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Autor Tema: La herencia del Conde. Cap. 5  (Leído 9377 veces)

DarkHime
« Respuesta #20 en: Abril 26, 2011, 02:04 pm »

Re: La herencia del Conde. Cap. 4
« Respuesta #20 en: Abril 26, 2011, 02:04 pm »
Dejo continuación xD


Capítulo 5


El sol entró por la ventana cuando la cortina fue recorrida con brusquedad y los rayos dieron directamente en el rostro de Brissa haciéndola murmurar algo incomprensible.

— ¡Vamos, Bris!—la alta mujer que reflejó una expresión dura en su rostro, caminó hacia la cama y se detuvo a un lado. Frunció el ceño disgustada cuando Bris se cubrió el rostro con las mantas— ¡Arriba, niña! ¡No es hora de estar durmiendo!

La joven se descubrió el rostro. Abrió los ojos y miró a su madre con indignación, quien a su vez la miró con dureza.

La apariencia de ambas era similar. Podía decirse que Brissa era la versión más joven de la mujer mayor.

— ¡Levántate!—le ordenó su madre— ¡Víctor ya comenzó a alimentarse! ¿Cómo es que escapó de tus manos cuando ya lo tenías?

Bris se sentó en la cama. El suspiro de exasperación quedó retenido en su pecho cuando preguntó con voz casi ofendida:

— ¿Cómo sabes todo eso? ¿Acaso me has mandado seguir? ¿Sigues desconfiando de que pueda con la misión? ¡Maldita sea, madre! ¡Lo encontré! ¡Puedo acabar con él!

Saltó de la cama visiblemente disgustada. Mientras se dirigía al cuarto de la ducha, se quitó la venda que envolvía su mano herida. Mentalmente bloqueó el dolor y sin darle mayor importancia, se dispuso a ducharse.

Su mal humor persistió, así que cuando salió del baño ya arreglada con ropa similar a la del día anterior, soltó una maldición al ver a su madre esperándola con rostro impasible.

— ¿Todavía aquí, madre? ¿No tienes que ir a adiestrar a tu mascota fiel para que una vez que salga de esta mansión  vuelva a seguirme?

Iris mantuvo la expresión de su rostro igual. Ni un músculo fue alterado al escuchar a su hija. Sin embargo, su voz reflejó ira cuando dijo:

—Al parecer, a la que debo volver a adiestrar es a ti. Fallaste la misión. ¿Entiendes que si Víctor recibe todo el poder del Conde no podremos detenerlo? A estas alturas ¡Víctor ya debía estar muerto! ¡Pero te equivocaste! ¡Mataste a personas inocentes! Y lo que es peor… ¡Haz dejado rastro por todos lados!

Bris se dirigió a donde tenía su bolso de forma cilíndrica, ignorando a su madre y miró la perforación de la bala en la parte superior.

— ¿Me estás escuchando?— preguntó Iris lanzándole una mirada de desdén.

—No—respondió Bris colgándose el bolso en la espalda mientras se dirigía a la puerta de la habitación que la sacaría a uno de los muchos pasillos que la mansión tenía y caminó apresurada con la intención de alejarse de la mujer, pero Iris fue detrás de ella— ¡Déjame en paz, madre!

— Brissa…

— ¡Ah, allí estás, maldita mascota!—exclamó la joven ignorando todavía más a su madre— ¡Ven aquí, estúpido sirviente!

Un hombre de edad madura se ocultó detrás de uno de los pilares que sostenían la estructura de la amplia estancia en la que ahora se encontraban las mujeres. Brissa llegó hasta el poste y se detuvo a un lado de él.

— ¿Cómo te atreves a seguirme?—le gritó Bris al momento de levantar su pierna derecha con la intención de darle una furiosa patada al hombre, quien se movió de su lugar para evitar el golpe, el que iba a una velocidad sorprendente.

El pie de la chica se incrustó en el pilar y varios pedacitos de cemento saltaron por el aire, lo que dio la impresión de que debió dolerle a ella ese golpe con el pilar, pero Bris no pareció sentirlo.

— ¡Perdón, señorita!—gritó el hombre y se apresuró a ponerse detrás de Iris— ¡Fueron órdenes de su madre!

— ¡No me importa!— dijo Bris volviendo al ataque con el pie— ¡Sólo deja de espiarme!

— ¡Basta!— ordenó Iris levantando también su pierna derecha para detener el ataque de su hija— ¡No es a Fil a quien tienes que eliminar!

Ambas quedaron sostenidas en el pie izquierdo mientras los derechos se cruzaban en el aire. Se miraron retadoras, ninguna dispuesta a ceder.

—Guarda energías. Las necesitarás cuando vuelvas a enfrentar a Víctor—masculló fríamente Iris sin dejar de enfrentar la mirada de su hija— Es vital que él muera en los próximos dos días. Si no es así, sabes lo que ocurrirá.

La oscura mirada de Bris relampagueó un momento antes de bajar el pie.

—Está bien—dijo casi susurrante, a continuación dirigió su desdeñosa mirada a Fil y en el mismo tono de voz, le dijo—: Dale gracias a tu ama que te ha salvado…

Pasó por un lado  de su madre, quien se movió un poco,  ya confiada de haber apaciguado el mal carácter de Bris, así que Fil quedó desprotegido y fue aprovechado por la chica que al pasar por su lado, levantó el brazo izquierdo con rapidez y le propinó un golpe con el puño sobre la nariz.

El lamento de Fil y la orden de Bris se escucharon al mismo tiempo:

— ¡Ay!

— ¡Deja de seguirme!

Fil se llevó la mano a la nariz y la sangre que manó a causa del golpe se coló por entre los dedos. Con lágrimas en los ojos miró a Bris correr por la estancia para terminar de salir de la mansión.

—Ya sabes cual es tu trabajo, Fil—dijo Iris, dicho lo cual le dio la espalda y se marchó a sus aposentos sin sentir compasión por el hombre, quien se quedó inmóvil un par de minutos, con los ojos muy abiertos por la dura comisión, pero sabiendo que debía obedecer…

Porque ni siquiera había una mínima posibilidad de negarse, Así que obedeció. Al salir, Bris ya no se encontraba a la vista, pero no fue necesario verla para saber hacia donde se dirigía en ese momento la joven.

La casa de Elena.

Efectivamente, Bris se había montado en una BMW S1000, una hermosa moto diseñada para la alta velocidad y ahora corría por la carretera velozmente, pero al ingresar a territorio urbano, bajó el kilometraje. No quería llamar la atención, aunque era casi imposible en vista de la llamativa moto negra.

Ella misma parecía ser parte de la moto, vestida toda de negro. El casco del mismo color que protegía su cabeza, dejaba casi toda su larga cabellera libre y esta hondeaba al viento dando una espectacular vista a todo aquel que la veía.


Al correr por las calles, la esencia de Víctor le llegó con fuerza. Por un lado, el que se hubiera alimentado ya, lo transformaba en el ser que ella buscaba, el que ella podía percibir ahora gracias al entrenamiento al que fue sometida desde pequeña, así que esa esencia la guió a la casa de Elena, por lo que apagó la moto una calle antes de la casa indicada y desmontó quitándose el casco.

 Miró a su alrededor. La calle parecía estar sola, pero eso no le garantizaba que si dejaba allí la moto, no se la llevaría alguien. Abundaban los ladrones, pero no podía perder tiempo, así que dejó la moto allí y de manera ágil, pero sigilosa, se deslizó por la calle hasta el alto muro que rodeaba la propiedad, el mismo que utilizó la noche anterior para escapar.

Su agilidad sorprendería a cualquiera que la viera trepar el muro, pero nadie la vio, así que en cuestión de segundos, estuvo oculta en el mismo árbol que la ocultara horas antes. Desde allí observó la actividad que había en la casa de Elena.

— ¡No, no!—gritó Víctor saliendo de la casa por el ventanal roto, al patio donde se había llevado la pelea entre ellos— ¿Qué están haciendo? ¡Fuera de aquí! ¡Están borrando huellas!

Un par de hombres caminaban por todo el patio, pisando aquí y allá.

—Tranquilo, Víctor— dijo Jorge algo irritado por la actitud de su amigo— Ellos saben lo que hacen, además, ya escuchaste al oficial. Ya terminó la recolección de pistas…

— ¡No me importa! ¡Solamente quiero que se vayan!

Entonces, se quedó inmóvil y olfateó el aire.

— ¿Qué te pasa, Víctor?— preguntó Jorge ya molesto— ¡Ellos solo hacen su trabajo, como siempre!

—Está aquí…

— ¿Está aquí? ¿Dónde?

Víctor miró hacia el árbol donde Bris estaba oculta.

“¡Maldición!” masculló la chica y una mueca de ira transformó su rostro en algo casi siniestro. “La transformación va más rápido de lo que esperábamos”

— ¡Ahí!—señaló el pelirrojo dirigiéndose rápidamente al árbol y de manera sorpresiva, saltó hasta una rama ante la perpleja mirada de Jorge que apenas sí pudo percibir la velocidad de Víctor al saltar.

Sacó el arma cuando de un poco más arriba, otra silueta salió veloz en un salto que la situó sobre el muro y el equilibrio sobre el estrecho borde fue artístico. Jorge se dispuso a dispararle a la chica en cuanto la vio sobre el muro, pero no tuvo tiempo. Víctor se movió  con rapidez y fue a caer al muro, quedando frente a frente con la chica que retrocedió hacia atrás.

— ¿Quién eres?— le preguntó Víctor dando un par de pasos al frente, aunque se tambaleó un poco. Su equilibrio no igualó al de ella.

Ella volvió a retroceder y su equilibrio siguió intacto a pesar de ir hacia atrás.

—Mejor pregúntate quien eres tú—respondió con frialdad. Su fino rostro no mostró ninguna emoción, como siempre.

— ¿Quién soy yo? Soy quien se encargará de que tengas tu merecido por haber asesinado a esos jóvenes inocentes…

Fue ante sus palabras que ella por fin mostró una mueca similar a una sonrisa y el tono de su voz sonó algo divertida cuando lo interrumpió:

—Me acusas de dar muerte a tres inocentes, pero tú le darás muerte a millones.

Víctor se tambaleó de nuevo, no por dar algún paso adelante, sino por sus palabras.

— ¿A qué te refieres?

—Lo sabes y haz comenzado.

— ¿Qué?

—Y por eso… ¡Debes morir!

En un parpadear, Víctor miró el sable en la mano de la chica, quien se fue sobre él blandiendo el sable con la intención de atravesarlo, pero se detuvo cuando más que ver, escuchó el silbido de la bala que iba dirigida a ella.

“¡Maldito!” gritó en su mente al momento de saltar del muro. Víctor la vio caer por el aire y sin poder creerlo, la miró aterrizar en el suelo, ilesa a pesar de la gran altura del muro.

— ¡No dispares!— le gritó enojado a Jorge, maldiciéndolo por haberlo hecho. Ahora por su culpa, la asesina escaparía de nuevo.

— ¡Víctor! ¡No!— Jorge alargó el brazo izquierdo, abriendo la mano, como si con esa acción pudiera detener a Víctor, quien en ese momento se lanzó del muro. Jorge corrió por el jardín buscando la puerta que le daría paso a la calle.

“¿Qué estoy haciendo?" Fue la rápida pregunta que cruzó por la mente de Víctor mientras se sentía caer por el aire y miraba abajo a Bris, quien a su vez lo miró sorprendida, aunque después enfrió su expresión. No debió tomarle por sorpresa esa acción del hombre. Él era capaz de hacer eso y mucho más, por lo tanto, lo esperó con el sable levantado, listo para recibirlo.

Víctor se dio cuenta que iba directamente al sable. Caería sobre éste…

Pero en esa fracción de segundo en que sucedió todo, Víctor hizo lo que Bris había pensado. Hizo algo más que sólo saltar del muro. Antes de llegar a clavarse en el sable, dio un par de giros y fue a caer detrás de la joven,  de pie y sin sufrir daño en las piernas por el impacto de los pies contra el suelo, pero como Bris ya sabía que haría mucho más, se volvió ágil y tomado por sorpresa, Víctor fue atravesado por el vientre con el sable y la sonrisa de ella no se hizo esperar mientras murmuraba extasiada:

—Ahora morirás…

La verde mirada se tornó brillante por el dolor que el sable le provocó y el dolor fue incrementado cuando ella lo empujó más todavía y no conforme con eso, lo removió de un lado a otro, como si quisiera partirlo en dos.

Víctor parpadeó mientras sus manos aferraban las de ella en un intento de sacar el sable de su vientre, pero ella era muy fuerte. Una de las manos de ella se soltó de su apretón y Víctor la miró ir atrás. La mano de ella tomó del interior del bolso una larga estaca.

La estaca de madera con incrustaciones de plata…

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Uuu, por fin xDDD

*w* Querida Maricruz, gracias por los ánimos que me das para continuar xDDD

¿RELIVE? ¡Wow! qué sorpresa xDDD. Mmmm, en realidad, el capítulo 3 también lo escribí yo xDDD, así que puedo decir que con este capítulo nuevo, la historia ya es más mía que de nadie xDDD Oh, no importa si no leíste lo demás, tu apoyo me causa gran alegría.
Por lo regular, este tipo de historias tienen sus partes de exageración, así que no es extraño que en la mía existan también... aunque claro, debo esforzarme por hacer algo diferente, pero nunca me he distinguido por ser buena escribiendo, así que para mí el continuar esta historia, es ya un gran esfuerzo. ewe xDDDD

Igual para tí mi querida Empty. Espero no dejes de pasarte por aquí, aunque la historia no sea la gran cosa xDDD

¡Max! Gracias también a tí por tu apoyo. Siempre me es muy grato mirarte por aquí. Aunque tengo muchos días sin verte en IN. Te hecho de menos ^^

Renesme, no sabes el placer que me has dado con tu presencia. Puedes llamarme Darky, de hecho, así me llama alguien más xDD. Gracias por leer y por tu comentario.

Todos ustedes me animan a seguir. Gracias.

Abrazos para todos xDDD




EmptyHeart Desconectado
« Respuesta #21 en: Abril 30, 2011, 10:19 am »

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Re: La herencia del Conde. Cap. 5
« Respuesta #21 en: Abril 30, 2011, 10:19 am »
Aha, Brissa parece ser una chica de armas tomar... claro, así debe ser, de lo contrario no podría enfrentar a Víctor. Así que han vuelto a enfrentarse.

Me pregunto que sucede con la mascota fiel de Iris... me pareció ver algo entre esas líneas de "porque no había una mínima posibilidad de negarse". ¿Qué significa eso? ¿Tanto le teme a Iris o es otra cosa la que lo obliga a obedecer?

Bien, has dejado el cap en una parte interesante. ¿Bris a matado a Víctor? ¿Cómo así de fácil?

x.x con esto, espero conti. ,D.

TKM.

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