca abierta.
-No sé lo que pasó-contestó la pelirosa antes de que su amiga preguntase nada.
-Creí que os iba a pasar algo-dijo la peliazul-tenías que ver como saltaban las chipas alrededor vuestro.
-Tranquila que no pasó nada.
-Pero parece que a Sasuke-kun si, salió muy enfadado de clase.
-¿Enfadado?-preguntó extrañada.
-Si, debió lastimarse o algo, pero la verdad es que estaba demasiado enfadado.
¿Se habría enfadado con ella? pero ella no había sido la culpble, aquello no había sido culpa suya, luego iría a hablar con él.
-Estuve pensando en lo de Ino-dijo la ojiperla-y creo que no ha venido porque esta preparándose para Halloween.
Sakura alzó una ceja.
-Si, ya sabes como es ella con esto de las celebraciones, se lo toma muy en serio y Halloween es dentro de 10 días, seguro que no debemos preocuparnos.
-De todos modos si mañana no da señales de vida, iré a buscarla-dijo la pelirosa.
---------
Entró en casa y tiró con furia las cosas contra la pared.
¿Cómo había permitido que eso llegase a ocurrir? ¿cómo había aceptado acercarse a Sakura sin medir las consecuencias? estaba perdido si alguien se enteraba de lo que acababa de pasar en clase de biología.
Al principio no lo vio claro pero ahora comprendía completamente lo que había sucedido, entre Sakura y él se había producido un Lazo Rojo, un fenómeno muy poco corriente entre los de su raza pero que a veces sucedía.
Eso quería decir que estaban destinados a estar juntos.
Dio un fuerte puñetazo en la pared, haciendo que la casa temblase, ¿qué haría ahora? los matarían, a los dos.
Tenía que hacer algo de inmediato y solo se le ocurría una cosa.
Renunciar a su trabajo de guardián y así no volver a verla nunca más.
--------
Neji y Kiba entraron en el pequeño apartamento, todo estaba a oscuras pero gracias a sus ojos de licántropo veían todo con claridad.
Todo estaba patas arriba y en el aire había un fuerte olor a sangre, como si se hubiese producido la peor de las luchas en aquel espacio tan reducido.
-Aquí ha estado uno de los nuestros-dijo Kiba mientras olisqueaba el aire-esto no es obra de un chupasangre.
Neji maldijo por lo bajo, aquello era lo único que les faltaba, un asesino en la manada, como si no tuviesen ya suficientes problemas.
-Hay marcas de uñas lobunas en la pared-dijo-son de un cachorro, pero no consigo averiguar quien pudo ser.
-Yo tampoco, pero por Kami que ha sido una masacre, aquí hay dos personas entre los escombros.
Neji se acercó y entre los dos examinaron a los humanos, ya era demasiado tarde, tenían todo el cuerpo desgarrado y habían perdido mucha sangre.
Neji se llevó una mano a la cara.
-Esto tiene que ser informado de inmediato, vete a decírselo a mi tío, yo me quedaré echando un vistazo.
-Ten cuidado-dijo Kiba antes de marcharse.
El ojiperla contunuó inspeccionando el lugar.
Los humanos habían intentado defenderse del monstruo pero había sido totalmente imposible, el que lo había hecho había actuado de forma muy sanguinaria.
Las marcas de sangre y de uñas estaban presentes por todos lados.
Su oído captó un ruido extraño, de una de las habitaciones provenía una especie de llanto silencioso.
¿Podría ser que hubiese un superviviente?
Se dirigió rápidamente hacia el lugar de procedencia del sonido y encontró un espectáculo espeluznante.
Había una chica tirada en el suelo, la mitad superior de su cuerpo era de una chica humana pero la inferior era de lobo.
-¿Quién está ahí?-preguntó con voz trémula.
Neji se acercó a ella.
-¿Qué te ha pasado?
-Me ha mordido-contestó la chica entre sollozos-me ha mordido después de acabar con mis padres y ahora yo soy un monstruo igual que él.
Neji suspiró, nunca había tenido que enfrentarse a un caso así, un caso de conversión.
Aquella chica nunca más sería una humana, la mordida estaba en un estado muy avanzado y dentro de poco completaría su transformación inicial y a partir de ahí dejaría el mundo de los humanos para siempre.
-¿Cómo te llamas?-le preguntó.
-Ino.

8.

No sabía por qué pero ese día estaba más nerviosa que de costumbre, sentía una extraña sensación en el cuerpo, como si estuviese en pleno proceso de cambio.
Estaba tirada en la hierba del jardín que había detrás de su casa pensando.
Hacía una semana que no se encontraba ni rastro de Sasuke, no había ido a la escuela y no estaba en casa.
¿Por qué se habría ido? la pregunta volvía una y otra vez a su cabeza.
Estaba algo decepcionada porque Sasuke no le había comentado nada al respecto.
Para más inri tampoco se sabía nada de Ino, era como si ella y su familia fuesen borrados del mapa.
Todo aquello parecía sacado de una película de terror que le venía al pelo a aquella época, dentro de tres días sería Halloween.
Se llevó una mano a la garganta, le picaba y le escocía desde hacía tres días y ninguno de los remedios que le daba su madre servían para nada.
Su piel se había vuelto más rígida y blanca de lo normal y si uno se fijaba bien se daba cuenta de que el pelo le crecía un poco cada día.
Llevaba puestas las gafas de sol ya que le era totalmente imposible salir sin ellas a la calle.
Sugirió ir al médico pero su madre dijo que aquello era algo pasajero, aunque la verdad es que ella la notaba muy extraña y vigilándola a todas horas.
Pero lo que realmente la asustaba era el hecho de que a veces se sorprendía paladeando el exquisito aroma que desprendían las personas de su alrededor.
¿Qué le pasaba? se sentía extraña y por alguna razón sentía que el único que la comprendería era Sasuke, pero él no estaba.
Se levantó de la hierba y entró en casa.
Estar allí tirada sin hacer nada no le ayudaba a despejarse.
Adentro su madre la miró preocupada, Sakura no hacía más que llevarse la mano a la garganta.
-Voy a salir mamá-dijo la ojijade.
-¿Salir?-preguntó alarmada-estás mal Sakura, es mejor que estés en casa.
-Llevo dos días en casa mamá, no me pasa nada y además quiero ir a ver a Sasuke-contestó.
-Ese chico se marchó de la ciudad-dijo su madre.
-¿Y tú como estás tan segura?-preguntó la chica.
La mujer se quedó callada y bajó la cabeza.
-Voy a ir.
La pelirosa salió de la casa y atravesó la calle de camino a la casa del pelinegro.
La enorme casa parecía más fantasmal sin el flamante mercedes.
Tocó varias veces el timbre pero tal y como esperaba nadie contestó.

-No servirá de nada, o no está o no quiere contestar.
Sakura se giró y quedó frente a frente con Alecto, que también llevaba unas gafas de sol.
-¿Tú tampoco sabes donde está?-preguntó la pelirosa.
Alecto negó con la cabeza.
-Pero no es a Sasuke a quién busco, te buscó a ti.
Sakura se sorprendió.
-¿A mi? ¿por qué?
-Mira Sakura, lo más seguro es que no creas nada de lo que te digo-dijo la peliverde-pero las cosas se han complicado mucho, mi padre me ha ordenado que te mate.
-¿Matarme? ¿cómo?
-Con esto-dijo Alecto mientras le enseñaba los afilados colmillos.
Sakura se quedó de piedra, Alecto tenía los ojos inyectados en sangre, habían pasado de azules a rojo intenso y ahora se acercaba sigilosamente hacia ella con los enormes colmillos al aire.
Un instante antes de que ella rozase a la pelirosa una mancha negra se interpuso entre ellas.
Era Sasuke, que también exibía unos larguísimos colmillos y miraba con furia a Alecto.
La chica volvió a la normalidad con una sonrisa.
-Hacerte aparecer ha sido más fácil de lo que pensaba Sasuke-dijo-¿en realidad pensabas que iba a matarla? que poco me conoces.
El pelinegro también volvió a la normalidad con un bufido.
-Sinceramente no me he creído esa pantomima de que te ibas de Konoha para separarte de ella, eres incapaz de hacerlo porque el lazo de sangre es demasiado fuerte para permitírtelo ¿cierto?
Sasuke se quedó callado, odiaba cuando la peliverde se hacía la sabelotodo y se entrometía en su vida y sobre todo cuando lo dejaba en completo ridículo como en aquella situación.
Sakura los miraba a los dos entre asustada y sorprendida, ¿qué era lo que estaba pasando?
-Hmp, me voy a ir, es cuestión de horas que llegue mi permiso de abandono y me largue de esta ciudad.
El corazón de la pelirosa se paró, ¿se iba a ir? ¿por qué? se sentió como si alguien le hubiese clavado una estaca en el corazón.
-No quieras engañarte Sasuke, nadie puede luchar contra...
-¡Me voy y punto!-exclamó el pelinegro-toda esa tontería del lazo es una patraña, yo no siente nada por ella.
-Mide tus palabras-dijo Alecto mirando a Sakura-no sabes cuanto pueden llegar a lastimar.
El pelinegro se giró y se dio cuenta de que Sakura lloraba mientras lo miraba.
El corazón se le oprimió, ¿qué era lo que había hecho? ahora ella estaba llorando.
-¿Te vas y no me has dicho nada?-susurró la pelirosa-yo creí que era tu amiga.
-No sabes nada de mi, no sabes que es lo que soy-dijo el pelinegro-no te convengo y no me convienes eso es todo.
-¿Por qué soy humana?-preguntó al pelirosa.
Aquella pregunta dejó fuera de batalla tanto a Sasuke como a Alecto.
-Sé que no eres como los demás, no soportas la luz del sol, tu vida practicamente es nocturna, vives solo, tienes mucho dinero, apenas comes, te llevas con frecuencia la mano a la garganta y me miras como si yo fuese algo comestible, tu piel es muy blanca, acabas de aparecer de la nada, ¡demonios Sasuke te he visto manchado de sangre! ¿qué es lo que pasa?
Se negaba a creer la idea que navegaba por su mente en ese momento, porque era imposible, era imposible que aquello fuese verdad pero saltaba a la vista que Sasuke y su prima lejana no eran normales.
-No pasa absolutamente nada-dijo Sasuke.
-Alguna vez ella tendrá que...-empezó a decir Alecto.
-¡No!-exclamó Sasuke-esto se acaba aquí, nos vamos Alecto, nos vamos ahora mismo.
-No te vayas-pidió Sakura-por favor Sasuke dime que pasa.
-Hmp.
Alecto le lanzó una mirada de disculpa y después de eso los dos se marcharon dejándola sola en medio de la calle.
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La Reina se encontraba asomada en la alcoba de su palacio, en Alemania, de vez en cuando le gustaba regresar a su tierra natal y respirar el aire puro del bosque donde varios siglos atrás ella había vivido con su familia siendo una guerrera valquiria.
Ahora, siglos después todo había desaparecido, no quedab ni rastro de lo que antes había sido su pueblo y ella como Reina había mandado construirse una palacio en aquel lugar para honrar a lo que en tiempos pasados había sido su hogar.
-Majestad-se escuchó detrás de ella.
Sonrió, por fin había llegado la persona a la que había estado esperando.
-Itachi, pasa por favor.
El pelinegro obedeció y se quedó un paso detrás de la reina, como establecía el protocolo.
-¿Puedo saber para que me mandó llamar?-preguntó el Uchiha.
-Itachi, sabes que como Reina tengo derecho a una serie de cosas al igual que tengo otras prohibidas.
-Si, majestad-contestó él confundido, ¿a dónde quería llegar la Reina?
-Una de esas cosas que tengo prohibidas es el acceso a la Cámara de Archivos Secretos de los Guardianes, sabes por qué ¿verdad?
-Para impedir que el soberano mande asesinar al resto de las familias reales y que se establezca una dictadura, el gobierno de los vampiros solo puede pertenecer  aquel sangre pura que sea más fuerte, es decir, a aquel que consiga derrotar al anterior emperador.
-De modo que si llega a existir algun sangre pura que me desafíe y que me gané yo perderé el título de Reina y volveré a ser una subordinada más.
-Si, pero no entiendo a que viene esto ahora majestad-dijo Itachi.
-Últimamente he estado muy preocupada por la seguridad de mi reino, sé que hay alguien, diría que varias familias de sangre pura, que no están de acerdo con mi forma de gobernar y que le están pasando información al enemigo para acabar conmigo.
-¿Está segura majestad?
-Completamente, me extraña que tú, miembro de mi Guardia Real y una persona de mi total confianza, no se haya enterado-dijo con las cejas alzadas.
Bueno, los sucesos del mundo vampírico eran demasiados en aquellos tiempos como para estar enterado de todos.
-Precisamente por que eres alguien en quien confío quiero pedirte una cosa Itachi.
-Como usted desee.
-Quiero que entres en la Cámara de Archivos Secretos de los Guardianes y me traigas información de los sangre pura más importantes de reino.
La cara de Itachi palideció.
-No puede pedirme eso majestad, eso está prohibido.
Si alguien llega a enterarse de que la Reina quiere esos documentos se desataría una grave guerra interna, lo que menos les convenía en eses momentos.
-No te lo pediría si no fuese estrictamente necesario.
-No puedo hacerlo-repitió.
-¡Lo harás!-dijo la Reina mirándolo con furia-¡me traerás esa lista sino quieres morir!
Itachi se quedó de piedra, los ojos de la Reina eran extraños, despedían un aura oscura.
¿La Reina quería los papeles para el beneficio del reino o para otra cosa?
------
Eran las 11 de la noche y ella estaba tirada en el sofá del salón haciendo zapping.
En realidad no tenía ánimos ni para ver la tele ni para hacer nada, estaba triste y alicaída.
Nunca había pasado demasiado tiempo con Sasuke pero ahora que sabía que se había ido para siempre su ausencia pesaba en el corazón de la pelirosa como un ladrillo.
Recordó los grandes colmillos que habían salido de su boca y con que velocidad se había colocado delante de ella.
¿Qué era Sasuke? ¿realmente sería lo que ella creía que era? ¿y por qué se referían a ella de aquella manera tan misteriosa? ¿qué tenía que ver ella con ellos? ¿y quién era el padre de Alecto que despertaba tanto odio en el pelinegro?
Las preguntas le taladraban la cabeza y sabía que solo existía una persona capaz de responderlas y ese era el propio Sasuke.
Pero no sabía donde estaba.
-¿Sigues triste por ese chico?-preguntó su madre detrás de ella.
-Si-contestó.
Su madre se sentó a su lado y Sakura clavó la vista fijamente en ella.
Alrededor de la mujer danzaban pequeños polvos amarillos que no se desprendían de ella ni caían al suelo.
-¿Qué es ese polvo amarillo mamá?-preguntó.
La mujer se quedó callada.
-No se despega de ti-dijo intentando coger un puñado.
-Serán imaginaciones tuyas Sakura, aquí no hay polvo amarillo-contestó.
Pero la pelirosa pudo percibir un tono de precaución en la voz de su madre.
-Aquí está pasando algo muy raro-dijo la pelirosa-primero Sasuke y ahora tú, ¿qué es lo que me estáis ocultando?
-Nada hija, yo no tengo nada que ver con ese chico.
-¡Mientes! todas las noche te asomas a la ventana y miras hacia su casa y murmuras cosas y luego siempre me estás diciendo cosas raras cada vez que voy a verlo, ¿qué pasa aquí? ¿por  qué nadie me dice nada?
-¡Porque no hay nada que decir deja esas tonterías!-exclamó su madre.
-Muy bien-dijo la pelirosa levantándose-esto se acabó.
-¿A donde vas?-le preguntó al ver que la pelirosa cogía su chaqueta.
-A buscar a Sasuke, él me dirá si o si lo que está pasando.
-No puedes salir Sakura, es de noche, ¡es peligroso!
La chica no le hizo caso y salió a la calle.
Sabía a donde debía ir, ahora lo sabía, Sasuke había mencionado que él por la noche solía ir al Poisonous Blood y aquel era el único sitió donde podría encontrarlo.
Caminó decidida por las calles hasta que el fondo divisó el letrero parpadeante.
En la puerta había un grupo de gente charlando animadamente.
Cuando se acercó un chico de pelo castaño recogido en una coleta se la quedó mirando con ojos desorbitados y se acercó a ella rápidamente.
-Hola ¿qué haces aquí?-le preguntó con tono extraño.
El chico la había reconocido de inmediato, ese pelo rosa era inconfundible, ¿pero qué hacía ella allí? era muy peligroso estando toda la manda de lobos reunida en el bar, ¿dónde andaba Sasuke que la había dejado acercarse tanto?
-Estoy buscando a un chico de pelo negro que se llama Sasuke creo haberlo entendido que venía a veces a este bar, ¿le conoces?
¿Estaba buscando a Sasuke? ¿qué coño pasaba?
-No, no me suena y ahora por favor márchate, tenemos una fiesta privada y no puedes estar aquí.
La chica alzó la cabeza y se fijó en el grupo de gente que ahora los miraba fijamente, de un modo muy hostil.
Algo llamó su atención, una chica rubia que estaba al lado de un chico de pelo corto castaño.
Sus ojos se abrieron como platos al reconocer a Ino.
-Tienes que dejarme pasar-le dijo al hico de la coleta.
-Ni hablar, no puedes-dijo él empujándola y alejándola del bar.
Sakura forcejeó, pero él era más ferte y no pudo hacer nada.
-----
-¿Qué hace Sakura aquí?-preguntó Ino.
Kiba la miró extrañado.
-¿La conoces?
-Si, es amiga mía, ¿qué pasa con ella?
-¿No te has dado cuenta?, presta más atención a las evidencias ya no eres humana.
Ino agachó la cabeza y con curiosidad olisqueó el aire.
-No...no puede ser...
-Exacto, tu amiguita es uno de ellos, es un vampiro.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
Copia y pega esto en tu firma si eres del 5% de las personas que suben y le da una ayudita (lo empujan) (^w^)

Greenie Desconectado
« Respuesta #7 en: Mayo 07, 2011, 03:02 pm »

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« Respuesta #7 en: Mayo 07, 2011, 03:02 pm »
ME ENCANTO ESTE CAPI ^^
BUENO, INO ES LICANTROPO AHORA, HINATA ME IMAGINO QUE TAMBIEN... Y SAKURA ES LA UNICA VAMPIRO!
QUE FRUSTRANTE DEBE SER PARA SAKURA.... JAJAJJA ME ENCANTA ESTE FIC...
ESPERO CON ANSIAS LA CONTI (:
UN BESO
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #8 en: Mayo 16, 2011, 09:38 am »

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Re: [+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]
« Respuesta #8 en: Mayo 16, 2011, 09:38 am »
9.

Todo su cuerpo se estremecía bajo el frío viento que sacudía a Berlín a las tantas de la madrugada.

Itachi se encontraba esperándolo apoyado en una de las barras que bordeaban un lago.

No llevaba puesto el uniforme de la Guardia Real, lo cual significaba que aquel asunto sería rápido.

-¿Por qué me has hecho venir hasta Berlín?-preguntó.

-¿Por qué quieres dimitir?

Sasuke arrugó el ceño, no le gustaba cuando Itachi lo ignoraba de esa forma.

-Hmp, es asunto mío.

-Ya, asunto tuyo que da la casualidad que nos atañe a todos, ¿qué clase de imbécil estás hecho?

-¿Y a ti qué mierda te importa lo que haga o deje de hacer?

Itachi murmuró algo para sí mismo mientras se llevaba una mano al pelo.

-Dime, ¿por alguna casualidad sabes qué día es hoy?

¿A qué coño venía esa pregunta?

-31 de Octubre.

En ese momento se dio cuenta, Halloween, la maldita noche de Halloween.

-Bien, ahora ilumínate a ti mismo y a ver si sueles recordar lo que nos pasa en Halloween.

Estaba empezando a pillar por donde iba su hermano y no le estaba gustando nada, pero nada.

-Los sombras salen a cazar vampiros-susurró-y nosotros nos volvemos igual de sanguinarios que ellos.

Ya le había dado la impresión de que esa noche se sentía más salvaje que de costumbre.

-Ahora dime qué pasa cuando una Shii de la familia heredera al trono puede sufrir si no sabe lo que esta noche se le viene encima, más con su período de transición tan cerca-dijo Itachi burlándose de su hermano.

El rostro de Sasuke palideció por completo.

Al desconocer su naturaleza Sakura podría adelantar su transición total a vampiro y perder el control o caer en manos de los sombra, o lo que es peor matar a otro vampiro y convertirse en sombra.

Solo en ese momento fue consciente de lo que acababa de hacer.

-¿Tú no deberías estar con la Reina?-preguntó intentando salirse por la tangente.

-Se fue a Konoha.

-¿Qué hizo qué?

-Que se fue...

-¡Ya lo sé imbécil! pero cuando se fue.

-Hace unas horas.

Sasuke ni se despidió de su hermano, salió corriendo a toda la velocidad que le permitían sus piernas.

-------------

Cualquiera que viese el castillo a esas horas estaría completamente convencido de que se estaban preparando para la guerra.

Alecto estaba de pie en medio del gran vestíbulo observando como todos iban y venían presos de la furia y sed típicas de Halloween.

Lo cierto era que ella también estaba ansiosa, pero al mismo tiempo preocupada.

El descerebrado de Sasuke se había dado el piro y ahora su prima estaba totalmente desprotegida.

Ella no podía hacer nada, su padre siempre encontraba algo que mandarle y casi nunca tenía oportunidad de ir a echar un vistazo.

Aún así estaba segura de que esa noche sucedería algo extraordinario.

Vio a su padre salir de entre la muchedumbre todo vestido de negro, más pálido y con los ojos más rojos que nunca.

-¿Aún no estás preparada?-preguntó mirándola con desaprobación.

La peliverde llevaba puesto un vestido lavanda y unas bailarinas plateadas.

-Esta noche tenemos un invitado muy especial, así que vete a cambiarte.

-No estaré en casa-dijo la chica con total naturalidad.

-¿Cómo?

-No voy a estar en casa-repitió-es Halloween, estás de guasa si crees que me voy a quedar.

-¡Tienes que quedarte!

-Supongo que con que estén todos mis hermanos no se notará que falta la asquerosa mestiza, os hago un favor y me hacéis un favor-dijo.

Demetrio pareció meditarlo un poco y luego la miró con desconfianza.

-No hagas algo de lo que puedas arrepentirte.

-No, señor, no te preocupes.

Después de librarse de su padre y de la marea de sombras que atestaban el vestíbulo salió a la fresca noche y aspiró el aire puro.

Hoy más que nunca sentía el dulcísimo y exquisito olor a sangre en la atmósfera.

Pero no debía entretenerse.

Si el imbécil de Sasuke había dejado desprotegida a su prima, ella no dejaría que nada malo le pasase.

----------

Se quedó quieta delante del espejo, observándose de nuevo con su disfraz.

El largo vestido negro le caía hasta los pies y la capa roja arrastraba un poco por el suelo.

El larguísimo pelo rosa, casi le daba por debajo de las nalgas, caía en cascada por su espalda, ondulado, como se le había puesto hacía unos días, a juego con sus brillantes ojos jade.

Había algo en aquel reflejo que la emocionaba al verse disfrazada de vampira, alegría, añoranza...

No lo había hecho falta ni una pizca de maquillaje, ya que su piel había alcanzado un tono más blanco de lo normal.

Estaba fascinada y confundida con los cambios, en una semana se había convertido en alguien completamente distinta, nunca había sido modelo pero en ese momento sentía que sería capaz de desbancarlas a todas, sus rasgos se habían afinado y había en su cara una expresión peligrosa pero a la vez divertida.

¿Qué había provocado ese cambio? se sentía capaz de todo, y de cualquier cosa.

El olor dulzón lo invadía todo, y los sonidos de miles de animales la absorbían por completo, el mundo era maravilloso, y ella era maravillosa.

Esbozó una pequeña sonrisa y bajó las escaleras.

Al verla, su madre se quedó muda de sorpresa.

-Estás...

-Debo irme, Hinata me espera y quiero que esta noche sea todo perfecto.

-¿Te tomaste tu medicamento?-preguntó su madre sin apartar los ojos de ella, realmente guardaba mucho parecido con la difunta madre de la pelirosa, era como estar viendo una reencarnación.

-Sí, lo tomé hará una hora.

Era mentira, no la había tomado, la verdad es que ahora ya no le hacía efecto esa asquerosa medicina, pero le decía a su madre que la tomaba para no preocuparla.

Salió de casa sin decir una palabra más.

Todo el mundo en la calle estaba disfrazado y clavaban sus ojos en ella.

Era curioso, hasta había visto una mueca de terror en una cara y a un tipo haciéndole una reverencia inconscientemente.

Todos olían tan bien...

Aún así no se detuvo y continuó hacia casa de Hinata.

Cada paso que se acercaba a la casa de la chica sentía en el aire un olor asqueroso, como arena mezclada con pis y olor a perro, así que le mandó un mensaje a su amiga para que le saliese al camino, ya que aquello era insufrible.

---------

Neji y Kiba miraban desconfiados por la ventana.

-Estoy seguro de que es un chupasangre-dijo el segundo-hasta me atrevería a decir que es ella.

-¿Sakura?-susurró Neji.

El otro asintió.

En ese momento Hinata bajaba por las escaleras, disfrazada de mujer araña.

Sintió mucha ternura hacia su prima, ella desconocía su naturaleza y nada se le revelaría hasta que cumpliese los 17 y sufriese su primera transformación, por ahora solo era una simple humana.

A la cual, por orden de su tío, debían dejar salir con una asquerosa princesa negra en la noche más peligrosa del año.

Solo esperaba que a su prima no le pasase nada, o si no perdería los nervios.

-Shikamaru dijo que es probable que el asesino de nuestra manada se haya compinchado con los sombra-continuó Kiba-¿crees que es buena idea dejar a Ino sola? fue su última víctima.

-Ino hará lo que se le ha dicho y no pasará nada, yo más bien tendría miedo por el asesino, si nuestra cachorrita lo pilla, lo destroza vivo.

Kiba tragó grueso al recordar como Ino había vencido en un solo asalto a casi todos los miembros jóvenes de la manada, tenía una fuerza extraordinaria.

-Ya me voy primito-dijo la peliazul acercándose y dándole un beso en la mejilla a Neji-adiós Kiba-kun.

La peliazul salió de su casa contenta, esa noche sería de auténtica fiesta y puede que apareciese Ino, buscó con la vista a su amiga Sakura y la encontró unos metros más allá, apoyada en un árbol.

Algo había cambiado en ella aquella semana, su pelo había crecido y ondulado y era imposible mirarla sin pensar ''que ser tan encantadoramente aterrador'' si, aquello se le pasaba por la cabeza cada vez que veía a su amiga.

No obstante esa noche pasaba algo raro con Sakura, era como si estuviese dominada por algo lo notaba en sus ojos y en su comportamiento, pues se había puesto a andar sin decir absolutamente nada.

La ojiperla la siguió extrañada y sin decir nada, por los oscuros y vacíos callejones.

-¿A dónde vamos Sakura?-preguntó.

La pelirosa no contestó.

Sakura se sentía extraña, incapaz de reconocerse a sí misma, ¿qué estaba haciendo? solo existía una palabra en su cabeza, ''cazar'' pero, ¿cazar qué?

Una enorme punción le atravesó la garganta y entonces lo supo.

Se giró hacia su amiga y empezó a caminar lentamente hacia ella.

Su mente gritaba ''no lo hagas, es Hinata'' pero la sed era superior a todo lo que ella pudiese imaginar.

-Sakura, ¿qué haces?

No contestó.

Sintió como algo en su boca se agrandaba y los ojos de Hinata se abrían como platos mientras su espalda chocaba contra la pared.

Los ojos de Sakura se habían vuelto extraños y exhibía unos enormes colmillos.

Sin previo aviso la pelirosa se lanzó hacia ella y le clavó los dientes en el cuello.

Hinata perdió la consciencia.

-----------

Aceleró el paso, presentía que algo malo pasaba.

En el momento que había pasado por delante de la casa de los chuchos para dirigirse a la de su prima lo supo.

El olor de Sakura le indicó el camino.

Había ido acompañada por alguien, hacia la parte abandonada de la ciudad, y ese alguien era humano.

Maldijo una y mil veces a Sasuke mentalmente por no hacerle caso.

Sakura estaba cazando, y podía cometer cualquier estupidez.

Cada vez estaba más cerca, lo sentía, hasta que el rastro se detuvo en un pequeño callejón, en el fondo alguien estaba tirado en el suelo agarrando algo y balanceándose.

Al acercarse contempló la macabra escena.

Sakura estaba de rodillas en el suelo, con los ojos llorosos perdidos en algún punto, mientras sujetaba entre sus brazos el cuerpo de una chica con una fuerte mordida en el cuello.

-Soy un monstruo, soy un monstruo-murmuraba la pelirosa una y otra vez, completamente ausente del mundo.

Alecto se acercó y en el mismo instante que entró en el radio de Sakura esta se levantó y dejó a Hinata para abalanzarse sobre ella.

Instinto de propiedad.

-¡Sakura!-gritó la ojiazul.

La chica se quedó parada a mitad del camino como si hubiese recobrado el sentido y se la quedó mirando.

Luego se echó a llorar y se apartó lo más lejos que pudo de ella y de Hinata.

-Llévatela-dijo señalando a la chica peliazul-y marchaos, soy una asesina.

-No eres una asesina Sakura, ella está viva, tú no pudiste controlarte.

¿Controlarse? era una sádica, ¿dónde se había visto a alguien bebiendo la sangre de otra persona y más cuando esta es tu mejor amiga?

Vio como Alecto se acercaba a Hinata y le medía el pulso.

-Como suponía-susurró.

Se preocupó.

-¿Qué pasa?

Alecto suspiró.

-Es una historia muy largo.

-Me da igual, quiero saber, quiero saber quién soy, que es lo que me ha llevado a esto.

-Lo primero de todo-dijo la peliverde-eres la heredera al trono vampírico de Europa, Asia, América, África y Oceanía y acabas de convertir a tu amiga en uno de los nuestros.

Todo el cuerpo de Sakura se quedó congelado.

No, no era verdad, se negaba a creerlo, pero aquello que había hecho, aquella semana..., luego la actitud de Alecto y la de Sasuke.

Sasuke, su amado Sasuke, él también era un vampiro.

¿Por qué no le había dicho nada?

Sentía que iba a volverse loca hasta que vio como Hinata empezaba a levantarse.

-¿Tienes suficiente control de ti misma?-le preguntó Alecto alejándose de la ojiperla.

-Sí, ¿por?

Hinata se había levantado y las miraba a ambas con ojos rojos como sangre.

-Cuando nace un nuevo vampiro necesita urgentemente sangre y tiene por costumbre tomarla de lo primero que vea, no va a ser fácil mantenerla bajo control.

Sakura se quedó de piedra mirando a su amiga, o al monstruo en el que la había convertido.

Hinata iba a lanzarse hacia ellas hasta que de repente un chico rubio, Sakura supo por su olor que era vampiro, se interpuso en su camino y agarró a la peliazul fuertemente por las muñecas.

-Buenas noches alteza-le saludó con una reverencia-mi nombre es Naruto y tengo por costumbre llegar en el momento más oportuno.

-¿Qué haces aquí? ¿Estás chalado?-le dijo Alecto-como lo Guardia Real te vea en Konoha, te mata.

-Lo mismo va por ti, yo soy un desterrado tú la hija del malo, pasaba por aquí y me encontré con esto, solo quise ayudar.

Sakura los miraba alternativamente, si aquel era Naruto entonces era aquel amigo de Sasuke que se había ido de la ciudad.

-Me encargaré de ella alteza, la conozco-dijo el rubio mirando a Sakura con una admiración rayana a la devoción.

Claro, el debía ser el apuesto rubio que había conocido hacía un mes.

No lo conocía de nada pero algo le hizo confiar en él, él sabría cómo ayudar a Hinata, ella no podía hacer nada.

-Te esperamos en mi casa-contestó con una voz tan autoritaria que apenas parecía la suya.

Naruto inclinó la cabeza y se marchó rápidamente con Hinata.

Sakura se volvió hacia Alecto.

-Iremos a mi casa y me lo contarás todo, quiero saber de una vez quien soy.

10.

Demetrio se hallaba sentado en la cabecera de la mesa del salón grande del palacio cuando uno de los guardias abrió la puerta.
-Como habéis ordenado le he mandado esperar en vuestro despacho señor-dijo el sombra.
-De acuerdo, cenad sin mí queridos hijos-dijo Demetrio dirigiéndose a toda la prole de nobles sombra que estaban sentados a la mesa.
Uno de ellos, el mayor de todos, de ojos borgoña y pelo gris se levantó.
-¿Puedo saber si Alecto está enterada de cualquiera que sea la reunión que vais a celebrar padre? y en ese caso, saber por qué no se nos ha informado a nosotros.
Demetrio se giró y clavó la vista en su hijo.
-Alec querido, tu hermana pequeña no se haya aquí porque sepa qué situación me atañe esta noche sino por su naturaleza rebelde y alocada, debe estar pasándoselo bien por ahí y en cuanto a lo de esta reunión, si lo hubiese encontrado oportuno os daría todos los detalles acerca de la persona que se encuentra en estos momentos esperándome en mi despacho, como no es algo que os afecte a vosotros debéis seguir disfrutando de esta magnífica noche y no meter vuestras narices donde no os llaman.
-Disculpad mi intromisión padre.
Demetrio abandonó la instancia sin decir ni una palabra más.
Le hubiera gustado que Alecto estuviese presente pues como mucho era la única de su prole que sabría llevar con mayor exactitud el problema por su carácter aventurero, el problema era que era una sucia mestiza y que sus inclinaciones hacia cualquiera de los bandos eran dudosas.
Se quedó parado delante de la puerta de su despacho durante unos pocos segundos y sonrió de la mejor forma que pudo antes de abrirla.
-Buenas noches-saludó a la persona del interior.
-------
Sakura caminaba decidida por las calles de Konoha seguida de cerca por Alecto hacia su casa.
Estaba aterrada y conmocionada por lo sucedido hacía apenas unos minutos.
Casi había matado a su amiga, bueno técnicamente lo había hecho, y ahora sentía como la sangre de Hinata discurría por sus venas.
-Esto nos traerá problemas alteza-susurró Alecto.
-¿Desde cuándo me llamas alteza?-preguntó Sakura-es más no entiendo a que se debe ese trato.
-Te lo explicaré cuando estemos en tu casa y seguras de que nadie nos escuche.
-Una pregunta Alecto, ¿mi madre está enterada de esto?
-Sí, aunque debes saber que ella no es tu madre.
Por alguna razón aquello no sorprendió a la pelirosa pero si la dejó muy afectada, quería a esa mujer sobre todas las cosas, ella había sido la que se había ocupado de ella y la que la había cuidado.
-¿Y Sasuke? ¿Qué relación tiene él con todo esto?
-Todo a su tiempo.
Sakura no dijo nada más hasta que vio la puerta de su casa a unos metros de distancia y a su madre esperándolas en la puerta.
Al parecer había intuido que algo así pasaría.
-Alteza-saludó la mujer con una reverencia.
Aquello era el colmo, creía que tenía la suficiente confianza con ella como para que estuviesen con esas formalidades.
-Ya está bien de tanta reverencia mamá-se quejó-entremos y ya quiero que me lo expliquéis todo.
Por supuesto que no perdió detalle del extraño polvo amarillo que no se desprendía de su madre ni por un instante.
Una vez estuvieron dentro de la cocina, las tres se relajaron.
-Bien, empezad-apremió la pelirosa.
Alecto y su madre se dirigieron una profunda mirada y esta última fue la que tomó la palabra.
-Antes de nada creo que debo mostrar mi verdadero aspecto-dijo.
Ante los ojos de Sakura la mujer de mediana edad y pelo castaño recogido en un moño experimentó un cambio espectacular.
Su cuerpo se encogió hasta la altura de un metro, su piel se volvió de un tono más oscuro, el pelo se alargó y cambio a naranja brillante al igual que el pequeño vestido que le daba un aire salvaje junto a las finas membranas naranjas que formaban sus alas.
Si Sakura no hubiese visto lo que aquel ser era antes juraría que aquello era una niña disfrazada de hada.
-Mi verdadero nombre es Eishel y soy un hada perteneciente al clan del sol, lo que significa que soy un hada diurna.
Sakura se agarró tan fuerte a la mesa que se quedó con un pedazo en la mano, vaya debería acostumbrarse a su verdadera naturaleza.
-Em...lo siento, continúa por favor.
-Nuestro clan nunca ha sido muy amigo de los hijos de la noche, los vampiros, y casi siempre nos posicionábamos a favor de los licántropos pero hace 150 años sucedió algo que nos dejó en eterna deuda con los hijos de la noche.
La pelirosa prestó toda su atención al relató del pequeño ser, que ahora se mantenía flotando en el aire agitando sus graciosas alas.
-Nuestra reina tenía un hijo muy travieso y este un día desapareció cayendo presa de los duendes, que por algún motivo siempre nos han odiado, entonces muy amablemente una mujer del mismo color de cabello que tú lo rescató, exponiéndose a los rayos del dañino sol y poniendo en peligro el secreto de la existencia de su raza peleando contra los duendes delante de varios humanos.
-Era tu madre-aclaró Alecto.
-Nuestra reina no supo como agradecer aquel acto y contrajo una deuda de por vida con los hijos de la noche, y como las hadas vivimos eternamente..., yo soy hija de la reina y como parte de la compensación me mandaron de vasalla para con tu familia.
-Por esa época-interrumpió Alecto-el gobierno estaba en crisis, había dos bandos formados, uno constituido por los llamados Luminati, partidarios de convivir pacíficamente con los humanos, y el otro era el de los Sombra, que querían implantar la tiranía en el mundo y que además eran caníbales.
Aquello hizo que un escalofrío recorriese la columna de la pelirosa.
-Hubo un golpe de Estado en el que se aniquiló a toda la familia real, tu familia y mi familia, tu madre y la mía eran hermanas-aclaró al ver la cara de asombro de la chica-todos murieron.
-¿Quién los mató?-preguntó Sakura, sobrecogida.
La expresión de Alecto se endureció.
-El jefe de los sombra, mi padre.
Sakura la miró estupefacta.
-Antes de matar a toda la familia real raptó a mi madre y la obligó a casarse con él, la obligó a hacer cosas horribles y después de nacer yo la mató, nunca se lo he perdonado y al ver que yo no heredaba las aptitudes de los sombra, los ojos rojos entre otras cosas, me trató como a un subordinado más.
Sakura no sabía que decir, era sorprendente toda aquella historia.
-Tu madre siempre supo que algo de eso pasaría por lo que me ordenó que escapase contigo, que de aquellas eras un bebé-dijo Eishel-y eso fue lo que hice, vine aquí y empezamos a llevar una vida humana.
-En el reino todo era un caos, al quedar sin monarquía no quedó más remedio que nombrar reina a una de las nobles más acaudaladas, una alemana y así se han mantenido las cosas hasta ahora.
En ese momento sonó el timbre de la puerta.
Las tres se pusieron alerta.
-Somos nosotros-se escuchó la voz de Naruto.
Eishel abrió la puerta.
Naruto entró precedido de Hinata.
En la peliazul se había producido un cambio extraordinario.
Su belleza había alcanzado límites insospechados y su forma de actuar era totalmente distinta.
Sakura se levantó de la silla y abrazó a su amiga.
-Perdóname Hinata, perdóname, yo no quería.
-No pasa nada-dijo ella correspondiendo al abrazo-Naruto-kun se ha encargado de mí y me ha enseñado a controlarme, ahora ya estoy mejor.
-¿No os ha visto nadie?-preguntó Alecto.
Naruto negó con la cabeza.
-Me estaban contando la historia de mi vida-dijo Sakura.
-Sí y creo que Naruto podrá resolverte otro tipo de dudas que nosotras no sabríamos explicarte bien, ¿verdad, Sakura?
Sakura sabía bien a lo que se refería el hada.
-Sasuke-dijo.
Naruto asintió.
-No sé si sabes que la sociedad vampírica se divide en 4 estamentos-dijo el rubio.
Ella negó.
-Existen los de a pie, como en este caso sería Hinata, vampiros que equivaldrían a tus amigas humanas-empezó a explicar-luego están los sangre pura y la familia real, que serías tú alteza, también tenemos a los militares, que forman la Guardia Real y que su función principal es garantizar la seguridad de la Reina y del pueblo, y por último estamos nosotros, los guardianes, nobles.
-¿Guardianes?-preguntó la pelirosa.
-La función de cada guardián es proteger al sangre pura que se le asigne hasta que el guardián o el sangre pura mueran o por causa de otras circunstancias-dijo con una evasiva-Sasuke es, bueno era, tu guardián.
Sakura se quedó impactada, eso explicaba muchas cosas, el por qué él siempre estaba tan pendiente de ella no era porque fuese su amiga ni nada por el estilo solo era porque tenía que protegerla, porque era su obligación, aquello la entristeció.
-¿Y dónde está? ¿No tiene que protegerme?
Nadie contestó y ella asintió, dolida.
-Necesito tomar el aire.
-Alteza, es peligroso-dijo el rubio.
-Voy a salir-dijo autoritaria y entonces sí que nadie se atrevió a contradecirla.
Le dirigió una mirada de afecto a su amiga y luego salió a la calle.
Sabía a donde quería ir.
---------
Después de varias horas de intensa carrera por fin había llegado a las afueras de Konoha.
Su mente solo atendía a una cosa, el peligro que corría Sakura.
Había sido tan estúpido y egoísta al dejarla sola, solo esperaba que nadie le hubiese hecho nada.
No tardó en divisar la casa de la pelirosa y hasta entonces no redujo el paso pero su instinto le dijo que no debía pararse allí, por lo que continuó su camino hasta su casa.
Su instinto le avisaba del intruso, mejor dicho la intrusa, que debía encontrarse en alguna parte de la vivienda.
Entró con los nervios a flor de piel en la casa, todo estaba a oscuras y no había ni rastro de que alguien estuviese allí pero aún así subió por las largas escaleras hasta el cuarto piso.
Caminó por el pasillo y abrió la segunda puerta de la derecha.
La habitación estaba vacía salvo por el inmenso piano negro instalado en el centro y la chica que se encontraba sentada en frente a él con la mirada clavada en las teclas.
Al principio no la reconoció, pues el cambio era total, pero aquel pelo rosa, esos ojos jade brillantes y ese olor a cerezos le hicieron reconocerla.
Estaba hermosa, el pelo se le había ondulado y le llegaba hasta las nalgas de modo que al estar sentada casi le llegaba al suelo, sus rasgos se habían endurecido y su piel era más fina y blanca.
Llevaba puesto algo parecido a un disfraz, de vampiro sin duda, que la hacía terroríficamente hermosa.
La cabeza de ella se alzó clavando en él los ojos de una criatura asesina pero a la misma vez tierna y dulce.
El cambio se había operado.
Ninguno de los dos dijo nada ni se movió mientras se miraban.
Él pudo ver por sus ojos que la chica lo sabía todo, completamente todo. Entonces hizo lo único que se le pasó por la cabeza.
-Alteza-dijo haciendo una reverencia.
Ese gesto de completa frialdad le dolió en el alma y apartó los ojos de los de él cuando las lágrimas empezaron a caer.
-¿Por qué no me has dicho nunca nada, guardián?-dijo con la rabia impregnada en la voz trémula.
Él sabía que algo así podía pasar y era lo mejor, pero verla llorar no era nada agradable.
-No hubiese servido de nada.
-Claro.
Siguieron durante un rato más en silencio.
-Que tonta fui al creer solo por un instante de que te interesabas en mí como persona, ¿sabes que feliz me sentí al saber que por lo menos alguien no huía de mí? pero claro, como iba a averiguar yo lo que pasaba realmente-dijo-dime Sasuke, ¿alguna vez has sentido por mí algo fuera de tu deber como guardián?
Claro que sí, pero aquello era algo que no podía ser.
Ella solo pudo soltar una carcajada cansada al ver que él no decía nada.
-Pero lo peor de todo es que yo me ilusioné y realmente me preocupé por ti y me volqué para que no sintieses la soledad que yo sentía cuando Naruto se fue-continuó-¿y sabes que es lo peor y lo más patético de todo?
Continuó sin decir nada, ella no le miraba a la cara pero aún así sentía todo el dolor de ella como si fuese el suyo propio.
-Lo más patético de todo es que me he enamorado de ti-susurró mirándolo a los ojos.
El corazón de Sasuke dio un vuelco total, ¿por qué el destino era tan cruel? aquellas palabras eran las que más había ansiado oír pero no podía, no, no podía.
Ella se levantó y se acercó a él hasta quedar a medio metro de distancia de él.
-¿De verdad qué no hay nada?-preguntó.
Él estaba turbado, por la cercanía y por los labios de la pelirosa moviéndose y llamándolo.
Con los ojos clavados en los jade de ella se fue inclinando poco a poco.
Sabía que no debía hacerlo, que luego sufrirían las consecuencias, pero en ese momento no le importaba.
Sus labios se rozaron en un dulce y profundo beso.
Un calambre de felicidad recorrió el corazón de la pelirosa, cerró poco a poco los ojos y rodeó el cuello del pelinegro con los brazos.
Él se sentía mejor que nunca lo había hecho en sus varios siglos de vida, los labios de la pelirosa eran suaves e inexpertos pero eran el bálsamo que él tanto había estado buscando en esos años.
Le rodeó la cintura y la pegó más contra sí.
-¿Donde te habías escondido en todos estos siglos?-preguntó en un susurro.
Ella sonrió.
-Estaba buscándote.
Él sonrió de medio lado.
-Esto es imposible.
Ese comentario preocupó a Sakura, ¿a caso él iba a dejarla? si lo hacía se sentiría la persona más desdichada del mundo.
-No me dejes-suplicó.
Él volvió a sonreír.
-He dicho que esto era imposible no que no fuese a intentarlo-dijo volviendo a reclamar los labios de la pelirosa con furia.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
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Greenie Desconectado
« Respuesta #9 en: Mayo 21, 2011, 09:23 am »

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« Respuesta #9 en: Mayo 21, 2011, 09:23 am »
HOLAAAAA...
ME GUSTOOO MUCHO...!!
YA  ME HICE LA IDEA DE COMO ESTABA DE BONITA SAKURA...
BFFF ME IMAGINO QUE SASUKE ESTABA EMBOBADO... PERO ME ENCANTO TODO.. EL BESO Y ESA ESCENA FUERON LAS MEJORES PARTES... LA PREGUNTA AQUI ES HINATA ES DESCENDIENTE DE LICANTROPOS ¿COMO ES LA COSA HAY SABIENDO QUE YA ES VAMPIRA?... ¿SE ANULA EL EFECTO O QUE?
UN BESO, ESPERO CON ANSIAS LA CONTI ^^
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #10 en: Mayo 29, 2011, 02:02 pm »

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« Respuesta #10 en: Mayo 29, 2011, 02:02 pm »
Holaa! ya stoy de vuelta con la contii!!

11.

El teléfono sonó en medio de la oscuridad del cuarto.
Sasuke abrió los ojos pesaroso en busca de su teléfono, pero no era el de él el que sonaba.
Se giró y miró hacia el otro lado, era el móvil de Sakura el que sonaba.
Miró a la pelirosa, completamente dormida.
Estaba hermosa con los ojos cerrados y había tanta paz en su cara que decidió no molestarla.
-¿Diga?-contestó.
Hubo un momento de silencio.
-¿Sasuke-kun?-preguntó la voz de Hinata, extrañada.
-¿Teme?-esta vez era Naruto el que hablaba, al parecer le había quitado el teléfono a Hinata-¿por qué contestas al teléfono de Sakura?
-Hmp, no te importa.
-¿Está ella ahí?
-Está durmiendo.
Hubo otro momento de silencio.
-¿Sabes lo qué estás haciendo Sasuke?-preguntó el rubio en un tono muy serio.
Sasuke sabía a lo que se refería.
-Hmp.
-Bueno, llamaba para saber si ella estaba bien pero supongo que sí-dijo.
Pero algo en el tono de Naruto le hizo preocuparse.
-Dímelo-susurró.
-Tal vez luego me pase por tu casa tengo algo que darte antes de irme.
-Hmp.
Tras eso Sasuke colgó el teléfono y lo volvió a dejar en su sitio.
Se quedó pensando, ¿qué cosa tan importante habría pasado para que Naruto se arriesgase a volver a Konoha?
Presentía que no sería nada bueno.
A su lado, Sakura se removió.
-Umm-murmuró.
Abrió los ojos lentamente y los fijó en los negros que la observaban, sonrió.
-¿Ya estás despierto?
-Desde hace poco-contestó él saliendo de la cama en boxers.
Sakura clavó la vista en él, ahora que sus instintos naturales se habían despertado todos sus sentidos estaban más afinados y era excelente poder contemplar cada parte del cuerpo de Sasuke con esa vista tan buena.
-Acaban de llamar Hinata y Naruto preguntando por ti-dijo él mientras le lanzaba su ropa interior y una camiseta de él.
-¿Y qué querían?-preguntó empezando a vestirse.
-Saber donde habías pasado la noche, deberías haber avisado Sakura-contestó con una media sonrisa.
Ella se sonrojó por completo.
-¿Y tú que contestaste?
-Que te habías quedado aquí conmigo.
El sonrojo de la chica creció hasta tal nivel que Sasuke no pudo aguantar una sonrisa divertida.
-No tiene gracia Sasuke-dijo ella.
Él se acercó a ella y la arrinconó contra la pared.
-¿Y no es cierto que pasaste la noche conmigo?-le susurró en el oído.
Cada terminación nerviosa de la pelirosa se estremeció al sentir la suave voz del pelinegro rozando con su tímpano.
Los labios de Sasuke se movieron por la mejilla de la chica hasta desembocar en sus labios, los cuales besó con pasión.
Sintió que volvería a desfallecer tal y como sucedió en la noche, nunca había sentido nada igual a lo que sentía por el pelinegro.
Enredó sus brazos alrededor del cuello del chico y se apretó más contra él.
Bendita era la inexistencia de tener que respirar.
No supo cuanto tiempo estuvieron besándose, si fue un segundo, un día, una semana, un año...
Solo se acabó cuando Sasuke se separó de ella y la miró entre deseoso y divertido.
-Tienes que ir a clase-dijo él.
-¿Tengo? será tenemos.
Pero en la mirada de Sasuke se reflejó que él no tenía ninguna intención de ir.
-Tengo que resolver unos asuntos con Naruto.
Ella le miró, preocupada.
-No es nada grave, solo iremos al Poisonous Blood y cuando acabemos...
-Yo quiero ir-dijo ella con gran determinación.
-No.
-¿Por qué no?
-Porque es peligroso y punto.
Sakura infló los cachetes.
-Soy una sangre pura no me puedes obligar.
Pero la mirada de Sasuke se tornó tan fría que la pelirosa supo en ese instante que era mejor no llevar la contraria.
-Está bien-acabó cediendo-iré a clase.
-Bien, ¿tienes hambre?
Sakura lo miró con cara de circunstancia.
Claro, por momentos se le olvidaba que ella ya había dejado la existencia como humana.
-Sasuke, yo... ¿crees qué si voy a clase le haré daño a alguien?
La voz de la pelirosa sonó cargada de preocupación.
-¿Tienes sed?
-No.
-Entonces no pasa nada.
Pero ella no estaba tan segura, igual decidió callárselo.
-Tengo que irme-dijo el pelinegro-procura no llamar la atención.
Ella asintió aunque no sabía que quería decir con eso.
Sasuke ya iba a salir del cuarto cuando se paró en seco y retrocedió.
Sin previo aviso le dio un beso que la dejó sin respiración y después se fue.
Sakura se quedó clavada en el cuarto y no se movió hasta que uno de los relojes de pared de la casa marcó las siete, dentro de una hora debería salir para el instituto así que se dispuso a arreglarse.
Lo primero que hizo fue cambiar la cama mientras un pequeño sonrojo cubría su cara al recordar lo sucedido la noche anterior.
FLASH BACK
No sabía en que momento había sucedido pero cuando abrió los ojos descubrió que ya no se estaban besando en el cuarto del piano sino que estaban en una habitación grande y con una cama igual de grande, debía ser el cuarto de Sasuke.
¿Pero cómo habían llegado tan rápido hasta allí? ah claro, la súper velocidad, debería acostumbrarse a ese tipo de cosas.
No tuvo más tiempo para fijarse en el cuarto porque Sasuke volvía a reclamar su atención y Sakura se sorprendió ante lo que vio.
Tras dejar atrás el comportamiento que utilizaba para parecer humano Sasuke era diferente.
Al sonreírle ya no le ocultaba los colmillos y por una extraña razón eso le gustó, le gustó demasiado.
Volvieron a fundirse en un intenso beso y esta vez cayeron con fuerza sobre la cama, haciendo que una de las patas se rompiese.
Sasuke quedó a cuatro patas sobre ella.
Estaba todo oscuro pero gracias a su vista ambos conseguían verse perfectamente el uno al otro.
-Tus ojos...-susurró la pelirosa-brillan.
Era cierto, los ojos negros le brillaban con mucha intensidad provocando escalofríos en la pelirosa.
Él sonrió de medio lado de una forma tan tentadora que Sakura sintió que haría todo lo que él le pidiese.
Las manos de Sasuke ascendieron lentamente por la cintura de ella hasta llegar a la zona del cuello donde la capa del disfraz estaba anudada.
La quito con suma lentitud para desesperación de la chica, que necesitaba con toda su alma sentir las manos del pelinegro sobre su piel.
Cuando logró quitar la capa Sasuke se tomó su tiempo en quitar los cordones de la parte de arriba del disfraz.
Sentía como la pelirosa empezaba a jadear con desesperación, pero él lo haría así porque quería que se quedasen grabados todos los detalles de ella en su cabeza.
Aquello que estaban haciendo era prohibido y extremadamente peligroso por lo que había que disfrutar del momento al máximo.
Acabó de desanudar el vestido y lo fue bajando lentamente por todo el cuerpo de la chica, maravillándose con cada pedazo de piel que quedaba al descubierto, hasta que esta solo quedó en ropa interior.
Volvió a abrir los ojos, quería ver lo que estaba haciendo el pelinegro y se encontró con que la miraba muy intensamente.
Sabía que ella lo deseaba tanto como él pero no podía continuar sin preguntárselo antes.
-¿Tú quieres esto, Sakura?
Bien era verdad que era la primera vez que llegaba hasta tales extremos pero si no continuaban se arrepentiría por el resto de su vida, asintió.
Las manos de Sasuke recorrían lentamente los laterales de su cintura mientras le daba un lento pero intenso beso.
Volvió a separarse de ella, esta vez para quitarse la camiseta.
A Sakura se le cayó toda la baba, si Sasuke era perfecto con ropa, sin ropa lo era bastante más.
El pelinegro descendió y recorrió con la punta de la lengua todo el cuello de la pelirosa arrancándole el primer gemido.
Escuchaba como la sangre de la pelirosa corría a una velocidad vertiginosa por los vasos sanguíneos de esta.
Como todo amante deseaba probar la sangre de su amada pero sintió que eso no era justo y además era tremendamente peligroso para Sakura así que se aguantó.
''Que me muerda, que me muerda'' rogaba la pelirosa mentalmente, el solo pensar en los colmillos de Sasuke clavándose en su piel y bebiendo de ella la excitaba tanto que dos gemidos se escaparon de su boca pero Sasuke siguió descendiendo por su escote y ella se sintió como una estúpida al pensar en tales cosas.
Alzó a la pelirosa y pasó los dedos por el cierre del sujetador, quitándoselo y mandándolo bien lejos.
Los senos de la chica quedaron al descubierto.
-Eres preciosa-susurró inconscientemente.
Los ojos de Sakura se abrieron de par en par, había tal sinceridad en las palabras de Sasuke que se quedó abrumada pero pronto su mente la volvió a abandonar cuando sintió la boca del pelinegro en uno de sus pezones.
Se llevó una mano a la boca antes de que se le escapase un sonoro gemido, aquello era lo mejor que había sentido en toda su vida.
Su pulso se aceleró hasta velocidades insospechadas y el límite de control sobre su cuerpo se fue desvaneciendo a grandes pasos.
Sin dejar lo que hacía Sasuke llevó una de sus manos y a la cara de la chica y le retiró la mano de la boca, quería escucharla gemir fuerte.
Y así fue cada vez se escuchaban gemidos más altos en la habitación.
El pantalón de Sasuke estaba empezando a ser una molestia para el pelinegro que se separó de los senos de la chica.
Sakura observó con atención todo lo que él hacía.
El pantalón del pelinegro corrió la misma suerte que la ropa de ella y entonces la chica pudo ver el no pequeño bulto que equivalía al miembro del chico.
Toda la vergüenza que no había sentido hasta entonces apareció de golpe haciéndola sonrojar entera.
Pero lo peor vino cuando Sasuke se quitó la última prenda que le quedaba, Sakura alcanzó el rojo más intenso al observarlo completamente desnudo.
Él volvió a situarse encima de ella y le fue retirando las braguitas mientras la besaba con furia.
Sakura era adictiva y no veía el momento de sentirse completamente dentro de ella, claro que sabía que debía ser cuidadoso, era la primera vez de ella y no quería lastimarla.
Con delicadeza le fue abriendo las piernas y colocó su miembro en la entrada de la pelirosa.
Ella se tensó pero aún así no dijo nada, confiaba en Sasuke.
Fue introduciéndose lentamente, aquella cavidad era incluso más exquisita de lo que pensaba y un sordo gemido escapó de sus labios.
Miró a la pelirosa que no se encontraba en las mismas circunstancias de placer, tenía el ceño fruncido y los ojos y los labios apretados con fuerza.
Decidió acabar con aquel sufrimiento de una y con una fuerte estocada eliminó cualquier resto de virginidad de aquel cuerpo.
Sakura abrió los ojos de golpe, soltando varias lágrimas en el acto, el dolor que sentía era punzante.
Sintió algo cálido en su rostro, los dedos de Sasuke que le limpiaban las lágrimas.
Cálidos, claro ahora ella también tenía la piel tan fría como la de él.
-Sakura...-la llamó él al ver que la chica no se movía.
La pelirosa lo miró y le sonrió levemente.
-Estoy bien, no te preocupes.
El pelinegro empezó a moverse lentamente hasta que Sakura se acostumbró por completo y comenzó a disfrutar tanto como él de aquella situación.
Los gemidos inundaron toda la instancia desembocando en el más intenso de los placeres.
Sasuke no pudo contenerse y derramó toda su semilla dentro de ella.
Los dos estaban agotados.
Sasuke dejó caer su cabeza sobre el pecho de la pelirosa y ella lo abrazó mientras intentaban recuperar la normalidad.
-Creo que es tarde para volver a casa-susurró ella.
-Y aunque fuese pronto no te iba a dejar ir-contestó Sasuke.
Ella sonrió.
El pelinegro se levantó para recoger sus boxers y se los puso, iba a darle a Sakura su ropa interior pero la chica se había quedado dormida.
La tapó bien con las sábanas y se acostó al lado de ella.
La estuvo mirando por largo rato.
Nunca podrían estar juntos por lo que ambos representaban en la sociedad pero hacía mucho tiempo que él no sentía que tenía algo tan importante por lo que seguir enfrentándose a la inmortalidad.
Pasó su brazo por la cintura de la pelirosa arrimándose a ella y así se quedó dormido.
FIN DEL FLASH BACK
-Esto está acabado-dijo cuando terminó.
Recogió su ropa del suelo, le quedaba tiempo de sobras para darse una ducha reconfortante.
Pero al salir al pasillo se quedó indecisa.
¿Dónde podría encontrar el baño en todas las habitaciones que había en los cuatro pisos de la casa?
Se le ocurrió una idea, la habitación que sería el baño tenía que oler a jabón, champú y pasta de dientes.
Guiándose por esos olores se sorprendió al descubrir que el baño se encontraba justo cerca del final de aquel pasillo.
Era un baño grande y con bañera, así que adiós ducha, sacó una toalla de uno de los armarios, se quitó la ropa y se metió en el agua caliente.
Justo enfrente de la bañera había un espejo.
Se volvió a mirar sorprendida, era la misma pero a la vez distinta Sakura que la de antes.
Sin duda ahora comprendía a lo que se refería Sasuke cuando le dijese que disimulase, los colmillos le quedaban al descubierto y el pelo era demasiado largo.
Bien, el pelo tenía solución y lo de los colmillos ya se apañaría.
Quince minutos después salió completamente aseada de la bañera.
Buscó en los cajones unas tijeras y empezó a cortarse el pelo mirándose al espejo.
Se lo dejó hasta mitad de la espalda.
-Vaya estropicio-dijo viendo la cantidad de pelo rosa que había quedado en el suelo.
Se vistió con el disfraz, ya se cambiaría cuando fuese a buscar a Hinata a su casa,
 y se secó un poco el mojado cabello.
-Tendré que barrer esto.
Salió del cuarto de baño y llegó hasta el final del pasillo, donde estaban las escaleras.
-Buff-resopló al ver todo lo que tenía que bajar.
Pero luego se acordó de su nueva naturaleza, ¿y si saltaba por el hueco de las escaleras? de ese modo era más práctico y rápido, pero aquella inmensa altura le producía algo de respeto.
-Eres inmortal-susurró infundiéndose valor.
Y sin más dilación saltó para poco después caer con delicadeza sobre el suelo.
-¡Wow!-exclamó.
Entró a la cocina y sacó una escoba.
-Y para subir puedo usar la super velocidad.
Echó a correr y vio como en menos de dos segundos volvía a estar en el cuarto piso.
Entonces se dio cuenta de otra cosa que le había parecido extraña aquella noche.
Se había estado moviendo a velocidad vampírica todo el tiempo, de modo que eso también tendría que corregirlo si no quería ser descubierta.
Lo intentó y se sorprendió al ver lo lentas que le resultaban ahora las acciones humanas, pero tendría que actuar así.
Barrió todo el pelo y lo tiró en el cubo de basura que encontró en el baño.
-Bien, esto está acabado.
Miró uno de los relojes del pasillo y se sorprendió al ver que solo había tardado diez minutos en realizar algo que como humana le llevaría mucho más, sin duda aquello empezaba a gustarle.
Se dedicó a ensayar delante del espejo formas de ocultar los colmillos hasta que unos veinte minutos después más o menos consiguió el efecto deseado, solo tendría que procurar no hablar mucho.
Quedaban diez minutos para las ocho así que debía ir saliendo pero justo cuando salió al pasillo su mirada se posó en la parte que iba más al fondo.
En esa zona el pasillo estaba completamente a oscuras y al fondo se veía una vieja puerta de madera con goznes dorados.
Un aura de misterio venía de aquel sitio, ¿qué habría allí encerrado?
Se lo preguntaría a Sasuke después, ahora iba con el tiempo justo.
-------
Naruto ya estaba en el Poisonous Blood cuando Sasuke llegó.
Parecía preocupado, algo no muy habitual en él.
Saludó a Sasuke con la cabeza y se apuró un largo tragó de su Bloody Mery especial.
-¿Qué es lo qué tienes que decirme?
-Las cosas no andan bien Sasuke.
-Eso ya lo sé yo.
Naruto negó.
Sasuke lo observó atentamente, el rubio estaba abatido y parecía como si hubiese estado toda la noche llorando, algo gordo había pasado.
-Han matado a Idel-dijo.
El pelinegro se quedó de piedra, matar a un sangre pura era el más grande de los crímenes.
-Fue la Reina.
Vale, eso sí que lo había sorprendido de verdad.
-¿Por qué?
-Idel no estaba de acuerdo con el nuevo plan de su majestad.
-¿Nuevo plan?
-Sí, cederles Hokkaido a los sombras porque cree que así dejarán de interesarse en nosotros.
El pelinegro se llevó una mano a la cara, esa mujer no estaba liderando un reino, solo estaba jugando al monopoli y de la peor manera.
-Pero para ello necesitaba todo el apoyo de los nobles, Idel se negó-continuó Naruto-al día siguiente apareció muerta, dijeron que fue cosa de un sombra porque además se habían llevado los papeles con todas sus propiedades terrenales, pero yo tengo fuentes importantes que saben cuál fue la verdadera razón.
-¿Ella era la única que se oponía?
-En realidad todavía queda una persona que no se ha pronunciado-dijo el rubio.
-¿Quién?
No hizo falta que Naruto hablase, su mirada lo decía todo.
Por supuesto que ella era la única y la más importante, su opinión tendría gran peso.
Pegó un puñetazo en la mesa.
-¿Qué harás?-preguntó Naruto-esto te viene grande Sasuke, tendrás que explicarle esto a Sakura ella es la que debe decidir.
-¿Y cómo? apenas sabe que es vampiro desde ayer y ahora le voy a pedir opinión sobre un reino que desconoce por completo.
Naruto agachó la cabeza.
-Hay otra cuestión-dijo-Hinata...la chica que Sakura convirtió...
-¿Qué pasa con ella?
Naruto lanzó una mirada significativa hacia el rincón de los licántropos y señaló a Neji.
-Es su prima.
Muy bien, aquello mejoraba a cada rato, no solo tendría que enfrentarse a la Reina sino que también a una manada de chuchos deshonrados.
-No sé qué hacer con ella-dijo Naruto-al no nacer vampiro y tener ascendencia lobuna no la aceptarán ni como guardiana ni como miembro de la Guardia Real, lo mejor que puedo hacer es dejarla aquí.
-¿Dónde está ahora?
-Con Eishel.
Asintió.
-¿Y tú qué haces aquí? eres un desterrado, si alguien de la Guardia te ve te matarán.
Naruto hizo un intento de sonrisa.
-En este momento no me importa morir, he vivido 2.000 años e Idel está muerta pero creo que puedo servir de ayuda, además-añadió-no pueden llevarme preso sin el permiso del sangre pura propietario de este terreno, no creo que su alteza Serim me entregue, creo que le caigo bien.
El intento de humor de Naruto fue desastroso, se notaba a leguas que estaba fatal.
-Solo estaré una semana y después me iré-dijo.
-Hmp, ten cuidado.
-Tú también, te estás metiendo en aguas muy profundas Sasuke.
--------
-¿Y bien?-preguntó la Reina.
Volvía a estar en Alemania, en el salón del trono.
Itachi la miraba de soslayo.
-Todavía no he podido hablar con su alteza real la Shii-dijo.
-¡Pero tú sabes donde vive!
-Sí pero antes de reunirme con ella debo anunciar mi presencia, no puedo aparecer allí sin más, el protocolo lo impide.
La Reina bufó.
-Mándale una carta de anunciación a tu hermano y consigue audiencia con la chica.
El pelinegro asintió.
-Debemos entregarle Hokkaido a los sombra, es la única forma de calmarlos y evitar una guerra.
-Con todo mi respeto majestad, creo que con eso lo único que hacemos es darle entender a los sombra que les tenemos miedo, eso los alentará y cargarán con más fuerza y si eso sucediese el apoyo de Hokkaido sería imprescindible.
-No me cuestiones Itachi, recuerda que yo hago todo lo mejor por mi pueblo.
-Si majestad, disculpe.
-Consigue reunirte con la Shii y no vuelvas sin una respuesta.
------
Sakura y Hinata se encontraban las dos sentadas en una de las mesas de la cafetería del instituto.
-Todo el mundo nos mira-susurró la peliazul sonrojada.
Al parecer disimular era más difícil de lo que pensaban.
No conseguían andar con la lentitud que lo hacían los humanos, a pesar que un día antes ellas misma andaban así, parecía como si lo hubiesen olvidado.
-Ay no-se quejó Hinata mirando hacia la puerta-ahora no por favor.
Sakura siguió  el hilo de su mirada y vio a Neji entrando con el ceño fruncido y la mirada cargada de furia en la cafetería.
-¡Tú!-exclamó señalando a Hinata con fiereza.
Un asqueroso olor entró por la nariz de Sakura, Neji olía a perro abandonado.
Hinata parecía haber notado lo mismo y miraba a su primo con la nariz arrugada y sin entender.
-Eres una traidora chupasangre-le dijo su primo.

12.

Hinata y Sakura se quedaron sin habla.
¿Por qué Neji se comportaba así?
-¿Qué te prometieron Hinata para que aceptaras ser una chupasangre?-exclamó el ojiperla.
Hinata abrió los ojos de par en par, ¿cómo sabía eso Neji?
La gente que estaba en la cafetería comenzó a prestarles atención.
-¿De qué estás hablando Neji?-preguntó Sakura.
-¡No hagáis que no sabéis, un licántropo es capaz de detectaros, chupasangre!
-¿Licán...?
-¿...tropo?-acabó Hinata.
-¡Sí, eso dije!
La gente empezó a murmurar y Sakura comprendió que no era conveniente seguir hablando allí.
-No debemos hablar aquí-dijo la pelirosa-vayamos a otro lugar.
El pelimarrón la observó, furioso.
-¿Y quién eres tú para darme órdenes?
Pero lo supo cuando la miró a los ojos, incluso un licántropo como él era capaz de sentir el relativo respeto hacia una sangre pura de los vampiros, y se quedó callado, furibundo.
-¿Qué significa esto Neji?-preguntó Hinata.
El ojiperla las miró a las dos y luego echó a andar sintiendo como ellas le seguían.
Siguió por el pasillo y se encerró en los baños, poco después entraron ellas, con la elegancia sutil y amenazante que caracterizaba a los de su especie.
Neji tuvo que luchar contra su instinto que le gritaba que estaba en peligro y que debía matar inmediatamente a esos dos seres que se encontraban delante de él.
Pero incluso el ojiperla era consciente de que un hecho así sería muy imprudente.
-¿Por qué le has dicho eso tan horrible a Hinata? ¿Qué sabes tú sobre...sobre lo que somos?-preguntó la pelirosa.
Neji la miró con odio y Sakura pudo sentir las ansias y el odio que la movían a matarlo, pero debía controlarse.
-Porque nos traicionó al convertirse en vampiro-escupió con odio taladrando a su prima con la mirada-traicionó a la manada.
La ojiperla ni se movió pero si mostró una expresión dolida.
-Yo no he traicionado a nadie Neji, no sé de qué manada me hablas.
Neji se rió, sarcásticamente.
-Pensé que era lo bastante inteligente para descifrar nuestro comportamiento, te quejabas de que no actuábamos como humanos, pues bien, ¡es que no somos humanos! ¡Somos licántropos!
-Yo...-empezó Hinata.
-¡Nos has traicionado!
-Yo no lo sabía, yo no quería...
-¡Eres una traidora Hinata!
Las lágrimas resbalaron por la cara de Hinata como gotas de agua cristalinas.
Sakura sintió odio hacia Neji, ¿cómo se atrevía a decirle aquello? Hinata no sabía nada, ella no había hecho nada malo, había sido ella quien la había convertido.
-No es culpa de ella, yo la mordí-dijo con aparente serenidad-en contra de su voluntad.
Neji se quedó de piedra, con la mirada clavada en Sakura, y el odio no tardó en hacer aparición y en liberarse.
Todo sucedió en pocos segundos pero Sakura fue capaz de distinguirlo todo como si se tratase de una película a cámara lenta.
Neji empezó a convulsionarse mientras saltaba hacia ella con las fauces abiertas y de repente...
Apareció Sasuke.
Apartó a las dos chicas de un golpe provocando que Neji, que ya estaba medio metamorfoseado, cayese encima de él.
Sakura y Hinata observaron la batalla horrorizadas, Neji ahora era un lobo enorme y peludo que descargaba sus fauces intentando alcanzar el cuello de Sasuke, pero el pelinegro era muy rápido y también hacía sus intentos de clavar los largos caninos en el lobo parar herirlo.
Ambos rodaban de un lado a otro enmarañados en una bola de pelo y dientes.
-¡Se van a matar!-exclamó Hinata por encima de los ruidos silbantes que producía Sasuke y los rugidos que salían de la garganta de Neji.
Sakura estaba aterrada, confiaba en Sasuke pero Neji era muy fuerte, tenía que hacer algo.
Su oído afinado le avisó que por el pasillo se acercaba gente.
-Humanos-susurró Hinata horrorizada.
-¡Parad!-gritó Sakura.
Ninguno de los dos le hizo caso.
-¿A dónde vas?-preguntó Hinata al verla levantarse.
La pelirosa caminó con determinación hacia donde estaba los dos.
-¡Basta!-rugió interponiéndose entre ambos.
El lobo se echó hacia atrás enseñando los dientes.
-Para ya, Sasuke-dijo agarrando al pelinegro que volvía a por el lobo.
Sasuke estaba enfurecido, los dientes estaban llenos de sangre, al parecer había conseguido morder al lobo.
-No vuelvas a tocarla o te mato-amenazó recomponiéndose.
Delante de sus ojos Neji recuperó su forma humana y los miró con odio, pero aún así no dijo nada cuando pasó pero su lado, en cambio si se detuvo cuando alcanzó a Hinata.
-Para la familia-dijo con desprecio-estás muerta.
Hinata estiró la mano hacía su primo en un intento de remediar las cosas pero Neji se apartó y se marchó.
-¡No vuelvas a hacer eso!-le gritó la pelirosa a Sasuke.
-Hmp, vámonos de aquí.
Sakura iba a replicar pero Sasuke la agarró fuerte del brazo y con el otro cogió a Hinata arrastrándolas hacia afuera ante la atónita mirada de los humanos ante las ropas despedazadas de Sasuke.
Subieron en el coche y estuvieron todo el trayecto hacia la casa de la pelirosa en completo silencio.
Sasuke estaba enfadado y ella lo sabía por lo que no dijo nada y se dedicó a consolar a Hinata, se sentía muy culpable por aquello que le estaba pasando.
Cuando llegaron a la casa Sasuke se bajó del coche.
-Espera aquí-le dijo el pelinegro.
Hinata y él estuvieron hablando por breve rato delante de la puerta y luego esta entró en casa y él volvió al coche.
-Siéntate adelante-dijo con voz un poco más cordial.
Sakura obedeció y se sentó en el asiento del copiloto, Sasuke arrancó el coche.
-¿A dónde vamos?-preguntó.
-¿Cómo se te ocurre hablar con un licántropo?-estalló él-¿estás loca?
-Fue él el que vino hacia nosotras y se puso a llamarle chupasangre a Hinata.
Pero Sasuke no le hizo caso.
-Podría matarte Sakura-dijo y la pelirosa se dio cuenta de que la miraba con desesperación.
Sasuke se había preocupado por ella.
-Lo siento.
-Los licántropos son muy peligrosos-dijo él.
Agachó la cabeza apenada y entonces lo vio y lo olió.
En la pierna de Sasuke se había formado un tajo que sangraba abundantemente.
La garganta empezó a arderle y el deseo de beber palpitó por sus venas, pero con un admirable autocontrol se sobrepuso y subió la mirada encontrándose con la de Sasuke.
-No tiene importancia-dijo él, no sabía si lo decía porque había deseado su sangre o por no preocuparla.
-Estás sangrando.
-Tranquila, soy inmortal.
-No tiene gracia Sasuke.
Claro que no tenía gracia, nada de lo que pasaba tenía gracia y por encima la pérdida de sangre empezaba a hacer mella en él, estaba sediento.
Debía hacer algo o sino la llamada de la sangre de Sakura lo descontrolaría.
Paró el coche en un descampado y se bajó.
Escuchó como ella lo seguía.
-¿A dónde vas, Sasuke?
No contestó, la garganta le ardía horrores.
Sus sentidos le advirtieron de una mujer humana que se encontraba sola haciendo footing.
Sakura iba detrás de Sasuke, el pelinegro se comportaba extraño y eso la asustaba un poco.
Su mente seguía atormentándola, había estado a punto de sucumbir al deseo de beber la sangre de Sasuke, odiaba aquello, odiaba sentirse sedienta.
Delante de ellos apareció una mujer humana.
Sasuke se quedó quieto, muy quieto y ella también se paró.
¿Qué iba a hacer Sasuke?
La mujer cada vez estaba más cerca y los ignoró por completo pero cuando estuvo a dos metros Sasuke saltó encima de ella sorprendiendo a Sakura.
La mujer no tuvo tiempo ni de removerse, cuando Sasuke le hincó los dientes fue cerrando los ojos como si la durmiesen con algún tipo de anestesia.
Sakura se quedó clavada en el suelo mientras miraba a Sasuke que bebía con fluidez.
No podía decir que le repugnase aquello, simplemente se odió a si misma por desear acercarse al pelinegro y beber ella también.
Como si le leyese el pensamiento Sasuke levantó la cabeza y la miró, tenía la boca llena de sangre.
-Ven-le dijo.
Ella negó con lágrimas en los ojos.
No podía, ella no podía hacer eso, pero la sed...
Se llevó una mano a la garganta intentado frenar el ardor que le atravesaba el cuello.
Sasuke seguía extendiéndole la mano.
Sabía que pensaba Sakura, pero ellos no podían hacer nada contra las leyes de la naturaleza.
-Los humanos matan animales para alimentarse y no les importa-dijo intentando aliviarla.
-Pero...
-Sakura, no eres una asesina, esto es parte de nuestra vida.
La pelirosa fijo sus ojos en la mujer que yacía en el suelo.
-Tienes que beber, si no lo haces puedes perder el control y harás cosas peores-insistió él.
No podía soportarlo, la sed era demasiado fuerte.
Poco a poco y sin dejar de llorar se acercó a Sasuke y se agachó junto a él.
-Ellos... ¿sufren?-preguntó.
-Nuestra saliva funciona como anestesia así que no sufren casi nada-aclaró él.
Antes de inclinarse Sakura miró la cara de la mujer, parecía como si durmiese.
''Lo siento'' pensó ''no puedo evitarlo''
Y acto seguido clavó los dientes donde lo había hecho Sasuke y bebió, al principio despacio y luego con desesperación.
Se sorprendió al descubrir que sabía mejor de lo que hubiese probado nunca pero aún así se odió a ser misma por tener que hacer aquello, la naturaleza era cruel.
A su lado Sasuke también continuó bebiendo y así estuvieron hasta que ambos acabaron.
-Me odio-dijo ella refugiándose en los brazos de él y llorando contra su pecho.
-No puedes cambiar lo que eres-dijo él abrazándola.
Después de estar un rato así Sasuke enterró el cuerpo de la mujer.
-Deberíamos rezar por su alma-dijo Sakura.
Sasuke sonrió con desgana.
-Nosotros no podemos rezar y mucho menos nombrarlo a él-dijo señalando al de arriba.
Sakura creyó que la engañaba pero en el momento que quiso empezar a rezar un fuerte dolor le inundó todo el cuerpo.
-Te lo dije-dijo él divertido al verla encogerse-ahora eres una criatura del diablo, felicidades.
La agarró de la mano y la volvió a llevar hacia el coche.
-¿Y ahora a dónde vamos?-preguntó.
-Hoy he recibido una carta de mi hermano-dijo Sasuke-es el jefe de la guardia real y ha recibido órdenes de la Reina para que te lleve ante su presencia.
-¿La Reina quiere hablar conmigo? ¿De qué?
-No lo sé.
En la voz de Sasuke se notó desconfianza y preocupación, al parecer la Reina no era alguien digno de confianza para él.
-Quiere que la apoyes con sus propósitos de guerra.
-¿Qué?-preguntó escandalizada-Sasuke yo no sé nada de eso.
-Precisamente por eso vamos a ver a Shikamaru, él te dará clases de protocolo.
¿Protocolo? ¿En qué berenjenal se había metido?
-¿No me puedes enseñar tú?
-Sakura cielo, ¿me ves pinta a mí de conocer el protocolo?
Sinceramente no, Sasuke era demasiado independiente como para seguir las órdenes de alguien.
-Debes estar preparada para encontrarte con esa mujer y lo más importante, nunca me nombres.
-¿Por qué?
-Solo hazme caso, la Reina no es de fiar, nadie es de fiar, quien menos te lo esperas puede ser un sombra.
Sakura se distrajo meditando mientras miraba la herida de Sasuke, que prácticamente había desaparecido.
Presentía que pasaba algo malo y que Sasuke se lo ocultaba, le había prohibido que se mostrase cariñosa con él en la calle y que apenas le hablase, eso solo podía significar que había algo malo que estaban haciendo, o que nadie podía enterarse de lo suyo por algún motivo.
En un arrebato envolvió una de las manos del pelinegro con la suya y la apretó con fuerza.
-Te quiero-le susurró.
-Hemos llegado-dijo él desviando el tema.
Habían ido a parar a una enorme pradera donde un chico alto y de pelo castaño recogido en una coleta los esperaba.
-Que hay Sasuke-saludó cuando este se le acercó.
El pelinegro le contestó con un ademán y luego los ojos de Shikamaru se clavaron en ella, abiertos de sorpresa.
-Alteza, mucho gusto-dijo inclinándose.
De verdad que odiaba que hiciesen eso.
-Mi nombre es Shikamaru Nara, será un placer...
-Yo soy Sakura, y levántate, odio toda esta parafernalia-se quejó la chica.
Shikamaru la miró sorprendido.
-Te dije que no era una sangre pura común-dijo Sasuke-trátala normal o si no te matará.
-Bien al...Sakura-dijo intentando sonar familiar, no era normal que un sangre se comportase así, al parecer era cierto que esa chica no tenía ni idea de protocolo-creo que tendremos que emplearnos a fondo, ¿cuándo vendrá Itachi a buscarla?
-Dentro de dos semanas.
-¿Estás de broma?-dijo Shikamaru-me llevará años enseñarle todo.
-Pues esfuérzate.
-No seas tan estricto Sasuke-dijo la pelirosa-prometo que prestaré mucha atención y aprenderé rápido, muchas gracias Shikamaru-sensei.
La pelirosa lo estrechó en un abrazo, que lo dejó estupefacto y a Sasuke lo llenó de celos.
-¿Cuando empezamos?-preguntó emocionada.
-Hoy estoy ocupado-contestó el chico cuando se hubo repuesto del inesperado abrazo-empezaremos mañana a la misma hora y aquí, un placer conocerte Sakura.
-Adiós-se despidió ella.
-Nos vemos Sasuke.
Y dicho esto el Nara desapareció en una abrir y cerrar de ojos.
-Me cae bien-dijo la chica con una sonrisa.
-Hmp.
Sakura lo miró y sonrió.
Sasuke tenía el ceño fruncido y le torcía la cara.
-¿Estás celoso?
-Yo no estoy celoso-dijo.
Ella sonrió, sin duda, estaba celoso.
-La verdad es que es bastante guapo y muy educado, las clases serán amenas-dijo mirándolo de reojo.
La reacción fue inmediata, Sasuke frunció más el ceño.
-Lo celebro por ti-contestó en una especie de murmullo.
¿Qué pretendía Sakura con aquello? ¿No se suponía qué lo quería solo a él? las carcajadas de la pelirosa lo distrajeron.
-¿Qué te hace gracia?
-Tú-dijo acercándose y colgándose de su cuello-estás celoso.
-Yo no estoy celoso.
-Sí, lo estás-insistió con una sonrisa divertida.
-No.
Con otra sonrisa Sakura lo empujó hacia atrás haciéndolo caer en la hierba con ella encima.
-Tú me gustas más, mucho más-susurró ella antes de juntar sus labios con los de él.
Esa mujer era endiablada, le gustaba hacerlo sufrir y eso le indignaba, darse cuenta de que estaba más atado a ella de lo que le hubiese gustado.
La abrazó por la cintura y la apretó contra él cargando todo el peso de la pelirosa sobre su cuerpo e intensificando más el beso.
La pelirosa separó su cara de la de él y la hundió en el hueco de su hombro.
-Quiero estar así para siempre-dijo-porque presiento que algo malo pasa y que tú me lo ocultas.
Sasuke no le contestó y ella supo que sus sospechas eran ciertas.
-¿No podemos...estar juntos?-preguntó mirándolo.
Él cerró los ojos, intentando escapar de su hipnótica mirada, así le sería más fácil explicarle.
-No-contestó-con esto estamos incumpliendo las leyes.
Sakura volvió a refugiarse en el cuello de él.
-¿Por qué?
Sasuke suspiró.
-En nuestra sociedad las leyes prohíben que un sangre pura y su guardián tengan ningún tipo de relación, si alguien llega a incumplir esa norma el guardián será inmediatamente desterrado o en los casos peores será sacrificado.
Los dedos de Sakura se agarraron con fuerza a su camiseta.
-No quiero que te separen de mí-dijo-ni quiero que te pase nada.
Sasuke le acarició la espalda con una mano mientras el dulce olor a cerezos de ella lo envolvía.
-Eso no sucederá.
Tras eso estuvieron un rato en silencio.
-Tengo una idea-dijo ella alzándose y clavando sus vivaces ojos en los de él-dijiste que yo era la verdadera sucesora al trono, cuando me haga Reina eliminaré esa ley estúpida y nadie nos separará.
El pelinegro sonrió de medio lado, era imposible creer que alguien como ella fuese una sangre pura o incluso un vampiro, ella irradiaba luz y vida, algo de lo que carecía el resto de su especie, pero era demasiado inocente.
-No es tan fácil-le dijo-aunque fueses la Reina no todo el mundo estará de acuerdo con tus decisiones y puede formarse una revolución.
La cara de la pelirosa se entristeció.
-Da igual, nadie me apartará de ti-dijo.
Se salió de encima de Sasuke y se tumbó en la hierba al lado de él.
-¿Te puedo preguntar una cosa?-susurró.
-Dime.
-¿Cuántos años tienes?
-468 o por ahí-contestó.
Ella se alzó y abrió los ojos como platos.
-Estoy saliendo con un viejo-dijo estallando en carcajadas ante su propia ocurrencia.
-Tu padre tenía 600 años más que tu madre cuando se casaron-dijo él con tono ofendido.
Ella se quedó callada.
-¿Conociste a mis padres?
Asintió.
-¿Cómo...cómo eran? ¿Eran buena gente?-preguntó con un brillo intenso en la mirada.
Quería saber cómo eran sus padres, conocer algo de su familia, sabía que Alecto era su prima pero quería saber más del resto.
-Tu padre era un vampiro imponente-dijo Sasuke-todo el mundo le tenía mucho respeto, no lo conocí muy bien pero por lo que decían era alguien bastante bondadoso pero firme ante cualquier incumplimiento de las normas, tenía un pelo muy raro, cuando era pequeño siempre me llamó la atención, era blanco como la nieve.
Sakura escuchaba embelesada, no solo por oír hablar de su padre sino porque era la primera vez que Sasuke se mostraba tan expresivo, sonrió.
-¿Y mi madre? ¿Cómo era mi madre?
-A ella la vi más veces-dijo él rememorando la cara de aquella mujer tan bella-eres exactamente igual que ella, en todo.
Sakura trató de imaginar a su madre, no la conoció y nunca pudo estar con ella pero sentía gran admiración hacia ella por todo lo que le habían contado.
-Tenías muchos hermanos-dijo Sasuke-pero no los conozco a todos, eran muchísimos.
La pelirosa se acurrucó contra él, quería hacer una pregunta más pero no sabía si sería adecuado.
-¿Y...tu familia, Sasuke?
Como supuso la cara del pelinegro se contrajo, sabía de la existencia de su hermano Itachi, pero por el resto no sabía nada.
-Murieron-contestó sin ninguna emoción.
-Lo siento.
-Hmp.
Tras eso volvieron a quedar en silencio.
Sasuke se había quedado pensativo e intuía que triste, no debía haber preguntado.
-Te hecho una carrera-le dijo levantándose.
Sasuke la miró, entre cansado y sorprendido.
-Perderías.
-No creo-insistió ella-apostemos.
Aquella proposición hizo brillar los ojos de Sasuke y este se puso de pie.
-Si pierdes harás lo que yo te pida y te advierto que ganaré, la meta será aquel árbol solitario del fondo.
Ella sonrió al haberlo convencido.
-Ya veremos.
Los dos se retaron con la mirada y a la de pocos segundos se lanzaron a la carrera.
Era maravillosa la nueva velocidad que alcanzaban sus piernas y sentir el aire en la cara.
Al principio iban emparejados pero luego Sasuke la adelantó.
Eso no podía ser, aceleró el paso y esta vez fue ella la que le adelantó y al pasar por su lado le echó la lengua.
-No ganarás Sakura-dijo él apretando más la carrera.
-Sí que lo haré.
La meta estaba cada vez más cerca y él estaba dispuesto a ganar, nunca le daría el gusto a la pelirosa de ganarle, estaba a punto de alcanzar la meta cuando ella pasó por delante de él y le sonrió triunfal.
No lo podía creer, le había ganado.
-Gané-dijo ella.
-Hmp.
No estaba dispuesto a reconocerlo.
La agarró por la cintura y la arrinconó contra el árbol besándola con ferviente pasión.
Sus lenguas iniciaron una intensa pero dulce batalla en la que él ganaría, iba a someterla a su voluntad.
Un gemido escapó de la boca de la chica cuando él se apretó más contra ella y sus senos quedaron aplastados contra el fibroso torso de él, pero reuniendo un poco de compostura se separó de él.
Sasuke no la engañaría, ella había ganado y él tendría que hacer lo que ella le dijese.
-Una promesa es una promesa-dijo ella.
El pelinegro bufó, pero no se movió ni un milímetro.
-¿Qué quieres?-preguntó mientras le besaba el cuello.
Ante aquel gesto le costaba pensar.
Sasuke estaba seguro que le pediría que la hiciese suya pero la cosa que le pidió la pelirosa lo dejó totalmente descolocado.
-Quiero que me enseñes lo que escondes en la sala del final del pasillo del cuarto piso, la de la puerta antigua con goznes dorados.
La cara de Sasuke se ensombreció.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
Copia y pega esto en tu firma si eres del 5% de las personas que suben y le da una ayudita (lo empujan) (^w^)

Greenie Desconectado
« Respuesta #11 en: Junio 04, 2011, 12:18 pm »

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« Respuesta #11 en: Junio 04, 2011, 12:18 pm »
Hola!!!
KAWAIIII♥....
ME ENCANTO... ESTOS CAPS ESTAN SORPRENDENTES...^^
JAJA ME FASCINO QUE SAKURA NO LE PIDIERA QUE ESTUVIERA CON ELLA, SINO LO DEL CUARTO... JAJAJ
^^ ESPERO CON ANSIAS LA CONTI (:
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #12 en: Junio 07, 2011, 12:53 pm »

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« Respuesta #12 en: Junio 07, 2011, 12:53 pm »
aki la conti^^

13.

-No es justo-reclamó la pelirosa mientras abría la puerta de su casa.
Eishel y Hinata los vieron entrar a los dos y una sonrisa divertida amenazó con aparecer en el rostro del hada.
-Te dije que no Sakura-contestó él con el ceño fruncido.
-Pero yo te gané, tienes que cumplir tu promesa, ¿qué a caso no puedes enseñarme lo que tienes allí?
La pelirosa se tiró al sofá haciendo un mohín y dándole la espalda a él.
-No hay nada en ese cuarto, está vacío-contestó él molesto.
La pelirosa se giró y le plantó cara.
-Mira que no te creo-le retó acercando su rostro al de Sasuke.
Hinata y Eishel observaban la escena en silencio, divertidas.
-Hmp, como si me importase-dijo Sasuke también acercando su rostro al de ella.
-Pues bien.
-Perfecto.
-Chicos, ya dejad la pelea-dijo el hada.
-Es que Sasuke no sabe cumplir una promesa-protestó ella.
El pelinegro se llevó una mano a la cara, aquella actitud lo exasperaba.
-Yo me largo-dijo.
-¡Eso vete!-gritó ella cuando él salió por la puerta.
Luego volvió a sentarse en el sofá y clavó la vista en un punto inespecífico, con el ceño fruncido.
-¿Y ahora qué pasó?-preguntó Eishel.
La pelirosa se encogió en su asiento.
-El muy idiota no me quiere enseñar que es lo que esconde en una habitación de su casa.
-Sasuke-kun acaba de decir que no hay nada dentro de ella-dijo Hinata.
-Miente, yo sé que allí dentro hay algo, me podría engañar mientras era humana, pero ahora no.
Se quedaron en silencio, en problemas de pareja era mejor no meterse.
-¿Y bien? ¿Por aquí que pasó?-preguntó desviando el tema.
-Llamé a Naruto-kun tal como me mandó Sasuke-kun y vendrá a recogerme esta noche-dijo con un sonrojo.
Sakura la miró fijamente.
-¿Y a dónde te lleva?
Los nervios se hicieron presentes en la cara de la peliazul y Sakura pudo oler su miedo.
-Vamos a hablar con...el jefe de la manada-susurró.
-¿Con tu padre?-abrió los ojos como platos.
-Si no se aclara esto los hijos de la noche y los hijos de la luna podríais tener un gran problema-dijo Eishel.
Sakura se encogió, todo eso estaba pasando por su culpa, por haber sido incapaz de controlarse.
La imagen de la mujer deportista apareció por un momento en su mente, ella era una bestia y no podía hacer nada para remediarlo.
Bien, siendo aquello su culpa lo único que podía hacer era dar la cara y enfrentarse a las consecuencias.
-Voy con vosotros-dijo.
Hinata se la quedó mirando con ojos como platos.
-No creo que sea buena idea-dijo-tú eres una...
La cara de la pelirosa se ensombreció.
-¿Podemos dejar los títulos sociales de lado, por favor? soy tu amiga, estás aquí por mi culpa y te voy a ayudar.
-Pero Sasuke-kun...
-Sasuke no es el dueño de mi vida-contestó molesta.
Eishel apareció delante de ella y le dio un vaso con algo rojo, llevaba sangre sin duda.
-He tenido una sesión de caza esta mediodía-contestó apenada.
El hada la miró, transmitiendo comprensión.
La que si se quedó fijamente mirando el vaso fue Hinata, la pobre no se había alimentado en más de 24 horas, entonces Sakura se preguntó si su amiga no había asesinado, bueno cazado, a nadie mientras Naruto se la había llevado.
-Lo siento Hinata-dijo Eishel-pero esta infusión solo hace efecto en los...
Sakura la fulminó con la mirada.
-En Sakura-rectificó.
No tardó mucho en escucharse el sonido de alguien entrando por una de las ventanas de arriba.
-¿No sabes usar la puerta?-preguntó Eishel.
Tal y como había sentido, la pelirosa vio bajar a Naruto por las escaleras con una sonrisa de disculpa.
-Es la costumbre-se disculpó-buenas noches a todos, y bien, ¿estás lista Hinata-chan?
Sakura notó un deje de tristeza en la voz y se acordó de lo que Hinata le había contado en clase.
Poco antes de que la llamasen por teléfono para preguntar donde se encontraba, Naruto había recibido una llamada que lo había dejado muy triste.
Al parecer habían asesinado a la sangre pura que él había protegido antes de que el fuese desterrado por mantener una relación con ella.
La pelirosa quiso decirle algo pero los esfuerzos de Naruto por parecer alegre la frenaron, no era necesario remover en la llaga.
-Voy con vosotros-se limitó a decir.
Al contrario de lo que ella pensaba Naruto le sonrió y alzó el pulgar, entonces recordó que Naruto era bastante más concesivo que Sasuke.
-¿Y el teme no viene?
-Ese se queda en su casita-contestó Sakura con voz fantasmal.
Naruto se encogió de hombros.
-Pues en marcha.
Las dos chicas se levantaron y tras despedirse de Eishel salieron de la casa.
-Es mejor que vayamos andando-dijo Naruto-a estas horas todavía hay humanos en la calle.
Ellas asintieron e hicieron sus mayores esfuerzos por mantener una velocidad más o menos humana.
Caminaron en silencio aunque eran muchas las cosas que podían oír.
A pesar de vivir en las afueras Sakura era capaz de escuchar todo el barullo que había en el centro como si solo estuviese a una manzana de distancia.
-No le gustará nada esto-dijo Naruto cuando pasaron por delante de la casa de Sasuke.
-Me importa bien poco-susurró ella.
Aún así sintió la necesidad de mirar hacia la casa, como si algo extraordinario estuviese pasando.
Sus ojos se clavaron en la enorme mansión y entonces comprendió porque se había sentido tan ansiosa.
La luz donde debía encontrarse aquella habitación secreta estaba encendida.
La furia se encendió en su interior.
-¿Con qué no había nada, eh? que se prepare cuando lo vea.
Apenas si lo había susurrado pero Naruto lo escuchó perfectamente y se le escapó una sonrisa.
-Naruto-lo llamó-¿tú sabes que guarda Sasuke en la última habitación del pasillo del cuarto piso?
El rubio se paró de golpe y aunque Sakura solo le veía la espalda pudo adivinar la cara de sorpresa que seguramente tenía el ojiazul en eses momentos.
-Ah...no-contestó.
Sakura decidió no insistir.
-Es aquí-anunció Hinata.
No hacía falta que avisase, el olor a perro lo inundaba todo.
-Mi casa es la del centro.
Naruto tocó la puerta aunque estaba completamente seguro que ellos sabían de su visita incluso antes de entrar al barrio.
La puerta se abrió y por ella apareció Hanabi, la pequeña hermana de Hinata.
La niña al ver a su hermana mayor se lanzó a sus brazos y la abrazó con fuerza.
-Nee-san, pensé que te habías marchado.
Hinata respondió al abrazo de su hermana, presentía que sería el último que recibiría de alguien de su familia.
-Hanabi, ven aquí.
La severa voz de Hiashi resonó por toda la estancia.
Para sorpresa de Hinata allí se encontraba casi todos los vecinos del barrio, al parecer todos eran licántropos.
La mirada que le dirigió su padre fue la más hiriente que había recibido en toda su vida.
-¿Qué queréis, hijos de la noche?-preguntó clavando la mirada en Naruto, no muy amistosa.
-Hablar y solucionar este problema-contestó el rubio.
Hiashi les echó un vistazo a todos, mirando con cierta sorpresa a Sakura pero en seguida recuperó su expresión fría.
Al ver que no decía nada, Sakura dio un paso al frente, cansada de toda esa tontería.
Los lobos dieron un paso hacia atrás, salvo Hiashi y Neji, los únicos que habían tratado con un sangre pura anteriormente.
-¿A qué debemos la presencia de la gran dama Serim en nuestro humilde hogar?-preguntó el ojiperla con sarcasmo-no veo a su guardián por ningún lado, alteza.
Sakura ya estaba cansada de ese dichoso tratamiento, aunque fuese irónico.
-Venimos a hablar y Sasuke no ha venido para no humillarte otra vez, perro-la autoridad con que Sakura habló hizo estremecer al ojiperla.
Sakura sonrió en su fuero interno, al parecer en algunos caso era buena idea la de hacerse pasar por sangre pura arrogante y altiva.
-Hablaremos, pero solo nosotros cinco-dijo Hiashi abarcando a los tres vampiros y a él y a su sobrino Neji.
Sakura asintió.
-Sakura da miedo-escuchó que Naruto le susurraba a Hinata.
Su amiga se había mantenido todo el rato callada con la mirada fija en su madre que ni siquiera se dignó a mirarla.
Pasaron al enorme salón y cuando estuvieron todos Neji cerró la puerta.
Hiashi clavó la vista en Sakura, solo en ella.
La pelirosa estaba nerviosa, era la primera reunión que oficiaba y no tenía ni idea de cómo afrontar ese asunto, pero se dedicó a mantener la mirada del macho alfa.
-Hace años que los hijos de la luna hemos firmado un pacto con vosotros-empezó-os ayudaríamos contra los sombra con la condición de que no mordieseis a ninguno de los nuestros, cabe destacar que esa regla se ha incumplido.
Dicho esto clavó con desprecio la mirada en su hija.
-Y para más colmo tu guardián agredió a mi sobrino.
De la cara de Sakura salió una sonrisa ácida.
-¿Le mencionó su sobrino que Sasuke lo atacó porque él se había lanzado a por mí?-dijo.
Hiashi clavó la mirada en Neji, quien agachó la cabeza.
-Aún así eso no cambia las cosas-se defendió él-la chupasangre no tenía derecho a morderla.
-Un respeto perro-gruñó Naruto.
-Papá, nada de esto es culpa de Sakura-intervino la peliazul-yo debí darme cuenta, pero también es culpa vuestra.
-Como te atreves...-dijo Hiashi levantándose.
Hinata también se levantó, y para sorpresa de los demás encaró a su padre.
-Nunca me dijisteis en lo que yo me iba a convertir, nunca me hablasteis de vampiros ni de lobos, ¿cómo habría podido yo adivinar esto?
Ni Neji ni Hiashi contestaron.
En ese momento se abrió la puerta y por ella entró la persona que Sakura menos se esperaba ver.
-Señor en la puerta hay...-Ino se quedó muda al ver quien estaba allí dentro.
-No lo puedo creer-murmuró la pelirosa.
La rubia y ella mantuvieron la mirada por un instante hasta que Ino la retiró con desprecio.
-En la puerta hay un vampiro-continuó.
No hizo falta presentaciones todos sabían quién era.
Sasuke hizo su aparición lleno de furia.
-Ino, márchate-dijo Neji.
Sakura fue incapaz de decirle algo antes de que esta se marchase, luego miró a Sasuke.
Este la miraba con una furia y un enfado que no recordaba haber visto antes.
-Ahora ya estamos todos-ironizó Neji.
-Sakura, nos vamos-dijo el pelinegro.
Ella alzó una ceja, no pensaba moverse de allí.
-Has interrumpido mi reunión, Uchiha-contestó.
Él se enfadó aún más.
Luego miró a Naruto y este se encogió de hombros.
Suspiró, ¿es qué esa chica no había entendido lo peligroso que era aquello? le daba igual lo que le dijese, se iría con él en ese mismo momento.
Pero Sakura lo ignoró y volvió a mirar a Hiashi.
-Disculpe la interrupción señor Hyuuga-dijo-mi subordinado es un poco rebelde.
El golpe que recibió el orgullo de Sasuke casi pudo oírse en los oídos de la pelirosa que sonrió al haber conseguido lo que quería.
Pudo sentir la mirada iracunda de Sasuke mientras este se sentaba al lado de Naruto.
¿Cómo se atrevía Sakura a tratarlo así? después tendrían un par de palabritas.
-¿Qué podemos hacer para que este hecho no pase a mayores?-continuó la pelirosa con la charla.
-Que ningún hijo de la noche vuelva a relacionarse con nosotros, tal vez así no rompamos el tratado de paz-contestó el jefe lobo.
-Pero tío...
-¡No me discutas Neji! ¡Y ahora fuera!-exclamó-¡y tú Hinata, espero no volver a verte nunca más! eres una deshonra, sino se va de esta ciudad tendremos problemas.
-No se pase ¿eh?-esta vez fue Naruto quien habló-es su hija, ¿va a abandonarla por qué no es como usted? es una actitud muy injusta y cobarde.
-Naruto-kun...-susurró la peliazul sonrojada al ver que él la defendía-no pasa nada, comprendo.
-Mejor vámonos de aquí-continuó el rubio ofendido-tanto olor a chucho me marea.
Todos salieron por la puerta sin ni siquiera decir nada ni mirar a nadie.
-Esto es increíble-se quejó el rubio cuando les cerraron la puerta en toda la cara-como se atreven a tratar así a Hinata-chan.
Sakura a penas si hacía caso, ya que la mirada de Sasuke sobre su cogote cada vez era más profunda.
Los cuatro se quedaron en silencio.
-¿Qué haré ahora?-dijo la peliazul-sino me voy de la ciudad estaremos en problemas.
-Puedes venir conmigo-dijo el rubio-en teoría yo tampoco debería estar aquí.
La peliazul se sonrojó sobre manera.
-No quiero ser una molestia...
-En absoluto-dijo él-además puedo enseñarte muchas cosas.
-Sakura.
La voz que sonó tras ella era fría, al parecer Sasuke estaba más enfadado de lo que pensaba.
-¿Qué?-intentó sonar tranquila, pero el temblor de su voz la delató.
Hinata y Naruto se quedaron callados, más aún así percibieron que en ese momento sobraban.
-Em... ¿qué tal si vamos a cazar Hinata? se te ve con hambre y...-se esforzó en buscar una excusa.
-Sí, nos vemos luego Sakura.
Tras eso los dos desaparecieron.
Sakura se dio la vuelta, nerviosa, para encarar a Sasuke.
Este había empezado a andar y ya le llevaba una buena delantera.
Ella lo siguió en completo silencio y con la cabeza gacha.
-Yo...
-Calla-la cortó Sasuke.
La pelirosa se quedó en silencio y se puso a la par de él.
Sasuke se había puesto las gafas y Sakura fue incapaz de saber lo que pasaba por la mente del pelinegro.
-Yo solo quería ayudar a Hinata-intentó de nuevo-no puedes controlar todo lo que hago Sasuke.
Él se quedó quieto pero continuó sin mirarla.
-No tiene porque dar explicaciones, alteza-dijo con la voz fría como un tempano.
Aquello le dolió a la pelirosa, sabía que era culpa de ella por no haberle dicho, sabía que lo había preocupado, pero Sasuke debía entender que ella era lo suficientemente grande para defenderse.
-No tienes derecho a enfadarte-continuó ella-tú tampoco has querido decirme que guardas en ese cuarto, y no me vengas diciendo que nada porque he visto las luces encendidas, ¿qué hay ahí?-exigió saber.
-No es algo que os incumba, alteza-repitió con sarcasmo.
Habían llegado a la casa del pelinegro y atravesaron la verja en el silencio más incómodo y frío.
-¿Qué debo hacer para que confíes en mí?-preguntó la pelirosa cuando estuvieron frente a la puerta.
Sasuke se quedó callado, con la mano en la perilla de la puerta.
-Eres una auténtica molestia-dijo antes de entrar y cerrarle la puerta e las narices.
Sakura se quedó helada, quiso reaccionar, gritarle a Sasuke que era un desconsiderado, pero de su garganta solo salió el sonido del llanto.
-Eres un idiota-dijo hacia la puerta, sabiendo que él la escucharía-tú no entiendes nada, solo quiero saber de ti, porque te quiero, pero da igual, si esto va a seguir así, pues adiós Sasuke Uchiha.
Dicho eso se fue de allí, necesitaba alejarse de esa casa.
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Se había quedado apoyado en la puerta, sin quitarse las gafas de sol.
Con un grito dio una patada en el suelo, abollándolo un poco.
Tan siquiera llevaban un solo día juntos y ya la había visto llorar, odiaba verla llorar y más si era por culpa de él.
¿Pero es que Sakura no comprendía? se había sentido horrible cuando se dio cuenta de que la pelirosa iba a reunirse con los lobos.
¿Es qué ella no entendía que cada vez que se jugaba la vida él agonizaba con solo pensar que le podía suceder algo?
Sabía que no podría sobreprotegerla por toda la eternidad, que a lo mejor en el momento que la Reina se reuniese con ella la apartaría de él y no la volvería a ver, pero él no permitiría que nadie le hiciese nada malo.
Sakura era un ser inocente y puro que nunca debió verse involucrada en semejantes asuntos, ni si quiera debía haberlo conocido a él y así nunca estaría pasando eso.
Pero a pesar de todo no soportaba la idea de verse lejos de ella y mucho menos de verla llorar por culpa de él.
Maldijo y dirigió su vista hacia el último piso.
Quería ser sincero con Sakura pero no podía enseñarle lo que había allí dentro, era algo muy privado de él y todavía no se sentía capaz de enseñárselo a ella, tenía miedo de su reacción, incluso la de Naruto al verlo no fue muy buena y no se quería imaginar la de la pelirosa.
Ahora debía ir a buscarla y arreglar las cosas, no soportaba estar mal con ella.
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Había entrado como una exhalación en casa y se encerró en su cuarto sin escuchar las preguntas que le hizo Eishel al verla entrar en pleno llanto.
Se tiró en la cama y hundió la cara en la almohada.
¿Por qué todo tenía que ser tan complicado con Sasuke? ¿Por qué el pelinegro no podía entender cómo se sentía ella?
Todo aquello era nuevo en su vida, apenas llevaba unas horas siendo consciente de lo que era y no sabía cómo actuar, ni si quiera sabía que era y que no era peligroso.
Pero lo que más le dolía era la actitud con la que él se había dirigido hacia ella apenas unos minutos y el hecho de que se negase a decirle que le escondía.
¿A caso había hecho algo mal para qué Sasuke no confiase en ella?
Escuchó unos golpecitos en la puerta de la terraza, sabía quién era pero lo ignoró, no quería hablar con él.
Los golpes se repitieron, esta vez más fuerte.
La pelirosa metió la cabeza bajo la almohada en un intento de ignorarlo, a pesar de saber que él no se daría por vencido.
Sasuke acabó abriendo la puerta y poco después la cerró, pasando las cortinas para que nadie los viese desde fuera.
Siguió sin levantar la cabeza cuando él se sentó en el borde de la cama y le puso una mano en la espalda.
Su cuerpo tembló incapaz de ignorar el suave tacto de él sobre su columna vertebral, estaba arrepentido pero ella sabía que nunca se lo diría con palabras.
Sasuke se entretuvo mirándola, Sakura había ocultado la cabeza bajo la almohada, no quería verlo lo que significaba que estaba realmente dolida.
Se sintió una basura.
Se tumbó en la cama al lado de ella y de un movimiento le retiró la almohada de la cara, que estaba totalmente mojada de haber llorado.
La pelirosa había cerrado los ojos para no mirarlo más aún así se veía hermosa.
Lentamente fue pasando los dedos por su cara, secando todo rastro de líquido mientras ella se calmaba y dejaba de temblar.
La chica abrió poco a poco los ojos, haciendo que los jades impactaran con los de él.
Enredó su mano con la de Sasuke y la dirigió hacia su corazón.
El pelinegro se distrajo sintiendo el pausado latir y la calidez de su corazón.
Sabía lo que le decía la pelirosa, que lo quería.
La otra mano de la chica se posó en el pecho de él y cerró los ojos para dejarse llevar por el ritmo también pausado del corazón del pelinegro.
Aquella conversación muda fue bastante para darse cuenta de lo que se estaban diciendo el uno al otro.
Sasuke volvió a abrir sus ojos y la miró, tranquila, con los ojos cerrados y una linda sonrisa en su rostro.
Lentamente se acercó a ella y unió sus labios en el beso más tierno que había dado en todos sus siglos de vida.
La pelirosa amoldó sus labios con los de él, le gustaba sentir las manos del pelinegro en su cara, acariciándole las mejillas y la nuca.
Ella tenía sus manos hundidas en el suave pelo, acariciándoselo.
Cuando se separaron apoyó su frente junto a la de él y le sonrió de la forma más dulce que él había visto.
-No importa que no quieras enseñármelo-susurró-es algo muy personal ¿verdad?
Sasuke se quedó por un momento perdido en esos ojos, pero luego asintió.
-No sé qué tan malo es-continuó ella-pero no me importa, no me importa.

14.

-¡Arriba!

La luz del día entró como un torrente en su cuarto cuando Eishel abrió las cortinas.

Un gritito salió de su garganta cuando sintió la fuerte luz solar golpear en sus ojos y por inercia se arrojó al rincón de la habitación donde no daba tanto el sol.

-Soy una criatura nocturna, duermo por el día ¿sabes?-se quejó la pelirosa.

Eishel, que estaba en su forma humana, sonrió.

-Pues esta criatura nocturna tiene que ir a clase-contestó.

Sakura agarró sus gafas de sol y se las puso.

-A la tarde tengo mi primera clase con Shikamaru-sensei, necesito dormir sino tendré sueño-se quejó mientras el hada le lanzaba el uniforme escolar.

Eishel soltó un bufido.

-¿Y tú no decía que eres una criatura nocturna? cielo, los vampiros no estáis obligados a dormir, simplemente lo haces porque es una costumbre que has adquirido.

La pelirosa no supo que contestar, solo en ese momento se dio cuenta de que no estaba ni siquiera un poco cansada.

-Pero Sasuke duerme-dijo.

-He dicho que no estáis obligados a dormir, no que no lo hagáis nunca, por supuesto que de vez en cuando dormís, pero muy pocas veces.

Sakura comenzó a vestirse preguntándose cuantas cosas más le faltaban por saber de su propia naturaleza.

-¿Y por qué estás en tu forma humana?-le preguntó a su ''madre'' cuando salían del cuarto.

Desde que sabía la verdad Eishel se mostraba ante ella con su verdadera forma, nada más usaba su forma humana para hacer los recados habituales.

-La directora me ha llamado, está preocupada por el escándalo que se montó ayer.

La pelea con Neji, claro, lo había olvidado.

-Ha mandado llamar también a la familia Hyuuga pero ellos se han negado a ir y bueno...en cuanto a la familia de Sasuke...

-En fin, que en calidad de madre solo vas tú-dijo la pelirosa.

La mujer asintió.

La pelirosa no pudo más que pensar en el pelinegro, había estado con ella hasta las tantas de la madrugada y habían estado hablando de como había sido la experiencia de Sakura como humana.

¿Cuánto tiempo llevaría Sasuke solo? debía haberlo pasado muy mal.

-¿Tienes hambre?-preguntó el hada cuando estuvieron en la cocina.

-Beberé un café-dijo.

-¿Tienes sed?-preguntó después.

-Mmm, no, creo que no.

Eishel le sirvió el café y Sakura se sorprendió al ver que le sabía igual, o incluso mejor que antes, aprendió otra cosa, la comida humana seguía sabiendo genial incluso siendo un vampiro.

El hada solo se limitó a comer un poco de fruta y al acabar ambas salieron a la calle.

Esos días el sol pegaba fuerte y Sakura se vio obligada a caminar bajó las sombras.

-¿Estará bien Hinata? no volvió en toda la noche-dijo preocupada.

-Llamó hace un rato, dijo que se fue con Naruto porque los lobos no la querían en la ciudad-contestó-pero que vendrá todos los días a clase, Naruto le insistió mucho en eso.

Siendo sinceros, le costaba ver a Naruto obligando a nadie a hacer algo, pero seguro que lo hacía por el bien de ella.

Delante de ellas, al otro lado de la calle, apareció la gran mansión de Sasuke.

-Lo llamaré-dijo la pelirosa.

Tocaron al timbre y en menos de cinco minutos Sasuke apareció en la verja.

No se saludaron, ni se miraron, ni se tocaron, pues cualquier vampiro podría verlos y las cosas podrían acabar muy mal.

-Estoy nerviosa-dijo Sakura.

Sasuke la miró de reojo.

A pesar de haberla visto cientos de veces con el uniforme escolar cada vez que la pelirosa aparecía ante sus ojos solo existía una palabra en su mente capaz de calificarla, hermosa.

-No creo que Tsunade sea muy dura-contestó Eishel.

Pero a Sakura no era Tsunade quien le importaba, sino las clases que tendría a la tarde con Shikamaru, no se creía capaz de estar a la altura y de aprenderlo todo en dos semanas.

Iban andando tranquilamente cuando de pronto Sasuke se quedó muy quieto, demasiado.

-¿Pasa algo?-preguntó la pelirosa.

Los colmillos de Sasuke aparecieron por entre sus labios.

El olor dulzón que caracterizaba a los de su raza golpeó con fuerza en la nariz de Sakura, pero este olor tenía un matiz diferente al olor de Hinata, de Naruto, de Sasuke o de ella misma.

-Sal-exigió el ojinegro con su voz fría.

-¿Ya no me reconoces Sasuke?

De un árbol cercano descendió una chica hermosa, con el pelo color café recogido en dos moños.

Sakura se acordó de ella.

-Tú eres Tenten-dijo.

Sasuke la miró sorprendido.

-¿La conoces?-preguntó.

-Su alteza real y yo nos encontramos por casualidad, yo la confundía con alguien que venía a invadir mi territorio pero ya me disculpé del modo adecuado.

Los ojos miel de Tenten quedaban cubiertos por unas gafas de última moda que hacían juego con su brillante sonrisa.

Llevaba un vestido rojo de tirantes y un bolso negro de Dolce & Gabana.

El reloj también era carísimo, un Rolex y nada que decir de los pendientes y pulseras que llevaba, esa chica estaba forrada.

-Pues a mí me parece que una sangre pura como tú se encuentre con Sakura no es una casualidad.

Sakura se quedó de piedra, ¿Tenten era una sangre pura?

La sonrisa de la chica se ensanchó.

-Siempre desconfiando Sasuke, creo que a veces se te olvida el hecho de que estás utilizando a mi guardián para tus propios fines.

-¿Su guardián?-preguntó la pelirosa.

-Shikamaru es su guardián-contestó Sasuke-veo que él te lo contó todo.

El ceño de Tenten se frunció.

-Mira Sasuke, sabes muy bien lo que yo he hecho por ella-dijo señalando a Sakura-nunca he estado de acuerdo con...su majestad y si algo de lo que hice tiempo después ha valido para empañar mi imagen ante ti debes saber que no me ha quedado otra, los sangre pura también estamos vigilados por la Guardia Real.

Sakura miraba a la pelicafé y a Sasuke sin entender.

-¿Entonces por qué nos seguías?-preguntó el pelinegro más calmado.

-Quiere prestar su ayuda en la formación de Sakura-contestó Eishel-puedes fiarte de ella, es cierto que me ayudó a esconderla.

Tenten clavó su vista en aquella humana y entonces pudo percibir el polvillo amarillo.

-Cuanto tiempo sin vernos Eishel-san, no te había reconocido con ese disfraz, bien, lo que dices es cierto-saludó-confío plenamente en Shikamaru pero hay ciertos conocimientos de los sangre pura que solamente un sangre pura sabe por lo cual, cuando lo creáis necesario ojo-sama, podéis venir a mi casa, Sasuke puede indicaros el camino.

El tono empleado por la pelicafé fue extraño y un tanto divertido. Sasuke solo se limitó a soltar un bufido.

-Si me disculpáis debo ir a atender unos asuntos terrenales, ahora que Idel-sama ha muerto su territorio está sin dueño y hay que aprovechar, espero que volvamos a vernos pronto, como siempre es un gusto verla ojo-sama-se despidió.

Y tras eso se marchó.

Sasuke comenzó a caminar, molesto.

Sin duda alguna él y Tenten se conocían bien pero prefirió no preguntar de qué, no por ahora.

-¿Y Shikamaru? ¿No se supone que los guardianes debéis estar siempre con vuestros protegidos?

-Los guardianes estamos dotados de un sexto sentido que nos alerta de cuando los sangre pura que protegemos están en peligro, da igual a la distancia que nos encontremos-respondió el pelinegro poco antes de llegar al instituto.

En la puerta Naruto y Hinata los esperaban.

Sakura se extrañó pues Hinata no vestía el uniforme, es más nunca hubiese imaginado verla así vestida.

Llevaba el pelo recogido en dos trenzas con los mechones del flequillo cayéndole por la cara, una camiseta azul oscuro de tirantes con dibujitos de calaveras negras y unos vaqueros negros con una cadenita, de calzado llevaba una sandalias planas también negras.

Los ojos perla estaban tapados por unas gafas de sol negras pero aún así Sakura descubrió que un segundo antes de llegar ellos esos ojos estaban clavados en cierto rubio.

-Realmente estás loco dobe-dijo Sasuke-si te llegan a ver por aquí te matan.

Naruto se encogió de hombros.

Él vestía parecido a la ojiperla, llevaba pantalones y cazadora de cuero negro y una camiseta y unas zapatillas blancas.

-Nos hemos encontrado al lobito B por el camino y creo que si no llego a venir yo con Hinata-chan, la hubiese destrozado.

Sakura comprendió que con lobito B, se refería a Neji.

-Además parece que la manada tiene un especial interés en este instituto.

El dedo de Naruto apuntó hacia atrás de él.

Había un grupo de cuatro personas del cual provenía un olor espantoso y que vestían el uniforme del instituto.

-Kiba, Neji y las dos renacidas, Morgana e Ino.

Su amiga tenía la vista clavada en ellos pero en ella no encontró ni rastro de aquella antigua amistad que las unía, solo desprecio y recelo.

-¿Dónde habéis ido por la noche?-preguntó Sakura mientras entraban en el instituto.

Eishel, Sasuke y Naruto caminaban delante, hablando de cosas que solo ellos entendían, mientras que ella y Hinata los seguían.

-Fuimos a cazar y luego estuvimos de paseo por ahí-contestó algo sonrojada.

-De paseo por ahí, ¿eh? no sé yo si vosotros estaréis empezando a...

-No digas eso Sakura-cortó la peliazul, rojísima-Naruto-kun está muy dolido por la muerte de Idel-sama, la amaba mucho y yo...yo todavía sigo mal, no es fácil aceptar esta nueva situación, ¿sabes lo duro que es para mí intentar convencerme de que no soy una asesina y que mi familia me odia?

Sakura comprendía perfectamente a su amiga y le pasó un brazo por el hombro en señal de apoyo.

-Debemos acostumbrarnos a esto, pero será duro-susurró.

No tardaron en ayarse frente al despacho de la directora, Tsunade los estaba esperando.

La directora estudió al contingente en apariencia humano.

-Buenos días, soy Naoko Haruno-dijo Eishel con una sonrisa-la madre de Sakura.

Tsunade asintió y luego clavó la vista en Naruto.

-¿Y tú eres...?

-Em, bueno verá, supongo que se habrá enterado de que la familia de Hinata se ha desentendido de ella y ahora yo soy su tutor legal por estos meses que le faltan para cumplir los dieciocho, mi nombre es Naruto Uzumaki-se presentó el rubio.

Sasuke alzó una ceja, le costaba realmente imaginarse a Naruto llevando la economía de la peliazul cuando ni siquiera era capaz de controlar bien la suya.

-Bien, solo quería informarles de lo sucedido el día de ayer, no dispongo de muchos datos pero creo saber que se produjo una pelea entre Uchiha y otro alumno y que la señorita Haruno y la señorita Hyuuga también estaban presentes.

-¿Y por qué ese ''otro alumno'' no está aquí?-preguntó Sasuke con molestia.

-Porque en el día de ayer él todavía no pertenecía a este centro-contestó la directora.

Sasuke soltó un bufido.

-Espero que ahora tengan a bien en contarme que sucedió exactamente.

Sasuke fulminó a la directora con la mirada, la llevaba clara si pretendía que él le dijese algo.

-Neji entró de golpe en la cafetería insultando a Hinata-dijo Sakura-yo le dije que fuésemos a hablar a otro lugar porque no era necesario que nadie más se enterase y entonces fuimos al baño.

Sasuke continuó con la vista clavada en la directora que no parecía estar muy convencida.

-Eso no explica la actuación de Uchiha.

-Cuando estábamos en el baño Neji quiso pegarme-añadió Sakura- y en ese momento apareció Sasuke y me defendió, eso fue lo que pasó.

Todo se quedó en completo silencio, la mirada de Tsunade pasó de ellos a Naruto y a Eishel, que escuchaban callados.

La verdad que aquella escena era de lo más extraña, casi todos llevaban gafas y desprendían un aura de atracción extraña que a Tsunade le costaba ignorar, aquella gente era demasiado rara, sobre todo aquel chico rubio, no le echaba más de veinte años ¿y ya era tutor de alguien?

-Bien, si el señor Uzumaki y la señora Haruno están de acuerdo, quedarán los tres castigados sin recreo por dos semanas.

De la boca de Sasuke casi se escapa una carcajada, ¿de verdad pensaba esa mujer que un castigo así les afectaría?

Naruto y Eishel estuvieron de acuerdo y Tsunade les dio permiso para marcharse.

-Bueno, bueno, Sasu-chan luego vendré a buscarte, pórtate bien sino papá te dará en el culo-dijo Naruto.

-Te la estás ganando dobe-contestó el pelinegro.

Naruto sonrió y él y Eishel se despidieron.

-¿Y tu uniforme?-preguntó Sakura a Hinata-pensé que no lo traías porque no te ibas a quedar.

-La verdad es que se me rompió por un lado mientras estábamos de caza-contestó la peliazul-y Naruto-kun se ofreció a comprarme ropa.

La campana sonó y Sakura miró a Sasuke, él iba en otra clase por lo que debía separarse de ellas.

-Nos vemos luego-dijo con una sonrisa dulce.

-Si, hasta luego.
--------
-Estoy muy nerviosa-dijo Sakura.

Ya era por la tarde y ella y Sasuke iban en el coche de este camino al lugar donde los esperaba Shikamaru.

El pelinegro le agarró una mano intentando tranquilizarla y en parte lo consiguió, más aún así el cuerpo de la pelirosa no dejaba de temblar.

-¿Y si no doy aprendido pronto? ¿Y si no valgo para esto?-preguntó al borde de la histeria.

-Sakura, supiste llevar la situación en casa de los lobos ¿no? pues si has hecho eso puedes estar tranquila que estarás a la altura.

-¿Tú crees Sasuke?

-Hmp, si.

El ojinegro detuvo el coche, pues ya habían llegado.

Shikamaru los esperaba tirado en medio de la hierba.

-Buenas tardes Shikamaru-sensei-saludó la pelirosa.

-Buenas tardes, puedes irte tranquilo Sasuke-dijo mirando al ojinegro-estuve explorando la zona y por aquí no hay nadie.

Pero Sasuke no tenía intención ninguna de moverse allí, no señor, en lugar de eso se arrimó contra un árbol y se sentó, con la vista clavada en ellos.

Shikamaru suspiró ante la actitud infantil de su compañero pero dejó de prestarle atención para mirar a Sakura.

Todavía le costaba tratarla con naturalidad, ni siquiera con Tenten se permitía un trato tan cercano.

-¿Bien por qué cosa quieres comenzar? historia, política, trato social, costumbres...

La pelirosa se quedó en actitud pensativa, tratándose de una reunión con la Reina lo que consideraba más importante era saber como tratarla.

-Trato social-dijo.

Shikamaru asintió, de acuerdo con ella.

-Bien, lo primero y lo más importante-dijo el pelimarrón-nunca debes dirigirte a la Reina sin que ella te haya dado pie a ello.

La pelirosa asintió.

-Cuando entres deberás saludarla con una reverencia, la misma que hacían antiguamente las damas inglesas y nunca, nunca darle la espalda.

-De acuerdo, reverencia, no hablar hasta que ella me de indicio y nunca darle la espalda.

-Tampoco debes descuidar tus gestos y tu tono de voz, puedes ofenderla, por lo que deberás siempre hablar pausadamente, no interrumpirla y evitar gestos que la puedan ofender.

Sakura arrugó la cara, aquello si que sería más complicado.

-Lo sé, es problemático pero si te esfuerzas lo conseguirás-dijo Shikamaru.

Conforme la tarde iba avanzando Sasuke miraba como Shikamaru fingía que era la Reina y Sakura tenía que tratarlo.

Una sonrisa de medio lado aparecía de vez en cuando en su rostro ya que las primeras veces la pelirosa lo hacía fatal, pero poco a poco iba aprendiendo.

Le encantaba ver como la pelirosa ponía todo su empeño en aprender porque la verdad era que el tiempo les iba justo, pero Sakura aprendía pronto y estaba convencido que sabría comportarse a la altura cuando estuviese con esa arpía.

Y ese era el problema, lo que realmente pretendiese hacer la Reina cuando Sakura estuviese en frente a ella, eso lo preocupaba demasiado.

-Bien, esto ya está casi dominado-dijo Shikamaru cuando ya el cielo estaba oscurecido-lo repasaremos dos horas cada día y el resto de horas lo emplearemos en los otros temas que son más densos.

La pelirosa asintió con una sonrisa brillante.

-Hasta mañana Shikamaru-sensei.

Él se despidió con un gesto de los dos y luego se fue.

-¿Qué tal lo hice?-preguntó la pelirosa tirándose a los brazos de Sasuke, que la recibieron gustosos.

-Hmp, para ser tú no está mal.

-Cuidado con lo que dices Uchiha, soy una sangre pura y puedo ordenar que te corten la cabeza-dijo en broma.

Él la pegó con fuerza a su cuerpo y la besó con intensa necesidad sintiendo como ella se abandonaba completamente al beso.

-Te llevaré de caza-dijo él.

La pelirosa arrugó la cara, tenía sed pero la idea de volver a matar la aterraba por completo.

-Ya hemos hablado de ello Sakura-dijo el pelinegro.

-Lo sé, pero debes entender que me costará acostumbrarme.

Sasuke sonrió de medio lado y la atrajo hacia así luego de un salto los dos quedaron subidos en la copa de un árbol.

-¡Guau!-exclamó la pelirosa al verse tan alto-es impresionante.

Debajo de ellos quedaba todo el bosque y arriba un enorme batallón de estrellas.

Sasuke la soltó y de un salto fue a parar a otro árbol.

-Vamos-dijo.

Ella asintió y armándose de valor saltó.

Aquello era alucinante.

Sasuke avanzaba de árbol en árbol y ya le llevaba una buena ventaja, bien, no podía dejarse atrás y comenzó a seguirlo a toda velocidad.

Delante se escuchaban las risas divertidas de él y no pudo evitar reírse ella también, hacer aquello era muy divertido y relajador.

Comprendía también porque Sasuke hacía aquello, la estaba enseñando a cazar y a reconocer el territorio.

Pronto llegó a ella el olor a humanos mezclado con el del humo.

Sasuke saltó silenciosamente al suelo y ella le siguió.

-Debes acostumbrarte a hacer esto-dijo él.

Ella no tuvo más remedio que aceptarlo y asintió, estaba dispuesta a aprender a matar aunque le costase.

-Primero debes localizarlos-dijo él-para eso debes usar tus sentidos.

Sasuke cerró los ojos y se quedó muy quieto, olisqueando el aire.

Ella lo imitó.

-Concéntrate y luego dime que es lo que percibes.

La pelirosa obedeció.

Al principio la información le llegaba confusa pero conforme se fue relajando todo fue más claro.

-Hacia el noroeste hay un campamento con una fogata-dijo sin abrir los ojos.

-¿Qué más?

-Hay dos humanos y el resto de olores...no sé que son...

Abrió los ojos para ver si había acertado.

-Hacia el noroeste hay un campamento con una fogata, la tienda de campaña está hecha de tela de poca calidad y por dentro está forrada con plástico, hay dos humanos, una mujer y un hombre, la mujer lleva puestos vaqueros y una camiseta de algodón, el hombre lleva chándal.

Sakura se quedó estupefacta y él sonrió al ver su cara.

-Con el tiempo aprenderás a reconocer todos los olores.

-S-si...

Lo primero que hicieron a continuación fue avanzar en dirección noroeste en completo silencio.

Sasuke le indicó que se ocultase tras un arbusto.

-Debes ser rápida, levantarte y saltar hacia tu objetivo sin darle tiempo a reaccionar.

Ella asintió.

-¿Lo harás?-preguntó el pelinegro.

-Tú primero-dijo ella.

Sasuke se agazapó un poco y en un segundo dio un increíble salto cayendo encima del hombre y clavándole los colmillos.

La mujer se levantó y empezó a chillar.

Sakura desde el matorral tragó grueso, era ahora o nunca, aquello era lo que era y debía aprender a aceptarlo.

Cerró los ojos y luego los abrió con determinación y de un salto cayó encima de la mujer que la miró con terror.

-Lo siento-susurró antes de hincar los colmillos en el cuello.

Sintió como el cuerpo perdía fuerza a causa de la anestesia de su saliva y mientras bebía fue escuchando como poco a poco la vida de la humana se iba apagando entre sus brazos, sin duda le costaría acostumbrarse, le costaría y mucho.

-Con esto tendremos para una semana-murmuró Sasuke-si tomamos toda la sangre de un humano no necesitamos alimentarnos en varios días.

Sakura suspiró, al menos no tendría que hacer eso todas las noches.

Sasuke enterró los cuerpos y apagó la hoguera, después regresaron a la pradera en completo silencio y subieron en el coche.

Sasuke conducía a toda velocidad mientras Sakura miraba por la ventana, en silencio.

-¿Quieres ir a dar un paseo?-preguntó él, rompiendo el silencio.

-De acuerdo.

-¿A dónde quieres ir?

Sakura se quedó pensando.

-A ese bar que vas siempre, al Poisonous Blood.

Sasuke dio un giró brusco al coche y siguió conduciendo a toda velocidad hasta que llegaron al local.

-No habrá mucha gente, todavía no es media noche-dijo abriéndole la puerta del coche.

La pelirosa bajó y luego entraron por la puerta del bar.

Abrió los ojos de sorpresa, había esperado encontrarse con un antro de mala muerte con ogros y todo tipo de cosas asquerosas pero aquel era el mejor bar que había visto.

Parecía una discoteca, del lado derecho estaba la barra y unos sillones en los que había seres de todo tipo sentados, mientras que al lado izquierdo estaba la pista de baile donde la gente bailaba al son de la música rock.

Había duendes, hadas, algún que otro humano, vampiros y licántropos, pero por suerte no estaban ni Neji ni Ino.

Sasuke la condujo hacia la barra en medio de todas las miradas asombradas que se habían clavado en ellos, sobre todo las de los vampiros.

Se sentaron en unas banquetas y pronto apareció Nefiri con su larguísimo pelo verde recogido en una coleta.

Le sonrió a Sasuke y clavó sus ojos dorados con interés en la pelirosa, luego hizo una reverencia.

-Ojo-sama es un placer que nos dignéis con vuestra presencia, mi nombre es Nefiri y os atenderé en todo lo que pidáis.

Sakura se quedó mirando a la chica, los dos olores que venían de ella los conocía, humano y hada, por lo que debía ser una mestiza.

-A mí tráeme lo de siempre y otro igual para ella.

Nefiri se marchó con elegancia.

-¿Qué es ''lo de siempre''?-preguntó la pelirosa.

-Un Bloody Mary especial, en vez de salsa de tomate lleva sangre-explicó.

Nefiri volvió con dos vasos y se los dejó delante y volvió a marcharse.

Sasuke bebió un trago y Sakura lo imitó.

La verdad es que sabía bueno.

Estuvieron bebiendo en silencio.

Sasuke no hacía más que mirarla de reojo mientras ella bebía de una forma que le resultó tan sensual que notó los efectos en su amiguito.

Sakura podía notar la mirada de Sasuke clavada en ella, y la cantidad de feromonas que transpiraba estaban por volverla loca, por eso aceptó gustosa cuando él le dijo que lo acompañase.

Atravesaron la pista de baile y se encerraron en los baños que nadie utilizaba y que solo servían de adorno para cuando los inspectores de sanidad del gobierno japonés fuesen al local y pensasen que este era normal.

Bien, Sasuke esa noche pensaba usarlos.

Abrió de golpe la puerta de uno de los retretes y luego la volvió a cerrar cuando él y Sakura estuvieron dentro.

El espacio era tan reducido y estaban tan apretados que Sakura notó la erección de él contra su abdomen, un pequeño gemido escapó de sus labios

Sin esperar más Sasuke se lanzó con fiereza a por ella besándole los labios con total frenetismo.

Sakura se aferró a su cuello y él la alzó.

Sakura se sujetó a la cadera del chico con fuerza mientras que con leves movimientos rozaba su intimidad con la de él por encima de la ropa.

Los gemidos de ambos quedaron mitigados en el tan ferviente beso.

Una de las manos de Sasuke se escabulló por debajo de la camisa del uniforme de ella y después por debajo del sostén, acariciando un pellizcando uno de sus senos haciendo que los gemidos de ella fuesen más altos.

Su boca descendió hasta el cuello de la pelirosa y se entretuvo en él dejando pequeñas marcas de propiedad.

Sakura se sentía en el cielo y gemía sin ningún tipo de autocontrol.

El pelinegro sabía que cualquiera de los de afuera podía escucharlos con sus mejorados oídos por lo que debían acabar pronto.

Dejó a Sakura en el suelo y empezó a desabrocharse los pantalones.

Ella hizo lo mismo.

Se quitó la falda y las braguitas tirándolas al suelo mientras que Sasuke se bajó los pantalones y los bóxers.

Volvió a alzarla y la penetró con fuerza.

Un ronco gemido acompañó al placentero de ella y así iniciaron los frenéticos movimientos.

Sin ningún tipo de autocontrol, haciendo el amor como animales, como bestias, que a fin de cuentas ellos eran eso.

Ella volvió a sujetarse a las caderas de él con fuerza haciendo las penetraciones más profundas.

Sus sentidos humanos quedaron nublados por completo y la única parte mental que quedó activa fue la bestia.

Sasuke y ella se besaron con furia una y otra vez hasta que de una potente embestida ambos llegaron al cielo o al infierno, a donde quiera que fuesen los vampiros.

Sasuke descargó toda su esencia en ella y ambos se quedaron quietos mientras recobraban el control sobre si mismos.

Volvieron a vestirse, completamente satisfechos por lo que acababan de hacer y tras un rato que invirtieron para relajarse volvieron a salir.

Todo seguía igual, nadie los había escuchado.

Pagaron la cuenta y volvieron al coche.

-Mmm-murmuró la pelirosa cuando descargó su peso en el asiento.

Sasuke sonrió de medio lado.

No tardaron ni cinco minutos en llegar a la casa de la pelirosa.

Antes de que Sakura llegase a la puerta él la agarró y de un salto fueron a parar a la terraza de la pelirosa, abrió la puerta y una vez dentro del cuarto corrió las cortinas.

-Esto-beso-se está-beso-volviendo una costumbre-dijo ella.

-¿Te molesta?

-Para nada.

Ambos se fundieron en un largo y lento beso hasta que Sasuke se separó de ella.

-Debo solucionar unas cosas, nos vemos mañana.

Le dio un beso en la frente y luego otro en los labios y después se fue.

Sakura se quedó mirando la puerta de la terraza con una sonrisa.

Abajo Sasuke entraba en el coche con una mirada de determinación, descubriría cuales eran los planes de la Reina costase lo que costase, no se creía que esa mujer quisiese a Sakura solo para que la apoyase en la campaña de Hokkaido, allí había algo más y él iba a descubrirlo.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
Copia y pega esto en tu firma si eres del 5% de las personas que suben y le da una ayudita (lo empujan) (^w^)

Greenie Desconectado
« Respuesta #13 en: Junio 07, 2011, 02:28 pm »

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« Respuesta #13 en: Junio 07, 2011, 02:28 pm »
Holaaaaaaaa Dresti-san ^^
Me encantoooooooooooooooooo Oo... jaja
¿Por que Ino es asi? Tks me molesta.. :S pero me molesta aun mas la actitud
de los Hyuuga :/
Bfff En un balo... espectacular jajajaja.... ;)
Espero con ansias la continuacion...
Un Beso..
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #14 en: Junio 10, 2011, 11:35 am »

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Re: [+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]
« Respuesta #14 en: Junio 10, 2011, 11:35 am »
15.

-Esto es muy complicado Shikamaru-sensei-se quejó la pelirosa.

Era media tarde y ella y el pelimarrón se encontraban sentados en el suelo dando clases de Historia.

-Esto se está haciendo muy problemático-murmuró él.

Sakura tenía el ceño fruncido, en verdad que aquello era demasiado difícil, llevaba bien todas las demás asignaturas, política, trato social...etc, pero Historia se le resistía, ya que el concepto de ella misma no era igual para humanos que para los vampiros.

Su raza se había visto envuelta en miles de guerras, tratados, reyes, reinas, rebeliones...todo estaba guardado en su cabeza sin problema, pero lo que no lograba cuadrar en su mente era los diferentes estamentos y los últimos veinte años.

-No comprendo porque un renacido no puede ser guardián-dijo.

Shikamaru se llevó una mano a la cabeza y tomó aire, aquella chica era de lo más exasperante.

-Empecemos de nuevo, más despacio ¿si?

La ojijade asintió.

-Hay cuatro tipos de vampiros en nuestra sociedad, los sangre pura, los nobles, los civiles y los renacidos.

Hasta ahí todo estaba claro, porque en la sociedad humana las cosas eran más o menos parecidas.

-Los sangre pura son aquellos nobles por cuya sangre no hay rastro de sangre humana y por lo cual los que tienen más posibilidades de enfrentarse al Rey por el trono, tú eres una sangre pura.

-Vale, comprendido.

-El resto de nobles son aquellos que su sangre es primordialmente vampira aunque existe un leve porcentaje de sangre humana en sus venas, ellos son los encargados de trabajar para los sangre pura.

La pelirosa frunció el ceño.

-Es como lo que los humanos llaman la alta nobleza y la baja nobleza, la baja nobleza sigue siendo noble pero siempre tiene que seguir los pasos que les indica la alta nobleza.

-Ah, ahora ya entiendo, pero entonces...

La pelirosa abrió los ojos de par en par.

-Exacto-dijo Shikamaru con una sonrisa-los guardianes, los miembros de la Guardia Real y todos aquellos que desempeñan un papel importante a la hora de ayudar a los sangre pura somos nosotros, la baja nobleza.

Sakura e quedó de piedra y su boca se abrió de par en par.

-¿Eso quiere decir que Sasuke y tú sois nobles?

Shikamaru sonrió y asintió.

-Pero no nos obligan a ser guardianes, hay mucho donde escoger, las cosas se tuercen cuando alguno de la baja nobleza decide ir por libre, en términos generales, llevar la vida de un civil.

-¿Y los civiles? no entiendo que son.

-A ver, volviendo al esquema de la Edad Media, los vampiros civiles equivaldrían al campesinado, al pueblo llano, la gente de a pie o como quieras llamarlos, ellos pagan impuestos a los nobles y son ellos los que tienen que ir a la guerra cuando su señor les da orden.

-Pues vaya sociedad más arcaica-rezongó.

-Ya bueno, nadie dijo que todo fuese color de rosa-contestó-y luego están los renacidos, aquellos humanos que son convertidos, nadie los toma en cuenta y normalmente son ignorados por el resto de la sociedad.

Sakura suspiró, en menudo lío había metido a su amiga.

Pero lo que más ansiaba en ese momento era preguntar, formular aquella pregunta que la atormentaba.

-Y dime una cosa Shikamaru-sensei, ¿qué hay de las relaciones amorosas?

Aquello tomó desprevenido a Shikamaru.

-¿A qué te refieres?

-Pues, si por ejemplo, un civil o un renacido pueden casarse con un noble.

El ceño del pelimarrón se frunció, no entendía a que venía esa pregunta pero aún así respondió.

-Solo con la baja nobleza-contestó.

-¿Y qué hay de los sangre pura? ¿Ellos no pueden casarse con alguien de la baja nobleza, o con un civil o un renacido?

Shikamaru suspiró.

-No, está terminantemente prohibido.

Aquellas palabras supusieron un cantazo en el corazón de la pelirosa, pero aún así se sobrepuso, quería saber la razón.

-¿Por qué?

-Porque son los sangre pura los que mantienen viva nuestra especie, muchas veces la mujeres civiles dan a luz hijos humanos, si los sangre pura empezasen a mezclarse con civiles, con los de la baja nobleza o con humanos, la raza con el tiempo acabaría por extinguirse.

Sakura agachó la cabeza.

-Eso es muy injusto.

-Lo sé, pero es la única forma de sobrevivir.

La ojijade asintió.

Shikamaru se la quedó mirando fijamente, algo no andaba bien, esas preguntas no se hacían sin motivo, pero prefirió no preguntar, que Sakura fuese tan amable no debía hacerle olvidar que era una sangre pura y que él no debía meterse en sus asuntos.

-¿Seguimos la clase?-preguntó.

Sakura asintió con una leve sonrisa.

Clavó su vista en ninguna parte concreta, por alguna razón extrañaba la presencia de Sasuke.

Él siempre la acompañaba cuando estaba en clase, pero llevaba tres días que la dejaba y luego se iba, estaba muy raro.

Solo esperaba que no fuese por ella.

--------

Se encontraban en las afueras de Konoha, concretamente en un callejón oscuro y abandonado por el que no pasaba nadie.

Ambos estaban en silencio, algo no habitual, por lo menos en el rubio.

Ella lo miraba de reojo, estaba dándole demasiados problemas a Naruto.

Sabía que él estaba mal por lo sucedido con Idel-sama pero siempre que hablaba con ella le sonreía.

Y tampoco era que la peliazul estuviese de buen ánimo, cada día tenían que moverse de un lado a otro, uno escapando de la Guardia Real y ella de los lobos.

Eran dos desterrados, no pertenecían a ningún sitio.

A veces pensaba que si no hubiese sido por el rubio ella estaría perdida.

Tenía a Sakura y en cierta parte a Sasuke, pero ellos ya tenían suficiente con lo suyo.

En cambio Naruto se encontraba en su misma situación y el hecho de pasar todo el día juntos le hacía ver que en una sola semana él se había convertido en indispensable para ella.

Le enseñaba a cazar, le hablaba de cosas del mundo de los vampiros y le contaba historias de cuando él era ''joven'', le hizo mucha gracia cuando le dijo que realmente se llamaba Marco Julio Prisco, antiguo comandante romano del ejército de César, de quién era hijo bastardo.

-A veces me pregunto-empezó él de golpe-¿por qué nacimos inmortales y al mismo tiempo podemos morir?

Hinata sabía que él se estaba haciendo eco de sus pensamientos, siempre lo hacía cuando pensaba en la muerte de Idel-sama.

-Supongo que a todos nos llega la hora-contestó ella.

-¿A dónde crees que vamos nosotros Hinata-chan? es imposible que Él nos acepte en su reino-dijo señalando al cielo.

-No lo sé Naruto-kun, pero seguramente que Idel-sama está en un lugar precioso.

Él sonrió.

-De verdad que me alegro de tenerte de compañera Hinata-chan.

La chica agachó la cabeza, sonrojada.

-No es justo lo que hacen contigo, no se debe juzgar a nadie por lo que es ni por lo que siente, eso está fuera de toda ética-dijo él.

Hinata iba a contestar pero en ese momento cierto olorcillo le llegó a la nariz, todos sus sentidos se alteraron al sentir la única presencia que en ese momento temería, lobos.

Naruto se levantó de golpe.

-¿Es qué no nos van a dejar en paz?-preguntó.

Ambos se mantuvieron alerta, pero el olor ni avanzaba ni se alejaba, era como si los estuviese espiando.

-No conozco este olor pero vaya que voy a averiguar quién es, ya está bien de tanto cachondeo.

Naruto avanzó dando zancadas y ella lo siguió.

-¡Sal y da la cara, cobarde!

Pero cuando Naruto amenazaba con descubrir al espía este pareció esfumarse.

-Se fue...-susurró la peliazul.

-Si, pero esto no se queda así, vamos Hinata.

--------

-¿Se puede saber que haces tú aquí?-susurró Alecto a borde de un ataque histérico.

Sasuke solo se limitó a echar una ojeada al jardín trasero donde se encontraba.

Llevaba una semana intentando averiguar qué pasaba por el reino pero la gente o no sabía o no quería decirle nada.

Así que la única forma de enterarse de si había algo raro de por medio era vigilar a los sombra.

Por eso había decidido presentarse en el mismísimo castillo de Demetrio, sin importarle el peligro que corría haciendo aquello.

-Imbécil, si mi padre te ve te mata-continuó ella-espero que no hayas traído a mi prima contigo.

La peliverde estiró la cabeza para mirar por detrás de Sasuke y suspiró de alivio al ver que la pelirosa no andaba por allí.

-¿Tú sabes algo de lo que trama la Reina?-preguntó él sin más.

-¿Qué?-preguntó ella estupefacta-¿cómo voy a saber yo de la Reina? solo sé que piensa darle Hokkaido a mi padre.

Sasuke cerró los ojos, lleno de frustración.

Pensaba que Alecto podría saber algo.

-¿No has notado nada raro? ¿Tu padre no te ha dicho nada?

Una sonrisa ácida apareció en los labios de ella.

-Soy una vulgar mestiza, hija de una sangre pura Luminati, no se fía de mi, ¿realmente piensas que me hubiese contado algo?

-Hmp.

Alecto se lo quedó mirando, algo no andaba bien, lo notaba en la mirada del chico.

-¿Se puede saber qué pasa Sasuke? ¿A qué viene de repente tanta urgencia por saber si la Reina es una traidora?

-Ha solicitado verse con Sakura dentro de una semana-soltó-y sobre a lo de traidora no necesito que nadie me lo confirme, sé que lo es, lo único que quiero saber es que demonios pretende con esto.

-¿Y en que te basas para decir eso?-preguntó ella-es una acusación muy fuerte.

-Hmp, tengo mis motivos.

Alecto suspiró.

-Está bien, centrémonos, piensas que la reunión tiene un fin que no se os ha dado a reconocer y tal vez tengas razón en cuanto a algún pacto con mi padre, estos días está muy ansioso.

Sasuke no dijo nada, aquello no hacía más que alarmarlo más, en su vida había olido tan de cerca semejante conspiración.

-¿Y tú hermano no puede decirte nada?

-¿Qué pretendes que me diga mi hermano? está bajo órdenes directas de la Reina.

-Bueno vale, pero no perdamos la calma, si dices que la reunión se celebrará en una semana, entonces debemos emplear bien el tiempo, yo me ocuparé de los sombra, tú encárgate de los Luminati, esto huele demasiado mal.

Sasuke sonrió de medio lado, sabía que podía contar con ella, aquella chica era endiabladamente inflexible cuando se le metía algo en la cabeza y nada ni nadie conseguía volverla atrás.

Sus afinados oídos les advirtieron que alguien bajaba de uno de los pisos en dirección a aquel jardín

-¿Podrás sola con esto?-preguntó por último.

Ella sonrió maliciosamente.

-En todos mis años de vida nunca estuve tan preparada como ahora créeme, mejor ten cuidado tú, mi prima depende de ti y ahora márchate, es una de mis hermanas, está buscándome.

Sasuke asintió y minutos después desapareció.

-Conque estabas aquí-escuchó Alecto tras ella.

Alecto no tuvo que girarse para saber que se trataba de su hermana Anferis.

-¿Qué quieres de mí?-preguntó molesta.

Su relación con el resto de sus hermanos no era muy cordial, de hecho a la mayoría ni los conocía, pero si alguno de ellos era odioso esa era Anferis.

La chica era alta y hermosa, su piel pálida quedaba adornada por unos enormes ojos rojos y un pelo largo y dorado, que le llegaba hasta la cintura en unos rizos hermosos, su cara parecía la de un ángel si uno no se fijaba en aquella maquiavélica boca por la que asomaban dos inmensos caninos.

Al igual que muchos vampiros su hermana seguía el modo de vida tradicional, había nacido hacía quinientos años y seguía usando la ropa de la Edad Media, en ese instante se trataba de un vestido rojo sangre ceñido a la cintura y con una falda lisa.

-¿Dónde quedó tu tratamiento de respeto?-dijo furiosa.

Alecto le mantuvo la mirada, por ser quien era se veía obligada a tratar a toda su familia como unos extraños.

-¿Qué quiere de mí Anferis-san?

Se negaba a darle un trato más elevado.

Su hermana sonrió.

-Padre tiene un encargo para ti, personalmente creo que no estarás a la altura pero no seré yo quien le contradiga.

La peliverde empezó a taconear el suelo, impaciente.

-Dentro de una semana se celebrará una reunión entre la Reina Luminati y una sangre pura muy importante, no necesitas saber quien, lo único que debes hacer es trabajar de espía y más te vale hacerlo bien, Padre se encuentra muy alterado en estos días.

Alecto no pudo más que sonreír disimuladamente, realmente la suerte le venía de cara.

Anferis se largó de allí sin despedirse pero no le importó, apenas tenía tiempo y muchas cosas por hacer.

---------

Ino y Kiba caminaban bajó la luz del atardecer mientras hacían la ronda por la ciudad.

La última vez que el lobo asesino había atacado fue cuando mordió a Ino pero aún así no debían bajar la guardia ya que en cualquier momento podría regresar.

Esa tarde les tocaba a ellos y mientras revisaban iban hablando sobre lo pasado una semana antes.

-¿Cómo te sientes?-preguntó el castaño-ellas eran tus amigas.

La rubia lanzó un resoplido y clavó la vista en el suelo.

-Pues no es fácil de aceptar, no es fácil saber que son vampiros, como no es fácil saber que yo soy una loba-contestó con dureza.

Pero muchas cosas habían cambiado, en realidad todo había cambiado para ella.

Desde lo sucedido con sus padres se había vuelto una persona fría que nunca se involucraba con nadie y que constantemente estaba metida en peleas, su único amigo era Kiba, porque de alguna forma él la entendía, sus padres habían muerto en batalla.

-Me quedé muy sorprendido con lo de Hinata, el Jefe debió de comportarse más duro-dijo el chico.

Ino clavó sus ojos en él.

-Te diré que no las defiendo porque ya no son mis amigas, pero gran parte de culpa aquí la tienen él y Neji, ¿qué pensaban que Hinata lo descubriría sola? ¿Y luego que pretendía ese imbécil lanzándose a por una sangre pura? yo seré una novata pero en las dos semanas que llevo metida en esto sé lo suficiente como para saber que lo hicieron de puta pena.

Kiba asintió, la verdad es que Ino tenía razón en todo, aquello no solo era culpa de los chupasangres.

En ese momento pasaron por delante de la anterior casa de Ino y la rubia se quedó clavada allí, observando el edificio llena de rabia.

-¿Quién crees que fue?-preguntó.

Kiba se encogió de hombros.

-Tarde o temprano daremos con él, que no te quepa duda.

Tan concentrados estaban que no se dieron cuenta que unos ojos perrunos los observaban desde la distancia mientras una sonrisa se formaba en sus fauces.

Sus orejas se plegaron cuando sintió dos nuevas presencias, chupasangres y se dirigían hacia allí.

Se mantuvo quieto, ya que no quería delatarse por el olor.

Ino y Kiba también notaron la presencia de los dos vampiros.

-Ino...

Aquella voz la dejó paralizada.

Cuando se giró quedó cara a cara con la que había sido su amiga, Hinata y con el vampiro rubio que se llamaba Naruto.

Sus ojos se endurecieron y su nariz se arrugó al igual que la de Kiba ante aquel asqueroso olor dulzón.

-¿Qué quieres?-preguntó.

-Nada malo-respondió Naruto-un lobo nos ha estado siguiendo por estos días y queríamos saber a qué se debe.

Ino y Kiba se quedaron desconcertados.

-No hemos mandado a nadie a seguirles ¿no?-preguntó la rubia.

-No.

-¿Entonces?-preguntó Naruto, impaciente.

La rubia y el castaño se miraron, preocupados.

Si nadie de la manada había estado siguiendo a los vampiros, solo quedaba una opción.

El lobo asesino, pero, ¿por qué actuaba así? ¿Con qué fin?



16.

-Esto es impresionante-dijo la pelirosa cuando salió del coche.
Sasuke bajó tras ella en completo silencio y se dirigió al timbre de la puerta, a pesar de saber de sobra que los que allí vivían ya se habían dado cuenta de su presencia.
Por su parte Sakura seguía sin salir de su asombro, aquello era enorme.
Estaban prácticamente en medio de la nada.
En todo el trayecto del viaje no habían abandonado un pequeño sendero bajo el cual se distinguían vestigios de una antigua calzada que debía llevar allí por lo menos un par de siglos.
Todo daba el aspecto de estar abandonado y por el camino las malas hierbas rozaban constantemente la carrocería del flamante coche.
En varias ocasiones estuvo tentada de preguntarle a Sasuke si era posible que alguien como Tenten viviese en un lugar tan abandonado como aquel.
Pero Sasuke no es que estuviese muy comunicativo esos días, durante todo el viaje había estado con la mirada clavada al frente, eclipsada bajo sus oscuras gafas, y ni siquiera cuando la fue a buscar le dirigió la más mínima palabra.
Sakura no entendía lo que pasaba, estaba raro pero aquello era algo normal en la actitud de alguien como Sasuke, solo debía esperar a que se le pasase y hablase con ella.
Por lo demás la situación no era muy acogedora, dentro de dos días se celebraría la reunión con la Reina y la pelirosa no se sentía preparada, a pesar de que Shikamaru-sensei siempre le decía que ya era casi una autoridad en el tema.
Pero sus pensamientos pasaron a un doble plano cuando el coche giró por el sendero y delante de ella se descubrió la mansión más grande que sus ojos habían visto.
Era toda negra y bien era cierto que daba un poco de miedo pero Sakura no se sorprendió ante el estilo, a fin de cuentas era la morada de un vampiro, aunque si bastante extraña para ser encontrada en un país no católico y asiático como Japón.
La casa estaba dividida en tres secciones, dos naves laterales y una central, en la cual el centro estaba coronado por un tejado en pico debajo del cual se reflejaba el sol en dos enormes ventanales y una puerta de caoba maciza.
Las otras dos partes de la casa eran igual de sorprendentes, con su aguda visión pudo apreciar las innumerables ventanas y detalles que, tras estudiar con Shikamaru-sensei, identificó con el estilo barroco.
Era incluso más sorprendente que la mansión donde vivía Sasuke.
Era un poco extraño ver cosas de estilo occidental en un país tan tradicional como Japón, pero nada resultaba extraño tratándose de un vampiro que seguramente había estado en mil millones de sitios.
Su atención se esfumó de la casa cuando Shikamaru apareció junto a la verja, vestía como un humano cualquiera, vaqueros, camiseta y gafas de sol.
-Tenten-sama os espera-dijo.
Todo resultaba muy formal y Shikamaru los trató como si se tratase de desconocidos, tal y como mandaba el protocolo, algo que sin duda odiaba fervientemente.
Al entrar en la casa su sorpresa aún fue más grande, todo estaba completamente iluminado, ninguna cortina cubría las inmensas ventanas por lo que el sol entraba con fuerza en la estancia.
-A Tenten-sama le gusta la luminosidad-aclaró Shikamaru al ver el asombro de la chica-ella nació en un lugar donde daba el sol la gran parte del año.
Caminaron por los rincones en sombra, en medio de grandes estatuas, cuadros y demás cosas que cualquier museo respetable del mundo pagaría por tenerlas en sus exposiciones.
Se pararon en frente de una enorme puerta que Shikamaru abrió tras haber llamado a la puerta.
El salón era enorme, Sakura calculó que hacía por veinte habitaciones suyas juntas.
Las paredes estaban pintadas de negro y en el techo se representaba en un enorme fresco de algo que parecían demonios y que arrojaban a la Tierra unos seres que se abalanzaban sobre los humanos.
-La creación de los vampiros-dijo Tenten saliendo de entre las sombras-buenas tardes ojo-sama, Sasuke.
Sakura se apresuró a poner en práctica lo que había aprendido y reclinó levemente la cabeza.
-Buenas tardes, Tenten-sama.
La pelicafé sonrió.
-Shikamaru os ha enseñado bien pero conmigo no tenéis porque comportaros así ojo-sama.
-Entonces yo debo decir que tampoco uses ese tratamiento de respeto, lo odio-añadió en un susurro.
Tenten volvió a sonreír.
-Igual que tu madre-dijo-bien, veo que necesitas de mí, acompáñame.
La ojimiel echó a andar y Sakura la siguió pero se giró al ver que ni Sasuke ni Shikamaru las seguían.
Miró al pelinegro pero lo único que este hizo fue indicarle con la cabeza que fuese.
Y ella así lo hizo.
Después de andar varios minutos tras la elegante sangre pura, aquella sala parecía no tener fin, esta se detuvo delante de una pequeña puerta de madera fina, la abrió y ambas entraron.
-Este es mi pequeño lugar de descanso.
No conocía el uso del lenguaje de la sangre pura pero sin duda aquello de pequeño tenía poco.
Era una pequeña habitación al estilo de los salones de 1800, con una chimenea, dos butacas delante de ella, una pequeña biblioteca, un mueble bar con todo tipo de bebidas, y una mesa de banquete.
-Toma asiento por favor-pidió la ojimiel.
Ambas se sentaron una en frente de la otra en las butacas.
-Supongo que Shikamaru te ha hablado de todo lo relacionado con la política y las clases sociales-empezó la pelicafé-pero no de la forma subjetiva con la que lo haré yo.
Sakura frunció el ceño.
-No te voy a dar clases de política ojo-sama, pero si te hablaré de como son cada uno de los miembros de la nobleza sangre pura y sobre todo de la Reina.
Sakura abrió los ojos de par en par.
-¿Conoces la historia de nuestra creación?
La pelirosa negó, nadie le había contado nada al respecto.
-Era de esperar, pon mucha atención-contestó Tenten-hace miles de años Lucifer buscaba la manera de acabar con la raza humana, esos seres inmundos que servían a...al creador del mundo y que a él lo despreciaban.
La sangre pura dio un largo suspiró, parecía que la mención de Él, la había dejado exhausta.
-El demonio contaba con la presencia de una joven humana a la que había raptado en una de sus muchas salidas al mundo superior-continuó-y una horrible idea se formó en su cabeza, copuló con ella y de esa unión nacieron dos seres medio humanos y medio demonios que mataron a su madre nada más nacer, los primeros vampiros, un macho y una hembra.
La pelirosa escuchaba con gran atención, al parecer ellos siempre estaban rodeados de maldades.
-A las pocas décadas Lucifer contaba con el número suficiente de vampiros y él y sus otros demonios los arrojaron a la tierra con el fin de que exterminasen a los humanos pero las cosas se torcieron cuando Él-señaló al cielo-creó a otros seres que los humanos siempre asociaron con el diablo-dijo la pelicafé-nuestros eternos enemigos, los lobos.
Aquello sí que la dejó impresionada, ¿alguien como Él había creado a los licántropos? eso si que era algo que no se esperaba para nada.
-Pero algo pasó luego con los licántropos que hizo que su creador les diese la espalda y la gente empezase a llamarlos criaturas del diablo, pero eso es una historia que no tiene por qué interesarte.
Pero al contrario, había despertado la máxima curiosidad en la pelirosa, no en vano su amiga Ino era un licántropo y se preocupaba por ella, aún así decidió no ser mal educada y no interrumpió.
-Pero los vampiros evolucionamos como los humanos y algunos empezamos a tener conciencia sobre nuestra naturaleza y nuestro deber como criaturas superiores, algunos decidimos convivir pacíficamente con los humanos y solo alimentarnos cuando fuese estrictamente necesario mientras que otros siguieron en la oscuridad, ahí nacieron los Sombra y los Luminati.
Una sonrisa surcó el rostro de la pelicafé y Sakura pudo ver sus afilados colmillos.
-Personalmente puedo presumir de ser una de las sangre pura más viejas del mundo, nací en España en 1230 en una pequeña aldea que estaba situada donde ahora se encuentra la principal ciudad del país.
Sakura se quedó de piedra, en ningún momento pensó que la sangre pura fuese occidental pues sus rasgos eran totalmente asiáticos.
-Nunca conocí a mis padres y no tomé conciencia de mi verdadera naturaleza hasta que al cumplir los 18 años maté a la señora que se había hecho cargo de mí.
Una sombra de dolor atravesó los ojos de la noble, Sakura no dijo nada, el sufrimiento que debió haber sentido Tenten era muy fuerte.
-Me apresaron y me condenaron, creían que era una bruja, que el maligno me había poseído, no andaban muy desencaminados la verdad, hasta que el día de mi ejecución apareció ella, una mujer de cabello rosa y ojos verdes con una cara surcada por algunos rasgos asiáticos-los ojos de la pelicafé se iluminaron de respeto y admiración-dijo que venía a buscarme y yo me pregunté que podía ver aquella extraordinaria dama en mí para querer llevarme con ella, dijo que ella era como yo, que no debía tener miedo porque ella me llevaría a su casa y me explicaría todo, vestía unas ropas carísimas y llevaba una diadema y una anillo de oro con una esmeralda.
-¿Quién era esa mujer?-preguntó Sakura curiosa.
Tenten sonrió.
-Tu madre, la princesa de Europa, Akari Serim.
-Mi madre...-repitió la pelirosa emocionada.
-Me llevó a su palacio en Génova y allí me explicó esto mismo que hoy te explico yo a ti, me quedé con ella como su doncella, ella y su hada, Eishel-san, cuidaron de mí y me enseñaron todo lo que sé, mis padres habían muerto en España asesinados por un sombra, estaban de viaje por unas semanas y luego regresarían a Japón, mi madre se puso de parto allí y tenían intención de volver rápidamente a casa para presentarme a la nobleza, pero...ya ves, así que cuando cumplí los 30 años pasaron a mi disposición todos sus territorios, que no son pocos, no sé si sabes que toda España, Suiza y Dinamarca me pertenecen.
La pelirosa se quedó embobada.
-Aún así seguí viviendo con tu madre y posteriormente con su marido y sus tantos hijos, lamentablemente ninguno sobrevivió, hasta que sucedió aquello que puso fin a la realeza Serim.
Se acercaba la parte de la historia que despertaba el más intenso interés en Sakura.
-Por entonces tu madre y tu padre ya eran reyes de los continentes y tú ya habías nacido, la gente culpa a los Sombra del asesinato y no se equivocan, pero lo cierto es que Demetrio nunca hubiese tenido éxito sin la ayuda de alguien de nuestro clan, irrumpió en el castillo y mató a todos los Serim llevándose con él a la hermana de tu madre, tu tía.
La pelicafé tomó un respiro mientras clavaba los ojos en un punto inespecífico rememorando lo sucedido aquel día.
-Eishel y yo nos encontrábamos en tu cuarto cuando todo pasó, tuvimos el tiempo justo para escapar contigo, cuando huíamos nos encontramos con su majestad por el camino, nos dijo que te cuidásemos y que te escondiésemos y eso hicimos-siguió-fue muy doloroso para mí, la quería como una madre y cuando me enteré de su muerte fue como si yo misma hubiese muerto.
Sakura hacía un gran esfuerzo para contener las lágrimas, todo era tan cruel, tan injusto...
-Por aquel entonces había llegado a la corte una nueva noble-dijo Tenten endureciendo de golpe su voz-venía de Alemania y en seguida encandiló a todos con su largo pelo rubio y sus ojos claros, había sido una valquiria y había luchado por su país en el ejército humano y dijo que había abandonado sus tierras al saber de la muerte de los monarcas y sus sucesores, su campaña fue todo un éxito, salvando la rama asiática de tus padres, el trono siempre había pertenecido a los occidentales, la familia Serino de Italia era la más importante del mundo, que con el tiempo pasó a llamarse Serim, así que vieron la llegada de aquella mujer como un bendición.
-La Reina-dijo la pelirosa.
-Exacto, todos la veían como una chica inocente y buena pero a mí nunca me convenció, esa venía a por el trono, supe en mis investigaciones que pertenecía a una familia de sangre pura de poca importancia y que era dueña del reino de Alemania-continuó destilando odio-el gobierno estaba en caos y si queríamos evitar que los sombra nos masacrasen debíamos elegir rápido a un nuevo monarca, al no existir monarca en esos momentos no se podía realizar la tradicional pelea por el trono y tuvimos que convocar elecciones populares, ella se presentó voluntaria al igual que yo y varios sangre pura más, nadie la conocía pero ganó, somos pocos los sangre pura asiáticos y entre los occidentales hay mucho racista, así que ella era adorada por los sangre pura pero los civiles la odiaban.
-¿Crees que lo tenía todo planeado?
-Todo lo que está pasando es obra de ella, sino ¿por qué querría entregar Hokkaido siendo una de las regiones más poderosas del reino de Japón? ¿Y por qué tendría tanto interés en conocerte? eres una amenaza para ella ojo-sama por eso debes tener cuidado, no te fíes ni de ella ni de la Guardia Real, ni de su camarilla de lores, los ancianos, y nunca, nunca te separes de tu guardián.
-Va-vale.
-No pretendo asustarte, solo te digo como están las cosas, así está nuestro mundo-dijo levantándose-ya es de noche y debo atender unos asuntos, por favor no dudes en buscarme cuando me necesites, tu madre fue muy buena conmigo y no dejaré que nada malo le pase a su hija y verdadera Reina.
------
Iban de regreso en el coche, en silencio.
Sasuke la miraba de reojo, Sakura lloraba con la cabeza apoyada en la ventanilla del coche, más de su boca no salía ni un triste sonido.
Podía imaginarse lo que Tenten le había contado, lo que a él le había faltado el valor de decirle por no hacerle daño.
-¿Tú también piensas que es una traidora? ¿Qué fue ella la que ayudó a Demetrio a matar a mi familia?
-Sí.
Ella se giró y lo miró.
-¿Por qué no me has dicho nada? ¿Por qué tengo que enterarme por los demás de las cosas relacionadas conmigo? ¡Debías habérmelo dicho tú, Sasuke!
-¿Y qué hubieses ganado con ello?-dijo secamente-¿te haría sentir mejor? da igual quien te lo contase.
Ella se quedó callada.
-Yo quería que me lo dijeses tú-susurró-nunca dices nada Sasuke, siempre te quedas callado y vas y vienes de un lado a otro sin decirme nada, ¿cómo crees que me siento?
Él no le decía a donde iba porque no quería preocuparla.
-Hmp.
Ella estiró su mano y la dejó encima de la de él, acariciándole los dedos.
-Desearía volver a ser humana-dijo de repente.
Él la observó durante un segundo, la chica tenía la mirada perdida en la nada.
-¿Por qué?-preguntó.
-Porque si yo fuese humana ninguna estúpida regla me mantendría alejada de ti.
Los ojos de Sasuke se oscurecieron aún más.
-Te dije que no te abandonaría-susurró, decir aquello era difícil para él-no eres como los demás Sakura por eso yo...te amo.
Había dicho aquello tan bajo que Sakura apenas lo escuchó.
El corazón le latió con fuerza, aquella era la primera vez que él le decía que la amaba, le había dicho que la quería pero no que la amaba.
Sasuke estaba algo sonrojado y tenía la cara medio volteada, ella sonrió dulcemente y se limpió las lágrimas.
-Yo también te amo.
Él sonrió de medio lado.
Realmente Sakura era extraordinaria y en ese momento supo que ya no había más razones para ocultarle cosas.
-Te voy a enseñar una cosa-dijo.
La pelirosa lo miró con curiosidad.
-¿El qué?
-Hmp, ya lo verás.
-No seas malo Sasuke, dímelo.
Él negó con la cabeza.
La pelirosa se pasó todo el rato insistiendo que le contase hasta que llegaron a la casa del pelinegro.
Sasuke la agarró de la mano y la condujo en silencio hasta la puerta de su casa.
-Sasuke, dime ya.
-Mira que eres molesta.
Los dos subieron por las escaleras hasta el cuarto piso y solo entonces Sakura comprendió lo que Sasuke estaba haciendo.
En su rostro apareció una sonrisa emocionada.
Las manos empezaron a sudarle y el corazón le martilleó contra el pecho con cada paso que daban hacia esa extraña puerta.
Sasuke la miró con una sonrisa de medio lado, él también estaba expectante.
Sacó del bolsillo unas llaves viejas y abrió la puerta, esta crujió por lo vieja que era pero abrió fácilmente.
Sakura abrió la boca de par en par, lo que había detrás de esa puerta era nada más y nada menos que otra casa.
Una casa dentro de otra casa.
Miró a Sasuke con una interrogante.
-Bienvenida a la casa donde viví una buena parte de mi vida.
Aquello sí que la dejó atónita.
-En 1670 esta casa fue tachada de embrujada porque en ella aparecieron muertos una familia en extrañas circunstancias y en 1800 volvió a repetirse la historia-realtó él con un tono divertido.
-¿Vosotros eráis los cadáveres?
Sasuke asintió.
-La primera vez éramos nosotros, para la segunda vez usamos los cadáveres de dos humanos y sus dos hijos que se parecían a mi familia.
La pelirosa arrugó la cara de asco.
-Entonces los ruidos, las luces...no eran fantasmas.
-Éramos nosotros-aclaró el pelinegro divertido-los humanos tienen una imaginación desbordante.
Sakura se echó a reír, pensando en todas aquella personas que decían que habían fantasmas, y resulta que era la propia familia que seguía viviendo allí.
-La mansión en realidad eran dos casas unidas-dijo él mientras caminaba por la estancia.
Aquel era el salón, lo supo por las cantidad de ricos sillones, cuadros y adornos.
En el centro había una mesa de banquetes la cual estaba llena de papeles y con una silla ligeramente separada.
-Puedes mirar, hablan sobre ti-dijo él señalando los papeles.
Y en efecto, allí estaba toda su vida como humana, sus aficiones, sus costumbres, resultaba espeluznante imaginarse que había sido investigada con tanta eficacia.
-Conseguí la información haciéndome pasar por tu hermano desparecido, así en cualquier lado me daban información de ti.
La pelirosa sonrió.
En la mesa también había una copa de whisky medio vacía y un vaso.
(Este es el lugar donde se encontraba Sasuke la primera vez que apareció Naruto en el fic, como veis esta habitación ha aparecido en el fic desde el principio).
Continuó paseando por la estancia, todo estaba muy vacío y los pocos muebles que había la mayoría estaban tapados con sábanas, como en la otra casa.
-Nadie vivió aquí desde que mis padres murieron-dijo el pelinegro-y si no hubiese sido por ti seguiría deshabitada.
La pelirosa abrió la otra puerta que había en la estancia y que daba a un pasillo.
El pasillo estaba lleno de cuadros.
-La familia Uchiha-dijo él-la familia sangre pura más poderosa de Oriente.
Sasuke caminó hacia el primer cuadro, en él se veía a un hombre moreno y de ojos grandes y negros, iba vestido de una forma que Sakura jamás había visto, era un extraño traje militar.
-Este es Shizui Uchiha, mi abuelo, vivió desde el año 300 antes de...Jesús, hasta que nací yo en el siglo XVI, no lo conocí pero sé que fue un sangre pura miembro del consejo de ancianos, que son los que controlan las actividades de los guardianes y de la Guardia Real.
Sakura asintió, Shikamaru-sensei le había hablado de ellos que también se hacían llamar Cámara de los Lores.
Luego avanzó hacia el siguiente cuadro, esta vez era una mujer.
-Mi abuela, Fumijo Uchiha, sangre pura y dama real de tu abuela materna, la Reina por aquel entonces, tampoco la conocí, pero dicen que era una mujer con carácter.
Era una mujer hermosa de pelo y ojos castaños, expresión severa e inteligente y vestida con un sencillo kimono.
El siguiente cuadro era otra vez de un hombre, de pelo castaño y ojos oscuros, el parecido con Sasuke era enorme y tenía esa misma expresión fría.
-Es mi padre, Fugaku Uchiha-dijo él con voz apagada-era un sangre pura miembro de la corte real y un buen padre, siempre nos trató bien aunque nosotros no fuésemos sangre pura.
Sakura no tuvo tiempo de preguntar pues él volvió a hablar.
-Mi madre, Mikoto Uchiha-dijo pasando al siguiente cuadro-era una renacida, él la convirtió porque se había enamorado de ella y no soportaba la idea de verla morir, vivieron su romance a escondidas, ya sabes por qué, mi padre tuvo que casarse con otra sangre pura, pocas veces venía a vivir con nosotros pero siempre sacaba tiempo, él le cedió su apellido a escondidas y la trajo a esta casa.
En el cuadro aparecía una mujer preciosa, con el pelo negro largo y unos ojos del mismo color que expresaban una gran tristeza.
-Tuvimos que fingir nuestra muerte en el año 1670 porque un humano empezó a decir que éramos ''raritos'', vivimos hasta 1790 aquí escondidos y luego volvimos a la otra casa, ya nadie nos recordaba y fue fácil fingir que éramos unos nuevos inquilinos pero en 1850 tuvimos que escondernos otra vez, esta vez tuvimos que usar el cuerpo de una familia humana para fingir nuestra muerte y luego volvimos para aquí, fue divertido fingir millones de veces que éramos nuevos inquilinos, creo que eso ayudó a crecer la leyenda, pues cada diez años se cambiaba de inquilinos, o eso creían los humanos.
-¿Qué pasó después?-preguntó la pelirosa.
La voz de Sasuke se quebró.
-La mujer de mi padre nos descubrió y fuimos acusados, no tuvimos tiempo de huir todos juntos, mi padre estaba con nosotros en ese momento, mi hermano y yo pudimos escapar pero mis padres no pudieron y la Guardia Real los mató.
La voz de Sasuke expresaba gran dolor.
Sakura lo abrazó con fuerza, por eso él odiaba a los sangre pura, aquello había sido horrible.
-¿Sabes quién era la mujer de mi padre?-dijo él con odio y abrazándola con fuerza-la Reina.
El corazón de Sakura se quedó paralizado y lo abrazó con más fuerza.
Que mujer más horrible, ¿cómo había sido capaz de hacer aquello?
Y ahora también entendía el miedo de Sasuke, el miedo que sentía por ellos dos, porque la historia de algún modo se repetía.
-Eso no nos pasará a nosotros-dijo mirándolo a los ojos-nosotros estaremos juntos Sasuke.
Los dos se agarraron de la mano y continuaron viendo los cuadros.
El siguiente lo reconoció, era Itachi, de adolescente, vestido con unas ropas de la Edad Media.
Sasuke no dijo nada de él solo mencionó que ahora era jefe de la Guardia Real.
No debía ser fácil entender porque tu hermano se había unido a los que habían matado a tus padres.
-Y este soy yo-dijo señalando el último cuadro.
Un niño de cinco años completamente diferente al Sasuke de ahora, en el cuadro tenía el pelo peinado a la perfección y lucía una cálida sonrisa de la cual faltaban dos dientes, realmente el pintor había reflejado cada detalle.
Sakura pasó una mano por la pintura y sonrió tristemente.
-Injusto-susurró llevándose la mano a la boca y dejando escapar unas cuantas lágrimas-es muy injusto.
-Es algo que ya pasó-dijo él endureciendo la voz y siguiendo hacia delante-las demás puertas son habitaciones pero no tienen nada especial salvo una de ellas.
Sakura se secó las lágrimas y miró por última vez al Sasuke sonriente del cuadro antes de seguir al pelinegro.
Entraron en la última habitación.
Era negra y todos los muebles estaban ocultos bajo sábanas.
-Este era el cuarto de huéspedes, y te diré que aquí residió tu madre durante un día.
Sakura abrió los ojos de par en par.
-Tu madre no era como los otros sangre pura, nunca nos delató y siempre apoyó a mi padre, eran muy amigos al igual que con tu padre, siempre nos ayudaron y por eso Itachi y yo pudimos vivir sin que nadie nos juzgase, porque ellos nos apoyaron, pero eso no era lo que quería enseñarte, aquí hay algo que es tuyo por derecho.
Se alejó de Sakura y se acercó a uno de los cuadros cubiertos, el más grande de todos.
Descorrió la sábana y quedó al descubierto una mujer que era el vivo calco de ella misma, salvo por aquellos rasgos occidentales que se mezclaban con los asiáticos.
-En ese día que estuvo aquí mi madre se hizo muy amiga de la Reina, mi madre le expresó sus deseos de tener un cuadro de ella, diciendo que nada le haría más ilusión que aquello y tu madre le cumplió el capricho.
-¿Es...mi madre?-preguntó emocionada mirando fijamente al cuadro.
Sasuke asintió.
Llevaba puesto un vestido negro y rojo, el pelo rosa caía suelto por su espalda y hombros haciendo juego con la diadema dorada que llevaba en la cabeza.
Sus ojos jade refulgían de vivacidad y en su mano llevaba un anillo dorado con una esmeralda redonda.
-No tengo nada de tu padre porque ni mi madre ni mi hermano ni yo lo conocimos como para que nos hiciese regalos, solo mi padre tenía trato con él, pero pensé que debía entregarte este, a fin de cuentas es tuyo.
-Gracias, gracias, gracias-dijo abalanzándose sobre el pelinegro y cubriéndolo a besos.
Aquel era el mejor regalo que le habían hecho nunca.
-Lo que si me gustaría saber es...el nombre de mi padre-dijo-conozco el de mi madre, se llamaba Akari, pero no sé el de él.
Sasuke reflexionó un momento hasta que se acordó del nombre del monarca.
-Se llamaba Mitsuhito Serim, no es extraño que los sangre pura de una misma familia se casen entre sí-dijo al ver la cara de la pelirosa-pero no es obligación.
-Menos mal, por lo menos sé que no tendré que casarme con Alecto-bromeó.
Él sonrió.
Los dos juntaron sus labios en un largo y dulce beso.
Tras ellos se oyó el chasquido de una ventana rompiéndose.
-Ops, sentimos la interrupción-dijo la voz de Naruto tras ellos.
Hinata y Naruto los miraban avergonzados.
Sasuke se lo quedó mirando contrariado y Sakura atónita.
Parecía que venían de la guerra, con todas las ropas rotas.
-¡Ahí va! ¡Le has enseñado el cuadro de la Reina a Sakura-chan!
-Es su madre imbécil, claro que se lo enseñé-dijo-¿me puedes decir que pasa aquí?
-Mira Hinata-chan, mira como se parecen-dijo él desviando el tema.
-Es cierto-dijo la ojiperla asombrada.
-Hmp, ¡¿me decís de una vez qué hacéis aquí?!
-Ah, jajaja-empezó Naruto con una risa nerviosa-verás un lobo asesino nos seguía y...
-¿No eres capaz de defenderte solo, idiota, que vienes a pedir ayuda?
-Mientras lo seguíamos junto a otros dos licántropos...la Guardia Real me vio y en este momento vienen a por mí.
Sasuke se llevó una mano a la cabeza y luego se abalanzó sobre su amigo.
-¿Y se te ocurre venir a refugiarte aquí? ¡Este es el sitio menos indicado!
Naruto agachó la cabeza.
-¡Lo sé! no vengo a pedirte que me des refugio a mí, solo quiero que cuides de ella-dijo señalando a Hinata-yo me entregaré.
Sasuke dio una patada a la pared, agrietándola.
-De aquí no te mueves-dijo esta vez Sakura-ya encontraremos una solución.
-Por supuesto que de aquí no se mueve-dijo Sasuke-me lo vas a explicar todo.
Pero las palabras se perdieron en el aire en el momento que llamaron al timbre de la verja.
-¡Joder!-exclamó Sasuke.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
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Greenie Desconectado
« Respuesta #15 en: Junio 10, 2011, 08:40 pm »

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« Respuesta #15 en: Junio 10, 2011, 08:40 pm »
ME ENCANTO.....................
^^
ESPERO QUE HINATA Y NARUTO SE ENCUENTREN BIEN, ¿QUIEN SERA EL LOBO MALVADO?... ME TIENE
CON INTRIGA ^^ JAJAJA ESPERO COMO SIEMPRE CON ANSIAS LA CONTINUACION
UN BESO
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #16 en: Junio 20, 2011, 07:07 am »

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« Respuesta #16 en: Junio 20, 2011, 07:07 am »
aki la contii  :)

17.

Los cuatro se quedaron quietos.
Sakura miraba horrorizada a Sasuke, si la Guardia Real encontraba allí a Naruto este podía darse por muerto y ellos se meterían en serios problemas.
Sasuke se acercó a la ventana más próxima en dos zancadas y con dos dedos apartó ligeramente la cortina.
Miró a ambos lados y tras eso abrió la ventana de par en par y se asomó a medio cuerpo.
-¿Qué haces, Sasuke?-preguntó.
El pelinegro no contestó, se giró para preguntar a Naruto pero no lo vio.
Sin que se diese cuenta el rubio se había colocado al lado de Sasuke.
-No hay nadie-susurró el pelinegro-pero el aire...
Sakura olisqueó y noto un leve olorcillo que no daba asociado a nada.
Algo no andaba bien, lo sabía por la cara de Naruto que, al contrario que Sasuke, mostraba toda su confusión y preocupación.
-¿Qué pasa Naruto-kun?-preguntó Hinata en el momento que Sasuke se puso de pie en la ventana.
-¿A dónde vas Sasuke?-preguntó Sakura alterada.
Él se giró y la miró, estaba seguro que aquello no tenía nada que ver con la Guardia Real y que algo extraño estaba pasando por lo que debía hacer todo lo posible para protegerla.
Sonrió de medio lado, esa noche habría acción.
-Nos vemos ahora-dijo antes de mirar a Naruto de forma extraña y desaparecer por la ventana.
-¿Qué es lo que pasa Naruto?-insistió Hinata, cada vez más asustada.
El vampiro rubio se giró y las miró fijamente.
Sakura estaba asustada, ¿a dónde iba Sasuke? ¿Qué era lo que estaba pasando?
-No pasa nada, Sasuke y yo vamos a reunirnos con la Guardia y a solucionar esto de forma pacífica, vosotras debéis iros, no es recomendable que vean a Sakura.
Sakura no se creyó nada, justo en el momento que fue a replicar un fuerte olor ácido le invadió la nariz.
La cara de Naruto demudó por completo, pasando de preocupación a terror.
Era una trampa, y él había caído en ella.
Claro, por eso el lobo los perseguía, maldijo por lo bajo, ahora todo quedaba claro.
-¿Qué pasa Naruto? ¿Qué es ese olor?-preguntó Sakura.
Pero Naruto la ignoró y se subió al alfeizar de la ventana.
-Naruto-kun...
-¡Iros ya!-gritó el rubio antes de lanzarse por la ventana.
Hinata agarró la ventana mientras sus ojos seguían la trayectoria de Naruto, corriendo campo a través, y entonces supo que era lo que había alterado a Naruto.
No conocía aquel olor ácido pero si aquel que se filtraba levemente, un olor que pertenecía a un licántropo en concreto, el lobo asesino.
Detrás de ella escuchó a Sakura revolverse hacia la puerta, sabía lo que quería hacer.
-No vayas Sakura-dijo.
-Tonterías, algo pasa Hinata, necesitan nuestra ayuda.
-Naruto-kun tiene razón, si sales de aquí morirás-susurró.
Sakura se quedó clavada en la puerta.
Hinata hizo memoria rápido y recordó una explicación de defensa contra lobos que le había explicado Naruto el día anterior.
Los lobos no soportaban ni el más mínimo roce con un objeto de plata.
Paseó la vista rápidamente por la estancia en busca de algo de plata pero no encontró nada.
Sakura miraba extrañada como su amiga iba de un lado a otro en busca de algo.
Al cabo de diez minutos la ojiperla lanzó un suspiro de alivio y se guardó algo en el bolsillo del pantalón.
Todo ante el inmenso cuadro, la madre de Sakura parecía dirigirles una mirada aterrada en contraste con sus fracciones armoniosas.
El olor cada vez era más intenso y la mente de Hinata luchaba consigo misma.
Amaba a Naruto y tenía miedo por él, era un desterrado y si lo cogían no habría piedad, pero luego miró a su amiga, a pesar de solo llevar unas semanas en su nueva vida, era plenamente consciente que la pelirosa debía vivir, vivir para salvar a los que ahora eran sus hermanos de sangre y tal vez, si ella llegaba a ser Reina, Naruto y ella ya no tendrían que huir por lo que eran.
-Tenemos que irnos Sakura.
La voz de Hinata estaba cargada de miedo y eso no hizo más que alarmar a Sakura.
-Yo no puedo irme, tengo que ayudar a Sasuke-dijo la pelirosa.
El miedo de que algo le pasara le aterraba más que nada.
-No te das cuenta ¿verdad?-dijo la peliazul-yo también quiero ayudar a Naruto pero solo seríamos una carga, no puedes morir Sakura, entiéndelo.
Sakura la miró, sorprendida.
Hinata sin duda sabía lo que estaba pasando.
-¿Qué pasa, Hinata?
Los ojos de la peliazul se inundaron de lágrimas que a duras penas consiguió retener.
-Vámonos y te lo cuento.
Agarró a Sakura de la mano y ambas echaron a correr con toda su rapidez por los pasillos de la casa hasta que llegaron a una puerta lateral que Sakura nunca había visto, aquella casa parecía un laberinto.
En el exterior ambas se quedaron muy quietas, no se oía nada, aquel era un silencio aterrador, un silencio que no presagiaba nada bueno.
Buscó como loca un signo que le indicase que Sasuke estaba bien, que nada les había pasado a él ni a Naruto pero allí no había nadie.
Pero aún así el olor cada vez era más fuerte.
Sakura seguía a Hinata desesperada, ¿por qué su amiga no le decía nada?
Volvieron a empezar la carrera.
Atravesaron todas las calles del barrio y ni siquiera se detuvieron ante la casa de la pelirosa.
Hinata sabía que la idea que estaba siguiendo era descabellada, había prometido no volver a poner los pies en aquel lugar pero no le quedaba más remedio, era la única forma de ayudar a Naruto y a Sasuke frente a la amenaza desconocida.
Hinata corría como una posesa y Sakura se quedó de piedra al ver donde se dirigían.
Al barrio de los licántropos.
Al fondo de la calle Ino miraba concentrada las estrellas pero al sentir ese olor tan familiar se giró para quedar en frente de las que antes habían sido sus mejores amigas.
Ni siquiera tuvo tiempo de preguntar qué hacían allí cuando Hinata habló.
-Nos atacan-fue lo único que dijo llena de terror-el lobo.
Los ojos de Ino se abrieron de par en par destellando furia.
Por fin aparecía ese monstruo.
Sakura se sentía desconcertada, quería saber para así poder ayudar a Sasuke.
-Pasad-dijo Ino-el jefe no está pero podemos hablar con Neji-san.
Sakura fue arrastrada por Hinata al interior de aquella casa donde había estado días atrás.
-¿Qué pasa aquí?-dijo Neji cuando entraron en el salón.
El ojiperla estaba en medio de un juego de guerra en la Play Station y soltó una maldición cuando, a causa de la distracción, recibió un balazo que lo descalificó.
Sus ojos se clavaron por un momento en Hinata haciendo que ella agachase la cabeza pero luego se clavaron en la pelirosa.
Las dos estaban aterradas y ni Uzumaki ni Uchiha estaban con ellas, algo muy extraño.
-Los atacan-dijo Ino.
Neji miró a la rubia, Ino lanzaba furia desde cada poro de su piel.
-¿Y a nosotros que nos importa?
-El desterrado está con ellos-contestó la rubia.
La expresión de fastidio de Neji fue sustituida por una seria y concentrada.
Saltó de inmediato del sofá y se dirigió directamente a Sakura.
-Normalmente no solemos ayudar a los chupasangres-dijo-pero es esencial que cacemos al miserable que nos deshonra.
Danzó por toda la sala cogiendo todo un arsenal de objetos que tenía guardados en cajones.
-Ino, ve a donde Kiba y que llame al escuadrón con discreción, mi tío no está y no hay necesidad de asustar a la manada, presiento que esto es más grande que un simple renegado de los nuestros.
Ino obedeció y salió del salón.
-¿Poseéis algún objeto de plata, alteza real?-preguntó Neji con sorna.
Miró irritada al pelimarrón, Shikamaru le había hablado sobre la relación entre los licántropos y la plata, ojalá tuviese algo de dicho material y se lo incrustaría en la lengua a ver si así le quedaban ganas de reírse.
Hinata metió la mano en su bolsillo y sacó una enorme cruz de plata.
Neji se alejó instintivamente.
Sakura miró a Hinata sorprendida, los vampiros no podían tocar objetos sagrados.
-Está sin bendecir-aclaró en un susurró.
Sakura volvió a mirar a Neji y decidió pagarle la jugada de antes.
-Creí que nunca necesitaría defenderme de un licántropo porque pensé que estábamos en paz pero si el jefe o su segundo son incapaces de controlar a la manada creo que empezaré a cuidarme.
La cara de Neji se ensombreció y apretó con fuerza una cruz que llevaba en la mano.
-Si ya habéis acabado largaros de mi casa, esto no es un refugio de chupasangres.
Sakura lo taladró con la mirada.
Hinata le tiró de la manga de la camiseta y las dos salieron de allí dejando a Neji preparándose.
-Debemos volver-dijo la pelirosa-ese inútil no podrá ayudado a Naruto y a Sasuke.
-Naruto-kun dijo que nos fuésemos-recordó la ojiperla.
-Ellos solos no podrán y no pienso dejar que nadie muera por defenderme.
A esas alturas estaba completamente segura de que iban a por ella.
-Si vas, solo lograrás ponerte en peligro a ti y a Sasuke-dijo Hinata como último recurso.
Sakura se paró en seco.
-Sakura, si tú vas a la pelea Sasuke se verá obligado a dividir su atención, luchará mejor si sabe que tú estarás a salvo.
-Pero...
-Él regresará pronto a por ti, ahora solo debemos encontrar un lugar seguro al que ir.
Sakura comprendió que lo que su amiga decía era cierto, yendo, solo complicaría las cosas.
-Sígueme, conozco un sitio en el que podemos esperar y recibir ayuda-dijo finalmente.
-----
Con un rápido movimiento esquivó la dentada mortal que le lanzó el vampiro castaño que tenía delante.
Ya llevaban quince minutos peleando y no dejaban de llegar sombra por todas partes.
Sintió la espalda de Naruto pegada a la suya y como su amigo rechinaba los dientes.
Todo había sido una trampa.
Habían hecho creer a Naruto que la Guardia Real lo seguía para así poder encontrar a Sasuke y a Sakura, ya que sabían que el rubio buscaría su ayuda.
Con un rápido movimiento saltó encima del sombra con los dientes brillando en la luz de la noche pero el vampiro fue rápido y solo consiguió rozarle el lacio pelo castaño.
-Ese asqueroso Demetrio, cuando lo pille lo descuartizo y entierro sus pedazos en una...-el grito de Naruto quedó ahogado por el rugido que lanzó el sombra contra el que peleaba después de que el rubio le hundiese una daga en el cuello.
El sombra contra el que Sasuke peleaba se distrajo durante un momento y el pelinegro lo aprovecho para herirle con una daga de plata que sacó del bolsillo.
Se la hundió en el corazón, matándolo al instante.
Pero un segundo después volvía a estar ocupado con otro.
No paraban de llegar y por encima seguía sintiendo el olor de Sakura en la casa, ¿es qué la chica no pensaba irse?
En medio de aquel asqueroso olor ácido que producían los sombra se filtró otro el doble de asqueroso.
-El lobo asesino-informó Naruto.
Genial, aquello mejoraba por momentos, ahora no solo eran los sombra sino que también un licántropo con los circuitos flojos.
Para su alivio comprobó que ahora si que no quedaba ni rastro del olor de Hinata y de Sakura en la casa, por fin se habían ido.
Bien, debía acabar con eso y adivinar que mierda estaba pasando.
El descomunal lobo no tardó en aparecer.
Era enorme y de un gris tan brillante que dañaba en los ojos.
Sasuke se fijó en la enorme luna llena.
Con la luna así el lobo estaría en su máximo nivel de fuerza. Fantástico.
Acabó con los sombra que lo atacaban y fue a encararse con él.
El lobo exhibió toda la extensión de sus dientes y su fétido aliento chocó en la cara de Sasuke.
El pelinegro tanteó en sus bolsillos en busca de una daga de plata que guardaba en el bolsillo pero luego recordó que la había dejado clavada en el pecho del sombra.
Tendría que atacar cuerpo a cuerpo.
Observó el terreno en busca de Naruto.
Su amigo hacía alarde de su fuerza y su agilidad peleando con cinco sombras a la vez.
Luego amplió más su visión, un puñado de sombra estaban entrando en la casa exterior, bien, no encontrarían nada ya que la casa estaba bien protegida.
Rechinó los dientes.
Los ojos del lobo llameaban, clavados en el cuello del ojinegro.
Ambos tensaron sus cuerpos y un segundo después saltaron el uno hacia el otro.
Sasuke enredó las manos en el pelaje del animal y buscó a tientas su yugular, pero el lobo se defendía extraordinariamente bien.
Le dio con toda la zarpa en el hombro y Sasuke siseó al sentir las uñas hundiéndose en su piel.
Nadie nunca le ponía la mano encima y luego vivía para contarlo.
Se lanzó con todo lo que tenía a por el lobo, pero las heridas le escocían mucho mientras que el lobo estaba prácticamente intacto.
Volvió a recibir un zarpazo, esta vez en la barriga. En momentos así agradecía tener una capacidad de curación superior a la normal.
-¿Quién eres?-preguntó.
El lobo solo se limitó a arrojarse sobre él, impidiendo con sus zarpas que Sasuke alzase los brazos.
Sasuke rechinó los dientes y alzó las piernas empujando al lobo a unos cien metros haciendo que este se golpease contra la pared y quedase inconsciente.
-Esto está muy mal Sasuke-dijo Naruto arrimándose a él.
Unos quince sombra los estaban acorralando.
-Vienen a por Sakura-susurró
-¿En qué lo notas?-preguntó Naruto, sarcástico.
El pelinegro lo fulminó con la mirada, en ese momento no estaba para chistes.
Otro ramalazo de olor lo sacudió todo.
-¡Ah, no! con esto ya era suficiente-dijo el rubio.
El aire se había cargado del olor apestoso de los lobos y Neji y su cuadrilla no tardaron en aparecer.
-Vaya, parece que estáis en problemas-dijo el ojiperla al ver la situación presente.
Los lobos se echaron a reír mientras se lanzaban a por los sombra.
-Lo que me faltaba, un puñado de chuchos salvándome el culo-refunfuñó Naruto-¿dónde queda mi honor?
Sasuke bufó molesto, no soportaba a Neji pero debía reconocer que necesitaba su ayuda.
-Vayamos a pelear-siseó.
Pero en el momento en que ambos quisieron moverse un dolor abrasivo les recorrió la espalda.
-No iréis a ninguna parte, salvo que sea conmigo-les susurró una voz en el oído.
Sasuke quiso removerse pero el objeto llameante se le clavó en la espalda más fuerza.
La persona que los amenazaba los arrastró hasta la parte trasera de la casa donde les esperaban dos sombra.
-¡Apresadles!-ordenó el otro.
Los dos se revolvieron pero fue inútil, estaban debilitados debido al dolor punzante, y los dos sombra los sujetaron fuertemente.
Al ser apresados quedaron de frente a su captor.
Sasuke nunca lo había visto pero bastó su olor para saber que era un mestizo, medio humano y medio duende, aunque fácilmente hubiese pasado por una serpiente.
Tenía el pelo largo y negro, su piel era demasiado blanca y tenía los ojos de un dorado extraño.
En sus manos divisó los dos objetos que los habían reducido, claro, por eso es dolor punzante.
No eran otra cosa que dos enormes cruces de oro bendecidas.
-Y bien guardián, ¿dónde está tu bella dama?-preguntó el hombre.
Sasuke escupió en el suelo.
-Creo que no has comprendido la situación-dijo el hombre-soy Orochimaru, carcelero del gran señor Demetrio.
Lo conocía, a él y a sus métodos de tortura.
-Estás loco si crees que te diremos algo, un guardián nunca traiciona a su protegido-bramó Naruto-así que lárgate o te daré una patada en el culo.
Orochimaru le torció la cara de un tortazo.
-Llevadlos a la cárcel, allí seguro que se muestran más participativos.
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-¡Ineptos!-gritó Anferis-¡ineptos, imbéciles!
La hija de Demetrio se paseaba furiosa de un lado a otro.
La incursión había sido un fracaso, la sangre pura Luminati había escapado y ahora ella pagaría las consecuencias.
La puerta de su cuarto se abrió y por ella entró la odiosa de su hermana menor.
-Una carta para ti-dijo Alecto fastidiada tendiéndole un papel doblado.
Anferis se la arrancó de la mano y leyó.
A cada paso su cara se ponía más blanca.
Como no hiciese algo pronto su situación se vería muy mal.
-¿Y bien?-preguntó Alecto.
-¿Y bien qué?
-Que que hago ahora.
La puerta volvió a abrirse estrepitosamente.
Por ella entró Orochimaru, con una sonrisa.
-Tengo al guardián y a ese vampiro rubio desterrado, los tengo en la sala de torturas preparados para el interrogatorio, me preguntaba si quería estar presente.
Anferis sonrió maquiavélicamente.
¿Guardián? Alecto miró a su hermana con curiosidad.
-Voy ahora mismo, espérame allí-dijo.
Orochimaru hizo una reverencia y se retiró.
-¿Qué guardián?-preguntó Alecto.
Anferis sonrió.
-Sasuke Uchiha.
---------
Hinata y Sakura esperaron en la verja hasta que Shikamaru fue a abrirles.
-¿Sakura?-preguntó extrañado mientras clavaba su vista en la peliazul que la acompañaba.
-¡Sasuke está en peligro!-gritó la pelirosa.
La cara de Shikamaru demudó por completo.
La pelirosa lloraba a mares y su mirada era de puro horror.
-No sabemos qué pasó pero de repente todo se llenó de un olor ácido-empezó atropelladamente-Naruto y él...
Shikamaru no necesitó saber más y las dejó entrar diciendo que Tenten estaba en su rincón privado y él salió disparado hacia la Camarilla de Lores, aquello necesitaba atención urgente.
Sakura y Hinata entraron en la casa y se encontraron a Tenten donde el pelimarrón les había indicado.
-Cálmate ojo-sama-dijo ella cuando las chicas acabaron de contarle-toma un poco de infusión relajante, tu también Hinata-san, es de un valle donde viven hadas.
Las dos aceptaron y se bebieron el líquido, Hinata sin dejar de mirar asombrada el lugar donde se encontraba.
So corazón latía a mil por hora, Tenten acababa de decirles que ese olor ácido correspondía a los sombra, sus ojos ya eran incapaces de sostener las lágrimas por lo que estas continuaban recorriendo su cara.
-Shikamaru no arreglará nada-dijo Tenten-es obvio que esto es obra de la Reina.
Sakura apretó los puños, si eso era cierto ella misma le arrancaría los ojos a esa sucia arpía.
-Ayudaremos a Sasuke y a Naruto, tranquila, pero ahora hay otro problema.
¿Otro problema? su único problema era el miedo de no saber qué pasaba con Sasuke.
-Dentro de dos días es la reunión con la Reina, debes ir pero necesitas un guardián.
-No me importa la reunión, yo solo quiero a Sasuke.
Tenten sonrió con desgana ante la inconsciente declaración que había hecho la pelirosa.
-El amor, intenso y doloroso-recitó-siempre es más cuando está prohibido.
Sakura no dijo nada, no le importaba que la sangre pura la reprendiese pero lejos de eso Tenten sonrió.
-Los sangre pura tenemos ciertos...dones, cada uno, uno diferente claro-dejo en el aire la pelicafé-pronto descubrirás tú el tuyo.
En otro momento Sakura hubiese bombardeado a la sangre pura a preguntas, pero en ese momento se sentía incapaz de pensar en otra cosa que no fuese Sasuke.
Aquello era una encerrona y lo sabía.
Pero a la hora de elegir entre ella y Sasuke, la vida del pelinegro podía más.
-Iré a la reunión.
Tenten asintió y luego se quedó pensativa.
-No tienes guardián pero la Reina no podrá mostrar objeción si te acompaña una dama de compañía.
Luego miró a Hinata.
-Y ese papel es perfecto para una renacida.
-Ya he metido a Hinata en muchos problemas y...
-No te preocupes alteza, iré, yo también quiero ayudar.
Sakura sonrió y la abrazó, sin duda era una buena amiga, aunque ya hablaría con ella sobre lo del tratamiento de alteza.
El móvil de Hinata sonó.
-Es Neji-dijo nerviosa.
-Tendrás que salir afuera aquí no hay cobertura-dijo Tenten.
Hinata desapareció con el teléfono en la mano.
La pelicafé se acercó a la pelirosa y la abrazó, para sorpresa de ella.
-Ten entiendo ojo-sama, entiendo lo que estás sufriendo, la nuestra no es una vida fácil por eso debemos luchar, no te juzgaré por amar a alguien, yo he hecho muchas cosas peores y no creo que enamorarse sea un delito, ayudaré a Sasuke y os ayudaré-dijo.
Sakura se aferró con fuerza a la noble, esas palabras la esperanzaban, no estaba sola y eso la animaba.
Ni siquiera pasaron dos minutos cuando Hinata regresó.
Sakura se separó de Tenten y miró a su amiga, la peliazul estaba en un mar de lágrimas y Sakura supo lo que había pasado y cayó de rodillas al suelo.
-¿Qué pasó Hinata-san?-preguntó Tenten.
-Los...los sombra...los han secuestrado.

18.

Todo estaba oscuro, ni una línea de luz se filtraba entre los resquicios de las paredes de la puerta, pero en realidad eso poco le importaba, a fin de cuentas él era una criatura nocturna y nunca necesitó el sol para sobrevivir.

Ni siquiera en ese endiablado frío sentía la necesidad de los rayos solares y su calidez.

Una gota de agua cayó por enésima vez al lado de él, haciendo eco en aquel reducido lugar.

Olía a humedad y a sangre seca, olía a odio, a impotencia y a sudor, todo mezclado con el olor del musgo que crecía en la pared y con el metálico olor de los grilletes que le encadenaban las manos al techo obligándolo a permanecer de rodillas con los brazos extendidos.

Por enésima vez tiró de las cadenas hacia abajo pero fue imposible, eran tan fuertes y gruesas que ni siquiera un vampiro podía romperlas.

A su lado sintió como el aire se removía y otros dos pares de cadenas se zarandeaban en el aire.

En realidad no le importaba mucho sentirse así, encerrado como un vulgar perro, en otras ocasiones había sido peor.

Su vida no había sido tranquila precisamente y había tenido que combatir en muchas guerras y había sido capturado muchas veces y llevado prisionero a las cárceles de la antiguedad.

Todavía podía sentir como los monjes cristianos lo bañaban en agua bendita para que les confesase el secreto de la inmortalidad.

Como si él lo supiese.

Incluso podía sentir las llamas de la hoguera quemándole la piel cuando lo quemaron por brujería.

Los humanos, aquellos a los que consideraban tan débiles, sin duda alguna si llegabas a caer en sus manos podías darte por muerto, al menos así era antes, ahora la gente ya no cree en vampiros ni brujas.

Por lo tanto sentirse allí era como un viejo recuerdo.

Por supuesto que también había sido torturado por vampiros, pero lo había aguantado, para él no había nada peor que el hecho de que le hubiesen echado agua bendita por encima.

Pero ahora había una cosa que podía llegarlo a torturar aún más.

No sabía que había sido de Sakura, sabía que estaba viva y eso lo tranquilizaba pero no sabía si estaba a salvo o la habían capturado.

Dejó caer la cabeza hacia adelante y volvió a agitarse con desesperación.

Llevaba dos días encerrado e iba a volverse loco como no supiese algo de la pelirosa.

Intentó levantarse pero las piernas le flaqueaban, se le habían dormido a causa de la postura en la que estaba y de los golpes que habían sufrido.

Percibió una total aura de hostilidad y humillación a su lado.

No lo veía pero sentía la presencia de Naruto y podía asegurar que él estaba tan frustrado como él.

Como digno comandante romano Naruto llevaba el honor a unos extremos ilimitados.

Naruto era un caso especial entre la baja nobleza, nunca conoció a su madre y siempre vivió como un humano hasta que su verdadera naturaleza se hizo presente cuando tenía veinte años.

Él era hijo bastardo del entonces joven Julio César y de una esclava asiática que se había comprado y que había resultado ser una sangre pura capturada por humanos.

A esa edad ostentaba uno de los puestos más altos en el rango militar romano, siendo comandante de la legión romana, la más importante de todas.

Todos lo temían, nunca había perdido una batalla y lo veneraban como si fuese un dios.

Tenía dinero y todas las mujeres morían por él, pero la vida de Naruto, al igual que la de él, estaba destinada a otra cosa.

Un día el rubio había amanecido sintiéndose extraño, como si un animal lo invadiese, había pasado la noche con una mujer y ella nunca más volvió a salir de allí.

Horrorizado por lo que había hecho el rubio estuvo a punto de volverse loco, hasta que su padre, Fugaku Uchiha, se lo llevó con él.

Fue muy frustrante para Naruto pasar de ser el jefe a un simple guardián pero supo afrontarlo con orgullo y pronto se ganó el respeto de casi todos.

Naruto le había contado mil veces esa historia cuando era pequeño y él trabajaba como guardián de su padre.

Sasuke todavía recordaba como cuando al tener cinco años miraba maravillado a Naruto cada vez que entraba en casa.

El rubio los quería como a la familia que nunca había tenido y nunca pudo superar el hecho de no lograr defender a sus padres, por eso él y el pelinegro estaban tan unidos.

Sasuke sonrió de medio lado, era curioso ver como la persona a la que había admirado de pequeño lo trataba como a un igual.

Definitivamente Naruto era mucho más importante que Itachi.

-Esto es una vergüenza-dijo el rubio removiéndose de nuevo-juro que cuando vuelva ese imbécil le meteré las cadenas por el...

-Deberías guardar tus energías para luego comandante-dijo Orochimaru mientras abría la puerta.

La luz entró como un torrente y Naruto y Sasuke lanzaron un alarido de dolor.

Estaban solo en bóxers y sentir la luz del sol directamente sobre su piel no era nada agradable.

-Maldito hijo de perra, te cortaré la lengua y se la lanzaré a las serpientes.

Orochimaru sonrió.

-Me costó creer que tú eras el tan famoso comandante romano, tan débil, ¿qué pensarían tus legiones si te viesen así?

Naruto se lanzó hacia él pero las cadenas y la fuerte luz del sol lo obligaron a volver a su sitio.

-No creo que hayas venido para repasar nuestras carreras militares-gruñó el Uchiha.

-Me olvidaba de ti, tu nombre también aparece varias veces en la historia, el mejor guardián de todos los tiempos y debo admitir que me quede sorprendido cuando me enteré que habías soportado un baño de agua bendita sin apenas pestañear.

-Entonces ya debes darte cuenta de que tus torturas solo nos hacen cosquillas-dijo Naruto-no te diremos nada.

-Esto no es ni Roma ni el Renacimiento y tampoco yo soy un humano, acabaréis hablando.

Sasuke le enseñó los dientes, la llevaba clara si creía que le iba a decir donde estaba Sakura.

Cuatro soldados del ejército de Demetrio entraron en la celda y los desataron.

Tanto Sasuke como Naruto cayeron desmadejados al suelo ante el regocijo del mestizo.

Dos sombra lo agarraron por los brazos y lo sujetaron fuertemente para evitar que se soltase.

-Os llevaré a un sitio que os encantará.

Salieron al exterior y por primera vez Sasuke vio el lugar en donde se hallaban.

Después de una primera tortura en el castillo de Demetrio, Orochimaru los había trasladado con los ojos vendados hasta ese lugar.

Era un monasterio enorme parecido a los que había conocido él en Francia y otros países.

¿Pero como habían entrado si era un edificio sagrado?

Entonces lo comprendió, las mazmorras tenían salida directa al exterior y al no estar en contacto con el resto del edificio no hacían ningún daño sobre ellos.

Siseó, el fuerte sol quemaba su piel y sus ojos pero aún así se negó a cerrarlos y los deslizó por todo el paisaje.

Estaban en medio de la nada, a su alrededor solo había prado y más prado y ni un vestigio de humanidad llegaba a su olfato.

Extrañamente algo de aquel lugar le resultaba vagamente familiar.

No podía asegurarlo ya que casi todo estaba en ruinas pero una sensación de inquietud lo invadió.

Al frente podía ver lo que en sus tiempos fue la entrada al edificio principal, casi podía asegurar como había sido este, normalmente todos los monasterios eran iguales.

La puerta daría a un enorme claustro por donde los hermanos transitaban todo el día de un lado a otro pensando en sus quehaceres.

Más adelante encontraría la biblioteca, donde guardaban sus libros y pergaminos de propiedades. No lejos encontrarían un corredor que los llevaría hacia la cocina y hacia el despacho del prior, pero si seguían más adelante se llegaría a unas escaleras que llevarían exactamente a la habitación privada de este y a las que se guardaban para los nobles o gente rica que acudía a ellos.

Otro corredor los llevaría directamente al exterior, justo enfrente de la iglesia o capilla exterior, y el último conducía a los sótanos, donde dormían los monjes en sus celdas.

Para su desgracia, el conocimiento sobre ese tipo de edificios no había sido muy reconfortante para él.

-Hace un día precioso, ¿verdad? el sol es tan reconfortante...-dijo Orochimaru.

-Que te jodan-susurró Naruto.

Uno de los guardias que lo sujetaban le dio una patada en las costillas.

Orochimaru sonrió.

-Me gusta este sitio, se respira tanta paz...sin duda el monasterio de Saint-Pierre es precioso.

A Sasuke se le heló la sangre.

Orochimaru sonrió.

-Veo que recuerdas-dijo-entonces sabrás a donde nos dirigimos.

Los ojos de Sasuke se abrieron desorbitados al comprender que iba a hacer ese demonio.

Los iba a meter en la iglesia.

Empezó a revolverse como un loco, una cosa es que hubiese soportado un baño en agua bendita y otra diferente es que quisiese probar otro.

Naruto miraba a Sasuke sin comprender, en su vida lo había visto así.

-Tengo entendido que no os pasa nada si nombráis a la virgen y a Jesús-continuó recitando el mestizo como si nada-es curioso, ¿pasará lo mismo si los tocáis?

El hecho de que pudieran decir virgen, María o Jesús, venía a cuento de que esas palabras se utilizaban para otras cosas.

Naruto no necesitó más para comprender y empezó a removerse igual que Sasuke, el rubio también había sufrido una mala experiencia cuando después de su conversión se le ocurrió la brillante idea de entrar en el Panteón de Roma, el mismo momento en el que tocó el altar de los sacrificios su mano estalló en llamas.

No tardaron mucho en quedar en frente de la capilla de Saint-Pierre y justo como la última vez, Sasuke era llevado a rastras hacia ella.

Fue inútil removerse y pelear.

La construcción románica se alzaba imponente ante ellos, oscura y terrorífica.

-¿Vas a hacer entrar a tus hombres ahí dentro?-preguntó Sasuke gélidamente-no soportarían ni el roce de la puerta.

A decir verdad, los sombra que los agarraban estaban incluso más aterrados que ellos.

Como si lo hubiesen escuchado, del interior de la iglesia salieron dos hombres altos.

No eran humanos, parecían mestizos, igual que Orochimaru.

Los agarraron con fuerza y los sombra que los habían llevado hasta allí corrieron despavoridos hacia otro lado.

-Bien, hagámosle una visita al Señor.

Impotente, Sasuke se vio arrastrado al interior del edificio.

Fue como si le hubiesen clavado millones de cuchillos al mismo tiempo.

-¡Ah!

El gritó de Naruto hizo temblar las paredes.

Orochimaru se echó a reír al verlos en ese estado.

-Dios se alegra de veros criaturas del demonio.

Sasuke no hizo caso a la burla, sentía como su cuerpo se estremecía en abrasadores dolores, sabía que si no salía pronto de allí moriría.

-Padre nuestro que estás en los cielos...-empezó a rezar Orochimaru.

El dolor empeoró, llegando a extremos inimaginables.

Sus captores los soltaron pues en ese estado no eran ninguna amenaza.

Naruto se llevó las manos a las orejas, intentando arrancárselas para no oír las palabras de Orochimaru.

Los otros mestizos volvieron a acercarse a ellos con lo que a Sasuke le parecieron unos baldes.

-Llega la hora de la ducha.

Sintió como cada poro de la piel se le despellejaba ante el contacto del agua bendita y entonces gritó.

Gritó como un animal en medio de la peor de las muertes.

Se sentía gelatina, los músculos no le respondían y cada gota de agua se colaba en su ser suponiendo el más terrorífico de los dolores.

Cayó al suelo en medio de espasmos y entonces vio a Naruto.

Partes del cuerpo del rubio estaban en carne viva y sus ojos amenazaban con salírsele de las órbitas.

-¿Dónde está la sangre pura? ¡Decídmelo!

La voz de Orochimaru le sonó lejana pero suficientemente clara como para entender.

Le llevó su tiempo procesar la información ante tanto dolor.

Sakura, la cara de la pelirosa apareció en su frente, sonriendo, mirándole con esos ojos llenos de vida y pureza.

Ella era la luz, era la luz en medio de la oscuridad, no era como los demás, ella estaba fuera de cualquier maldad, era un ser puro y brillante y él era el encargado de que ella siguiese brillando.

No le importaba morir en la peor de las muertes si lo hacía por ella.

-Pu...púdrete...en el...infierno-dijo con dificultad.

La cara de Orochimaru se contrajo de ira y lo enganchó por el pelo, obligándole a levantar la cabeza.

Los ojos del pelinegro ardieron cuando entraron en contacto con los de la réplica de Jesucristo en la cruz, más aún así no dijo nada. Se comió su dolor.

-No...di...diremos...na...nada-farfulló esta vez Naruto-mejor...ve-vete rezando...por...porque pron...to vas a...morir.

Orochimaru le soltó el pelo y se dirigió al altar.

Lo siguiente que Sasuke recordó fue una enorme cruz clavándose en su frente y después...

Nada.

-----------------

La pelirosa mantuvo su mirada clavada al frente.

Desde la ventana del carruaje de Tenten se veía el agreste paisaje de Alemania.

Era la primera vez que abandonaba Japón y estaría más ilusionada si el miedo no la carcomiese por dentro.

Sasuke ocupaba cada parte de su mente.

¿Qué le estarían haciendo?

Desde hacía dos días sentía un profundo dolor en el corazón aparte del suyo, era como si a través del Lazo Rojo sintiese el dolor de Sasuke.

Las lágrimas volvieron a rodar por sus mejillas.

A fuera el sol brillaba con intensidad en el cielo, como si se quisiese burlar de ella y de su infelicidad, achinó los ojos, echaba de menos sus gafas pero se las había dejado en Konoha y tendría que aguantarse.

Cansada de ver que el mundo seguía su curso sin importarle lo que estaba pasando volvió a mirar hacia el frente.

Hinata estaba sentada delante de ella.

Sakura nunca la había visto tan destrozada, era como un autómata.

Estiró su mano y agarró la de su amiga, Hinata se la apretó con fuerza.

-No voy a ser capaz de hacerlo-se derrumbó la pelirosa-no puedo fingir tranquilidad y menos delante de la que puede ser la culpable de esto.

-Es la única forma de ayudarlos-dijo la peliazul más para si misma que para su amiga.

La pelirosa estaba aterrorizada, estaban solas, solas en el extranjero de camino a la casa de una mujer que lo más probable era que quisiese acabar con ella.

Pero tenía que ser fuerte, tenía que salvar a Sasuke.

-¿Cómo crees que será?-preguntó Hinata.

-No lo sé, solo sé que es malvada.

-Todo es aterrador-murmuró la peliazul-es como una vuelta a la Edad Media.

Era cierto, si algún humano las llegase a ver en ese momento pensaría que estaban sacadas de una película de la realeza del siglo XV.

Llevaban vestidos dignos de nobles de aquella época.

El de Sakura era de terciopelo verde esmeralda con ribetes de oro a la altura del pecho y hombreras y cordeles blancos.

Se sentía extraña con las ligas y las calzas que llevaba bajo el cancán y la falda pero no eran incómodas.

El problema era andar, con aquellos zapatos negros de tacón y con la falda arrastrando por el suelo era prácticamente imposible.

Del cuello le colgaban dos pesados colgantes de plata y zafiros, la plata para prevenir contra los lobos.

Y en el pelo llevaba una tiara de oro y diamantes.

Todo pertenecía a Tenten.

Hinata en cambio iba vestida más austeramente, tal como debía una dama de compañía.

Llevaba un vestido azul oscuro y blanco de lino a juego con los guantes de ganchillo blanco, era igual de vaporoso que el de la pelirosa pero sin duda menos ostentoso y más cómodo para andar.

Los zapatos eran negros y planos y como joyas llevaba únicamente una gargantilla de plata.

El pelo lo llevaba recogido en una coleta.

Y el carruaje...bueno sin duda era un par de siglos más moderno que las ropas.

-Alteza imperial, estamos llegando-dijo el cochero desde afuera.

Sakura se secó las lágrimas, tenía que ser fuerte.

El corazón empezó a latirle desbocadamente y la ansiedad se adueñó de su cuerpo...

El carruaje se paró.

-¿Estarás conmigo?-le preguntó a su amiga.

-No me moveré de tu lado...

Las dos se agarraron de la mano y bajaron del carruaje con la ayuda del cochero.

El castillo aún quedaba lejos, pero al estar en la cima de una colina el carruaje no podía llevarlas hasta arriba.

-Gracias cochero, sus caballos son impresionantes-agradeció la pelirosa.

En realidad el cochero era un primo hermano de Eishel y había encantado a los caballos para que estos fuesen más rápido.

El hombre se despidió con una reverencia y luego regresó al carruaje mientras ellas comenzaban la ascensión.

-¿Y si los tiene encerrados ahí dentro?

-No los tiene.

Sakura registraría el olor de Sasuke aunque estuviese a treinta quilómetros de ella, pero allí no había ni rastro de él.

-A veces me olvido de que soy un vampiro-susurró Hinata avergonzándose de su pregunta infantil.

Sakura no contestó, ella en cambio era incapaz de olvidarlo.

No tardaron en llegar a la cima.

Realmente era un castillo espectacular.

La torre colmada de almenas ofrecía un aspecto aterrador para todo aquel que tiempos atrás hubiese querido invadir el lugar.

El castillo estaba rodeado de una sólida pero desgastada muralla que se perdía más allá de los confines del castillo.

Entonces recordó que en el interior de algunos castillos había por lo general dos pequeñas aldeas.

No tuvo tiempo de seguir pensando ya que la puerta levadiza de la muralla se abrió después del chasquido de las oxidadas cadenas.

Tras la puerta aparecieron dos personas, una mujer y un hombre.

Sakura reconoció a Itachi de inmediato, su parecido con Sasuke era espectacular.

Llevaba puesto el uniforme de la Guardia Real y el pelo negro recogido en una coleta ofrecía un aspecto imponente y amedrentador.

Pero la que realmente helaba la sangre era la mujer.

Era alta, rubia y de ojos verdes claro, su piel era blanca como la nieve, era hermosa, pero de ese tipo de hermosura letal.

Vestía al igual que ella solo que con un vestido completamente blanco y estaba cargada de joyas de oro.

Soltó la mano de Hinata y caminó hacia la Reina con la peliazul un paso atrás de ella, tal y como mandaba el protocolo.

-Es un placer conoceros majestad-su voz sonó como un témpano mientras hacía una leve reverencia, Hinata la imitó.

La cara de la mujer se torció en una dulce sonrisa que para nada concordaba con sus malévolos ojos.

-Bienvenida Ojo-sama.

Su voz dulce y tranquila hizo que el corazón de la pelirosa se acelerase de miedo, toda ella rezumaba maldad.

Itachi se acercó a ella y la saludó con una reverencia.

-Alteza real, sois realmente igualita a vuestra madre.

Sakura no lo miró, seguía mirando fijamente a los ojos de aquella mujer hasta que un destello en su cabeza la obligó a clavar la vista en la diadema de oro que llevaba.

Inmediatamente la furia se apoderó de ella, aquella diadema era la de su madre.

-Tenéis razón comandante-contestó gélidamente-pero veo que son otras las que gozan de su legado.

La cara de la Reina se torció en una mueca de ira pero en seguida la disimuló con una dulce sonrisa.

-Esta diadema pertenece a la Reina, como lo hizo siempre-dijo-pero no es momento de hablar de esas cosas ojo-sama, ¿puedo preguntar por qué no venía con vuestro guardián? no creo que esta renacida lo sea.

Hinata miró preocupada a Sakura, pero esta no se movió ni un pelo.

¿Cómo se atrevía esa mujer a hacerle aquella pregunta? deseaba matarla allí mismo.

-Surgió un imprevisto del que después hablaremos Majestad, en cuanto a Hinata, es mi dama de compañía, amiga mía desde que soy pequeña, es de total confianza.

Realmente Hinata admiraba como la pelirosa llevaba la situación, estaba destrozada pero no se encogía ante la mirada de aquella horrible mujer.

-Entonces será mejor que me sigáis hasta mis aposentos, allí hablaremos tranquilas.

Los cuatro entraron dentro de la muralla y Sakura se quedó impresionada con lo que vio.

Era como haber retrocedido varios siglos en el tiempo.

La gente andaba de un lado a otro, campesinos mezclados con oficiales de la Guardia Real.

Había puestos de mercado y ni el más mínimo rastro de que esos seres vivían en el siglo XXI

Pero lo que más le sorprendió e indignó fue la pobreza.

Un niño mendigo la miraba desde el suelo con ojos cargados de tristeza.

Las lágrimas vinieron a sus ojos y tuvo que llevarse una mano a la boca para no sollozar.

La gente sonreía y hacía reverencias a su paso.

Que diferencia entre Konoha y aquello.

¿Cómo podía la Reina permitir aquello?

La mujer se paseó entre la multitud como si estos no existiesen y entró en el castillo como si nada.

Caminaron por largos pasillos llenos de guardias que no dejaban de hacer reverencias hasta que llegaron a lo que debía ser el despacho de la Reina.

-Itachi y Hinata-san deben quedarse aquí fuera.

Hinata miró con horror a Sakura, dejarla a solas con esa mujer...

-Hinata espera aquí-dijo la pelirosa tranquila-no tardaremos.

La peliazul no dijo nada.

Sakura entró detrás de la Reina, con el corazón desbocado, estaba muerta de miedo y no sabía si sería capaz de hacer lo que tenía pensado.

Hacer un trato con la Reina.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
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Greenie Desconectado
« Respuesta #17 en: Julio 02, 2011, 12:28 pm »

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« Respuesta #17 en: Julio 02, 2011, 12:28 pm »
Holaaaaaaa!!
Me encantooooooo el capi ^^.... ¿Que pasara con Naruto y con Sasuke? :S.... esa reina es una arpia de primera ¬¬
Ojala todo este bien, esperare con ansias la conti ^^
un beso
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


Dresti Desconectado
« Respuesta #18 en: Julio 04, 2011, 02:44 pm »

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Re: [+18]*Poisonous Blood: 1.Renacer*[S&S]
« Respuesta #18 en: Julio 04, 2011, 02:44 pm »
19.

El despacho de su majestad era la estancia más grande que Sakura jamás hubo visto anteriormente.

Parecía sacado de un cuento de reyes medievales.

Había una enorme mesa rectangular de madera situada en el medio de la estancia, quedando de espaldas a una ventana grande de medio punto que no tenía cristal y por la cual entraba constantemente una suave brisa que hacía zarandear las finas cortinas de tela azul.

En cada pared había una puerta de madera maciza que debían trasladar a uno a cada ala del castillo.

También había una biblioteca enorme y entonces Sakura supo cuan aferrada estaba esa mujer a la época en la que había nacido.

Ni siquiera había algo que perteneciese a una época más tardía que 1400.

Se sentía completamente extraña, supuestamente ese era su mundo pero ella estaba lejos de sentirse integrada.

¡Venía del mundo de la tecnología y aquello parecía un agujero en el tiempo!

-Disculpadme si os sentís fuera de lugar ojo-sama-interrumpió la Reina volviéndola a la realidad-comprendo lo extraño que es para vos el hecho de entrar en una época a la que no pertenecéis.

Sakura se obligó a ocultar el escalofrío que le recorrió la espalda y a no mirar las gárgolas que la observaban desde todos lados.

-No me siento para nada confusa majestad, la razón de esta reunión es la misma tanto en la Edad Media como en el mundo actual, un simple cambio de inventario no me va a asustar-contestó en el tono más neutral del que fue capaz.

La mujer rubia sonrió y se sentó en la trona de piedra anclada al suelo detrás de la mesa.

Sakura la imitó sentándose en una de madera.

Las dos se midieron durante un segundo con la mirada.

La pelirosa estaba furiosa, ya no solo el hecho de la situación sino por el modo de vida que esa mujer les obligaba a llevar a sus súbditos.

-Me sorprendéis ojo-sama-dijo la Reina-la mitad de la gente que conozco estaría asustada frente a esta situación.

-La mitad de la gente que vos conocéis majestad no llega ni a tener una pizca de la sangre real que yo tengo y ahora os agradecería que entrásemos en el tema, yo también tengo algo que discutir con vos acerca de una situación muy precaria.

La Reina alzó las cejas ante el atrevimiento más no dijo nada.

-Está bien, creo que no es necesario explicaros la situación en la que vivimos con nuestros hermanos los Sombra, veo que estáis enterada de más cosas de las que yo pensaba.

Sakura pasó por alto el tono hostil que se escondía en la voz de la mujer.

-Los Sombra tienen castigado a Japón-continuó-no podemos pasarlo por lato ya que es uno de los países más importantes del imperio y por eso me vi forzada a llegar a un trato con Demetrio.

-Entregarle Hokkaido, y por eso estoy yo aquí.

La Reina sonrió de medio lado.

-No me parece una solución-dijo la pelirosa-lo único que conseguirá haciendo eso es que ellos tengan más territorio y se hagan más fuertes, personalmente me parece imposible que Demetrio deje de atacar todo Japón porque le cedemos una simple isla al norte, sin contar que es la isla más fuerte desde un punto de vista militar.

La Reina restalló en rabia pero se controló.

-¿Qué queréis decir con eso ojo-sama? ¿Qué estoy vendiendo la victoria al bando contrario?

Sakura no desvió su mirada ni un ápice de la de ella.

Con eso se estaba saltando todas las reglas de trato social pero no le importaba, ella estaba allí por un motivo concreto.

-Lo que quiero decir es que un grupo de Sombra han entrado en la casa de mi guardián y lo han secuestrado, eso es lo que quiero decir.

Ni un rastro de emoción alguna apareció en los ojos de la mujer y Sakura se obligó a quedarse quieta para no lanzarse a su cuello y gritarle que le devolviese a Sasuke.

-No se me había informado de eso-se limitó a contestar-pero no entiendo que tiene que ver eso con la cuestión que nos ocupa.

Sakura se quedó estupefacta, esa mujer trataba la vida de Sasuke como si se tratase de algo sin la menor importancia.

-Tiene que ver a lo poco que se encuentra protegido mi país, a eso tiene que ver, no es normal que una horda de Sombra circulen por la calle como el que se va a dar un paseo, ¿dónde está la Guardia Real en esos casos? ¿Qué está haciendo el ejército que no se da cuenta de que el enemigo se le escapa?

La Reina se levantó de su silla y dio un fuerte golpe en la mesa con cara contraída en odio.

-¡Nadie cuestiona como manejo yo mis Reinos por muy hija de quién seas!

Sakura también se puso de pie.

-No se trata de quién es o no es el rey, la gente muere majestad, y un rey sin reino no es nada.

El corazón de la pelirosa latía desbocadamente por el miedo, esa mujer podía hacerla papilla si le daba la gana pero no podía demostrar debilidad no cuando se jugaba la vida de Sasuke y la de Naruto.

-Entonces, ¿qué sugerís, ojo-sama?

-No estoy de acuerdo con algunas cosas, eso es cierto, pero estoy dispuesta a hacer un trato.

La Reina la miró con interés.

-Yo la apoyaré en su campaña en Hokkaido si usted habla con Demetrio y consigue que me devuelvan a Sasuke y a Naruto.

La cara de la Reina se avivó de interés.

-¿Por qué tanto a cambio de un guardián y un renegado? bien es cierto que Sasuke es muy bueno en su trabajo pero siempre me ha desobedecido y mejor no entrar en detalles con respecto a Naruto, no estoy en el deber de ayudarlos.

Sakura se enfureció y siseó dejando entrever los colmillos.

-Yo tampoco estoy en el deber de ceder ante vuestra idea de regalarle Hokkaido a Demetrio, vos decidís majestad, solo firmaré el tratado cuando tenga a Sasuke y a Naruto delante de mí.

La sonrisa de la rubia se esfumó y se contrajo en una expresión llena de cólera.

-De acuerdo ojo-sama, se hará como queráis, ahora si me disculpáis tengo asuntos que atender.

Sakura realizó la reverencia estipulada y salió del despacho.

-¿Sakura-sama?-preguntó Hinata al ver a su amiga parada junto a la puerta con la cara pálida y el cuerpo temblando.

Una vez pasado el mal trago el miedo se había adueñado de ella, dejándola paralizada.

Sintió como Hinata la abrazaba y le acariciaba la espalda para reconfortarla.

Ella lloró amargamente en el hombro de su amiga.

-Te llevaré a nuestra habitación, Itachi-san me dijo que estaba en el segundo piso en la primera puerta.

-¿A dónde fue él?-preguntó la pelirosa más calmada mientras seguía a Hinata hacia la escalera que se veía al fondo.

-No lo sé, se fue sin decir nada después de que entrases con la Reina, este sitio es horrible, estaba muy asustada Sakura, ¿de qué hablasteis?

La pelirosa negó, a pesar de que allí solo veía los aterradores cuadros que colgaban de la pared, no pensaba que estuviesen solas así que era mejor no decir nada.

-Cuando lleguemos a nuestra habitación.

Subieron las escaleras en completo silencio hasta que Hinata le indicó el cuarto que habían preparado para ellas.

Las dos se quedaron mudas de asombro, era precioso y espacioso.

Estaba muy iluminado aunque las vidrieras de las ventanas impedían que los rayos solares dañinos para los vampiros invadiesen la estancia.

Había dos camas, una en un lado del cuarto y la otra en el lado opuesto.

-¿Alguna vez habías dormido en una cama tan fina y con dosel?-preguntó la pelirosa.

Hinata negó, aquella riqueza era más que lo que ella alguna vez hubiese visto.

Después de inspeccionar el cuarto ambas se sentaron juntas en la que habían decidido que sería la cama de Sakura.

-Esa mujer es horrible Hinata-empezó a hablar-ni siquiera sé como logré hablar con ella.

Su amiga la abrazó.

-¿Y al final que hará Sakura?

-Hemos hecho un trato, si ella me devuelve a Sasuke y a Naruto vivos yo le daré mi permiso de darles a los Sombra la isla de Hokkaido-contestó-pero no me fío Hinata, esa mujer es horrible y ahora no dudo de las advertencias de Tenten y de Sasuke, esa mujer es mala.

-Lo sé, pero no te preocupes, no estás sola, y ahora nos devolverán a Sasuke y a Naruto, ellos sabrán que hacer.

--------

Sasuke tiró por enésima vez de las cadenas que lo mantenían sujeto a la pared.

Los habían dejado prendidos al muro exterior de las mazmorras.

Era un día frío y hacía poco acababa de llover.

-¿Alguna idea para soltarnos de aquí?-preguntó Naruto.

-Si la tuviera ya la habría puesto en práctica dobe-rezongó-¿no eras tú el brillante comandante?

-Estas costumbres no son de mi época, los monjes te apresaron a ti no a mí.

Eso era cierto, él estaba más familiarizado con estas cosas.

Naruto siempre se las había arreglado para escapar de la inquisición y no había sufrido la tortura de ningún monje.

Sin embargo Sasuke las había sufrido todas.

-Oh, genial-bufó Naruto al ver que el pelinegro no contestaba.

-Que haya vivido mi etapa humana en esta época no quiere decir que sepa como deshacerme de esto, estúpido-contestó-no es como tú, que en vez de ser el castigado eras el castigador.

Naruto sonrió diabólicamente.

-Pero nunca até a nadie con grilletes, nosotros utilizábamos el potro y luego la cruz de madera.

-Hmp.

Sasuke estaba frustrado, ninguno de los dos sabía como soltarse de esa mierda de pared y el tiempo corría, Sakura estaría ahora sola con la Reina, ese pensamiento bastó para calentarle la sangre por completo y empezar a removerse de nuevo.

Tenía la mayor parte del cuerpo quemada, por la incesante cantidad de agua bendita que le habían echado por encima y la boca llena de ampollas de cuando le habían obligado a rezar. Pero aún así aquello no era suficiente para detenerlo, él debía salir de allí, protegería a Sakura aunque eso significase la muerte para él.

El aire se cargó de un olor vicioso cuando Orochimaru salió al exterior de las mazmorras.

-¿Tomando el sol, chicos?-preguntó divertido.

-En realidad estaba relajándome mientras pensaba que sería lo siguiente, ¿el potro o la doncella de hierro?-preguntó Naruto-aunque para que mancharte las manos, igualmente no te diremos nada.

Orochimaru lo ignoró y miró a Sasuke con odio.

-La zorra de tu novia ha hecho un trato con nosotros, ella nos entrega Hokkaido si os devolvemos con vida.

Sasuke se esforzó por no suspirar de sorpresa y alivio al saber que ella estaba bien y en parte porque lo reconfortaba saber que se preocupaba por él, pero eso no estaba bien, aquello era un movimiento muy peligroso.

-Si vuelves a hablar así de ella te desgarro imbécil-rugió.

Orochimaru sonrió.

-Si, me encantaría que nos conociésemos un poco más pero es hora de que vuelvas con ella, son órdenes de Demetrio.

-------------

Era de noche cuando alguien llamó fervientemente a la puerta del cuarto de Sakura y Hinata.

-¡Ojo-sama, su majestad os espera en la entrada, Sasuke y Naruto están aquí!

Aquello fue suficiente para que Hinata y Sakura se lanzasen hacia la puerta y quedasen enfrente de un exhausto y feliz Itachi.

Sakura se sorprendió al verlo así, ella pensaba que el Uchiha mayor no se preocupaba por Sasuke pero aquello desmentía su opinión, Itachi estaba que no cabía en sí de gozo.

Las dos no esperaron ni un minuto más y echaron a correr escaleras a bajo hacia la entrada.

La Reina las esperaba abajo y al lado de ella estaban ellos dos.

El corazón de Sakura amenazó con salírsele del pecho al ver el estado en el que estaban.

Tenían las ropas rotas y horribles quemaduras por todo el cuerpo, aunque estas ya estaban empezando a sanar.

Los ojos de Naruto relucieron cuando vio a Hinata y ambos se abrazaron y para sorpresa de la pelirosa Hinata le estampó un caliente beso en los labios a Naruto, quien no dudó en corresponderla.

Más ni ella ni Sasuke se movieron, ellos no podían hacer eso en público o sino morirían.

El dolor la invadió cuando vio la necesidad de Sasuke de consuelo en su cansada vista.

La Reina se acercó a ella y le tendió un papel.

-Ahora debéis firmar el tratado tal como prometisteis.

Sakura firmó rápido y luego miró de nuevo a Sasuke.

-Necesito hablar con mi guardián majestad, nos vemos más tarde, Uchiha sígueme.

Con el corazón martilleando fuertemente salió del castillo con él a escasos metros de distancia.

Quería abrazarlo pero sabía que debía esperar a alejarse lo suficiente del lugar y así poder estar con él sin temor a que nadie los viese.

Sasuke la seguía con apremio.

Estaba feliz de que nada le hubiese pasado y por volver a estar con ella, olor su suave aroma y ver una vez más lo hermosa que era.

La pelirosa se adentró en un bosque y hasta que no estuvieron rodeados por kilómetros de árboles ella no se detuvo.

Usando su velocidad se giró y se acurrucó en los brazos de él, llorando a mares y repartiendo besos por cada trozo de piel del pelinegro que encontraba.

Él correspondió al abrazo.

-Tenía tanto miedo-susurró ella-prometiste que no me dejarías Sasuke y mira lo que te han hecho.

-No es nada-dijo él con los ojos cerrados.

-¡Casi te matan!-exclamó-no descansaré hasta que vea la cabeza de esa zorra en una bandeja.

Él sonrió y no aguantó más sin besarla, sin sentir ese néctar que era su boca y que curaba todas sus heridas.

-Tú no harás nada, seré yo el que la mate por haber hecho esto, tú te mantendrás a salvo.

-Pero...

Volvió a ser callada por los hambrientos labios del pelinegro y entonces fue consciente de una cosa.

Sasuke tenía sed, su boca estaba demasiado seca.

-No te han alimentado-dijo ella.

Él agachó la cabeza y no dijo nada, no era necesario preocuparla.

Entonces ella hizo algo que lo dejó de piedra.

Se apartó el pelo del cuello y se lo ofreció.

-Bebe.

-No puedo, eres una sangre pura.

-¿Ya estamos otra vez con esa tontería? tienes sed Sasuke y yo quiero que te alimentes así que bebe.

-Te mataré, la sangre de otro vampiro es una droga para nuestra especie, si te mato no habrá vuelta atrás, seré un sombra y te asesinaré cruelmente.

Ella le sonrió dulcemente.

-Yo confío en ti y sé que no beberás más de lo necesario, ahora bebe.

Los ojos de Sasuke se clavaron en la fina piel de su cuello y la necesidad lo abrumó.

La agarró de los hombros y la atrajo hacia él clavándole los colmillos.

Lejos de lo que ella pensaba aquello no le dolió ni le resulto repulsivo, era un acto de amor de ella hacia él y estaba feliz de ayudar a Sasuke.

Lo abrazó por la espalda y escondió la cara en el hueco de su cuello.

A cada trago que bebía Sasuke sentía la necesidad de beber más, aquella era la sangre más exquisita que había probado en su vida y no quería parar nunca.

-Sasuke, tienes que parar ya-escuchó una voz.

No hizo caso.

-Sino paras Sasuke te convertirás en un sombra y yo moriré.

Las dos últimas palabras calaron hondo en su corazón.

Tenía que soltarla, no quería matarla, ella era Sakura, la cosa más preciada que tenía en el mundo.

Luchando contra su bestia interior la soltó y la miró a los ojos.

Ella le sonrió y con los labios fue retirando los restos de sangre que quedaban en su cara.

-Casi te mato.

-Pero no lo has hecho y yo estoy feliz de haberte ayudado Sasuke, no arruines el momento.

Antes de que él pudiese decir nada ella aprisionó sus labios y lo obligó a tenderse en el suelo, con ella encima.

-Déjame que cuide de ti-le susurró en el oído.

Sasuke observó embelesado como ella empezaba a desabrocharse el complicado vestido y como su cuerpo empezaba a encenderse, ella era preciosa.

Ella se deshizo de su vestido quedando en ropa interior y luego volvió a colocarse en cima de él.

Lo besó dulcemente en la frente, los ojos y la mandíbula mientras que con las manos recorría todo su cuerpo.

Sasuke estaba abrumado por la ternura que había en sus caricias, la manera en que ella le demostraba que él era importante para ella.

Sakura bajó hasta su cuello mientras empezaba a restregar su intimidad con la de él.

Eso lo volvió loco y no pudo evitar gemir, ella sonrió mientras bajaba hacia su pecho.

Sasuke se quedó sin aire cuando sintió los colmillos de ella rozándole los pezones mientras sus manos lo tocaban por encima del pantalón.

Él actuó por propio instinto y le envolvió la espalda con las manos, acercándola más a él.

Era una situación extraña, él les había hecho el amor a muchas mujeres pero nunca una se lo había hecho a él y menos de la forma en la que Sakura lo hacía.

-Mmm-gruñó cuando ella metió la mano por debajo del pantalón y lo tocó mientras que con la lengua lamía su ombligo.

Sakura estaba completamente entregada a lo que hacía, él siempre cuidaba de ella y era hora de que ella le devolviese el favor.

Le desabrochó los pantalones lentamente para dejarlo en bóxers.

Se sonrojó al ver el enorme bulto debajo de la tela pero aún así no se rindió, le quitó también los bóxers y lo dejó expuesto ante ella.

Sasuke gimió fuerte cuando la lengua de ella comenzó a jugar con su miembro.

Demonios, aquello era lo mejor que había sentido en toda su vida.

Sakura recorrió toda la extensión de él con a lengua mientras Sasuke le agarraba la cabeza con las dos manos, lo miró y se enorgulleció al verlo con los ojos cerrados, disfrutando de lo que ella le hacía.

Si Sasuke creía que aquello era lo mejor que ella podía hacerle realmente superó todas sus expectativas cuando se metió su miembro en la boca, juró que había visto las estrellas.

Con necesidad apremiante tiró de ella hacia arriba y la besó con furia y necesidad.

Sakura alzó sus caderas y se auto penetró de una haciendo que ambos gimiesen en los labios del otro.

Él dejó sus labios para ocuparse de sus pezones mientras ella seguía con las penetraciones.

La ayudó con sus manos penetrándola más fuerte y Sakura gritó al llegar a su orgasmo, con dos estocadas más Sasuke echó la cabeza hacia atrás y llegó a su clímax.

Con la respiración entrecortada ella se derrumbó sobre él, buscando el calor de su cuerpo y dándole un tierno beso en el hombro.

-Las heridas están curando-dijo aliviada.

-Es por tu sangre, es más fuerte que la mía y me ayuda a curarme, gracias.

Ella le sonrió y se pegó más a él.

-No me des las gracias, yo por ti me moriría Sasuke, no sabes lo mal que lo pasé, no permitiré que te hagan nada otra vez.

Él sonrió de medio lado.

-No hace falta que me protejas, ellos querían que les dijese donde estabas para matarte, pero ya saben que pueden hacerme lo que quieran que nunca te entregaré, tu...

Las palabras se le atragantaron en la boca.

-Tú, Sakura eres...eres mi vida-susurró.

-Ya lo sé-contestó ella-pero ni pienses que me quedaré de brazos cruzados ¿eh? si alguien vuelve a lastimarte se las verá conmigo.

La pelirosa le dio un beso y luego se levantó para vestirse, él hizo lo mismo.

-Debemos volver a dentro no tienes camiseta y enfermarás-dijo ella.

Él negó.

-Personalmente no quiero pillar a Naruto y a Hinata haciendo a saber que cosas, en la entrada casi se comen uno al otro.

Sakura se echó a reír.

-Entonces vayamos a dar un paseo.



20.

Naruto y Hinata caminaban por la extensa llanura que rodeaba el castillo bajo la clara luz de la luna.

Ninguno había sido capaz de decir nada al otro desde que se habían besado en el vestíbulo del edificio principal.

Él iba delante por lo que Hinata era capaz de ver las innumerables heridas y quemaduras que le atravesaban la piel. Se llevó una mano a la boca intentando contener los sollozos al imaginar todo el daño que le habrían hecho, ¿qué mundo tan cruel era éste? los malditos sombra deberían pagar por todo lo que le hicieron.

Naruto suspiró tranquilamente y se giró hacia ella, estaba hermosa con aquel vestido que la hacía parecer una princesa, sonrió y extendió una mano para rozarle la mejilla. Ella era una joya demasiado preciosa para que alguien la lastimase y se maldijo una y otra vez porque ahora lloraba por culpa de él.

-¿Me perdonas Hinata-chan?-susurró-al parecer todo lo que quiero acaba siendo lastimado.

El tono en que pronunció aquellas palabras hizo que el corazón se le encogiese, ¿por qué le pedía perdón si era ella la que tenía que disculparse por haberlo besado?

-Deberías alejarte de mí-dijo él-ya ves lo que le pasa a la gente de mi alrededor, fue mi culpa que nos cogiesen a Sasuke y a mí, no debería haber ido a esconderme a su casa, y en cuanto a Idel...estoy maldito.

Hinata no pudo evitar sonreír ante el juego de palabras.

-Creo que todos estamos malditos Naruto-kun-contestó-además estás equivocado, no eres tú el que trae mala suerte, sino yo.

El rubio alzó las cejas, ¿cómo ella podría traer mala suerte?

-Todo me sale mal, yo tendría que haber sido una mujer lobo y lo único que soy es una inútil neófita a la que su familia no quiere y que no soy más que una carga para Sakura y Sasuke-kun, y para ti.

La peliazul agachó la cabeza y dejó que las lágrimas escurriesen por su cara, ella nunca podría aspirar al amor de un noble porque era una vulgar renacida con sangre de licántropo en las venas, ella sabía muy bien que era repulsiva para los de su raza porque odiaban todo cuanto venía de los hombres lobo.

-Tú no eres ninguna carga Hinata-chan-aseguró él-más bien piensa lo que hubiese pasado conmigo después de la muerte de Idel si tú no llegases a estar conmigo, me hubiera vuelto loco, yo soy la carga ¿entiendes? yo soy el peligroso, soy un desterrado y fíjate donde estoy, en la cumbre de la realeza, acabo de salir de un lugar horrible para meterme en otro peor, tú al menos estás fuera de eso.

Hinata sonrió tristemente.

-No te equivoques Naruto-kun, tú no has visto como me miran los demás, les soy repugnante porque saben de donde vengo, ¿crees qué no lo veo en sus miradas? solo me tratan bien porque mi creadora es la princesa Serim, solo porque vengo con ella sino tú mismo sabes lo que me hubieran hecho-dijo llorando cada vez más fuerte-me habrían echado a la hoguera, Eishel-san me lo contó, yo soy la peligrosa, yo nunca seré como Idel-sama, por eso yo nunca podré...

La frase de Hinata se cortó a la mitad agachando aún más su cabeza, no podía decírselo, no quería ver el rechazo y el desprecio en los ojos de Naruto, lo soportaba de los demás pero de él no.

-¿Qué es lo que no podrás, Hinata?-preguntó él.

Naruto la miraba fijamente mientras ella lloraba aún más fuerte, no le gustaba verla llorar, le hacía incluso más daño que el agua bendita quemando su piel.

-Dímelo Hinata-chan por favor-le pidió.

Quería saber que era lo que tanto daño le hacía.

-Yo...yo...-tartamudeó ella sin mirarle-yo nunca podré esperar que tú me ames Naruto-kun.

Las palabras fueron un leve susurro más aún así impactaron de lleno en los oídos de Naruto que fue incapaz de decir o hacer algo mientras su corazón amenazaba con salírsele del pecho.

Al ver que él no contestaba ni hacía nada se entristeció aún más, debía haberse callado pero ahora ya no importaba, lo había dicho todo.

-Yo sé que sigues amando a Idel-sama y que yo ni siquiera puedo competir con ella aunque esté muerta, yo te amo pero...

No pudo acabar, Naruto se había movido a la velocidad de la luz hacia ella y ahora sus labios se movían sobre los de Hinata en un lento beso. La peliazul se quedó sin aire por un momento pero luego poco a poco fue cerrando los ojos y envolviendo el cuello de Naruto con sus brazos.

El rubio solo era capaz de pensar en lo que ella le había dicho. ''Te amo'', esa frase sonaba una y otra vez en su cabeza, nunca nadie se lo había dicho, ninguna mujer con la que había estado, ni siquiera Idel, pero Hinata...ella había visto lo peligroso que era estar con él y las pocas esperanzas de vida que tenía y aún así ella lo amaba.

Pero lo más importante era que él también la amaba a ella, nadie nunca le había dado lo que Hinata en esas dos semanas, compañía, comprensión, cariño y...amor.

-Es cierto que no eres igual que Idel-dijo separándose de ella y mirándola a los ojos.

Una punzada de dolor atravesó a Hinata al saber lo que vendría a continuación y dos lágrimas escaparon de sus ojos.

-Tú eres mucho mejor que ella-le susurró al oído-te quiero, que digo te quiero, te amo.

El corazón de Hinata se paró mientras ella procesaba la información, ¿en verdad aquello que acababa de oír era cierto? pero ella...

Naruto la miró con una determinación que la dejó sin defensas.

-No dejaré que nada malo te pase y si alguien más vuelve a mirarte mal o te hacen algo los mataré-aseguró con una voz cadavérica.

La cabeza de la peliazul daba vueltas y en su cara se dibujó una sonrisa al ver que era cierto lo que Naruto le decía, él la quería.

El rubio se sonrojó al ver la forma en que ella le miraba.

-Joder, si Julio César me viese en estos momentos sería el hazmerreír de toda Roma-murmuró.

Escuchó el sonido más hermoso que sus oídos habían captado en sus casi dos milenios de vida, Hinata se reía.

-A él probablemente le daría igual-dijo entre risas.

Él también se río.

-Probablemente me fulminaría con la mirada y diría: ''Nunca debes mostrar debilidad ante una mujer''-dijo en latín.

Se quedó callado al darse cuenta de que después de tantos años había vuelto a hablar en su lengua natal, eran extrañas las cosas que le pasaban cuando estaba con ella.

-¿Y eso qué quiere decir?-preguntó la chica.

Naruto hizo la traducción.

-Ya sabes el concepto que se tenía antes de las mujeres, me avergüenza pnsar que yo antes era uno de esos.

-Eráis crueles-dijo ella.

Él se encogió de hombros.

-No conocíamos otra cosa, pero puedo decirte que yo nunca me propasé con ninguna, soy un hombre de honor y cuando quieras te lo demuestro.

Hinata volvió a reírse mientras Naruto la besaba de nuevo.

Estuvieron así durante varios minutos, era magnífico que siendo vampiro uno no tenía la incesante necesidad de tomar aire cada dos por tres.

Las manos de Naruto empezaron a ascender y descender por la espalda de Hinata en un rítmico y pausado movimiento hasta detenerse en los cordones los cuales fue quitando poco a poco.

Hinata debería sentirse escandalizada ante tal hecho porque sabía muy bien lo que aquello significaba, pero lejos de lo que ella pensaba estaba muy tranquila y lo único que hizo fue pegarse más a Naruto.

Los dedos del rubio acabaron de desatar los cordones del vestido, que al estar sin sujetar cayó al suelo, dejando a Hinata solamente en ropa interior.

La abrazó contra él mientras la besaba en el cuello, donde podía notar como la sangre de la chica circulaba como un torrente, las manos temblorosas de ella en su espalda provocaron que un intenso nudo se le formase en la boca del estómago.

Por Venus aquello era delicioso.

Llevó sus dedos al cierre del sujetador y lo desabrochó mientras la acostaba debajo de él sobre la fina hierba.

Hinata mantenía los ojos cerrados mientras sentía la boca de Naruto en su cuello y sus manos acariciándola, eso sin duda alguna era lo mejor que había sentido en su vida, la respiración se le había acelerado y no podía controlar los jadeos que escapaban de su boca, no le importaba, ni siquiera le importaba el hecho de estar desnuda en frente de él, solo quería compartir su amor con el rubio.

Naruto fue descendiendo desde su cuello hasta uno de sus senos donde empezó a chupar suavemente el pezón, no quería hacerle daño a Hinata, solo quería que ella supiese cuan verdadero era lo que él le había dicho.

Un gemido escapó instantáneamente de la boca de la peliazul mientras seguía con los ojos cerrados, el cuerpo le ardía con cada lamida y caricia de Naruto, sentía como su razón la abandonaba y solo quedaba en ella las inminentes marcas de placer que él iba trazando por su cuerpo.

Naruto volvió a ascender para esta vez besarla apasionadamente. Una de sus manos bajó desde el seno de la chica hasta su parte más íntima, donde introdujo un dedo después de retirarle las braguitas.

El sonoro gemido de la ojiperla quedó sepultado en el cada vez más exigente beso del chico, torrentes de lava la inundaban mientras el movía su dedo incesantemente acariciando su clítoris y luego introducía otro. Si seguía tocándola así ella bien podría volverse loca.

Cuando creía que iba a estallar de placer Naruto retiró su mano.

-Hinata-llamó-yo...quiero que me mires mientras te hago mía.

Solo hasta entonces ella se dio cuenta de que había mantenido los ojos cerrados, haciendo caso de su petición los abrió y se quedó mirando al rubio.

Él se había alejado de ella para terminar de desvestirse, ya que no llevaba la camiseta desde el principio. Hinata vio como las gotas de sudor descendían por el cuerpo magullado del ojiazul y le atravesaban las heridas, aquello debía escocer pero a Naruto no parecía importarle, lo observó atentamente mientras él acababa de desvestirse y quedaba completamente desnudo ante ella.

Solo entonces un sonrojo apareció en su cara al ver que tan necesitado estaba él de ella. Entonces se puso nerviosa, Naruto era demasiado...no estaba segura de que aquello pudiese coger dentro de ella.

El rubio volvió a recostarse sobre ella mientras le abría las piernas con cariño.

-Yo...procuraré ir lo más despacio posible-le aseguró mirándola fijamente a los ojos.

Ella le sonrió y lo abrazó, sabía que Naruto nunca le haría daño intencionadamente y por eso confiaba en él.

El miembro del chico se fue abriendo paso a través de ella lentamente, dolía un poco pero Hinata era capaz de soportarlo. Naruto se detuvo cuando llegó a la barrera que la mantenía aún virgen, descendió y la besó mientras rompía el himen de una sola estocada.

Hinata se abrazó fuerte a él cuando el dolor atravesó su cuerpo.

Naruto no se podía creer lo bien que se sentía el estar dentro de la chica, necesitaba moverse ya pero fue paciente y esperó hasta que minutos después ella dejó de sentir dolor.

Hinata se aferró a la espalda de él cuando Naruto empezó a moverse dentro y fuera de ella. Todo el dolor que había sentido antes no era nada comparado con la tan exquisita sensación de placer que sentía ahora, incapaz de aguantar más se dejó llevar por la situación y los gemidos escaparon libremente de su boca acompañando a los del mismo Naruto.

Las piernas de ella estaban enredadas fuertemente a sus caderas mientras él aumentaba el ritmo de las penetraciones, sentía que no aguantaría ni un minuto más.

Escuchó como el cuerpo de Hinata se arqueaba y gemía fuerte llegando al orgasmo, él no lo soportó más y se unió a ella liberando toda su esencia en el interior de la chica.

-Naruto...-susurro entrecortado, cansada.

Él se hizo a un lado, saliéndose de ella, mientras la abrazaba.

-¿Estás bien?-preguntó preocupado al ver la sangre que cubría las hierbas.

-Si... ¿tú?

-Nunca había estado mejor-dijo él con una sonrisa.

Tras calmarse ambos un poco, él se vistió y luego le ayudó a ponerse el vestido a ella.

-¿Vamos a pasear? me parece que Sasuke y Sakura están algo ocupados y no sé si estarán en el cuarto-dijo el rubio con una sonrisa.

Ella asintió.

---------

A LA MAÑANA SIGUIENTE...

Sasuke y Hinata estaban ''desayunando'' tranquilamente mientras Sakura y Naruto iban a firmar un indulto temporal para el rubio.

Como ella era la única sangre pura del grupo solo la pelirosa podía conseguir que se dejase en paz a Naruto por un tiempo.

Ninguno hizo comentario alguno sobre lo sucedido la noche pasada.

-No me fío de la Reina Sasuke-kun-dijo la peliazul mientras tomaba un sorbo de sangre de su copa-verás...esto no se lo dije a Sakura para no preocuparla pero creo que tú debes saberlo, ayer mientras ella hablaba con la Reina tu hermano me dijo algo.

Sasuke la escuchó con atención.

-Alecto vino ayer antes de que llegásemos nosotras.

Sasuke casi se atraganta, ¿a caso esa mujer estaba loca? y luego ella lo había reprendido por ir solo al castillo de su padre.

-¿Y qué vino a hacer?

-Oficialmente venía a traer el tratado de paz que le cedía Hokkaido a los Sombra, al parecer la Reina ya daba por hecho que Sakura aceptaría su propuesta.

Bien, él ya se esperaba algo así, era muy propio de aquel monstruo y ahora las cosas estaban empezando a volverse claras.

-Pero después se reunió con tu hermano-continuó la ojiperla-Itachi no sabía nada de lo de tu secuestro y se enfureció.

Oh si claro, podía imaginarse cuantas lágrimas había derramado su adorado hermano por él.

-Le dijo donde os tenían secuestrados e Itachi mandó un escuadrón a escondidas de la Reina para que os rescatasen, así que aunque la Reina se negase a liberaros estaríais a salvo igualmente.

Vale, aquello si que lo sorprendió, Itachi nunca hacía nada a escondidas de la Reina, pero aún así aquello no bastaba para que dejase de desconfiar.

-Alecto es una imprudente-murmuró-no me fío de Itachi y ella lo sabe.

-No sé nada sobre lo que pretende tu hermano Sasuke-kun, lo que realmente me importa es lo que pretende hacer esa mujer con nosotros, si ella de todas formas no iba a mataros y solo quería utilizaros como moneda de cambio, ¿por qué no simplemente os encerró y ya?

Bien pensado, él no había llegado hasta ese punto. Esa mujer quería algo más y no era la ubicación de Sakura porque la pelirosa estaba con ella mientras los torturaban, ¿entonces que quería?

Una bombillita se encendió en su cabeza y la furia lo dominó.

-¡Será hija de puta!-bramó mientras salía del cuarto dejando a Hinata sola.

Recorrió los pasillos del castillo bufando y siseando en dirección al despacho real.

Bajó por las escaleras y siguió todo recto hasta ver a los dos guardias que custodiaban el despacho de la Reina, le daba igual, pasaría por encima de ellos si hacía falta.

Los guardias al ver el estado en que iba Sasuke le ordenaron que se parase pero al ver que este no lo hacía se lanzaron sobre él.

El pelinegro se los quitó de encima sin ningún esfuerzo y entró como una exhalación en el despacho.

La Reina estaba sentada tranquilamente en su trono de piedra y ni siquiera se dignó a mirarlo.

-¡Eres una zorra, Crimilda!-dijo él lanzándose a por ella.

Una llama de furia atravesó la mirada de la Reina.

-¡Cuidado con lo que dices Sasuke o lo pagarás caro!

El pelinegro pasó por alto su amenaza.

-¿Deberas pensabas qué ibas a conseguir lo que querías?

La Reina fingió una mirada de ignorancia.

-No sé de que me hablas, solo me limité a ordenar que os fueran a rescatar.

Sasuke siseó enseñándole los dientes.

-No me tomes el pelo-le advirtió-nos conocemos los suficiente para saber que tú nunca harías nada por el hijo de tu marido y su amante.

La cara de la Reina se contrajo de rabia y le enseñó los afilados dientes.

-Estás sellando tu sentencia de muerte bastardo.

-Tú has sellado la tuya desde que mataste a mi madre.

-Yo no lo hice.

Una carcajada escapó de la boca de Sasuke.

-Uno de tus perros cantó antes de que lo matase mientras volvía a reunirse contigo, desde ese día juré que te mataría y créeme que con esto que estás haciendo aceleras el proceso.

-No sé de que me hablas.

Sasuke se obligo a serenarse y no lanzársele al cuello y despedazarla.

-Tú mandaste secuestrarnos no para decirte donde vive Sakura, ni siquiera hacer un intercambio era tu objetivo real-gruñó el pelinegro-tú lo que querías era encontrar un punto débil para que ella se entregue a ti voluntariamente.

La Reina no contestó.

-Te equivocaste de persona Crimilda, ella no es débil como tú y nunca cometería las barbaridades que tú has hecho.

La Reina sonrió.

-Realmente estás equivocado con respecto a mí Sasuke, no me interesa eso que tú dices, lo único que quiero es acabar esta guerra.

Si claro, y él era un inocente estudiante de instituto que llevaba una vida humana normal.

-Es una advertencia Crimilda, en el momento que hagas algo no me importará quien seas y cuantos están de tu lado, te perseguiré hasta matarte.

Dicho esto, abandonó el despacho.

Regresó a donde Hinata y vio que Sakura y Naruto ya habían regresado.

-¿Dónde estabas Sasuke? Hinata dijo que te habías ido echo una furia maldiciendo a la Reina-dijo la pelirosa.

-Recoged las cosas, nos vamos de aquí ahora mismo-dijo el pelinegro.

-¿Qué ha pasado?-preguntó Naruto.

-Este sitio no es seguro, nos largamos ya.

Sakura se acercó a él y lo interrogó con la mirada.

-Esa mujer quiere matar a Sakura y si nos quedamos un solo minuto más ninguno podremos defenderla.

Eso fue suficiente para que reaccionasen y empezasen a recoger las cosas.

-¿Y a dónde iremos? no tenemos un carruaje que nos lleve hasta Japón-dijo la ojiperla-y no hemos traído suficiente dinero para coger un avión.

-Tengo una casa en Rumanía, pasaremos el día allí y mañana nos volvemos a Japón como podamos, cuanto más lejos de esa zorra mejor.
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta y luchar contra el miedo. El valiente nunca se rinde.

Si Justin Bieber amenaza con saltar de un edificio:
El 85% de personas entran en depresión
El 10% le dicen que salte
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Greenie Desconectado
« Respuesta #19 en: Julio 05, 2011, 05:18 pm »

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« Respuesta #19 en: Julio 05, 2011, 05:18 pm »
HOLAA!!
DRESTI-CHAN :D
ME ENCANTO LA FORMA EN LA QUE SAKURA LE HABLO A ESA "REINA"
JAJA HASTA QUE POR FIN NARUTO Y HINATA JUNTOSSS , QUE TIERNO :D
ESPERO CON ANSIAS LA CONTI, UN BESOO
¿Como puedo y Sin Embargo Eres Un Presumido y un Arrogante de Primera?, pero aun asi me encantas :D


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