Capítulo 3: Familia.
Lo sabía, si él lo sabía. No la reconoció por las publicidades. No porque fuese una modelo. Ella era la persona con la que había soñado la anterior noche. Ella era igual a su madre. Ella era… su verdadera hermana. Pero.. ¿Cómo? Por 38 años él había pensando que era hijo único. Jiraya y Tsunade jamás le habían dicho nada. ¿Cómo? Y lo más importante… ¿Por qué después de tantos años?
- Her-hermana? Kokona-san, es mi hermana? – preguntó todavía atónito Naruto – Tsunade-sama, ¿POR QUÉ NUNCA ME LO HABÍAS DICHO? Luego de la muerte de mis padres… de tanta protección… ¿Por qué nunca…? – la rubia apoyó su mano en el hombro de su hermano y lo miró afligida.
- Naruto, deja que te explique…
El uzumaki cerró el celular sin escuchar las disculpas que Tsunade le ofrecía. Giró bruscamente en torno a Kokona. Con un movimiento rápido la estrechó entre sus brazos y lloró con nostalgia. No sabía si decía la verdad pero estaba ofuscado, nervioso, furioso y triste. Lloró aunque sin saber muy bien cuanto. Luego levantó la vista y la miró hasta que de nuevo imaginó que era su madre. Imaginó que estaba viva, imaginó que todo había sido un sueño. Hasta que volvió a la realidad y recordó que su familia ya no estaba viva excepto por…
Mientras tanto en la Escuela central de Tokyo una joven castaña abrió su locker y tres cartas de amor cayeron instantáneamente. Tomó las cartas resignada, suspiró y las guardó en su bolso.
- Más cartas?
- Si, Mei-chan… Hoy son tres… de diferentes personas – Suspiró. Hoshiko era una chica muy linda que había sacado la alegría y ojos de su madre y el pelo rebelde de su padre, y tal vez uno que otro de sus gestos. Muchos chicos la admiraban, al igual que muchas chicas. Era muy inteligente, vivaz y linda. Todos dirían que era la chica perfecta… Luego de cambiarse los zapatos, se levantó y salió del establecimiento con su amiga.
- Hoshiko, Mei!! – Las llamó Yota a lo lejos – Vamos?
Mei y Hoshiko asintieron algo desanimadas.
- Pasó…algo? – preguntó tímido Hiroto
Hoshiko suspiró y subió la mirada para clavar sus preciosos ojos celestes en los del joven. Lo miró como esperando una respuesta. Pero él solo se atrevió a quitar sus ojos del paso y mirar para otro costado, lo que dejó muy decepcionada a la castaña.
- Ah erm ehmmm… - Mei sintió ese tenso momento e interrumpió – Hoy le llegaron tres cartas de diferentes admiradores… y solo es el primer día!
- Es… es que… NO SE CANSAN NUNCA DE ESCRIBIR ESAS COSAS?! – gritó de repente Hiroto.
Todos voltearon a verlo, hasta los profesores. Unos pajaritos cercanos echaron a volar y Hiroto se congeló al oír su propio gritó. El rubor cubrió todo su rostro, dejándolo del color de la sangre.
- Claro... ehm… lo digo solo porque a ti te molesta… No es verdad Hoshi… hoshiko?
- Gracias Hiroto-kun… La verdad es que no tengo nada contra los admiradores… todos fuimos algo acosadores alguna vez verdad? – sonrió – Es que ya no sé cómo darles a entender… que a mí ya me gusta alguien…
“Línea ocupada, por favor inténtelo más tarde.”
- Maldición!! No puedo comunicarme – estiró bruscamente el brazo y le devolvió el celular a la peliazul.
- Tsunade-sama… Es enserio lo que acaba de decir…? – Hinata miró desesperada a su superior. Acaso Naruto tenía una her…
- Pues… si Hinata. Naruto… – La rubia suspiró – Naruto tiene una hermana mayor…
Hinata miró anonadad a Tsunade. Su respiración comenzó a entrecortarse y muchas imágenes cruzaron por su mente. Pensamientos, ideas, sensaciones, sentimiento… ¿Cómo debería sentirse?
- No puedo creer que nunca se lo hayan dicho… Él siempre tuvo una hermana… y nunca se lo dijeron – Sus ojos se llenaron de lágrimas. Conocía a Naruto desde el primer año de secundaria. Su sonrisa, sus enojos, su torpeza… Todo, hasta su triste historia. Pero era hasta al día de hoy que su pasado lo perseguía. - ¿Cómo puede ser que nunca le hayan dicho nada? ¡¿NADAA?! – las lágrimas de Hinata cayeron a borbotones, sin parar, recordando todo el dolor que había visto ante sus ojos y como su marido jamás lo había demostrado.
Sakura presente ante esa situación escuchaba preocupada y sin saber qué hacer. Decidió que lo mejor sería…
- Tsunade-sama, Hinata y yo iremos a Konoha. – luego la Haruno estiró su brazo y se lo alcanzó a la rubia. – Llame a Sasuke y avísale lo ocurrido. De seguro a él se le ocurrirá que decir…
La de ojos color café, tomó el celular y marcó el número del Uchiha. Observó cómo sus médicas abandonaban el hospital y rogó que Naruto fuese lo suficientemente adulto como para entender aquella situación… Hoy era un día de revelaciones.
Sasuke salía de su oficina. Tenía que entregarle unos informes a Naruto, su socio. Acomodó bien el papeleo y salió de su oficina. Cuando cerraba la puerta detrás de su espalda sintió la vibración de su celular en el bolsillo.
- Sakura?
- No, soy Tsunade, Sasuke.
- No quiero ser evasivo pero ¿por qué me llama con el celular de mi mujer?
- Escucha con atención Sasuke, Naruto se acaba de enterar de algo muy importante y no sé en qué situación se encuentre… apagó el celular y …
- Escúcheme, puedo ver a Naruto desde aquí. Es más, tengo que ir hasta él para darle algo pero… Que mier…?
- Sasuke? Qué has visto Sasuke?
- Naruto está en este momento saliendo con una mujer de su oficina… es alta y de pelo rubio… acaso la conoce?
- Pásame con él, por favor…
El frio, calculador y posesivo Uchiha, siempre fue igual. No le gustaban las explicaciones pero tampoco quería ser parte de algo que no conocía. Frunció el seño y miró su celular. Tsunade había acompañado a Naruto mucho de los años de su vida… igual que aquel viejo que se la pasaba mirando a cual chica se le cruzaba… sabía muchas cosas de Naruto y no quería dejar de saberlas. Además de socios eran amigos y casi, familia.
El peliazul, algo furioso, le alcanzó el celular a Naruto al topárselo. Naruto lo miró titubeante pero finalmente lo agarró.
- …Si…?
- Naruto – detrás del celular se escuchaba la voz casi calma de Tsunade – por favor, escucha.
- No tengo mucho que escuchar creo yo…- dijo el rubio evasivo – Dime Tsunade, no has tenído tiempo para contármelo? Yo no creía en nadie… solo en ti y Jiraya… sin embargo…
- Sin embargo, nada – la voz imperativa volvió a aparecer – me debes muchas Uzumaki Naruto asi que concédeme el beneficio de la duda.
Naruto tragó saliva. Tsunade volvía a darle miedo, aún siendo mayor él sentía escalofríos al escuchar esa voz tan imperativa y mandona. Era como… ella era como la abuela que nunca tuvo y era verdad que le debía muchas pero… pero…
Kokona lo miró fijamente a su hermano. Le sacó el celular cuidadosamente de la mano y asintió, dándole a entender que ella se encargaría. Naruto accedió despejándose de sus pensamientos.
- Abuelita Tsunade…
- Ko… Kokona? – La mujer pelos dorados se paralizó. Escuchar esa voz después de años la dejó hundida en un mar de recuerdo. Era un sonido nostálgico y endulzante. Por un momento olvidó la realidad en la que se encontraba y recordó viejos tiempos…
Flashback.-
- Tsunaaaadeeee, Abueliiitaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – Una niña pequeña, rubia y de pelo largo hasta la cintura corría a través de un pastizal con unas cuantas flores en su mano derecha – Mira lo que encontré! – apenas tendría cinco años.
- Kokona no corras te puedes caeeeer!!
La niñita sonrió y mostró con inocencia las flores que llevaba. La rubia de ojos marrones la miró y tomó las flores. Acarició la cabecita de la pequeña Kokona y muy suave al oído le dijo: - Cuídate mucho pequeña, tú eres el legado que han dejado tus padres…
Fin del Flashback.-
- Me alegro de poder volver a escucharte, Tsunade…
- A mi igual… 38 años no son en vano y hace casi cinco no sé nada de ti…
- Bueno, vine justamente para traer noticias – Kokona se humedeció los labios – y no son muy buenas…
Naruto y Sasuke se miraron. Sasuke no entendía mucho y escuchaba con atención. Naruto solo quería entender qué carajo era lo que estaba pasando y Kokona que no reunía el coraje suficiente para…
- Creo saberlo… - Tsunade suspiró
- Lo sé, pero debía comunicárselo a Naruto – Aún con el celular sobre su oído la mujer hermosa de bellos ojos giró en torno a Naruto, inspiró y con toda su valentía reveló: - Jiraya… Ha muerto.