Autor: NessieUchiha.
Título: Adheridos Separados.
Pareja: Hinata y Sasuke (Aunque podria haber muchas variaciones en la pareja original).
Tipo: Long Fic.
Género:Romance/Drama
Clasificación:+16
Advertencias: Puede contener limon suave,muerte de un personaje.
Prefacio;
Nunca pensé que una decisión pudiese afectar tanto mi vida, aunque la misma hubiese tenido repercusiones en los últimos meses, pero jamás pensé terminar en esta situación incluso de haberlo imaginado. Observé el hombre que amaba prestaba su propio cuerpo para defenderme del peligro inminente que paso, a paso, se acercaba a nosotros, mi propia vida me importaba poco solo quería que el lograra salvarse aunque las perspectivas de que eso sucedieran no eran muy realistas.
Con el corazón en un puño y la respiración contenida, contemple fijamente a los ojos de mi futuro verdugo, este a su vez me devolvió la mirada en ella se denotaba una ira enfermiza y un deseo excesivo de acabar con nuestras vidas. Tal vez ninguno de los 3 hubiésemos llegado a este punto de no haber sido por aquella decisión.
Capitulo 1; Volviendo al pasado
El sol iba ocultándose detrás de finas nubes solo podía mirar el paisaje que la carretera me mostraba a medida que el vehículo avanzaba; Los arboles, los troncos, cubiertos de musgo, el suelo cubierto de helechos. Era hermoso por supuesto, pero por más que lo intentara no podía apartar mi mente del hecho de que por cada segundo que pasaba nos acercábamos mas a Konoha, mejor conocida como la aldea oculta de la hoja.
Hace 14 años en aquel pueblo insignificante se luchaba una guerra interminable entre los dos clanes más poderosos dejando a su paso incontables muertes, pobreza, miedo, y por sobre todas las cosas destrucción.
Aun no podía entender el porqué de tantos lugares en el mundo mi madre había escogido precisamente ese para mudarnos.
— ¿Cielo estas nerviosa? —. Me dijo mama por enésima vez. —Konoha ya no es el mismo lugar.
Mi madre aquella valiente mujer que siendo apenas una adolescente huyo de aquel horrible lugar, siempre hemos sido solo nosotras jamás conocí a mi padre, y mama no habla sobre su familia, a pesar de todas las dificultades que hemos enfrentado siempre ha sido cariñosa, amable, y sobre todas las cosas mi mejor amiga.
—Estoy bien mamà, es solo que me cuesta entender el porqué regresamos.
—Conseguí un buen empleo hija y ya sabes lo que dicen no se pueden olvidar las raíces—. Dijo con una sonrisa.
—Espero que tengas razón mama, no comprendo como un lugar como ese pudo convertirse en un escenario donde ocurrieran tantas muertes sin sentido. Solo por el poder y el dinero—.
—Hinata en toda aldea hay conflictos, es solo que en Konoha se salieron de control, por suerte el nuevo Hokague logro que las cosas volvieran a la normalidad, devolviéndole a la aldea muchas cosas que por muchos años perdió. Además jamás te traería de vuelta si no estuviera segura de que fuese adecuado para ti.
—Lo sé mama, gracias te lo agradezco de verdad—.
Intercambiamos algunos otros comentarios y miramos la carretera en silencio. Finalmente luego de incontables horas de viaje llegamos a nuestro nuevo hogar, un departamento de dos habitaciones. Llevamos las maletas a nuestras respectivas habitaciones la que daba hacia el jardín era mi habitación, suelo de madera, las paredes pintadas de azul, las persianas cubriendo las ventanas, todo formaba una pequeña parte de mi infancia. Me senté en la enorme cama y contemple el panorama si bien había vivido aquí, nadie me recordaría, seria la chica nueva, una curiosidad, un fenómeno.
Así me describía a mí misma, soy delgada, con el cabello largo, piel blanca y mis ojos, ni hablar de ellos tiene un extraño color blanco.
Desde muy niña use lentes de contacto para esconder su extraño color, y así poder pasar un poco desapercibida tal vez la mudanza podría ser mi oportunidad de comenzar de cero, de conocer personas de mi edad, superar mi timidez, y nerviosismo, y sintonizar bien con la gente. Me aterraba la idea de que mañana seria el comienzo de mi vida en este lugar.
Aquella noche no dormí bien, siempre había tenido pesadillas, pero está en particular me había aterrado en ella, había vuelto a ser una niña me encontraba en un parque soleado a mi lado se encontraba un hermoso niño rubio con el cabello amarillo resplandeciente y ojos azules como dos grandes zafiros lo reconocía;
Siempre había soñado con el solo que el escenario era diferente, algo o alguien nos alejaba, corría hasta que me ardían los pulmones, corría hasta perderlo de vista, poco a poco la desesperación se apodero de mí y comencé a gritar.
A la mañana siguiente mama había preparado el desayuno ambas comimos en silencio por algunos minutos, hasta que me miro con preocupación y pregunto;
— ¿Tuviste pesadillas otra vez cielo? —.
— Si mama pero no te preocupes creo que son producto de mi ansiedad—. Me las arregle para sonar lo más convincente posible — ¿A qué hora iras al restaurante? Quiero acompañarte tal vez consiga que me den un empleo.
—Hinata, no tienes porque hacerlo, puedes acompañarme pero solo para que sepas donde es el lugar, relájate, recorre el pueblo, conócelo. No quiero que busques empleo para eso estoy yo —. Repuso mi madre con dulzura.
—Mama tengo casi 18 años si tengo que buscar un empleo para ayudarte lo hare—.Alce un dedo cuando vi que pretendía interrumpirme —Pero tu ganas te hare caso al menos por esta vez—.
—Gracias – Añadió mi madre—.
Luego del desayuno, nos marchamos hacia su nuevo trabajo, mama siempre había sido una excelente cocinera cuando era pequeña me encantaba verla cocinar como probaba miles de recetas en nuestra pequeña y algo rustica cocina esa era su pasión, y se dedicaba a ella como nuestro sustento. Por suerte un viejo amigo de mama le había ofrecido un puesto en su restaurante, mientras nos dirigíamos hacia ese lugar, quede fascinada casi absorta por la belleza del pueblo.
Mama tenía razón sin duda era un lugar hermoso las calles limpias, los arboles de cerezo floreciendo, los pájaros cantando, el sol de la mañana iluminando aun mas aquel bello panorama.
—Que te echaste una siesta Hinata? —. Se burlo mama.
Me sobresalte y mire a mi madre que me observaba con cara de burla.
—Lo siento mama es que este lugar es realmente hermoso—.
—Te lo dije —. Contesto orgullosa de sí misma —Ya llegamos este es el restaurante espero recuerdes el camino a casa.
—Tranquila mama si me pierdo te llamo al celular buena suerte—Le desee.
—Gracias cielo que no se te olvide llamarme—.
—. Está bien mama adiós—.
Me despedí y solté una risa algo nerviosa mientras me alejaba.
Camine largo rato observando la belleza del pueblo, tenía muchas tiendas pequeñas, me detuve en varias mirando alguno que otro objeto en venta preguntando donde se encontraban la farmacia o el supermercado. Estaba tomando un refresco, cuándo un sitio llamo poderosamente mi atención…Cruce la calle para acercarme y me sorprendí al ver un pequeño parque muy parecido al de mis sueños era imposible que hubiesen dos sitios tan idénticos ¿Pero cómo podría ser? No recordaba muchas cosas de Konoha, me había marchado hace tantos años, esto tal vez era una coincidencia, o eso era lo que intentaba decirme a mi misma mientras recorría aquel parque...Me senté en uno de los columpios y comencé a mecerme tratando de acallar mis propios pensamientos, cerré los ojos y me concentre, en el sol y el movimiento que realizaba el columpio, hasta que una voz tranquila y musical me devolvió a la realidad.
—Hola creo que no soy el único que viene al parque tan temprano—.
Lentamente abrí los ojos y me alarme al ver a la persona que se encontraba en el columpio contiguo…Aquel cabello amarillo, los mismos ojos azules, hermosa sonrisa, era el mismo niño con el que soñaba, solo que este ya no era un niño sino más bien un joven.
Aterrada creyendo que me encontraba en otra de mis pesadillas, salte del columpio y caí de bruces contra el pasto, el golpe me aturdió, el extraño aunque confundió por mi comportamiento me ayudo a levantarme.
—Lo siento no pretendía asustarte—. Se disculpo — ¿Te encuentras bien? —
— SI SI SI SI SI- Gra-gra- Gracias- —..
Se rio de forma amable y encantadora, y me miro con tristeza y confusión en su rostro no puedo describir la forma en la cual su rostro me concedía cierta paz, tranquilidad ¿y sobre todo nostalgia?
—No quise asustarte es solo que tenía que acercarme para comprobar si eras tú, no lo puedo creer eres tu Hinata, no sabes cuánto te extrañe—
Luego de aquellas palabras me abrazo, sin la intención de soltarme…Y así lo hizo por algunos minutos hasta que finalmente se acerco a mi oreja y susurro.
- Soy Naruto no tengas miedo, ¡Ya estás en casa! y conmigo otra vez.