Ah, un día más en mi vida universitaria; debo decir que me valdría tres hectáreas de verga si no tuviese que lidiar con los sentimientos de una adolescente llena de hormonas, es que solo a Miguel se le ocurre enviarme a mí de guardián de una chica menor de edad, la música en mis oídos me ayudaba un poco en la tarea de lidiar con lo que piensa esta chica, es solo que se deprime por todo, hasta por el maldito color de sus uñas ¡¿Saben lo qué es estar mirando tus uñas por veinte malditos minutos y sintiéndolas "feas"!? ¡Por Dios! Pero al menos estaba AC/DC para salvarme de caer en las locuras de una chica.
Y así entré a la primera de mis clases: Aritmética, nada mal, algún día me gustaría ser profesor, ¿saben? Todo eso de enseñarle a los demás me agrada, pero no cualquier profesor, mi meta es ser un gran profesor de renombre en metafísica y así probar que no soy un inútil que no sabe ni que hacer con su vida.
Me gustaba el clima de hoy, era frío, no había mucha gente así que nadie me molestaba en lo más mínimo y con Naruto en sus clases de contaduría (sí, el muy idiota le gusta los números y es bueno en ello), yo podía disfrutar de mis seis horas de clases corridas tranquilamente como un escape de tantos pensamientos.
Mientras la clase empezaba a tomar rumbo empecé a soñar de nuevo con la libertad que no podré tener jamás gracias a mis ideas de niño, pero al menos Miguel y Dios cumplieron con su parte a la perfección, mi madre nunca murió y se sanó completamente de su mortal enfermedad.
Incluso tuvo a Hiroy unos meses luego.
Miré por la ventana como el árbol de cerezos dejaba caer muertas sus hojas lentamente, era algo tan bonito, pero a nadie le diría eso en voz alta, no se vería ni masculino ni genial para alguien como yo. Me encontré pensando en mi nueva misión, quizás esta chica me daría algunas respuestas, si es que sabe quien es realmente, por que algo que he aprendido de Miguel es que jamás le revela a nadie sus verdaderos origenes; creo que le excita el dolor en el rostro de los demás.
Luego de la clase me fui directamente al comedor dispuesto a comer algo frito y lleno de grasas que taparían mis arterias lentamente hasta matarme de alguna enfermedad relacionada a mi mala dieta alimenticia; al llegar al lugar de repente el lugar se llenó de peso para mí al menos y un nombre pugnaba por salir de mis labios, no sabía como demonios pronunciarlo, pero sabía que quería hacerlo con todas mis fuerzas, quería gritar ese nombre a todo pulmón.
Así que simplemente lo dejé salir.
- Haruno Sakura...
Una pelirrosa volteó a verme, su cabello rosa natural caía muy por debajo de sus caderas, casi rozando con ese trasero en forma de manzana, llevaba un par de vaqueros ajustados, una camiseta blanca con detalles en rosa y unos dibujos de cerezas y esos ojos, ¡madre mía! ¡Vaya ojazos verdes se gasta!
- ¿D-dijiste mi nombre? - dijo ella mirándome, casi atrayéndome con esos ojos y yo ahí paralizado como un idiota
- Sí... eso creo, yo... Uhm... - vamos Sasuke, habla, tu puedes, que no se note que casi no hablas con chicas
- ¿Esto es otra de las bromas de Ino? - dijo frunciendo su lindo ceño, se veía adorable - Porque si es así, mataré a esa Inocerda...
- Yo... A-Ahm... Simplemente escuché tu nombre de un amigo cercano y... U-Uh... P-pensé en decir hola
- Oh - pareció calmarse - Bueno, hola, soy Sakura y tu eres Sasuke Uchiha, es un placer - dijo tendiendome la mano para estrecharla
Al momento de tocar su mano sentí una gran corriente electrica atravesandome de pies a cabeza, ¿quién es realmente esta chica?