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Autor Tema: FANFIC: ARPEGIO EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO LIBRO II  (Leído 6869 veces)

kittycat Desconectado
« en: Julio 11, 2012, 02:46 am »

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FANFIC: ARPEGIO EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO LIBRO II
« en: Julio 11, 2012, 02:46 am »
EMPEZAMOS DE NUEZ ASÍ QUE PUBLICO LA SEGUNDA PARTE.

ESPERO QUE LES GUSTE...

Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).   
Parejas: Principales: SasuSaku
LIBRO I: EL INICIO                                   
…Si inventara un jutsu para atrapar la belleza de los cerezos,  sería sólo para tenerla a ella a mi lado, porque pareciera ser que ella es la flor efímera y no las sakuras que al menos ellas sí se dejan atrapar entre mis dedos…

LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO, CLAN HARUNO   
PARTE II, LA BÚSQUEDA: La indagación de Sasuke para detener al Fénix Bruno de Akahaki, un misterioso enemigo que atenta contra Konoha.


Prologo

El asombro fue escalofriante, el lobo de hielo desapareció dando un helado suspiró que congeló a la aldea entera. Konoha no tuvo descanso al esfumarse, el zorro de las nueve colas tuvo que ser contenido y a su vez forzado por Tenzo, Hise Chikaichi y Naruto al regresar a su oscuro origen.

Tsunade emprendió una feroz lucha contra él y le entregó todas sus energías para debilitarlo. De esa forma Naruto venció contra el zorro y se juró controlarlo costara lo que costara. Naruto Uzumaki tuvo que ser atendido por Tsunade y ser curado con lo que le quedaba de energía. Él y Yukamo fueron trasladados al hospital.

Allí se les aseguró el descanso que necesitaban para recuperar las energías perdidas y la protección que necesitaban. Murai Ozu nuevamente fue testigo del belicoso acontecimiento y con su elegante frialdad previno a la Hokage de informar aquel suceso al señor feudal del país del fuego. Al ver enfrentarse el Kyubi contra el poder de Akahaki, pudo promediar las capacidades con las que contaban para enfrentarlos y los resultados fueron alarmantes. Los shinobis debían estar preparados ante la siguiente declaración del País del fuego hacía la guerra. Ante el desastre ocurrido, Murai Ozu no pudo criticar con mayor severidad las condiciones de la aldea para enfrentar a sus enemigos y avergonzar a su líder ante la poderosa demostración que dio al enfrentar al lobo de hielo y al Kyubi. Tenía formas de señalar los errores que provocaron aquellas devastaciones, pero no los suficientes argumentos para renegarlos e impedirle su servicio al País de Fuego.

Los daños no fueron tan desastrosos como lo esperaban y no tardarían en reconstruirlos de nuevo. Hubieron heridos, mas ningún civil dañado; en cuanto a los muertos, estos fueron nulos a excepción de un traidor: Haruno Sakura. Aquel dato era un punto más a favor de Konoha frente a los ojos del emperador. Habían conseguido arruinar un objetivo de Akahaki a tiempo y por ello no se dudaría de su lealtad. Pasados dos días del atentado, Tsunade, en su oficina, recibía al Secretario de Defensa, Murai Ozu y a su larguirucho guardaespaldas para informarle cada detalle de la investigación del ataque. No había fuentes nulas, los testigos eran reales y todo era presentado de forma lógica y coherente. El costo de los daños no sería problema y el Emperador seguiría encomendándose a la fuerza shinobi para contar con su apoyo incondicional.
 
-Perfecto. Es bueno saber que nuestra fuerza shinobi es tan poderosa como aseguraban las viejas lenguas. Bien. El llamado del Señor Feudal se dará pronto. La declaración de la guerra se mantendrá en secreto, hasta nueva orden les mantendremos avisados.- indicó Murai Ozu una vez que ya se preparaba para partir.

Tsunade asintió y se despidió con cortesía. Los dos hombres de Estado salieron tranquilamante, al fin habían acabado con su estadía.

Una vez afuera de las oficinas de la Hokage…
 
-Eh… Señor… ¿Qué pasó con los planes que teníamos? -preguntó el guarda espaldas alto y con lentes oscuros que lo protegían. –No se supone que Konoha estaría… -un timbre de preocupación y miedo se escapaban de su gruesa voz.

-Todo a su tiempo Jounzo. Fallamos esta vez, pero en la conurbana oportunidad detallaremos más las cosas. Fue un toque de suerte, es todo lo que tuvieron. -dijo Murai con su refinada frialdad.

- ¿Y…? ¿Y… la chica?... Murió… ¿Qué haremos? -Jounzo estaba sudando.

-La chica… Fue una gran pena… Una grandísima y maldita pena. -la voz de Ozu sonó furiosa. –Debemos idear nuevas estrategias. Un nuevo proyecto que nos ayude a quitarnos del camino a esta fastidiosa aldea. Pero te aseguro, que el flameante esplendor de Konoha, tarde o temprano, se extinguirá…

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Shizue, quien estaba presente en la plática con el secretario de Defensa, se acercó a Tsunade una vez que aquel se fuese ido.

-Tsunade-sama ¿Cuándo será la declaración formalmente? -preguntó con preocupación.

-Pronto… Pero no tiene caso inquietarse ahora. La guerra ya comenzó y la formalidad puede tardar meses, hasta años. -sonrió la altiva mujer. –Y estos se irán en menos de lo que imaginamos. Cuando se dé la voz, nos parecerá sorda. Sólo es cuestión de tiempo. El mundo de afuera, mientras no lo anuncien, podrá pensar que la paz aún permanece. Sin embargo, nosotros ya comenzaremos a trabajar, no habrá descanso a partir del primer llamado del Señor Feudal. -Tsunade se levantó hacía la enorme ventana y suspiró. –Es una falasia… Se supone que tenemos una identidad independiente y la verdad es que el gobierno no puede subsistir sin nosotros y nosotros sin ellos. -la voz de la Hokage sonaba triste y agotada.

La Godaima tenía ojeras, sus mejillas tenían unas venditas, al igual que su mano y brazos izquierdos. La batalla le había dejado unas cuantas heridas, cosa común, algo que ella misma solucionaría y que no dejarían marca. Sólo una herida profunda no cerraba por voluntad de Tsunade, era una que tenía en la palma de la mano derecha. Shizue se la miraba con pesar y llegó a insistirle que ella misma se la curaba, pero la mujer renegaba molesta.

Después de la muerte de Sakura, se encontraba algo distante, era más fría, reservada y se concentraba excesivamente en los papeleos y demás quehaceres. Shizue trataba de animarla, pero la coraza que había construido era muy fuerte.
 
-Iré a arreglar estos documentos… ¿Se le ofrece algo? -preguntó entonando esto con solicita ternura.

-No -dijo secamente. –Puedes irte. –Shizue se fue con la mirada cabizbaja y cerró sordamente la puerta. Tsunade seguía contemplando el paisaje de la aldea. Esta pareciera resurgir entre las cenizas y eso le consolaba. Observó con tristeza su mano derecha, la cicatriz quedaría a petición de su dueña. Tsunade la apretó fuerte causando más dolor y eso a ella no le importaba. Aquel corte se lo había hecho Sakura cuando la enfrentó y la retenía como si fuese la única forma de mantener su recuerdo vivo. Unas lágrimas escaparon de sus dorados ojos y mordió sus labios con ahogo…

-Sakura… Perdóname…

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Habían pasado dos meses desde el despertar del Kyubi. Las calles de Konoha se recuperaban rápidamente y los daños ya no dejaban expuestos sus relevantes presencias. La gente recuperó el tiempo perdido y continuaron con sus faenas cotidianas. De ese modo para algunos les era más fácil aceptar lo que había ocurrido y para otros olvidar.

Temari tuvo que volver de inmediato para informarle a su hermano Gaara cómo habían ocurrido los hechos con Akahaki y preparar más adelante con los aliados algún plan para protegerse. Shikamaru la custodió para que llegara a salvo junto con otros ninjas. Kiba permaneció en el hospital unas semanas menos que Akamaru, quién era atendido por Aiko. Kiba se sintió feliz de que su hermana dejara a su alumna predilecta con su canino, así Inuzuka pudo pasar más tiempo con la tierna kunoichi. Shino estuvo interno con su compañero de equipo y con Lee. Satín los visitaba a ambos y les traía la comida y algunos juegos para entretenerse. Lee competía con Shino para atrapar su atención. Gai también estaba con ellos y se divertía al ver como los dos jóvenes peleaban por su princesa, aunque después se ponía celoso y sobre protector cuando ella lo ignoraba.

En la mansión Hyuga estaba recuperándose de sus heridas el joven Neji. Tsunade había atendido a tiempo la infección de los ojos de aquellos portadores del doujutsu. Hinata no sufrió gran daño por lo que su recuperación fue casi de inmediato, en tanto Neji tenía ya por dos meses los ojos vendados para cuidarlos del sol y de cualquier otro agente. Siendo que había abusado de su byakugen infectado, el daño fue un poco más grave hasta el grado de llegar a realizar una pequeña cirugía. Neji, aún así, recuperaría las fuerzas y sólo debía seguir con el tratamiento para volver a usar como antes el byakugen.

Ten ten lo visitaba casi a diario, le llevaba comida preparada por ella misma, le ayudaba en sus tareas personales, cosa que lo hacía sonrojar, sobre todo cuando hacía un comentario burlón que Hyuga procuraba no caerle en gracia para mantener su fina apariencia; le leía en voz alta y sólo allí él se atrevía a romper con las barreras de su seriedad para referirse a los ejemplares que mostraba en su sala. Ten ten le recriminaba y le volvía a repetir que aquellos libros de contenido rosa no eran suyos.
 
Hinata al llegar a verlos tan unidos se sentía contenta y le deseaba a su primo que con su amiga hallara al fin la felicidad que no pudiera conocer desde pequeño. Su padre también veía aquello, pero no con la misma aprobación y nuevamente le exigía a Hinata que tomara más seriamente su posición como futura heredera del Clan Hyuga. Su matrimonio con Neji garantizaría las paces entre las ramas o familias; además que consideraba a Neji más capaz de dirigir el Clan que su tímida hija mayor. La joven ojiperlada se sentía abrumada, todos querían que pagara con su supuesta debilidad la relevancia de su apellido.

Hinata no quería hablar ni pensar en ello, ante esta situación la relación con su padre y demás parientes se distanciaba. Hanabi era testigo de esa tensión y se convertía en el pedestal de su padre, cuyas esperanzas ahora recargaban en sus jóvenes hombros. A veces ella sentía que tampoco podía soportarlo por más tiempo, mas, ambicionaba contar con la aprobación de su familia y ser señalada con orgullo. Su pelea con el akahaki fue un desastre, no sólo había quedado lastimada, también había sido humillada frente a su padre, quien esperaba más de ella.
 
Hinata ya había tomado la decisión de mudarse con Ten ten al edificio rentable, no podía soportar más la presión. Al recordar su elección también le asaltaba la melancolía. La muerte de Sakura había afectado a sus compañeros, a ella y sobre todo a Naruto, quien no parecía recuperarse del fuerte golpe. Sus deseos de llorar eran tanto por la amiga perdida como por el ser amado. Lamentaba ver al ojiazul destrozado y maldiciendo la existencia de todos. Ella y él no podían creer en la traición de Sakura, y cuando se le prohibieron los rezos, Naruto fue el primero en protestar contra el consejo. Uchiha explicó cómo habían ocurrido los hechos y justificó que con su sacrificio por rescatar al grupo, había cambiado de parecer. Lee  los apoyaba e hizo un escándalo para lograr que  se le perdonara a Sakura su error. Lee se sintió culpable de no haber cumplido con su misión y pensó que era su obligación limpiar su nombre apoyando a Naruto.
 
La muerte de Sakura entristeció a todos sus conocidos y la noticia llegó a las calles de Konoha oscureciéndolas por la sumisión oscura de Uzumaki y los foscos rumores que rondaban a la traición de la Haruno.  Al enterarse Naruto, su furia despertó y estalló como no lo hubiesen imaginado. Primero, fue la negación, cayó en lágrimas y al no terminar allí,  rugió y estuvo expuesto a liberar al kyubi nuevamente. Hise ya no tenía fuerzas en aquel momento, por lo que Sasuke se vio forzado a controlarlo y con ello casi volver a lastimar peligrosamente su vista. Una vez que la tormenta fue contenida por las fuerzas de Uchiha, él tuvo tiempo para aliviarse físicamente, pero nadie más pudo escudriñar su interior.

Iruka, como su mentor y tutor más cercano, trató de reconfortar a Naruto y ayudarlo a superar su perdida, como ocurriese con Jiraiya. Y como no lo esperaba, no lo consiguió.

Los rezos fueron permitidos y todos volvieron a mirar hacia adelante, mas Naruto seguía atrapado en la depresión y el ahogo. No quería hablar ni ver a nadie. La noticia de que Sakura planeaba huir con los akahaki y que murió en el intento lo perturbaba y le parecían increíbles. Aún no confiaba en las palabras de los testigos, las negaba y con violencia les exigía un motivo por el cual Sakura hubiese hecho aquello. Nadie estaba seguro de cómo es que fue tomada tal elección. El equipo de Gai se sentía criminal al ser los responsables de aquella tarea fallida. Ten ten expuso a la Hokage que posiblemente Sakura había escuchado la plática que tuvieron con Naruto sobre su misión. Nada de aquello fue mencionado al rubio ya que consideraban que podría empeorar la situación.

Uzumaki llegó a creer que Sakura pudo haber sido secuestrada y que tenía que ir a salvarla. Sus compañeros de trabajo estaban consternados y dolidos por su sufrimiento. Sasuke testificó y Naruto le exigió explicaciones, siendo su mejor amigo, no podía dudar de su veracidad; eso pensaban todos. Mas, su versión fue la más rechazada y actuó con más brutalidad contra él. Casi llegaban a enfrentarse, Naruto lo culpó de no haberla protegido y después de quererla para él, eso no tenía sentido para nadie. Sasuke estaba furioso y lo enfrentó con el mismo ímpetu. Kakashi tuvo que intervenir para evitar que se mataran. Nunca imaginó que la muerte de Sakura provocara todo aquello; en lugar de unirlos más, los separaba.

Naruto tenía la mente envenenada por Eichiro Inao. Al pelear unidos Sasuke y Naruto, el líder de los asesinos pudo leer qué cosas los separaban y los unía, entre ellos Sakura. Viendo el ferviente sentimiento que Uzumaki sentía por la joven de los ojos verdes, se apresuró a entrar a su mente y a decirle que su poderoso rival estaba decidido a quitarle lo más valioso que poseía, a su compañera. Tan sólo por el hecho de tenerla, Sasuke tenía intenciones de arrebatársela. Naruto se negó a caer inmediatamente en la trampa, pero tras su estado de inconsciencia pudo recordar cosas que apoyaban la teoría de Inao. La forma en cómo Sasuke comenzaba a mirarla, a estar atento con su presencia o a temblar cuando ella se encontraba cerca; para ser más certero en sus palabras, Eichiro le mandó a su conciencia la imagen que Sasuke temía, él besando a Sakura cerca del río. Aquello hacía rabiar a Naruto y enfrentó en combate a Sasuke. - ¡Eichiro tenía razón! ¡Eres un maldito traidor! -Tsunade y Tenzo tuvieron que intervenir al final para tranquilizar a Naruto y dejarlo inconsciente. La Godaima lo examinó y encontró rastro del chakra de Inao para provocar la ira con sus palabras. Tuvo que ser atendido y revisado.

Sasuke había mantenido la compostura fría frente a Naruto y reservado sus peores ataques lo más que podía. Lo ofendió y le lastimó tener que usar algo de su fuerza y de sus palabras contra él por haberle inferido daño. Kakashi, como un guía protector, trató de hablar con él. Hacía sólo unos meses, antes del evento de la plaza, que había descubierto la inquietud de Sasuke por Sakura, por ello presentía que su dolor por la muerte de su amiga era similar al de Naruto o más fuerte. Pero Sasuke no quería mostrar nada y reservó sus emociones al respecto. –No tengo nada más que decir. -dijo con sequedad y por un tiempo desapareció de la vista de todos.

Cuando volvió a aparecer, Naruto ya estaba aliviado del conjuro de Inao. Tsunade supo que lo había usado en él para provocar un enfrentamiento entre ellos, separarse o matarse para facilitarle sus planes. Hinata se quedaba con el rubio para apoyarlo, pero éste no le respondía y su actitud se volvió fría. Sasuke no pretendía evitarlo cuando caminaban por las calles o se encontraban en los campos de entrenamiento. Más adelante, para recuperar algo de su relación, Sasuke fue el primero en dar el paso al defenderlo de un pleito que había provocado en un bar, más Naruto lo repeló y terminaron ofendiéndose…

-¿Qué sabes tú, mediocre? ¡No murió en tus brazos!… ¿Cómo puedes decir que no me importaba? -rugía Sasuke.

-¡Nunca te importó! ¡Por eso no hiciste nada! Si hubiese sido así realmente, entonces estaría aquí… Yo debí estar allá. Sakura nunca fue tuya para protegerla y tú nunca te interesaste por su amistad para lograr al menos salvarla… Hubiera preferido que se aliara a Akahaki que saber que... -le contestaba Naruto.

-Yo no… Tienes razón. No me importaba como a ti. Y la hubiese matado mil veces antes que verla junto a ellos, con cualquier otro o contigo si fuese así… -rugió Uchiha y Naruto lo golpeó. Cuando iba a arremeter con más fuerza fue detenido por Chouji, Shikamaru y Kiba. Lee ayudó a incorporar a Sasuke y se interpuso para evitar que éste contestara el golpe. Él no correspondió y salió tranquilo del bar limpiándose la sangre de su boca.

Chouji, Shikamaru, Lee y Kiba habían presenciado aquel evento y supieron que las cosas ya no serían como antes.

Fue lo último que se dijeron y su relación se distanció. Se separaron  y el equipo siete, aunque unido, se dividió. Cada jounnin se integró a diferentes sectores del sistema ninja. Naruto y Kakashi se mantuvieron incorporados, Sai volvió con lo anbus y Sasuke se hizo cargo de la policía de Konoha. El trabajo en ellos fortalecía más el muro que los dividía.

Naruto y Sasuke se concentraban en su trabajo y su entrenamiento. En ello descargaban su furia, sus molestias y su atención para no pensar en el pasado. Sasuke era más frío y su autoridad estremecía a sus subordinados. Naruto, por otra parte, había adoptado una actitud que nadie espreraba, se había vuelto relente, reservado, violento y la alegría escaseó en él. Ya no miraba cálidamente como antes, ni bromeaba como solía hacerlo. Se transformó en una persona completamente diferente y por las noches, después de cada misión, iba al bar a perderse en sake y pleitos. Kakashi tenía que intervenir o Shikamaru con Chouji para que no le llamaran la atención. Naruto era grosero y despiadado con todos, incluso con Hinata a quien comenzó a ignorar y rechazar con vulgar prepotencia.

La joven Hyuga lloraba en silencio y perdía dolorosamente las esperanzas de volver a ver a Naruto como antes. Ella iba tras Sasuke rogándole que ayudara al rubio a salir de aquel infierno… -¡Eres él único que puede ayudarlo! ¡Siempre han sido amigos! ¡Él te necesita más que nunca! -mas el pelinegro se mantenía reservado y secamente se negaba con reservado rencor.

Ya nadie soportaba el comportamiento de los dos, mas si intervenían empeoraban las cosas. Tsunade, lo más que pudo, fue prohibirles los pleitos de bar y los problemas fuera de la aldea. Siendo así, ambos descargaban su ira en el trabajo y sus métodos se hicieron más violentos y escalofriantemente más efectivos contra sus enemigos.

Satín, quien fue testigo de la muerte de Sakura, dio el último intento de reconciliación. Entró al bar dónde ya era común ver a Naruto y le explicó lo que había sucedido. – ¡No es justo que culpes a Sasuke de insensible! ¡Él, incluso, lloró y enfrentó a Inao cegado por la ira, sin importarle la herida de sus ojos!… Después de que ella sacrificó su vida por él y él la atacase sin intención…

Esa versión de la historia no la había escuchado. Naruto la miró furioso y la sujetó de la muñeca para que terminara de contarle todo. Satín tuvo miedo al ver sus ojos rojos e iracundos; le lastimaba el brazo y caía de rodillas -¿¡Entonces es cierto que Sasuke tuvo la culpa!? ¿¡Es cierto entonces!? ¡Él la asesinó! -Sai apareció para proteger a su compañera y tranquilizar a Naruto que padecía los fulgores de la bebida. Usando un jutsu lo dejó inconsciente y junto con Satín se lo llevaron a su casa.

Pero Uzumaki no tardó en buscar a Sasuke al despertar cuando supo que fue él quien la había asesinado por accidente. Naruto escapó de la vigilante mirada de Kakashi e Iruka, y fue al recinto para buscar a Uchiha. Lo atacó en frente de sus subordinados y lo retó. El nuevo jefe de la policía no se inmutó, pero aceptó su reto y salieron de la aldea para enfrentarse así. Rápidamente fue avisada a la Hokage y ella mandó a un escuadrón para que los buscasen.

Kakashi, Tenzo, Hinata, Sai y Shikamaru no perdieron tiempo y salieron…

La lucha se dio en donde se enfrentaran por primera vez. Sacaron a relucir su odio, los nuevos, los viejos y recientes rencores para acabarse uno al otro. Usaron todas sus técnicas violentas, hasta que ya no les quedaron fuerzas. Siendo Sasuke el más precavido, ahorró chakra y con el mangekyo lo detuvo hechizándolo. Cuando el equipo llegó, Naruto estaba inconsciente y los ojos de Sasuke sangraban; a su alrededor se expandía el oscuro Amaterasu. Hinata corrió veloz y angustiada hacia Naruto, miró a Sasuke y comprendió que una vez más, éste lo había protegido de sí mismo y de él.

El escuadrón pudo llevarse a los dos shinobis a casa. Fueron atendidos por Tsunade y Sasuke tuvo que dejar de usar por un buen tiempo su técnica para aliviarse. Naruto, al haberse enfrentado al fin contra su mayor rival, ya no tenía energías o medios para justificar otro encuentro, y eso lo hacía rabiar más. Una vez que Naruto dejó de negar la muerte de Sakura y de mencionar el asunto, la situación fue enfriándose y, aunque era congelante su actitud, ya no era violento con sus amigos o con Hinata, quien concentró el valor suficiente para ser la más cercana a él.


Habían pasado ocho meses y Naruto seguía visitando secretamente el lugar donde fueron entrenados por primera vez por Kakashi. En la placa donde alguna vez deseó que estuviera su nombre, estaba el de Sakura. Al no poder rescatar el cuerpo, era él único lugar a donde podía hallarla, se le había perdonado su error al sacrificar su vida por Sasuke, sin embargo, el motivo real era para no revelar al Señor Feudal que ella los había traicionado y que se habían equivocado con respecto a su condición de refugiada política. Él y la madre de Sakura, quien traía flores o pétalos, platicaban un corto tiempo. Naruto no era frío o grosero con ella, era algo que Sakura no lograría perdonárselo, pensó tristemente. La señora Naoko se portaba amable y resignada, y a veces le traía algo de comer a Naruto cuando lo veía allí. Se despedían y una vez que estaba solo, Naruto observaba las flores que dejaba. Eran los cerezos rosas que tanto la invocaban.

En una misión, Naruto estaba ansioso por desquitar sus energías. La tarea fue tomada por Kakashi, Tenzo, Hinata y Naruto. Esta consistía en atrapar a un ninja renegado que cometía sus fechorías por los alrededores del País del Fuego. Robaba, violaba y asesinaba aprovechándose de sus técnicas. Al hallarlo tuvieron dificultades para atraparlo, siendo un ninja de elite les había dejado trampas y trucos peligrosos que atentaron contra sus vidas. Naruto lo venció en un combate a muerte, pero resultó herido por una garra que contenía un extraño veneno y cayó inconsciente. El ninja al inyectarle la peligrosa sustancia se suicidó transformándose en una gigantesca llama que se extendió a una gran distancia para impedirles el escape. Afortunadamente pudieron desbandarse y cumplir con la misión.

Naruto en el hospital estuvo inconsciente por semanas, el veneno era desconocido y Tsunade hacía lo mejor que podía. Tras los avances de otra siguiente guerra, no le pareció extraño ver que el veneno pertenecía a algún ninja de Takatami. Sus pociones habían sido perfeccionadas y no sólo afectaban las células del cuerpo, también las partículas de energía del chakra, estas eran devoradas hasta que su huésped pereciera. El peligroso elixir era más que un arma mortal y jamás entendió Tsunade cómo habían logrado crear algo así. Afortunadamente, Hise Chikaichi conocía algo de esa sustancia y junto con la Hokage formularon una cura que protegería a Uzumaki. Primero el anciano tuvo que tener acceso al zorro de nueve colas para salvarle. Hinata permaneció al lado del rubio día y noche, cuidándolo y esperando por su despertar.

Tsunade estaba preocupada, Naruto no deseaba ser salvado. Había creado en su alma una especie de laberinto hermético entre él y el zorro para no ser afectados por sus amigos externos. El Kyubi aprovechó los poderes de Inao para enfrentar a su guardián y encontrar la posibilidad de salir; además, el veneno debilitaba el chakra del joven jinchuuriki. Sasuke trataba de entrar a esa dimensión que Uzumaki había creado, pero todo era en balde, su dolor no dejaba que su mejor amigo traspasara la barrera. En poco tiempo descubrieron que la barrera había sido creada por el mismo chakra de Inao, restos de energía que Tsunade no podía purificar ni Sasuke traspasar.

Con las esperanzas debilitadas, Tsunade concluyó que sólo el mismo Naruto podría vencer al zorro en su interior. Mientras que lo único que podía llegar a hacer era esperar a que Naruto muriera y el kyubi saliera de su cuerpo. Todos estaban ansiosos y con temor, tanto por la vida de Naruto, como por las suyas. La condición de Uzumaki se mantuvo en estricto secreto para no alterar al consejo, a la aldea y a los señores feudales. Tsunade no quería que Murai Ozu interviniera más en los asuntos militares de Konoha.

Uzumaki Naruto enfrentaba  a sus pesadillas más dolorosas; estaba atrapado en un laberinto oscuro y tibio, calentado por el aliento del zorro de nueve colas. El Kyubi lo incitaba  a que lo liberase y de esa forma vengar la muerte de su amada. Naruto entabló una feroz lucha en su interior para no ser destruido por el odio y el rencor. El veneno de Eichiro fortalecía al zorro demonio y existían inclinaciones de ceder a los deseos del bijui. Al no poder contenerlo, Naruto trataba de escapar y el Kyubi con los poderes de Inao intimaba para derrotarlo y lograr su liberación. No hallaba salida de su mazmorra y comenzó a sentirse desesperado al enfundarse la ira que comenzaba a abrigarlo. En una angustiante lucha, el Zorro lo acorraló con su energía, hasta que una luz blanca cubrió sus ojos y el Kyubi gritó con dolor. Fue durante ese lapso que pudo soñar clara y tranquilamente con Sakura, de forma tan cercana como si la muerte no se la hubiese llevado nunca.

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Una sorpresiva luz cegó al Zorro de nueve colas y éste azotó la afilada cabeza contra las poderosas paredes de la mazmorra laberíntica. Rugió enfurecido, destruyendo las tapias de su prisión con las colas encendidas en irascibles llamas, hasta que su olfato aspiró un delicioso y tierno perfume que fue controlando sus brutales asaltos. El zorro sonrió complacido, su respiración fue mansamente despedida y ronroneó con malévola placidez…

-Haruno… -dijo con palabras suaves y ansiosas. Gozoso de emitirlas como si cada letra le acariciara el aliento.

De las sombras, una joven vestida en una yukata carmesí con blanco fue apareciendo, caminaba descalza entre las llamas, tenía el cabello rosado suelto hasta los hombros, su rostro era blanco y sus ojos verdes jade miraban piadosamente al joven que yacía inconsciente y derrotado a un lado del Kyubi. La joven se inclinó hacia Naruto y colocó su cabeza en sus piernas para agasajarle con ternura el rubio cabello…

-¿¡Haruno!?… -emitió un poco de sorpresa la voz del demonio, entre confusión y decepción, hasta que un silencio le permitió distinguir los suaves rasgos de la joven revelados a sus flamígeros ojos y rió con indicios de una redescubierta ironía… -Jajajaja… Al fin nos encontramos cara a cara… Deseoso, apetecía conocer a la persona más importante para Naruto Uzumaki. He visto muchas veces tu rostro en su mente, pero por un instante pensé que eras Ella… Olías como a Ella…  y te movías como  Ella… Incluso la mirada en tus ojos es… Ella…

La pelirrosa usó su energía para curar las heridas de Naruto, una vez que lo confortó, lo dejó con cuidado y se incorporó para enfrentar al zorro…

-Deja en paz a Naruto… -dijo decidida Sakura.

-Jajajajajaja… No estás en posición de demandar chiquilla tonta. Aunque hayas llegado a mí con esa antigüita técnica astral, no podrás alterar el destino de Naruto. Él y yo tarde o temprano seremos uno y yo obtendré mi libertad. Naruto se alimenta de mi poder y yo de su chakra, con el tiempo ambos vamos haciéndonos más poderosos. Este cuerpo y esta esencia son perfectos para mantenerme en  este mundo tangible por un largo tiempo más, y si Uzumaki y Uchiha no pueden detenerme, dudo que lo logres tú… Jajajajaja… -el zorro rió y brincó hacia la joven.

Sakura cerró sus ojos, invocó un sello con una mano y con un movimiento… -jutsu no hikari… -una blanquecina luz se apoderó de la llameante estancia. El Zorro rugió de dolor ante el deslumbramiento de sus ojos. La criatura retrocedió más lejos de Naruto. Sakura abrió los ojos, estos brillaban en un radiante verde esmeralda…

-¡Sí eres alguien de Haruno!... ¡Esa bruja demente! ¡Pensé que Madara había acabado con ella y toda su nociva prole! ¡Maldición! -rugió el zorro enfurecido.

Los ojos de Sakura no dejaron de emitir aquel extraño brillo esmeralda. Inquisitivamente miraba a la bestia que tenía enfrente. Dio unos pasos  adelante y el Zorro se hizo para atrás…

-Deja en paz a Naruto… Cuenta que si Sasuke Uchiha no está para detenerte, yo sí… -dijo fríamente Sakura al aparecer entre los pasillos sombríos como una pequeña candela iluminada.

El Zorro de nueve colas rió estrepitosamente… -Jajajajaja… Haruno… sólo tres personas han podido enfrentarme y pagar el precio, Uchiha con su ceguera, Yodaima con su vida y esa desquiciada mujerzuela, cuya sangre maldecida por mí corre por tus venas… Aunque seas su descendiente, no te será tan fácil acabarme. Y si fuese así, tendrías que desaparecer a Naruto también. Algo que dudo mucho que desees a hacer… Naruto me necesita y tú necesitarás de Naruto como este miserable continente… Existen seres más poderosos que yo. Pronto los verás, así que no te conviene  que  desaparezca tan pronto…jejejeje… -Los ojos del zorro se enfocaron sonrientes y malévolos en la joven.
 
Sakura sonrió levemente… -Lo sé y también tomo en cuenta que existen sectarios y enemigos tuyos que desean liberarte como sucedió hace tres años. Sólo te prevengo que no es tu momento. Estás en peligro no sólo por mí, también existen unos individuos que buscan sellar cualquier abertura con el otro mundo. Si dominas a Naruto ahora, no tendrás posibilidades de esquivarlos y te sellarán en otra tétrica dimensión. Ellos no saben que tú estás en él y puedes pasar desapercibido por el momento para fortalecerte. Tú mismo lo dijiste, hay seres más poderosos y te rebasan en fuerza. Así que no dudes que necesitarás de  Uzumaki para enfrentar a tus enemigos. A diferencia de ellos, tú puedes caminar por este mundo gracias a él... Si sales, te encontrarán y yo puedo decirles cómo funciona el sello que te aprisiona en su cuerpo en cuanto sepa que has dañado a Naruto… - el zorro rugió enfurecido hacia Sakura. Ella se cubrió el rostro para protegerlo de su ardiente aliento de fuego.

-¡Maldita y astuta bruja! ¡No te saldrás con la tuya! ¡Tarde o temprano saldré! ¡Naruto es mío!... -El demonio de nueve colas derribó frenético los débiles muros que había creado para capturar a su carcelero. Explotó su furia y una vez desquitado, volvió los flameantes ojos hacia ella…

-Naruto jamás se dejara vencer por ti, yo estaré cerca para que sea así. -usó de nuevo la técnica de luz y el zorro retrocedió más haciendo que rugiera.

-¡Haruno! ¡Esa mujerzuela! ¡Maldita sea su alma! ¡Malditos los hijos que dio a esta tierra!... Pero no me detendrá, ni tú ni Uchiha… Ahora que sé quién lleva la sangre de esa ramera, no podrás esconderte de mí… Naruto no podrá protegerte más, nuestro destino es uno y él hará lo que yo le diga… -El Zorro rugió hacía la joven.

La pelirrosa se descubrió el rostro. -Tienes razón, tú y Naruto se están haciendo uno. Pero será el hijo de Yodaima quien triunfe sobre ti… Tu influencia no lo cegará porque su corazón es más fuerte que todo tu odio. -Sakura avanzaba al zorro.

-Jajajaja…  ¡Ya veremos! Te hirió una vez, lo volverá a hacer… Y yo me encargaré de que la semilla de Tomoe  y su maldita antecesor se extingan de una vez por todas… ¡Hetaira mentirosa! ¡Mujerzuela del infierno! ¡Has jugado conmigo durante mucho tiempo! -El zorro iba a lanzarse contra Sakura. Ella abrió los ojos con miedo, pero se contuvo e intensificó su técnica para encogerlo y alejarlo lo más que podía…

Haruno permaneció en pie con la mano firme en su jutsu y el monstruo sintió con dolor su ataque…

-Escúcha, sólo vine a prevenirte. Deja a Naruto en paz o de lo contrario caerás en la trampa. Los Otros Seres son capaces de rastrear tu chakra, si te expones aprovechándote de la debilidad de tu portador, vendrán por ti y Naruto morirá. No son como Akatsuki, son como tú. Vienen de tu mundo y ya  sellaron el pacto con tus enemigos. Así que no tienes más opción que hacerme caso y seguir oculto… Confía sólo esta vez en mí. Unicamente por Naruto, no soy capaz de dañarte y tampoco dejaré que alguien más lo haga. Te doy mi palabra... -El zorro de nueve colas se desintegró en miles de burbujas naranjas esparcidas por las paredes y el suelo. El demonio la rodeó y rió…

-Jajaja Veo que tienes la fuerza y el espíritu de una luchadora. Heredaste su valor y su determinación, espero no su locura, que eso fue lo que la arruinó jajajaja… Bien, te creeré por el momento… ¿Pero qué ganas con revelarme esto?... -los enormes y dorados ojos de la criatura aparecieron en el aire.

Sakura y el zorro se mirando fijamente, hasta que ella habló… -Ambos lo sabemos, es por Naruto. Ellos  quieren a Naruto por ti y yo no voy a permitir que por culpa tuya salga dañado. Dame tiempo, pronto verás a través de sus ojos que no te miento… Si lo dejas tranquilo, yo misma los protegeré… ¡Es una trampa! ¡Debilitaron el espíritu de tu portador para obtenerte! ¿¡No te das cuenta!?...

La feroz expresión del Kyubi se serenó…

-¿Nos protegerás?… Jajajaja… Jamás creí alguna vez en la eternidad escuchar de un Haruno decir tal disparate, corres muchos riesgos por tratar de salvar a Uzumaki. Al pasar el tiempo, me haré más fuerte y llegaremos a igualar las fuerzas. Tarde o temprano continuaré con lo que he empezado y vendré por ti para sumergirte  en mi propio infierno, así como ella llegó a hacerlo conmigo... Te lo repito, nuestro destino es formar una sola identidad y yo seré libre para cumplir lo que me plazca… -los ojos del zorro desaparecieron… -Tienes su belleza y su astucia, me agradaba y complacía su suave solidez cuando me enfrentaba bailando su danza mortal, y tú me la recordaste existidamente… pero esa ladina jamás me dejó descansar y me atormentó con sus engaños y trampas… ¿Qué me garantiza que no harás lo mismo, si le acabas de hacer el mismo truco a Naruto?...

Sakura tembló, aquella extraña tonalidad en su voz áspera le dio escalofríos. Sus ojos jades se abrieron con sorpresa al recordar que los demonios eran astutos en aprisionar las almas para hacerse más fuertes. Respiró hondo, colocando las manos en su pecho para apaciguar su temeroso corazón. Miró con determinación su alrededor y el estremecimiento de su espíritu desapareció al abandonar sus manos de sus pecho y apretarlos en puños cerrados…

-No será necesario, hablo con la verdad. -el zorro bufó. –Y como no se  quebrantará nada, te juro que de no ser así,  te entregaré lo que no obtuviste de Haruno… mi alma… ¡Ahora deja a Naruto!… Si lo haces, salvarás tu porvenir en este mundo y estaré cuidándote desde lejos. Combatiré a tus enemigos de ser necesario, pero… Por favor… Deja a Naruto… -el tono de Sakura era suplicante. 

Un silencio absorbente los abrazó y la morada se tornó fría y oscura. El zorro  rió una vez más con ignominioso entusiasmo… -Las suplicas de un Haruno son música para mis oídos. No creí llegar a escuchar tan hermosa melodía… De acuerdo, Naruto vivirá un tiempo más. Tú sabes que mi amabilidad no durará para siempre, pero respetaré el trato jejeje… De todas formas me agrada la situación; si es verdad, no esperes nada más de mí, en cuanto tu amado no pueda contenerme, yo vendré por ti y si fallas, estaré más satisfecho  al poseerte antes de lo acordado jajajaja… -Un fuego emanó inesperadamente y rodeó a Sakura. La joven quiso gritar de dolor, pero se contuvo. Después el fuego rodeó su brazo y se acumuló todo en una pequeña cicatriz de media luna en su muñeca…

-Es un pacto. Si fallas, la marca te cubrirá. Si se extiende, significará que vendré por ti... Estoy ansisoso por volvernos a encontrar jejeje… Haruno…


Se desvaneció y Sakura sintió escalofríos. Se cubrió con sus brazos y miró a Naruto. Su figura fue desintegrándose en pétalos de cerezo y el laberinto fue derrumbándose para revelar una luz clara y una fresca pradera…

Todo fue un sueño, tan sólo un sueño… creyó o pensó… Mas la realidad en ese momento hacía dudar muchos eventos de ese instante…

**********************************************************************************

Abrió los ojos y vio una luz blanca. Algo cubría su boca, un plástico tibio que le transmitía un aire caliente. Sus largas pestañas estaban húmedas, el cabello estaba sujetado por una red y después percibió que su cuerpo estaba vendado completamente bajo unas sábanas blancas. Tenía frío y sed, no sentía nada más allá de eso…

-¿Cómo sigue? -pregunta una fuerte y pausada voz.

-Sus signos vitales ya están funcionando mejor. Debido al progreso de su chakra, se recuperará antes de lo esperado. Yo aconsejo tenerla un poco más en observación, después de todo la marca ya está haciendo efecto y su cuerpo debe adaptarse a su nuevo poder. Será doloroso, pero con paciencia irá asimilándolo poco a poco. Si la forzamos a adaptarse, puede llegar a ser caótico para su condición.-dice una voz femenina.

-… Bien, Rin. La dejo en tus manos. Cualquier cosa avísame primero a mí. -señala el hombre.

-No hay problema… Ah, Eichiro…

-¿Qué?

-Kenji preguntó por ella y dijo que era urgente hablar contigo al respecto… Yo que tú iría explicándole como son las cosas entre tú y Haruno. Pienso que comienza a desconfiar y es mejor mantener los lazos ahora que Murai nos sigue ¿No crees?...

-Jejeje… Ese Kenji… Siempre fue muy impaciente desde niño. Mira, no le voy a dar explicaciones hasta que crea conveniente hacerlo. En cuanto a Sakura, ella se quedará conmigo, bajo mi tutela y el de Minako… Tú lo dijiste, necesita tiempo para soportar su nuevo poder. Sólo yo sé cómo lidiar con él, sin que nadie salga muerto como la vez anterior. Después de todo somos parientes y compartimos el mismo secreto en la sangre.

-Yo no me opongo. Estoy de acuerdo contigo y cuenta con mi incondicional apoyo ¿Pero qué les dirás por el momento? Por lo menos para mantenerlos calmados.

-Jejejeje… Mi querida Rin, les diré lo que desean escuchar… Qué no se preocupen, yo sigo estando de su lado, mientras ellos cumplan con su parte del trato y se encarguen de Naruto Uzumaki y de su famoso Kyubi… Recuerda, soy un guerrero con palabra.

-Está bien… ¿Y ella?... ¿Cuándo se lo dirás? -Rin miró a Sakura preocupada.

-Ten la certeza de que lo sabrá. Cuando esté preparada… Por el momento que se conforme con saber que ahora nos pertenece…

Sakura cerró los ojos, algo corrió por sus venas para dejarla dormida… -Naruto -…

(Inner -¡No! ¡Otra vez, no! ¿Por qué me pasa es…to…


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Naruto soñaba con una pradera verde, rodeado de cerezos recién florecidos. Había un viento cálido que soplaba con dulzura el aroma de aquellos capullos rosados, y estos caían con suavidad. Estaba acostado en el pasto y miraba al apacible cielo azul. Sintió una tibia presencia a su lado y giró. Sakura le sonreía y miraba tiernamente con sus esplendorosos ojos jade. Le sacó la lengua alegre como señal de saludo. Naruto estaba perplejo, mas no se levantó. Con lágrimas en su fuerte mirada azul, acercó su temblorosa mano al rostro niveo de la muchacha. Cuando ella la tocó con dulzura, Naruto se estremeció. –Eres… eres real… -dijo conteniendo la emoción.

Sakura sonrió con tristeza y asintió. Acarició su rubio cabello y lo observó para memorizar cada detalle de su esencia. – No lo hagas… -dijo de pronto. –No te hagas esto. Todos te necesitan, no sabes cuánto… -dijo asombrándolo.

-… Pero yo te necesito a ti.


-Mentira. No más que ellos a ti. Yo ya no puedo volver, por más que lo desee. Pero tú debes permanecer al lado de nuestros amigos. Tiempos difíciles se acercan para Konoha. No la abandones, como lo hice yo… Todavía tienes mucho que demostrarles y yo estaré observando con orgullo como conseguirás brillar entre todas las adversidades, chiquillo loco.

Naruto acariciaba su rostro y llegó hasta sus cabellos, contenía las lágrimas. –No me importa ahora…

-¡Tiene que importarte! A mí me importa, me importa que continúes adelante… La razón por la cual me aferré a tu lado fue porque eres increíble… Estando a tu lado me inspirabas a seguir adelante frente a cualquier cosa. Me hiciste creer en mí y en los demás, a ver que en el mundo nada está por dado y que sólo con la perseverancia y la fe uno puede llegar a cambiar el destino… Ahora, no le niegues eso a nadie… Serás Hokage y yo me sentiré muy feliz de verlo… Haz lo que un futuro líder debe hacer… No, un líder hace… Prométeme que protegerás a nuestra aldea, pase lo que pase…

Naruto observó a Sakura quien sonreía y lo admiraba con fiero orgullo. Uzumaki se abrazó a ella… -Lo prometo. -y Haruno lo estrechó entre sus brazos. Acoplaron sus frentes mientras ella emanaba una suave y cálida energía alrededor del joven; por último sus labios, con suavidad y triste ternura, se unieron y Naruto recuperó las esperanzas. Después dormitaron juntos, uno frente del otro sintiendo por última vez su calor.

-Naruto… Gracias… -susurró Sakura sobre sus labios y regalándole una sonrisa.


Naruto despertó, había escapado de la muerte. El primer rostro que vio fue el de Hinata. Era compasivo y su esperanza destilaba dulzura al verlo despierto.

-Naruto -dijo feliz y conteniendo las lágrimas.

-Hinata -susurró el rubio y pensó que realmente se veía muy linda sonriendo.

Una vez consciente, se incorporó poco a poco y pudo ver cerca del marco de la puerta a Sasuke esperando también su reacción. Ambos quedaron en silencio, mirándose y con seriedad. Hinata tenía miedo de que pelearan y se apretaba nerviosa las manos. Entonces Uzumaki sonrió y Sasuke lo imitó.

Continuará…

PARA LO QUE QUIERAN SEGUIR ESTA HISTORIA EN ESTE MISMO ESPACIO ESTÁ LA PRIMERA PARTE Y ESTÁ COMO libro I... GRACIAS POR SUS LECTURAS

kittycat Desconectado
« Respuesta #1 en: Agosto 29, 2012, 12:33 am »

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Re:FANFIC: ARPEGIO EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO LIBRO II
« Respuesta #1 en: Agosto 29, 2012, 12:33 am »
LIBRO I: EL INICIO                                   
…Si inventara un jutsu para atrapar la belleza de los cerezos,  sería sólo para tenerla a ella a mi lado, porque pareciera ser que ella es la flor efímera y no las sakuras que al menos ellas sí se dejan atrapar entre mis dedos…

Clasificación: (H/C), (OTP), (OOC), (OC), Angst, Lemon (+18).
Parejas: Principales: SasuSaku
LIBRO I: ARPEGIO, EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO   
PARTE II, LA BÚSQUEDA: La indagación de Sasuke para detener al Fénix Bruno de Akahaki, un misterioso enemigo que atenta contra Konoha.


Capítulo I

Un recuerdo…

De niño solía recordar pasillos oscuros, techos tan altos como el cielo nocturno, y rostros tan viejos como los gestos que hacían las montañas al caerles el olvido del tiempo… Sasuke, pequeño y de ojos grandes y oscuros, fue visto por un par de perspectivas húmedas y secas por la costumbre del determinio. La totalidad en su faz estaba en las sombras, hasta que alguien sopló unas palabras desconocidas y las velas a su alrededor se encendieron de pronto como el movimiento de una ola. Sasuke se asustó y fascinó, pero aún sus ojos no podían ver lo que ocurría… -Así que este es tu hijo. Sasuke Uchiha, hijo de Fukagu y nieto del legendario Kozuki Uchiha… -dijo una voz que no alcanzó a ubicar. Sasuke miró a su alrededor, miró rostros entre cavernas de tela y otros ocultos detrás del aura débil de las flamas, por lo que sus rostros eran deformes.

-Descendiente de Madara, por lo tanto, portador de la sangre de Tengu. No olviden lo qué pasó hace veinticinco años en la batalla de Domaina… -dijo lo que fue una voz femenina.

 -Eso ya forma parte del pasado. El tratado de paz ya fue sellado por Yodaima y el Amo del Atardecer. Ahora, debemos de aliviar los lazos que fueron negados a unirse… Mikoto…

Sin darse cuenta el pequeño Sasuke, su madre estaba a su lado. Ambos estaban hincados mirando hacia una superficie oscura y poco alumbrada por las velas. Sasuke  miró con mayor atención a su alrededor y fue que se percató de forma escalofriante, que quienes los miraban, a él y a su madre, eran varios ojos rojos con un carácter extraño, un doujutsu en forma de caleidoscopio, era el sharingan o algo parecido a él. El par de ojos que estaban en el altar de la reunión los miraban fijamente, era muy diferente a los otros y parecía tener más facetas. A diferencia de su sharingan su brillo era más intenso y despedía iluminaciones doradas, a disconformidad de las suyas que eran más oscuras, después fue percatándose de cierta aura pesada y dominante en el espacio…


-Señor, -dijo Mikoto… -Sí, este es mi hijo, Sasuke Kozuki Uchiha y estoy aquí para presentarlo frente al clan Miyahara. Mi fin es… que le permitan realizar la prueba de Akahiratsu con el propósito de deslumbrar la luz y la oscuridad que corren por su sangre…

-¡Más oscuridad que Luz! –Insinuó la misma voz femenina detrás de las velas, su tono era de desprecio cada vez que mencionaba su apellido… -Vuelvo a repetir que tomemos en cuenta las acciones del pasado. El chico es más uno de ellos, que uno de nosotros. Es un Uchiha. A esta distancia pueden ver mis ojos el predominio de Kozuki y Madara en sus venas… La determinación de su herencia puede llevarnos a la ruina. Si el primer producto de la unión de ambos clanes falló ¿Qué nos hace pensar que éste si se logrará?...

-¡La leyenda, Madoka! ¡Ya que hablas de escuchar las voces del pasado, entonces atiende a esta!... Tarde o temprano, la luz y la oscuridad de los poderes del Demonio Tengu tendrán que volver a su unidad. Si eso es posible, podremos tener una oportunidad para protegernos de los poderes de Hikai… -dijo una voz masculina y vetusta.

Madoka volvió a hablar… -Las leyendas no nos salvarán de Hikai, aunque fuesen ciertas. Los Haruno, los Miyahara y los Akio han forjado alianza cuando se fundó nuestra aldea. Nuestra unión ha sido poderosa debido a que hemos considerado con prioridad las cosas que tenemos en común, entre ellas, nuestros enemigos, los Uchiha son nuestros enemigos y aunque el forje de los kages y ésta unión tengan el fin de cambiar esas diferencias, será en vano por la profundidad de la herida…

Mikoto miró severa y con rencor a los ojos de Madoka… -Sí las heridas no han sanado ha sido por gente como tú…

Los ojos de Madoka brillaron hacía ella feroces…

-Bien, bien, bien, bonita argumentación, Madoka. Pero todos nos estamos precipitando ¿No creen?... –Un par de ojos salió de la oscuridad, tenían la misma forma del caleidoscopio de los otros doujutsu, la única diferencia, era su color, era de un azul celeste con deslumbramientos zafiros. El hombre del doujutsu celeste comenzó a salir entre las sombras… -¡Vamos! No seamos tan pesimistas si tampoco podemos ser optimistas… Además, hay que pensar en el bienestar del pequeño, primero. –el hombre era joven, de tez blanca, rasgos finos y sus cabellos negros y encrespados eran largos y sueltos. Llevaba en su frente una cinta ninja roja con la placa de Akahaki, una estrella de nueve picos que representaba la luz en destello de amanecer, y unas joyas que colgaban de él, en su punta había una piedra verde muy bella y extraña. El hombre era carismático, Sasuke pensó que si aquel hombre le llegase hablar, apostaría por él bajo cualquier situación. Su expresión era de confianza, amigable, determinante y misteriosa; no era fría ni severa… -Suena bien prescindir de un futuro sin Hikai y es verdad que los Uchiha son los primeros en desalentar la paz entre las aldeas. Pero, antes de comenzar en calcular nuestros propios intereses, debemos de tomar en cuenta la solución de las prioridades más cercanas…

El hombre miró a Sasuke haciendo que se sonrojara… -El niño debe conocernos, debe conocer de dónde viene y también tiene el derecho de saber cuáles son en realidad sus habilidades, saberlo puede llegar a salvarle la vida algún día; a él y a sus seres amados. ¿Quiénes somos para negarle el conocimiento que tiene por derecho de sangre? También es uno de nosotros. Todos hemos pasado la prueba y ninguno la ha satisfecho; no me hagan pensar que podrían ser por celos injustificados no haber logrado una probabilidad de cambio, un Uchiha puede llegar a pasar la prueba como también puede llegar a fallarla ¿Quién sabe?... Podríamos averiguarla, si accedemos a la petición de nuestra  querida, estimada y valorada Mikoto…  Una de las leyes del clan es acobijar a nuestra familia, Mikoto es nuestra familia y su hijo… No podemos darle la espalda, al negarle conocernos nos ofrecemos a la propia extinción y al olvido… ¿Qué dicen?... –terminó el hombre mirando a su alrededor a los ojos rojos que refunfuñaban su seguridad. Sasuke no entendía nada y al mirar a Mikoto, su consternación fue más, ella sonreía radiante y agradecida a aquel extraño hombre. Su ojos negros radiaban ternura y conmoción, eso, el niño, jamás lo había visto o, el hombre, recordado. Los ojos rojos alrededor en la oscuridad seguían siniestros, otros indecisos…

-Miyahara tiene razón. Debemos hacerlo. El pequeño tiene derecho y es deber del clan proveer a sus hijos de su sabiduría para protección suya y de sus seres más amados. Esa ley fue dada por el primer Miyahara, antes de que la luz y la oscuridad se ocultaran de nuevo de sus ojos… -dijo un anciano.

-Lo hicimos con el mayor, no pasó la prueba… -rugió una voz.

-¿A quién le importa eso? Kihan  puede ser un imbécil por las razones equivocadas, pero el anciano tiene razón… Si a Itachi no le hemos negado ese derecho, porque sí al hermano menor… -dice otra voz más joven y masculina.

-El pequeño puede tener derecho, pero que tal sí pasa la prueba. ¿Acaso los Uchiha no intentarán usarla para hacernos daño?... –dijo una voz femenina y madura.

-¡No! ¡Se equivocan! –gritó inesperadamente Mikoto. Su mirada era de suplica, más que de reto. –Ustedes aún no pueden juzgar a los Uchiha. Han pasado centurias desde que comenzaron las grandes guerras, pero ¿Cuándo terminarán?... Si seguimos con estas ideas, ambos seremos al olvido. Por ello, sino piensan en el bien de mi hijo, piensen en el suyo y del clan, porque ahora todo puede llegar a ocurrir.

Los ojos brillaron y las voces se elevaron en discusión. Algunos afirmaban, otros protestaban, las voces  se intensificaban y acaloraban la fría atmósfera… -Bien… -dijo una voz más fuerte y dominante… -¡Basta!… -al momento de alentar la primera explosión de aire, todos callaron y ningún sonido se emitió…

-El muchacho hará la prueba; pero antes, Fukagu debe de saberlo… -las voces iban a levantarse, pero un par de ojos se abrieron en el altar y todos enmudecieron y dejaron de brillar los iris en las sombras. El doujutsu era atemorizante, rojo y más intenso, tenían la forma de una estrella de nueve puntas, era similar al suyo, pero su brillo despedía un arcoíris nacido del infierno que le succionaba el alma…

Pasaron tres años y medio; estos parecieron largos y tranquilos, pero no para los shinobis…

Sasuke se encontraba observando la aldea desde la cima del árbol más alto y viejo de los alrededores. Por unos momentos se había distraído de su guardia tras una pequeña e instantánea migraña. Desde que sufriera el ataque sorpresivo de la akahaki tiempo atrás, comenzaba a tener ensoñaciones involuntarias e inoportunas. Se distraía con facilidad gracias a ellas, sin embargo no estaba dispuesto a revelarle al mundo su fastidioso secreto. Mientras nos se distrajera gravemente de su trabajo, todo estaba bien, además, los necesitaba para poder descifrar los enigmas que años atrás le marcaron la vida. No hallaba qué pudieran significar, se encontraba tan distinto y ajeno a esas imágenes que pensó que tal vez era una maligna jugarreta para hacerlo caer en algo más oscuro. Sencillamente no le desenterraba sentido ni ubicación a ninguno de los extraños personajes que remembraba. El golpe en la nuca que le diera aquella Akahaki, hace tres años no pareciera tener explicación o fin. Mas, él no dejaba de recordar o de imaginar cosas en momentos tan calmados como aquel. Muchos eran recuerdos de la infancia que había olvidado, no se había reconocido en ellos hasta no ver su imagen en el reflejo visual de los otros.

Especuló que los akahakis querían decirle algo con los recuerdos, pero aún no era capaz de interpretar que significaba el contenido de su memoria; su valor no era descifrado, tal vez debió haber consultado con Tsunade o haber confiado en alguien, sin embargo, los únicos quienes podrían ayudarlo estaban muertos, su hermano Itachi fue el último en llevarse los secretos de la familia Uchiha al infierno. Sasuke, como su hermano, no compartía su secreto por egoísmo y temor de volver a castigar a sus cercanos con otro error; además tenía el presentimiento de que sólo a él le concernía, si los hijos de abukara deseaban atraparlo no les haría fácil el camino.
 
Sentado en la noble rama del árbol contemplaba absorto el paisaje. Pronto acabaría su media hora de descanso y quería aprovecharla para relajarse y respirar el aire puro. Tenía mucho trabajo por delante y demasiadas cosas en qué pensar. No tardarían en anunciar la declaración formal de la guerra entre el País del fuego contra el País de la luz. En cualquier momento lo llamarían para ir a la oficina de la Hokage y enterarlo de las nuevas y malas noticias.

Para el shinobi no había descanso, mientras todo el mundo se preparaba para el combate venidero, ellos ya estaban sobre las trincheras. Él y su escuadrón perseguían a un grupo de Takatami que merodeaban por el país del Fuego recolectando información para sus aliados de Abukara. Había mandado a sus mejores shinobis, pero todos ellos habían fallado para molestia de él. Mientras su aldea combatía, ellos debían de resguardar sus espaldas, así como los enemigos se meterían en los territorios de los países para debilitar sus fuerzas, Sasuke y sus ninjas se introducirían en el sector de seguridad de la nación con el mismo fin.

De inmediato que le dieran el aviso iría personalmente en busca de aquellos astutos oponentes. Eran cuatro meses de persecución y nada habían conseguido. Tendría que hacerlo como a la antigua, si quería algo bien hecho tendría que hacerlo él mismo.

Sasuke miró que el sol comenzaba a declinar y una extraña sensación le llegó de pronto. Siendo la aldea de Konoha el ejército de todo el País del fuego tenía ciertas libertades que lo caracterizaban de independiente y único en la nación; pero al enterarse de la llegada de Murai Ozu, hace ya tres años, no pronosticaba que existiera una relación estable actualmente con los señores feudales. Después de la última guerra con Akatsuki, algunos de estos nobles señores seguían mirando inquietos el poder que los shinobis podían llegar a desarrollar. Los problemas que existían entre las aldeas ninjas involucraban necesariamente a sus países y viceversa, pero esto comenzaba a ser visto con poca tolerancia frente a las nuevas y burocráticas ideologías como las de Murai Ozu. -¿Qué tramará ese individuo? -se dijo tratando de descifrarlo en la caída del sol.

Cuando lo conoció no fueron bajo las más amenas circunstancias ni condiciones…


-Soy Murai Ozu. Pertenezco al sector de seguridad Soun, una fuerza especializada en atrapar plagas virulentas como aquella a la que defiendes niña… ¡Entrégalo! y nada va a pasarte



Otro recuerdo le causaba una dolorosa punzada, no era por aquel hombre, sino por quien lo defendía…



-¡Niña necia! ¡Haz lo que te ordena aquel hombre! -le rugía una mujer madura y harapienta que se encontraba a un lado de Sakura.

La pelirrosa suspiró y se acomodó sus guantes lista para la lucha. –De acuerdo… No me queda de otra. Si lo quieres, ven por él. Pero antes tendrás que probar tu fuerza conmigo - la pelirrosa se preparó.

-¡Niña idiota! ¡Ése no es cualquier pelele! ¡Es Murai Ozu! ¡Ni con lo que te acabo de enseñar le ganarías!... ¡Dale al chico y huye!... ¡No vale la pena dar tu vida por un traidor!  –gritó la extraña mujer.

Murai sonrió confiado… -Ustedes los de Konoha son una gran broma. Jovencita, debes de hacerle caso a tus mayores, de lo contrario no alcanzarás a ser uno.- aconsejó con burlona frialdad.

Sakura no respondió, miró con sus ojos jade detenidamente hacia su oponente y salió a la carga con el puño cerrado…



Evitaba pensar en ella. Pero aquella tarde necesitaba recordarla y no entendía por qué…


Después de la batalla con Naruto todo fue oscuridad y escuchó la lluvia caer…

-Te dije que cumpliría con mi promesa, Sakura… Te prometí que lo traería de regreso, aunque tuviera que romperle los brazos y las piernas…

-¿Estarás bien? ¿Acaso el poder de Itachi…

-No… Le estoy agradecido ahora… Sin él no estoy seguro de lo que hubiese pasado...

-¿Y ahora? ¿Qué vamos a hacer?... No estás repuesto aún de tus heridas y… Si te pasara algo, yo…yo…yo no podría soportarlo… ¡Al menos deja que vaya contigo! ¡Tú sólo no podrás contra ese demonio! ¡Si no regresaras yo me…

Se escuchó el sonido de un golpe en el piso. Sasuke no podía ver, tenía vendados los ojos…

-Sakura… Regresaré. Te doy mi palabra y tú sabes que puedes contar con ella… ¡De veras!.. Nada me impedirá regresar, menos ahora…

Hubo un largo silencio… -¿Ahora qué ocurre? -se preguntó el pelinegro. Unos  fuertes y veloces pasos se escucharon a toda prisa y sonó el zarpazo de la puerta… Un fuerte viento golpeó con ella y gritaba junto al llanto de una tormenta…

-¡Naruto! ¡Naruto!... ¡Naruto!... -interrumpió la desesperada voz de la joven.

Nada más escuchó y cayó rendido por el dolor de sus ojos y el de su cuerpo.



Despertó y sintió un calor suave y cómodo. Aún tenía vendados los ojos y partes del cuerpo, pero el dolor era menos insoportable y cada recorrido de aquella cálida sensación resucitaba las partes desahuciadas de su cuerpo. Como si hubiese estado muerto, sin sensación,  fragmentado por el rencor y el dolor, su cuerpo jamás había experimentado algo así. Cada emanación de aquel calor reanimaba su entidad, lo llamaba, unía cada miembro que creyó perdido, lo conectaba de nuevo unos con otros y era como si volviese a nacer en aquel consolador tejido, olvidando todo aquello que había conocido y lo había destruido. Caricias y masajes lo envolvían en un exquisito claustro, se sentía protegido y comenzó a descubrir que volvía a sentir, no dolor, sino paz y placer, cada partícula cuando el calor que lo calmaba avanzaba despacio y sutil sobre su piel, su carne y sus huesos…
-Sí que eres afanosa; pero muy idiota. Tarde o temprano te encontrarán a ti y a tu disque amigo… Luego a tu novio lo matarán y todo se habrá perdido… ¿Por qué no huyes conmigo? Te enseñaré nuevos trucos y podrías serme util y mientras no les muestres que eres una ninja de Konoha, podrás vivir tranquila… ¿Oye, me escuchaste? ¡Hey!... -era la voz chillona de una mujer, a Sasuke le confundía su velocidad.

Las sábanas fueron movidas, las vendas quitadas con cuidado y sus heridas fueron mojadas con un fresco ungüento que olía muy bien. Unas suaves manos pasaban por ellas y eso lo confortaba a tal grado de desear su eterna continuidad.

-Sí, te escucho… Gracias por el interés, pero me quedare en dónde estoy y esperaré a Naruto… Además, él me necesita. -la respuesta fue muy seca.

-Vaya, sí que has cambiado… No me golpeaste como la otra vez. Mmm…  ¿Por  qué no lo curas como lo hiciste con tu novio? Ah… ¡Eres elitista! ¡Qué mala persona eres!...

-¡No es por eso! El rastreador de Ozu… Rastrea chakra, si lo uso como con Naruto nos hallará. Se lo proporcionare poco a poco para pasar desapercibidos. Además, tampoco me queda mucha energía, necesito un poco más de tiempo para recuperarme, en la operación gaste mucha y… ¿Quién era ese sujeto? Nunca había visto nada igual.  Absorber chakra con las yemas de los dedos es...

-¿Imposible? Jajaja, niña. Hay cosas que aun te faltan por ver…  Ese hombre trabajaba para Abukara, el clan líder de los aliados del estandarte blanco del sol. Fueron alguna vez el clan más poderoso del continente…

-¿Y? ¿Y qué pasó con ellos?


-Nada… Perecieron en la tercera guerra ninja… - Sasuke olió por unos instantes a tabaco.

-Como se lo merecían al ser unos pedantes arrogantes… El cuarto Hokage los venció. Después sus secuaces sobrevivientes se dispersaron. Algunos murieron por acuerdos de las aldeas, fue la única vez que se unieron… bueno, hasta ahora… Otros se unieron a Orochimaru o a Akatsuki…  Mmm… Supongo que por ello no me has golpeado, no tienes más chakra… Sí que te dieron una enorme tunda, niña…

-¿Orochimaru y Akatsuki? Pero… ¿Qué hacía con Murai Ozu?...

Sasuke pensaba que lo que decían no tenía sentido. Estando con Orochimaru no recordaba a ningún ninja con esas características del finito clan Abukara  o a alguien de Akatsuki. No entendía que pasaba a su alrededor. Permanecieron calladas por otro largo rato. Creyó que estaba mejor, así podría sentir a gusto aquellas manos que lo curaban, su suavidad lo estremecía y olvidaba por momentos el padecimiento que lo atormentaba. Había hallado consuelo en aquel cálido tacto, el olor del ungüento lo abrumaba con delicia y deseaba que no terminara…

-¿Hey, niña? -dijo la voz chillona. A Sasuke ya comenzaba a molestarle. Cada vez que hablaba los masajes de la joven eran menos.

-¿Por qué… por qué lo curas? Traicionó a tu amigo, casi destruye a tu aldea y por si fuese poco, casi te mata a ti…  Pasaron muchas viscitudes para encontrarlo y él lo único que hizo fue darles una patada en el trasero, dime ¿Por qué tú y tu novio insistieron tanto? También debieron recapacitarlo,  su búsqueda pudo traer la ruina de Konoha. -el tono de la voz chirriante ya no era burlón, tenía un toque un poco más serio.

-… Por un momento casi llegué a creer eso también. Mas, al descubrir cómo habían sucedido las cosas, supe con certeza que Naruto y yo debíamos seguir intentándolo. Sasuke se convirtió en nuestro punto en común; es nuestro amigo y compañero, no podríamos abandonarlo… Algo lo une a Naruto y a mí que es imposible renunciarlo… No sabría explicarlo… Sólo sé que no volveríamos a dejarlo solo… No espero que lo entiendas…

Sasuke era quien no lo entendía…
-Mmmm… Ya veo, síp, sí lo entiendo. Ese tipo de vínculos no necesitan explicarse, con verlos basta para sentir empatía. Tú y ese niño zorro me sorprenden… Otra cosa más… He notado que ya no te molesta que llame al niño zorro “tu novio”… AHHHHH!!! ¡Lo suponía! ¡Te sonrojaste!... Bien, hacen una bonita pareja. Me alegro por ustedes. -olió ligeramente a tabaco.

Sasuke no entendía nada…

-Por favor, apaga eso ¿No ves que estoy frente a un herido?...



-Sa… Sakura… -dijo cuando al fin despertó sin la venda de los ojos…

Su recuperación le pareció lenta y sosegada. La operación de sus ojos había sido ardua y dolorosa, mas se salvó su vista. Estaban ocultos en una pequeña choza en lo profundo del bosque, en el País del Fuego. Sasuke no se podía mover completamente, tenía que reposar en cama. La habitación era pequeña, pero fresca en días soleados y calientes en temporadas frías. En aquellas regiones los cielos eran invadidos por los caprichos del invierno y encontrándose en una zona alta eran comunes las lluvias por las tardes, en algunas noches y en las madrugadas; mas, por el mediodía el sol al fin iluminaba su morada cálidamente. Era la única habitación en la choza, por lo que, Sakura, decidió dormir en el recibidor para darle espacio a Sasuke una vez que estuvo consciente.

Durante su dolorosa atención, sentía el aroma de los cerezos muy cerca de él. En aquellos momentos, con la venda en los ojos, aun no descifraba de qué podría tratarse, mas sentía una presencia a su lado que lo confortaba; era muy familiar su naturaleza y le agradaba en todos los sentidos. Después de tanto padecer, era la primera vez que llegaba a sentir una sincera paz en su interior. Cuando tenía pesadillas por consecuencia de la fiebre, la misma y tersa mano lo vivificaba con una acaricia en la mejilla o posándose gentilmente sobre su frente, ojos y pecho. Emanaba una cálida energía y volvía a descansar. Al pensar en ese grácil perfume, se dio cuenta que Sakura estaba cerca o dormía a su lado, con la cabeza recargada en su colchón para velar por su salud. Al irse ella a la otra estancia el perfume era menos fuerte y se esfumaba, dándole al lugar cierta desolación.

Sasuke era atendido cariñosamente y en silencio. No hablaban ni comentaban nada, ni cuando le traía los alimentos, lo ayudaba a acomodarse en la cama, le cambiaba las vendas, le revisaba los ojos o en la tarea que debía llegar a ser la más embarazosa, la hora de baño, articularon palabras. Por las noches solía leerle algunos poemas e historias que se reservaban en el escaso y anticuado librero del hogar. Sasuke no prestaba atención y Sakura, aunque lo sabía, continuaba leyendo para construir un puente de comunicación que llegara a servir. El lenguaje de la joven era discreto y transparente, cada mañana le colocaba flores frescas en un jarrón a un lado de su cama, acomodaba las cortinas para que los rayos del sol calentaran su habitación y encendía velas para que la entibiara por las noches.

Él no decía nada desde que mencionara su nombre, así que permanecían cerrados para no incomodarse y, en cuanto a los detalles, estos no eran vistos. Sakura conocía el carácter reservado de Uchiha, por lo que decidió guardarse cometarios innecesarios que pudiesen fastidiar a su amigo, después de todo lo notaba raro y meditabundo. Para ella también era extraño tenerlo tan cerca después de tantos años sin verse. Al principio le temía, había cambiado casi por completo y su aura era más oscura que antes, pero la sensación se esfumaba con los días y la esperanza de su completa recuperación y seguridad la animaba a reconstruir los lazos de amistad que años atrás se hubiesen roto.


Sasuke, en efecto, estaba pensativo y trataba de ordenar poco a poco cómo habían ocurrido los hechos para justificar su derrota. Necesitaba reflexionar y llegar a una conclusión que lo ayudara a descifrar la razón por la cual aún seguía con vida. Se sentía mal y confundido, no le hallaba sentido a su nuevo estado, no tenía idea de qué hacer. Todo lo planeado se había derrumbado y estaba a la deriva ahora sin ningún propósito que lo motivara a seguir existiendo. Guardaba furia, tristeza y cólera con el paso de las horas y los días al no hallarle un significado. Naruto había arruinado con todo…

 -¿Por qué?   
Dijo con un susurro de voz. Aquella pregunta abrió una pequeña grieta entre el muro que aislaba a Sakura de Sasuke. La ojijade notó el ansioso tono con que dejó escapar esa cuestión. Al principio dudaba si intervenir o no; mas, qué podría decirle si no tenía idea. La pregunta era para cualquier ser invisible y por su melancolía suponía que nadie la contestaría. Sakura pensó que ella seguía siendo invisible a los ojos de Sasuke, entonces podría intentar responder a lo que le aquejaba; y en cuanto a la respuesta, fuese o no correcta, nunca lo sabría si ella no daba el primer paso…

-¿De qué? -preguntó y Sasuke no pareció darle interés y permanecieron en silencio. Sakura se sintió triste al pensar que no llegaría a saber nunca qué pasaba por su cabeza. Todavía no le tenía la confianza suficiente. La joven lo observó y dejó que su sensibilidad la guiara. Le habló de lo que habían padecido en su búsqueda, de la fe de Naruto y de cómo se llevaron a cabo las peligrosas intrigas que sometieron a Konoha y a su familia desde su fundación. De algún modo Sakura quería justificar la inocencia de Sasuke señalando los malévolos crímenes del pasado. Pero, el joven Uchiha no mostraba nada en su nostálgico semblante. Sakura tuvo miedo de que estuviera demasiado deprimido y que llegase pretender una locura cómo el suicidio. Su Inner furiosa no estaba dispuesta a dejar que cometiera semejante locura, suficiente habían padecido ella y Naruto para que al final les saliera con eso.

 Sakura pensó rogarle, pero ya estaba cansada de suplicar y severa le exigió que saliera de aquel estado anti anímico por el bien de él y de todos. Sasuke, sin esperarlo, le respondió con lo que se esperaba de él, aquello no debería importarle. Sakura reaccionó furiosa y nuevamente dio una angustiante explicación de cómo Naruto, el resto de sus compañeros y ella hicieron más de lo posible para hallarlo y traerlo a Konoha. No derramó lágrimas, estaba cansada de ellas. Si Sasuke no comprendía o no aceptaba por lo que Naruto y ella estuvieron dispuestos a hacer por él, entonces no tenía caso gastar el aliento. Sakura respiró agotada y permanecieron callados; después sonrió y aceptó que ambos habían hecho suficiente por Sasuke y que todo dependía de él. Ansiaba  la ojijade que su amigo se recuperara, sino por ellos, por él mismo o por cualesquiera que fuesen sus fines…


-Después de todo este tiempo… sigues siendo una molestia, una pequeña fastidiosa… No has cambiado… Deja de preocuparte por mí… -le respondió Sasuke mitigando su furia. La travesía de sus amigos no significaba nada a comparación de todo por lo que había pasado, perdido, descubierto y proyectado. Sakura se molestó al principio y después de meditar su resignada idea, sonrió. Había cumplido con parte de su objetivo, Naruto y ella pudieron salvar a Sasuke y ya nada más podrían llegar a hacer. Lo miró sin esperar nada a cambio...

-Tú tampoco has cambiado. Sigues siendo el mismo niño berrinchudo e insatisfecho con todos y consigo. Eres duro, frío y continúas siendo perseguido por los mismos temores una y otra vez. Trato de no sentir lástima por ti porque ambos no lo necesitamos, pero tu actitud lo hace más difícil. -al decir esto Sasuke la miró fríamente…

-¿Qué sabes tú?...

-¡Deja de hablarme como si fuese una vil ignorante! ¡Tú eres él que no tiene idea de nada!...

-¿Quién eres tú para hablarme?...

Sakura lo miró compasiva –Tienes razón, no soy nadie para juzgarte. No sé nada de ti, del mundo, ¡Pero no te atrevas a decir que no sé lo que significa perder a un ser amado! ¡Por tu culpa llegué a sentirlo y quizás sepa igual de eso que tú gracias a ti!... Nada tuyo es de mi incumbencia, nunca lo fue y entiendo por qué… -Sakura, una vez terminada su faena médica, comenzó a salir de la habitación. –Sólo por los viejos tiempos, estoy dispuesta a tenderte la mano y a seguir creyendo en ti… Pero, si llegaras a planear nuevamente algo contra Naruto y Konoha, esta vez no me haré a un lado y no te dejaré en paz… -dicho esto fue hasta la puerta y se marchó.

Eran las primeras palabras de Sakura que llegaban a herirlo y seguía ofuscándolo más en la incertidumbre. En ese momento deseó que Sakura hubiese cerrado la boca para no complicarle más las ideas. Se acostó molesto mirando al techo. Con el cuerpo dañado y sin energías suficientes, aun no podía marcharse de allí. Apretó los puños furioso al sentirse tan inútil. A un lado estaba la ventana que mostraba la dorades del día, cerca había un árbol donde se posó un pájaro azul oscuro, con un pico largo y las plumas encrespadas. Se acicaló por unos momentos y al sentir la mirada de Uchiha, saltó al vuelo. Sasuke no podía más con la impotencia y se hizo el propósito de marcharse de allí en cuanto recuperara las fuerzas, aunque tuviera que martirizar a Sakura otra vez, eso ya no le importaba.

Sakura lo ayudaba en su rehabilitación, lo ayudaba a caminar y le aplicaba masajes que auxiliaran a su circulación. La pelirrosa enmudecía, pero a veces le parecía tediosa la parquedad del ambiente y mencionaba comentarios alegres y optimistas sobre el clima, la tranquilidad de la noche, el canto de los grillos o lo bellas que despertaban las madrugadas. Sasuke permanecía en silencio y concentraba sus pensamientos en la forma de cómo escaparía. Al dar los primeros pasos por sí solo, pudo caminar por la casa y después por sus alrededores. A Sakura le daba gusto que sanara rápido, aunque la extraña mujer que había jurado a Naruto protegerlos, le insinuaba cosas con el fin de romper la confianza con Sasuke… -Te traicionará. Cuando se recupere, si te interpones en su camino, quizás pueda llegar a matarte. Yo que tú iría aplicándole algunas otras cosas para mantenerlo aquí… - Sasuke, en ese momento, fingía estar dormido. Al escuchar eso, sonrió para sí, de esa manera sería fácil aplicar sus “gentiles” modos para escapar de allí. –No -dijo Sakura consternando a Sasuke… -Sí quiere irse, lo hará… Lo que no deseo es que vuelva a lastimar a Naruto, aunque… sigo teniendo fe en él. Sé que abrirá los ojos tarde o temprano y se dará cuenta que el camino al odio no es la solución… -Se escucharon unas risas estridentes. El joven fríamente gruñó para sus adentros -¡Qué idiota! -pensaba.

La situación no fue sencilla cuando comenzó a recuperarse y valerse de sus fuerzas para atenderse. Sasuke se escapaba y al no poder lograrlo por su debilitada condición, Sakura lo encontraba y lo regresaba a la cabaña, que le pertenecía a la harapienta. Haruno lo regañaba como a un niño pequeño y le volvía a curar las heridas. Sasuke se fastidiaba de escuchar sus reproches y  pensaba sencillamente que no le interesaba lo que ella padecía para curarle. Se mantenía callado, la ignoraba y sus gestos eran crueles y groseros cuando ambos no terminaban peleando y gritándose. Hacía todo lo posible por mantenerla lejos de él; pero el feroz carácter de la kunoichi no cedía antes sus amenazantes miradas o bruscos comentarios. De niña hubiese estado callada y soltando lágrimas resignada, pero ahora era tirana en imponer su voluntad y nada la estremecía.

Tras un último intento de escape, Sasuke escogió un mal día. No conocía ese lugar por lo que no premeditó que las lluvias invadieran violentamente esa zona. Se perdió en el bosque y casi llegaba a ser alimento de esas extrañas y feroces criaturas. Su condición era tan delicada que al luchar con un feroz oso de dos cabezas y garras venenosas, quedó gravemente herido, sus garras le habían rasguñado parte de la espalda y el veneno era insoportable… -¿¡Qué clase de maldito bosque es este!? -se preguntó furioso. La harapienta llegó a interponerse y le exigió a la criatura que se largara. El oso le hizo caso como si hubiese sido hipnotizado por su voluntad y se fue en paz. Sakura llegó a él y lo atendió.

Al día siguiente, despertó en su colcha, con Sakura durmiendo a su lado en el desnudo suelo y ella sin abrigo.  Se veía muy exhausta. Sasuke recordó las heridas mortales de aquel animal, se revisó y se descubrió que estaba curado. Después de aquel fallido intento, no lo hizo más. Tenía que recuperarse completamente para poder salir de allí, aunque eso significase aguantar a la fastidiosa de su ex compañera. Nunca antes le había molestado tanto como en aquellos momentos, mas, cierto sentimiento de culpa le punzaba al verla tan apacible y cansada a su lado.

La harapienta de vez en cuando pasaba por allí para observarlos y cuando veía que todo seguía en calma, se marchaba con sus lobos. El joven sospechaba de ella, sentía que algo turbio se presentaba con su acabada imagen.

El verano ya anunciaba su efluvio y cuando su espiración llegó desapercibida, el otoño alargó las noches como si fuesen días. Haciendo más callados los cantos de las aves y más parlanchines los cuchicheos de los vientos. Sasuke observó cómo se curaban sus heridas y Sakura feliz no dejaba de atenderlo con ternura y paciencia; cosa  que a Uchiha no le conmovía o trataba de no complacerla. Su fin seguía siendo el mismo día con día, salir de ese infierno helado y estático en donde el tiempo ya no corría.

Sasuke tenía pesadillas, las mismas que de niño. Recordaba la muerte de su clan y ahora se unía al tumulto de sangre el asesinato de Itachi por sus propias manos.  Despertaba agitado y sudando, después se tranquilizaba y sus sentidos recuperaban la calma para percibir su alrededor. En ocasiones no llegaba escuchar nada, pero a veces, había voces y golpes que estallaban en el exterior. Al guardar algo de fuerza para caminar, pudo al fin descubrir de qué se trataba.

Con una yukata blanca de descanso, llegó hasta los sonidos y vio al fin el rostro de la vieja harapienta que solía acompañar a Sakura con sus viles comentarios.  El rostro de la mujer se veía jovial, podría llegar a pensar que era bello, pero tenía ciertas marcas que opacaban ese discreto detalle, cicatrices que sólo se dejaban a los espectadores de la guerra y el sufrimiento. La mujer le hablaba a Sakura del chakra, fumando una agraciada pipa de madera. Sakura asentía, preguntaba, era respondida y después volvía a asentir o a negar. Sasuke silencioso las miraba con sigilo, buscando con sus oscuros ojos algún indicio más extraño que le indicara ataque o traición… ¿Traición?...

Fue su sorpresa al ver como la mujer de las sucias capas que le cubrían sacaba una katana filosa que emanaba un chakra poderoso y malévolo. La expresión de la mujer cambiaba completamente, de una cínica y acabada, a una furica y concentrada. Sasuke no había sentido un aura así antes y de inmediato supo que aquella mujer era capaz de matar a Sakura con esa emanación tan extraña. Fríamente, recuperándose de la impresión iba a interponerse, un golpe suyo podría llegar a bastar para detenerla. Sakura no tenía el suficiente poder para derrotarla, por lo que los resultados serían devastadores para la joven. Entonces, se detuvo al finalizar la última idea. Vio asombrado que Sakura detenía el golpe con un kunai. La ojijade se concentraba en mantener su chakra en su mano, una vez logrado, golpeó la espada de la mujer y casi la mandaba lejos. Así ellas comenzaron a pelear y se dio cuenta Sasuke que lo que hacía Sakura era aprender a dilatar su chakra para dar mayor velocidad a la circulación de éste al punto que ella deseaba para atestar el golpe. La observó con cuidado, cada movimiento, gesto y ataque.

Sakura era vencida una y otra vez por la mujer. Era lastimada y nuevamente la muchacha se ponía de pie y la enfrentaba. –Están entrenando. -se dijo Sasuke, sintiendo más curiosidad por la extraña vagabundo y sus técnicas. Sin embargo, la actitud de Sakura lo había asombrado, no llegó a pensar que ella se hiciera tan fuerte en todo aquel tiempo; mas no lo suficiente ya que no podía derrotar a esa anciana. Para observar mejor los ataques de Yasu, usó el sharingan en primera fase; ya casi se había recuperado y no gastaba energías ni dolor sólo para ver.

Reconoció sorprendido que Sakura había mejorado mucho desde la última vez que combatieron juntos; incluso, comprobó que cada golpe era preciso y acertado en sus intenciones; sus técnicas eran más veloces y flexibles, tenía excelentes movimientos y reflejos, y, por unos momentos, debido a la agilidad natural de la joven, pensó que también eran muy bellos y hasta hipnotizantes para un oponente masculino. Su feminidad había florecido como las ternuras del cerezo, detrás de toda su fuerza bruta, nacida de sus firmes puños, se asomaba algo fresco y exquisito que hacían que toda su frágil naturaleza, llegara  a ser sensual y tenuemente provocadora. Su taijutsu tenía una extraña mezcla de tosquedad y lindeza que jamás había  visto en ningún shinobi. Nunca creyó que tal mezcla pudiese existir y que fuese un deleite el simple hecho de contemplarse.

Sasuke, recuperando la indiferencia, se dio la vuelta y dejó a las mujeres hacer lo suyo. Aun no había comprendido en qué consistía aquel entrenamiento, pero no le importaba. Sasuke tenía que prepararse para salir de allí.

Uchiha entrenaba por su propia cuenta para fortalecerse e irse en busca de su equipo. El cuerpo le dolía y se lastimaba; aguantaba sus gritos y continuaba. Cuando presentía que la muchacha se acercaba dejaba de hacer lo que hacía y tranquilamente se sentaba en un rincón de su habitación. Sakura volvía, la vagabundo se marchaba y ella aprovechaba para adentrarse en el desgastado cuarto de baño y limpiar sus heridas, curarlas y caer rendida por el fuerte encuentro. Soportaba el dolor y se acercaba a Sasuke fingiendo normalidad para atenderlo con una jovial sonrisa. Sasuke, teniendo los dos brazos lastimados, por culpa de Uzumaki, tenía que dejar que ella le diera de comer, la idea lo hacía sonrojar muy molesto. Sin embargo, poco a poco podía moverlos mejor y aunque los hería con su terca práctica estaba seguro de poder sujetar los palillos por sí solo. Al mirar a Sakura sonreír con el platillo en las manos, pensaba que era mejor mantener las apariencias y fingir que estaba débil para despistar a la pelirrosa. Llevaba bajo las mangas amplias de su yukata un kunai en caso de que decidiera actuar antes. No le importaba nada, ni ella ni nadie; sólo esa noche esperaría.

Una vez terminando de comer, Sasuke pudo ver las heridas que Sakura tenía en los brazos y manos. Estos  eran ocultos con escasas vendas y las telas de su rosada yukata. Haruno al percibir que Sasuke las había descubierto las ocultaba. El joven la interrogaba y ella mentía con su tímida sonrisa. Sasuke sospechó con furia que tal vez aquella vieja le enseñaba una técnica nueva para retenerlo o acabarlo. Tal pensamiento le provocaba una incomprensible ira que aumentaba cada vez que la veía sonreír, andar con serenidad por la casa o escuchaba hablar de sus hipócritas visiones optimistas. Sintió odio y repulsión, no lo creía de ella y tenía deseos de sujetarla por el cuello y hacerla sufrir, torturarla y hacerle pedazos el alma y el cuerpo por su engaño con todas sus fuerzas. La miraba fríamente y con profundidad para leer su inquietante plan. Sakura evitaba sus ojos oscuros, temblaba al saber que no eran apartados y con nervios recuperaba la calma para salir por la puerta y dándole con dulzura un –Buenas noches, Sasuke.

Sasuke Uchiha estaba convencido de que sería traicionado por Sakura. Cada mañana ella hacía sus tareas por él. Después, en las tardes desparecía por tres a seis horas y regresaba ocultando sus heridas. No podía más con la certitud. La cólera le ardía y el odio crecía, invadiendo por completo sus ideas, hasta sumirlo en una terrible inseguridad. No entendía por qué sentía aquella amenaza y no deseaba saber si le molestaba más la idea de ser engañado o decepcionado. No confesaba que ya comenzaba a volver a tener cierto aprecio por la pelirrosa, hasta disfrutaba de sus cuidados y sus pequeñas conversaciones sin receptor, y la idea de que lo estuviese manipulando encendía su odio contra Konoha. Sasuke se sintió listo para partir en una noche tranquila, tomó su espada que reposaba junto a unas ropas que la joven había conseguido para su supuesta recuperación. Aunque le dolía algo el cuerpo, eso no era nada a comparación de lo que sentía por Sakura. La odiaba, inexplicablemente la odiaba y terminaría con ello una vez que se largara con su sangre en el filo de su arma.

Al abrir las puertas de su cuarto, vio enfrente de él la grácil figura de Sakura reposando de costado, cubierta por unas delgadas mantas y con los cabellos rosados y cortos esparcidos por la almohada. Estaba serena y respiraba con quietud. Sasuke, con los ojos encendidos en su fiero sharingan, admiró a su víctima con rencor. Se acercó a ella, sus pasos imitaban el ritmo de su corazón y el de su futura sacrificación. Se detuvo y la contempló por última vez. Un desconocido dolor le embargaba el pecho, pero era más su deseo de venganza que aquel sentimiento tibio que apenas comenzaba a nacer. Preparó su espada, lo menos que podría darle, por los viejos tiempos, era una muerte rápida. El aroma de los cerezos lo hacía temblar, lo seducía y molesto decidió no caer en la trampa.

Sakura se giró con una expresión de miedo en su rostro. –Sasuke… Naruto… -dijo con ansiedad. Sasuke se dio cuenta que tenía una pesadilla al ver lágrimas caer sobre su mejilla. Por un momento sintió escalofríos al creer que lo había descubierto.  El aroma de los cerezos se hizo más fuerte y lo envolvía con un sutil y suave calor que asustaba el frío de aquella noche.

-Sasuke… Naruto… Los protegeré… Me haré fuerte… Sasuke… te protegeré… me haré fuerte… No dejaré que nadie te lastime, otra vez… -repetía Sakura con angustia. Sasuke abrió los ojos asombrado y su odio se derrumbó. Con un nudo en la garganta tuvo que reconocer que se había equivocado. Bajó la espada y la mirada hacía ella, estaba sereno y la oscuridad de sus ojos se aquietó. El aroma de los cerezos lo conquistó de nuevo y su corazón emanó otra sensación que lo separó de la desolación y la amargura.

La pesadilla de Sakura la atormentaba más. Su cabeza comenzó a moverse de un lugar a otro con inquietud, repitiendo… -Naruto… Sasuke… Sasuke… -Compasivo, Sasuke colocó su mano sobre la sudorosa frente de Sakura y la acarició con suave ternura. –Aquí estoy… Aquí estoy… -decía con piadoso tono.

Sakura pareció escuchar sus palabras, se fue tranquilizando y sonrió al sentir la paz que él  le emanaba… -Sasuke… -dijo en un suspiro acallado. Uchiha se sonrojó, el calor de su cuerpo lo abrazó y el aroma de su suave perfume le beso la piel. Sasuke la observó con tristeza y una vez que logró reconfortarla se alejó y se sentó a su lado recargado en la pared con la catana en el brazo. No podía dejar de contemplar a la bella joven que se encontraba frente a él. Sakura había dejado de ser aquella niña ruidosa que recordaba; ahora que la observaba con tranquilidad, pudo apreciar su fresca y dulce esencialidad. Admiraba sus bellos y gentiles rasgos y la docilidad con la que su esbelto cuerpo era delineado por las delgadas mantas.

Se sorprendió al pensar en lo bonita que se había puesto en todo este tiempo y que si las cosas hubiesen sido de otro modo, tal vez él hubiese terminado cediendo a sus encantos, nunca le pareció fea, pero si infantil y desatenta, más ahora, Sakura había madurado y además de ser más fuerte y audaz, también le parecía más linda que antes; no era la pequeña y débil niña que fuese su compañera de equipo, sino una muy bella y atractiva mujer con quien podría… -¿Qué me has hecho, Sakura?... Me has hecho pensar que… Tal vez tú y yo podríamos… -un tenue color rojo invadió sus duras mejillas y rápido se deshizo de tal escandalosa idea en unos instantes. La furia había desaparecido y su sangre corría bajo un poder más tranquilo y abrazador; el fervor no le lastimaba el corazón, lo arrullaba. No había sentido algo tan estremecedor en su camino y anheló que aquello no se desvaneciera. Quedó dormido una vez que presintió que los sueños de Sakura no la perturbarían y el aroma de los cerezos lo acompañó haciéndole sonreír… -Sasuke… yo… te… -dijo Sakura con un carmesí tierno en sus mejillas y una dulce sonrisa. Las mismas que llegaba a pillarle cuando eran niños y él la contemplaba dormir.

Sasuke se ruborizó más y después sonrió. –Después de todo… No has cambiado, Sakura… No has cambiado…  pero… sí me estás cambiando a mí… - dejó escapar su agotada voz.



-¡Sasuke! -lo llamaban

-¡Sasuke!- Ino era quien gritaba su nombre por el bosque.

El joven dio un último vistazo al atardecer y después se dejó caer para llegar justo atrás de Ino. –Ah, allí estás… Al fin te encuentro. Te hemos estado buscando.- alegó la rubia con una sonrisa y luego lo miró seria. Sasuke ya sabía a lo que venía…

-La han dado ¿Verdad? -dijo sereno.

Ino asintió. –Hay junta con la Godaime. El Señor Feudal y los otros dieron el grito de atención frente a las demás naciones. Los shinobis ya están preparando el siguiente movimiento. Debemos estar allí.- La joven le dio un pergamino a Sasuke, este lo extendió y lo leyó. Pronto asintió y le dijo que allí estaría.

Ino Yamanaka no parecía haber cambiado, seguía siendo muy atractiva, pero en la profundidad de sus azules ojos ahora emanaban mayor enjundia y madurez. Seguía siendo extrovertida y alegre, aunque ya no tan abierta como antes. Ahora se reservaba en ocasiones y estallaba de entusiasmo con más sigilo frente a los demás. Su fuerte carácter ocultaba mejor sus emociones y ya no era tan impulsiva como cuando era una niña.  Tras la muerte de su mejor amiga y rival, su interior había permutado en algo más reflexivo  y tranquilo. Su dolor fue contenido con el paso del tiempo y dio como resultado esa callada  madurez. Aun seguía arreglándose, pero olvidándose de la coquetería para enfocarse en su ahora prometido Sai. Portaba su traje jounnin, con el típico chaleco verde y la cinta de la aldea sobre su frente, aún sujetaba su dorado cabello en su coqueta cola de caballo.

-Ah, otra cosa… Hoy en la noche es la fiesta de nuestro compromiso. Al fin lo haremos oficial. A Sai y  mí nos gustaría mucho que fueras. Naruto y los otros también estarán allí…  Después de algo de tensión con el exterior, es bueno relajarse un poco para ahorrar energías ¿No crees? – dijo Ino sonriente.

Sasuke sonrió… -Tienes razón estaré allí… - dijo y Yamanaka se fue muy feliz de que hubiese aceptado. –Sai estará muy contento también. -la ninja se fue caminando y despidiendo. Sasuke miró el pergamino y fue en dirección del edificio principal de la Godaima.

CONTINUARÁ...

Sora..♥
« Respuesta #2 en: Octubre 10, 2012, 09:44 pm »

Re:FANFIC: ARPEGIO EL RETORNO DEL OJO MÍSTICO LIBRO II
« Respuesta #2 en: Octubre 10, 2012, 09:44 pm »
Ohhh por Dios!!!!!!!! POR FAVOR continua subiendo esta maravillosa historia :D Desde hace mucho que estoy leo esta hermosa historia ♥♥♥♥♥♥ Espero con muchas muchas ansias que la sigas publicando :) Te deseo suerte Bye

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