Es probable que la historia de
Hachiko (ハチ公) sea conocida en todo
Japón, este perrito de la raza akita nació en el año 1923 convirtiéndose más adelante en el compañero del profesor Eisaburō Ueno quien impartía clases de agricultura de la Universidad de Tokio, siendo un regalo después la muerte de su anterior mascota.
Hachiko fue enviado por tren y cuando los sirvientes del profesor fueron a recogerlo a la estación de Shibuya, creyeron que había fallecido, pero aun asi lo llevaron a la casa del profesor, donde este lo recibió con un tazón de leche siendo el incentivo necesario para que Hachiko diera señales de vida, las cuales sirvieron para que el profesor notara que su nueva mascota tenía las patas delanteras un poco arqueadas, lo que lo llevó a llamarlo Hachi (八) que significa ocho en japonés y que al escribirse 八 tenía un parecido a las patas de Hachiko.
Se dice que este adoraba a su dueño y que le acompañaba a la estación cuando este viajaba a su trabajo y al final del día volvía a recibirlo en la misma estación, convirtiéndose esta en una rutina diaria que no pasó desapercibida por las personas que transitaban por la estación y trabajaban en los alrededores.
Esta rutina continuó hasta el 21 de mayo de 1925, día en el que el profesor murió a causa de un ataque cardíaco mientras impartía sus clases, esa tarde Hachiko llegó a la estación a esperar a su amo pero este no volvió y fue asi que la leyenda de este simpático perro inicio ya que este no volvió a dejar a la estación esperando que su amo volviera, después de 8 años el cariño a este simpático animal era tal que una estatua de bronce fue puesta en la estación de Shibuya, estando él presente en el dia de su inauguración.
Hachiko vivió en la estación durante 9 años hasta que finalmente murió, fue disecado y guardado en el Museo de Ciencias Naturales del Distrito de Ueno, siendo llamado
Hachiko el perro fiel.