Aquí les presento un relato algo viejo.
En realidad es un fragmento de una historia que tenía pensado, desafortunadamente, nunca dio la luz, así que... presento un pequeño fragmento de lo que iba a ser la trama.
Deja de Sufrir
—Puedes dejar de sufrir. Tú lo decides.
Esas palabras, tal y como se escuchan, siempre las escucho y no son solo para mí, eso creo. Todas las mañanas, en el preciso momento en que abro los ojos, esta esa voz que repite: “Dejarás de sufrir”. Todas las tardes, cuando estoy comiendo en las noticias las escucho. Todas las noches, antes de dormir las vuelvo a escuchar con aquel tono de voz tan tierna y calmada.
Tengo miedo. Siento mucha turbación… Tal vez sea porque me asfixia que no me dejen salir de esta habitación. Me abrazo con mis propios brazos intentando inútilmente quitarme aquel espasmo que me surge. Comienzo a moverme mucho, hasta que el vértigo me marea. Mi cabeza comienza a moverse sin control y me pregunto de nuevo, ¿por qué estoy en este lugar? Un vago recuerdo se apodera de mi memorias.
***
—¿Me estás escuchando?
—Ah… oh, lo siento —respondió con voz ausente—, ¿me hablabas?
—¿A quién más, Joe? Eres la única persona que está aquí conmigo ¿no? —Para ese momento ella ya había elevado la voz. Sus ojos cafés como el chocolate miraban con irritación al joven de su misma edad, 23 años y quien era su pareja.
El joven adulto de cabello oscuro desvió su mirada a la taza de café que reposaba en la mesa.
—Escucha, Jenny —habló, cabizbajo.
La manera como acababa de mencionar esas palabras no le agradó mucho a la castaña e hizo que pusiera más de la debida atención a él, pero mostrando indiferencia, colocó su mano en su barbilla y mirándolo le dijo:
—Te escucho. Sabes que soy todo oído para ti. Es lo único que he hecho estos tres meses.
El varón sonrió ante la reacción de ella; una reacción muy típica de ella.
—¡Habla! ¿Crees que tengo todo el tiempo del mundo? ¿Piensas que solo porque me gustas voy a esperarte toda la vida?
—Lo entiendo, lo entiendo —Joe levantó las manos tratando de calmarla —Te lo diré, te lo diré —guardó silencio, lo que pareció molestar más a Jenny porque aunque no lo pareciera, tenía un mal presentimiento y sufría el que él hiciera esas largas pausas.
Él sonrió, le regaló la mejor sonrisa que pudo darle en esos momentos, y logró su objetivo, tranquilizarla. Al verla con aquel rostro, calmado y que lo había enamorado, tomó sus manos suavemente y levantándolas a la altura de su boca, besó delicadamente aquellas pequeñas manos que por esos largos meses lo habían tocado y anunció:
—He decidido cuando será mi funeral.
Él observó como ella bajó el rostro y soltándose de sus manos, miró algo incrédula la taza donde tenía servido su té.
—De-debo entender que el doctor te dio malas noticias —dijo tartamudeando.
—Así es. ¿Irás a mi funeral?
—Creo que no —Jenny dibujó media sonrisa para después negar, indicando de esa manera que estaba segura de su respuesta.
—¿De verdad? ¿No piensas ir al funeral de tu novio? Pensaba que me amabas.
—Tienes razón —suspiró y luego lo miró—. Lo haré, iré a despedirme de ti. Respetaré tu decisión.
—Gracias.
Y con eso, ambos se despidieron con un apasionante beso, ya que ese sería el último día en que estarían juntos. Lamentablemente, aquel amor que cultivaron por esos tres meses, sería desvanecido. Porque la muerte los separaría de esa cruel manera. Su decisión estaba tomada.
La vida era cruel, pensaba Jenny mientras miraba con ojos cristalinos el ataúd del que iba a ser su prometido y ahora era simplemente un cadáver más. ¿Por qué la muerte se había llevado a su amado? ¿Por qué esa enfermedad le arrebató de esa forma la vida? ¿Por qué? ***
—¿Ha decidido dejar de sufrir? —me cuestiona la mujer, sonriéndome.
Me detengo, para de nuevo abrir los ojos lentamente al escuchar en mi mente esas palabras. Ahora lo recuerdo todo. Recuerdo la razón por la que estoy en este sitio, en esta habitación blanca. Niego con la cabeza mientras intento desconsoladamente derramar lágrimas. Prefiero mil veces estar en este mal oliente, frío y claustrofóbico cuarto; en donde lucharé por mi vida, a vivir en un mundo donde la muerte, es la mejor solución a cualquier problema.
Tema: [One-Shot] Dejar de sufrir (Leído 11566 veces)