Mirad... Un pony(?)
Cαριтυℓσ νιι
Quizá parecía tener paciencia infinita (Y no es que la tuviera), pero esa interrupción no le había causado la mínima gracia. Dejó de caminar tras Haruko y Trucco, para ella estaba bien, habían más personas en el lugar y no solo tendría la posibilidad de morder a alguien más, si no que no tendría que lidiar con los comentarios molestos del pelimorado. Chasqueó la lengua cuando vio que ellos no se daban cuenta de su retraso, él soltaba sus bromas acostumbradas mientras ella asentía y reía de vez en cuando, con toda la madurez del caso, Raisa elevó un brazo y así, dejó levantado el dedo corazón hacia la espalda de Haruko,
con una sonrisa torcida.
Giró sobre sus talones y caminó en sentido contrario, bufando, pisando fuerte, él estúpido debió haber pensado que, solo por dejarla sola, ella buscaría hacer lo contrario a lo pedido, se buscaría a un humano para presumir de su… Vampirezco ser.
…
-Y esta es la cafetería… Hum… ¿Te gustaría comer algo? – Sonrió a la pelirroja, posando una mano sobre el hombro de ella- Yo pagaré… Y tú – se giró, dándose cuenta hasta ese momento que Raisa no había dicho nada más… Hasta que no la vio, soltó un suspiro, esperaba que no fuera a meterse en problemas. Dio una suave palmadita en la espalda a Trucco, guiándola hasta una mesa vacía.
-Espero… Que no sea mucha molestia – sonrió, todo ese show de la chica perdida se estaba saliendo de sus manos, ella no era así, pero siempre estaba bien dar una buena primera impresión, pasó una mano frente a su rostro para apartar un mechón de cabello carmesí y dejarlo tras su oreja, mirando al chico de cabello largo con una encantadora sonrisa. Notó que los ojos oscuros del contrario se quedaban en su oreja, sonriendo aún más - ¿Te gusta? – preguntó, refiriéndose a su querido pendiente de dragón que decoraba su oreja, Haruko asintió.
-Podremos hablar cuando traiga unas bebidas – guiñó un ojo, sonriendo coqueto a su compañera, tenía chance con aquella señorita, si seguía comportándose bien… Podía encontrar el inicio de una “grandiosa amistad”. Dio un golpecito a la mesa de plástico, sin sacar los ojos de encima de Trucco, hasta que se giró y se acercó al mostrador para pedir un par de sodas. Por su cabeza pasó la idea de que Raisa se habría enojado con él, pero eso no tenía importancia, no estaba para andar satisfaciendo los caprichos de una mujer de más de cien años, bufó, él tenía sus propios asuntos. Regresó con la ojiverde, posando las latas de gaseosa fría sobre la superficie lisa de la mesa, acercó una a ella – Espero sea de tu gusto. –
Por su lado, Trucco también pensó en ella, le había parecido muy curiosa su actitud, así que la duda que daba vueltas en su cabeza, se atrevió a exponérsela a el chico, agarrando la soda antes con una de sus manos. – La chica de antes… ¿Es tu hermana? –
Bien… Bien, que dijeran que era su novia… Podía ser pasable, pues Haruko pasaba tiempo con ella, más bien era su niñera, cuidaba que no se metiera en problemas y que no fastidiara por ahí, pero… ¿Ser parientes?, soltó una carcajada divertida –No, claro que no. Es solo una conocida de algún tiempo, creí que quería tomar algo, así que veníamos ambos para acá – Trucco encogió los hombros, actitud que le causó gracia a Haruko, notaba que en realidad el asunto con la pelirrosa no le interesaba en absoluto.
Destapó la lata, bebiendo del líquido gaseoso dentro, no tenía alguna otra cosa que decir, a menos que ella optara por preguntar o decir algo… Solamente esperaba que no le preguntara si Raisa era su madre o algo por el estilo.
La pelirroja se quedó callada, si lo pensaba bien… No se parecían mucho en realidad, encogió los hombros, de nuevo, poco le importaba. - ¿Llevas aquí mucho tiempo? –
Las cosas salían como el galán las quería, él no tenía que avanzar en la conversación porque la misma chica lo hacía, tenía algo de curiosidad por ella… Pero preguntar como si se tratara de una entrevista podría incomodarla y eso era lo que menos quería, se tomó un momento para responder, mientras la miraba fingiendo poco interés y debiendo del trozo de aluminio. – Un par de años –
Bien, para ser un vampiro, la conversación con un humano no estaba mal, menos si se trataba de una linda chica como Trucco, sonrió de lado, estando dispuesto a responder y aclarar toda duda que le presentara la contraria.
…
Los ojos verdes observaban la botella de agua con curiosidad, la giraba entre sus manos mientras intentaba decidirse a comprarla o no. Cuando decidió, pidió una más, llevaría dos… Pues en realidad no planeaba bebérselas ella, tenía una pequeña reunión fuera del lugar… En el jardín de atrás, donde le gustaba ir gracias a la tranquilidad que conseguía al estar allí. Entregó el dinero sonriendo a la señorita al otro lado de las vitrinas, recibió los vueltos, sin tomarse la molestia de contarlos antes de guardarlos en el bolsito de seda que llevaba colgado, dentro tenía al parecer… Un par de nueces. Ignoró a cualquier persona que le pudo haber hablado mientras salía de la cafetería, no tenía cabeza para nada más que su reunión, le gustaban los martes… Porque esos eran los días en los que podía darse el lujo de salir y encontrar que el jardín estaba recién regado, con el césped retocado para no parecer rebelde y desordenado. Se dio un par de vueltas por algunos pasillos, escuchando el eco del sonido que causaban sus zapatos contra la baldosa, era un día libre y supuso que todos estaban intentando conocer personas o sus habitaciones, por lo tanto nadie la molestaría y estaba mejor de esa forma.
Respiró hondo al llegar a la salida, mirando con una leve sonrisa el paisaje frente a ella, el sol cubría las copas de los pocos árboles que habían allí, siguió caminando hasta que sus zapatos pisaron la hierba, encogiéndose en ese lugar para posar sus rodillas sobre el lugar. Echó una mirada, hacían ya unos meses, había descubierto que ese era el lugar adecuado para encontrarse con unos encantadores acompañantes, miraba el roble cercano, aun sonriendo, mientras sacaba una nuez de la bolsita de color salmón, lanzándola a media distancia. El sonido que provocó al caer fue casi inaudible, los ojos verdes miraban la nuez y el árbol, aguardando con una increíble paciencia… En silencio, hasta que se oyó un ligero chillido, una mota de pelo castaño salió de uno de los nudos del árbol, avanzando entre saltitos con sus pequeñas patitas.
-Muy bien… Pequeña – La chica sonrió, una ardilla alcanzó la nuez, agarrándola entre las patitas, golpeándola contra el suelo, como era natural, para probar si no estaba hueca, no parecía muy convencida. Las manos pálidas se tomaron entre ellas, le gustaría mucho poder tocar al animal, pero no quería tomarse el atrevimiento de molestarlo.
Kath era así, encantada de poder presenciar la tranquilidad, amante de los animales… Cerró los ojos y suspiró, inclinando ligeramente la cabeza hacia atrás para recibir el sol en el rostro. Sabía que no podía estar mucho tiempo allí, el contenido de la sangre artificial con la que los alimentaban… Daba esa habilidad de poder soportar el sol durante algún tiempo, pero pasar allí más de diez minutos sin alguna protección… Podría convertirla en cenizas… Y era la verdad, no podía evitarlo si se trataba de un vampiro. Se levantó con lentitud sin haberse dado cuenta de que el animal ya se había ido, no tenía intención de convertirse en un puñado de polvo que no pudiese alimentar a las ardillas (aunque esto realmente no tuviera relevancia). Se alejó del lindo jardín, el trozo verde de ese molesto lugar en el que estaba, volvería cuando fuera más noche, quizá así volvería a encontrarse con algún gatito o algo más divertido, echó su cabello lacio hacia un lado y acomodó el sombrero sobre su coronilla, era hora de retirarse.
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Ahí tienen la pequeña señal de que no hemos muerto!.
Pronto iremos más a la acción y mataremos a Haruko, yay(?), bueno... No.
Nos leemos mis amores.
NECESITO CHICOS </3(?)[/i]