-Soy Fugaku Uchiha, padre de Sasuke Uchiha.
Mierda, la había cagado, pero bien.
-Se...señor Fugaku, yo...
Salvada por la campana, nunca mejor dicho, el timbre la alertó de que alguien venía a visitarla. No, no podía ser el Uchiha menor, porque lo degollaría con sus propias manos.
-¿Es entonces usted la señorita Haruno?- Inquirió con voz grave Fugaku.
-Eh... Esto...- La Haruno no sabía qué decir, las palabras no venían a su mente. Tenía que asumir que, o bien la chantajearían, o bien perdería su puesto. Y si perdía el puesto - ¡Ding! - El timbre la sacaba de sus reflexiones.
-¿P-Puede esperar un segundo?- Preguntó la pelirrosa al Uchiha sin esperar respuesta.
Abrió la puerta dispuesta a encontrarse con el moreno, pero lo que descubrió fue algo mucho ¿mejor? ¿peor? ¿qué carajo?
Ante una pasmada Sakura Haruno se encontraba Lee, el baboso vecino. Y no Lee llamando a su timbre, no. Lee con un enorme ramo de flores que cubría casi toda su cara; Lee recitando un poema. Su día no podía ir mejor, pensó la joven sarcásticamente.
-¡Oh, mi bella flor! ¿Cuánto no daría por tenerte entre mis brazos? Tú, tú mi bella flor. ¡Vi el deseo en tu mirada jade al verme ante ti, oh hermosa Sakura! ¡Absolutamente nadi...
Decidió parar de oír en ese momento. La pelirrosa se hallaba anonadada y avergonzada, sólo rezaba porque Fugaku no estuviera al tanto de la conversación. ¡Fugaku!
Rápidamente, Sakura cerró de un portazo, pillando los dedos de su vecino en el intento, y contestó al Uchiha.
-Eh, pe-perdone señor Uchiha. Yo... Lamento lo sucedido, s-si pudiera hacer algo pa-para remediarlo, yo...- "Sakura, deja de tartamudear".
-¿Remediarlo? ¿Pero de qué está hablando? No, no, yo solo quería...
-¡MI HERMOSA SAKURA! NO MALTRATES MIS DEDOS JUNTO A MI YA MAGULLADO CORAZÓN.- Lee continuaba insistiendo a través del pequeño hueco. Desesperante para Sakura. Decidió parar ya con esa parafernalia, la estaba sacando de sus casillas, y lo que más necesitaba ahora era concentrarse para encontrar las palabras adecuadas frente a su interlocutor en el teléfono.
-Escúchame bien, Lee. Tu poema no rima, no me gustas, fue un error lo que ayer viste. Lo siento, pero ya tengo novio.- Y acabó por cerrar la puerta. Había sido bastante cruel, pero sentía que su mundo iba a caer si una mancha como acostarse con un alumno profanaba su expediente.
Resignada, cogió de nuevo el teléfono, dejándose caer de espaldas a la puerta hasta caer sentada sobre el suelo.
-... Así que, como ya la he dicho, me han dado buenas referencias de usted. Le pagaré la estancia, incluyendo cualquier gasto, pero tiene que irse con mi hijo Sasuke, apenas sabe nada del idioma y...- Continuaba Fugaku.
Sasuke. Su padre. Estancia. Idiomas. Trataba de asimilar toda la información que el severo hombre transmitía por el auricular.
"Soy profesora de inglés, y además, sé alemán e italiano. ¿Me... me está pidiendo irme con su hijo al extranjero?"
No lo podía creer, no solo el padre de su alumno no los había descubierto, sino que intuía que el pelinegro le había insistido para irse con ella a otro país. Maldito Uchiha.
-Perdone, señor Fugaku.- Lo interrumpió - ¿A dónde quiere mandarme con su hijo?
-A Estados Unidos, durante todos los años en los que sea universitario. Luego, claro, puede quedarse si él lo deseara. Sólo busco una intérprete, porque aunque trate bien con el inglés, él quiere que su estancia resulte más cómoda...- Y el cerebro de Sakura decidió bajar las cantidades de adrenalina que se agolpaban en su cuerpo.
-Mi bella flor... ¡MI BELLA FLOR ME HA RECHAZADO!- No, la adrenalina no la abandonaría. La iba a necesitar para golpear al pesado de su vecino con todas sus fuerzas. Su irritante voz seguía tras la puerta.
-Hmp. ¿Lo tienes todo?- Preguntó un sexy moreno.
-Claro Uchiha, pero sigo odiándote por tomar decisiones sin preguntarme antes.- Reprochaba la pelirrosa en el aeropuerto.
Tras finalizar su estancia acompañando a Sasuke Uchiha, el niñato, como intérprete, iban de regreso a Japón por Navidad. El problema, para Sakura, era que de nuevo no había contado con su opinión para emprender tan inesperado regreso con un único objetivo...
-¿Nerviosa?- Sonrió arrogante su acompañante.
"Endemoniadamente sexy aunque ahora quiera matarlo"
-Nunca, idiota.- Contestó haciéndose la ofendida.
-Vamos Sakura, no será tan traumático. Solo iremos a casa, cenaremos pavo y les diremos a mi familia que Haruno Sensei es mi novia.
-En qué me he metido.- Suspiró cansada, pero feliz, la joven.
-Hmp, cállate y no te preocupes más, sensei.- Y finalizó su breve charla con un apasionado beso que hizo voltearse a todo transeúnte del aeropuerto.
Quizá no era tan malo ser la profesora de Sasuke Uchiha.
FIN