SEGUNDA PARTE
S A K U R A
Konoha,
2001
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Como solía ser mi día había empezado muy temprano en la mañana, hoy un poco más de lo habitual debido a que unas nuevas reces iban a ser descargadas en el rancho “Uzumaki” en el cual, mi abuelo y yo éramos empleados. Amaba trabajar en el rancho, pero aun así al final del día terminaba cansado y tenia que sacar un poco de tiempo para ponerme al día con mis estudios, acababa de cumplir 19 años y esperaba ir a la Universidad a estudiar ingeniería, no quería ser ranchero toda mi vida, ni que mi abuelo siguiera trabajando, aunque el lo amaba, ya estaba llegando a sus años y los dolores del cuerpo eran más recurrentes por las noches.
Itachi había sido como un padre para el, desde que sus padres lo dejaron en su puerta se hizo cargo de el, nunca le falto nada, pues ese hombre se hizo cargo de darle todo el amor y la protección que un niño podría desear. A veces solía pensar en ellos, en porque nunca lo quisieron y lo dejaron con su abuelo, pero con el tiempo había aprendido que era mejor no dedicar su energía en ellos, mejor poner todo su esfuerzo en ser alguien, así tal vez un día sus padres lo verían y se darían cuenta de su error.
Para el medio día ya había terminado gran parte de sus tareas y deseaba tomarse un descanso en la sombra, el verano estaba pegando fuerte y el calor era insoportable. Mientras se acercaba a la cerca del rancho que colindaba con el de los Haruno, vio un torbellino rosa corriendo por el prado gritando su nombre, a penas la vio su corazón se acelero.
SASUKE-KUN!— Sakura aquella chiquilla de quince años era la criatura más perfecta y terrenal que había conocido, ella no era igual a las mujeres de por ahí. Solía correr por los campos en vestidos de señorita, a veces descalza y otras con unas botas cafés llenas de barro, con el cabello suelto y lleno de enredos. Su abuelo solía decir que era como la fuerza de la naturaleza, libre y salvaje. Aquella niña era todo, menos una señorita de alta sociedad. Mientras divagaba Sakura se acerco y lo saludo con un fuerte beso en la mejilla-
¡Sasuke-kun al fin te encuentro!, te busque por todas partes - dijo agitada por correr y un poco sudorosa, aquella era saku, o como solía llamarla, la hija menor de los Haruno una pareja de alta sociedad que había decidido vivir en el campo por la salud de su hija mayor Hinata, que al contrario de Sakura era una joven enferma y delicada, solía verla muy poco, pero por lo que Sakura solía contarme, ella tampoco la veía mucho-
- Que paso saku, no sabia que ahora te dedicas a buscarme en tus vestidos del té y sin zapatos por toda la aldea ¿tan enamorada estas de mi?- le respondí un poco sarcástico, se que eso la sacaba de sus casillas, y algo que me encantaba era ver a Sakura sonrojada y molesta, decía las cosas más locas y graciosas del mundo-
¡¿QUE?! ERES UN IDIOTA UCHIHA! - Grito empujándome y haciendo un puchero muy particular- ademas, el que esta enamorado de mi eres tu, solo que no quieres admitirlo porque te haría ver como un viejo depravado- se jacto poniendo los brazos en jarras, eso me hizo gracia, porque sí era cierto, yo amaba profundamente a esa niña, pero ella era aun muy chica y yo era un don nadie, lo nuestro era un imposible-
Bueno princesita podrías decirme entonces el porque de tu búsqueda, tengo bastante calor y sed, antes de tu intromisión iba camino al arroyo - respondí recogiendo mi gorra y caminando hacia un pequeño arroyo que compartían los ranchos para los animales, inmediatamente Sakura me siguió-
Necesito pedirte un favor, es algo que solo podría pedirte a ti Sasuke-kun— dice bajando un poco la voz, la miro como pidiéndole que continue- Pelusa mordió a Hinata y mamá dice que lo llevara a la perrera, sabes que Pelusa no es malo, solo que no confía en todos y Hinata lo empujo, así que no puedo permitir que lo lleven a ese lugar, el aquí es libre y tampoco puedo dejarlo en el bosque porque….-mientras Sakura divagaba en el planeta de las razones porque debía ayudarla, pensé en el condenado perro, eso fue su culpa, el la ayudo a curar a ese perro vagabundo, lo llamo Pelusa porque decía que tenia el pelo chamuscado-
Sakura te dije que ese perro no era para que lo conservaras- la interrumpo abruptamente- ¿como esta Hinata, la mordió fuerte?- cuestione preocupado por la salud de la hermana mayor-
Claro que esta bien, Pelusa no le hizo gran cosa, ella es escandalosa y mimada!- Claramente iba a salir en defensa del animal, era de esperarse de ella- Sasuke-kun tienes que ayudarme, te daré mis ahorros, todo lo que quieras, pero….-
- Sakura te ayudare, pero solo déjame refrescarme- intente callarla, pero no paraba- he tenido una mañana muy dura y lo único que deseo en este momento es sentarme en la sombra y tomar un poco de agua- y así lo hice mientras la señorita muy enojada se sentaba a mi lado-
Sabes Sasuke-kun a veces eres tan odioso- murmura mientras le ofrezco agua-
Y tu tan molesta- la molesto mientras me recuesto en el pasto y cierro los ojos- yo me llevare al perro para que se quede conmigo y el abuelo, te parece bi….- antes de terminar me cae todo su cuerpo encima y sus brazos me aprietan fuerte mientras susurra en mi oido-
-Oh Sasuke-kun, gracias, gracias, mil gracias! Te quiero tanto! - repite mientras me abraza, me quedo callado y la abrazo devuelta. Si ella supiera, si solo supieras-
SEGUNDA PARTE
Aldea de la Arena,
2009
Escritor:
Alguna vez han visto lo que pasa si atrapan un ave y la ponen en una jaula, le dan comida, agua un lugar confortable para dormir, pero ella simplemente debe quedarse en ese diminuto espacio, cuando antes tenia todo el cielo para volar. Bueno, así suele suceder con algunas almas, casi siempre, las que han sido indomables.
En un lujoso apartamento de la Aldea de la Arena, una hermosa mujer se recostaba sobre la ventana que tenia la una vista completa del desierto, aquel desierto tan amplio y tan bello. Era lo único que solía confortarla, lo triste es que no podría recorrerlo aunque quisiera.
Y eso la mataba día a día.
¿Mi señora, se encuentra bien?- le llamo una mujer un poco baja y regordeta- el señor pronto llegara y usted aun no se ha alistado-
-¿Chiyo crees que puedo desaparecer?- cuestiona la mujer sin dejar de mirar por la ventana- que puedo volar lejos, tan lejos que nadie sepa quien soy-
Mi señora no diga eso, se ha tomado su medicina- pregunta mujer regordeta de nombre Chiyo acercándose lentamente a la ventana-
No las quiero, no arreglan nada, yo solo…-antes que terminara la puerta se abre de par en par, un hombre alto vistiendo un traje de noche mira con furia hacia las dos mujeres-!Fuera!
Pero señor..-la mujer se puso entre ellos-
DIJE QUE FUERA!!!!!- esta vez grito y tomo del brazo a la pequeña mujer y la saco de la habitación-
Ella no tiene la culpa, “querido esposo”- defiende la mujer y lo ultimo lo dice con burla-
CRES QUE SOY UN MALDITO JUEGO!- grita acercándose a la mujer, esta le hace frente- ESTOY HARTO DE TI, TENIAS QUE ESTAR EN ESA REUNION, SOLO PARARTE Y SALUDAR!!! MALDITA SEAAA- tira todas las plantas colgadas en la ventana-
!YO NO PEDI ESTA VIDA! - esta se levanta y le grita- PORQUE NO PUEDES VERLO, NO SOY FELIZ!
Yo he hecho todo por hacerte feliz, TODO!- el hombre se acerca a ella y la toma del rostro- no puedo perderte, tu eres mía.
Te odio…- responde la mujer en lagrimas-
No mi amor, tu me amas- le contesta besando su rostro- son las medicinas, mañana veremos al doctor, ahora arréglate y vamos a cenar- la mira dandole a entender que es una orden- esta bien?-
Esta bien, yo…-el la interrumpe-
Déjame amarte- dijo, moviendo la cabeza para que su nariz pudiera deslizarse por un lado de su cuello. Su mano sostuvo su cintura. Todavía olía tan perfecto como siempre. Todavía se veía tan guapo como el primer día que lo conoció. Todo en él la había atraído. Y ahora estaba atrapada.
— Eres mi reina, bella. — le besó el cuello y luego le tomó el rostro en sus manos. Sus ojos estudiaron los de ella… no sabía para qué. Trato de sonreír. Cuando la besa, no lo detiene, de nada serviría hacerlo enojar, y ella solo quería olvidar. La desviste rápidamente y el solamente se baja el cierre del traje mientras la pone lentamente en la cama- Amame, ámame- le susurra mientras la besa-
Ella lo mira fijamente, ve su agonía y como una experta en fingir, lo besa y lo inclina sobre ella. El besa sus labios sin preámbulos, su lengua explora su boca. Ella gime en su boca mientras los dedos de el se deslizan dentro de ella. El hace un sonido profundo en su garganta, un gruñido. Se empuja desesperadamente dentro de ella, embistiéndola profundamente, llevándola al orgasmo una vez, dos veces, antes de que el mismo terminara. La besa y se levanta para limpiarse, dejándola en la cama desnuda , ella solo mira el techo y silenciosamente comienza a llorar, de nuevo había fingido y como siempre despertaba en su realidad, porque el no era quien quería-
Te espero afuera, no te demores- finaliza dandole un beso y saliendo de la habitación-
Escritor:
Ella solía pensar que un gran amor era salvaje, apasionado, peligroso, de los que queman y consumen. Pero en ese momento, se dio cuenta que consume hasta que no queda nada más, un amor así no suele durar.
Continuara....
S A S U K E
Konoha,
2003
¡Que los cumpla feliz, que los vuelva a cumplir!-
FELICES 18! SAKURA-CHAN!-