PRÓLOGO
A esta altura de mi vida quisiera comenzar a ser una persona libre de todo tipo de ataduras, mas a las que a un turbio pasado pertenecen. Pero a pesar de haber gastado dinerales en distintos profesionales recomendados por los poquísimos amigos que me fueron sobreviviendo de la escuela secundaria, entre otros de renombre que por mis mismos medios pude contactarme con ellos, no pude sacarme de la cabeza la figura de esa mujer que alguna vez fue una persona sumamente influyente en todo lo que me concierne como persona, como ser humano… tanto en sentimientos de explosiva ira y enojo generalizado, como también en el amor más profundo de este egocéntrico y narcisista corazón , asimismo en intensas reflexiones personales.
Y yo creyendo que se quedaría en las cenizas del tiempo.
Su ruina también fue la mía… y eso es lo que quisiera relatarles sobre mi vida. Sobre la historia de ella y mía. Incluida nuestra relación.
Este amor fue lo más hermoso y trágico en esta preciosa vida.
Desde sus castaños cabellos rizados hasta la horrible actitud que poseía para con todos, y su temible enojo contra el vasto mundo. Era algo completamente inigualable, porque era una mujer con una personalidad demoledora, únicamente única y de ella misma, de tal intensidad y arrasadora comparada a la explosión de la bomba atómica de la segunda guerra mundial… pero lo que pocos notaban era aquella dulzura interna que tanto la caracterizaba, el gusto innato por la eterna poesía y sus sueños – o niñerías- de novia chiquilina enamorada que tenía en sus momentos de gran euforia. Oh, y no puedo olvidar la mueca espantosa que hacía al intentar hipócritamente, en vano, sonreír; ya les digo, de una manera patética. Todo lo amé.
Me derretía. Quería estar con ella juntos, labio a labio, queriendo tocarla, abrazarla, acariciarla, rendirme a sus pies por toda la eternidad, desatando pasiones y deseos.
¿Qué nos pudo pasar?
En estos momentos quisiera recuperar el tiempo perdido, aunque al mismo abismo caería. Oscuridad. Cruda realidad.
Snadeline, ¿Quién te pudo olvidar?