Hola a todos aqui otro capi de esta historia, debo decir que es mas informativo que en si con accion o romance, por que esta semana la verdad la inspiracion no fluyo como yo esperaba, pero espero que para el siguiente salga mejor. Se los prometo. Sin mas Rollo que decir, ya saben espero sus comentarios y bueno gracias por leer
Capitulo 5: Resolución
[spoiler]Luego de la primera clase, que duro dos horas. Cerca de las diez de la mañana. Yume se postro en el marco de la puerta del salón. En la parte más alta de la puerta a un lado, había un letrero con la leyenda: M3A3, que indicaba el grado y el grupo al cual pertenecía. Hecho un vistazo al interior del aula, casi vacía, de no ser por un grupo reducido de doce alumnos que aun permanecían dentro, esperando a que la campana sonara por segunda vez anunciando la siguiente clase. A la presidenta se le hizo extraño la ausencia de la mitad de los estudiantes, entre ellos Ozura y Michelle que nunca llegaban tarde. Asumió que algo, no muy bueno, había pasado en la práctica del día anterior en el edificio Betharus. Absorta en sus pensamientos y luego de analizarlo, casi nada, dio un paso al frente para ir a buscarlos, pero cuando se dio la vuelta choco con otro chico.
—¡Que onda Yume-boss! —saludo el muchacho, de cabello rojizo en mechones alborotados, con los ojos de un gris azulado resplandecientes, complexión delgada y deportiva, con la piel blanca en una tez pálida, alto y con una sonrisa impecable. Yume lo reconoció de inmediato era uno de los chicos mas populares dentro de Nakahatsu.
—¡Buenos días Ryugami Soujiro! —le regreso el saludo con una amable sonrisa, pero el muchacho noto que llevaba algo de prisa.
—Ara, por que tanta formalidad boss, ya sabes solo dime Sou-ji-kun. —aclaro con un gesto galanesco— A donde ibas tan apurada —menciono con una mirada entretenida hacia Yume.
—Yo iba…por que está aquí Souji-kun. Se supone que tienes clase de Alquimia intermedio cuatro, ¿no? —cambio la cuestión intrigada por la presencia del chico, aquella clase que impartía el profesor Uchiha, solia durar media hora mas que las otras.
—Me estaba aburriendo en el salón, así que decidí dar un paseo. Además Sasuke-sensei no se presento hoy, y ni se diga de la mitad del grupo, por que ni sus luces por ningún lado. Esperaba a que llegara Aldred, Lily o Tashi para ayudarles un poco con las rondas del DC, ya sabes para mantener todo en orden, pero después casi cincuenta minutos de esperarlos, nunca llegaron —informo Soujiro recargándose a un lado sobre la pared del aula.
—Así que ellos también —musito Yume sujetándose la barbilla en un gesto pensativo —al igual que sus dos amigas, ninguno de ellos solía faltar a clases a pesar de las rondas quedaban por el colegio para mantener todo en calma.
—No me sorprende, después de la paliza que les propino Hacken ayer, ahora deben estar muertos…de cansancio —chillo Kaila, entrando ufanamente al salón, pasando de largo a Soujiro y Yume que la siguieron con la mirada hasta que se perdió en el interior de la habitación.
Yume iba a seguirle para que le explicara que había pasado, pero antes de ello Soujiro la detuvo sujetando su muñeca y segundos después Hacken apareció frente a ellos tan sigiloso que apenas se percataron que estaba escuchando los balbuceos de Moltrex y contemplaba la reacción de la presidenta.
—Tal vez hubiera sido mejor que te quedaras ayer —comenzó a decir con deje cizañoso—. Hubieras visto lo fácil y divertido que fue. Pobres ilusos creyeron que podrían ganarme. Claro, no esperaba que los demás lo hicieran, pero francamente esperaba algo mejor de tus subordinados Ki-ri-dan-san…—sonó apropósito mal intencionado al pausar el apellido de la joven.
—¿Que estas diciendo? ¿Qué fue lo que hiciste Malakia? —trato de mantener la compostura para no hacer una escena ahí. Aunque Soujiro se dio cuenta de que cerro la mano derecha en un puño como conteniendo las ganas de darle un buen puñetazo en la cara.
—Lo que oíste… anda vamos ahora ya puedes “matarme” según Axon esa fue la razón por la que te ausentaste ayer queriendo justificar el motivo de tu partida antes de que comenzara el combate —intento provocarla.
—Pues tu rostro y esa mano dice otra cosa. Según parece tu eres quien recibió una paliza —intervino astutamente Soujiro curvando una sonrisa.
—Y a ti quien te llamo entrometido, si quieres puedo cortarte a ti también como lo hice con ellos —refunfuñó Hacken con el entrecejo fruncido.
—Suficiente —Yume recobro aquel calmado carácter— ahora que lo pienso hubiera sido mejor quedarme e igual jugar un rato contigo —dijo con sutil paciencia—. A veces darle libertad al ratón cuando el gato duerme, no es para nada buena idea —se refería a Hacken cuando pronuncio ratón. Lo cual hizo que Malakia se molestara.
—Hmmp —emitió disgustado—. Después de dos años me pregunto quien es aquí el ratón —intento rebatirle.
—Déjense de boberías ahora no entiendo nada —soltó un suspiro confuso Soujiro para disimular la mirada de reojo que le hecho a la presidenta.
—Como sea. Da igual. Si quieres confirmar lo que digo ve y búscalos —remitió Hacken adelantando un pie al frente, como queriendo alcanzarla.
—Y eso hare —contesto ella con firmeza sin retroceder a pesar de interpretar las intenciones de Malakia.
El tercer timbrazo de la campana sonó. Entre los tres jóvenes hubo un silencio que duro muy poco, por que Soujiro aun no estaba satisfecho con esa corta conversación y dejando de apoyar su peso sobre la pared apunto.
—Siempre que puedes usas el recurso “alevosía y ventaja” sobre los demás, ¿no? Hacki-san. Eso es aun mas bajo que cualquier otra cosa, no me sorprendería que de algún modo hubieras hecho trampa para ganarles varios de los estudiantes, en la prueba de ayer y sobre todo al DC y al PEC. Conociendo lo mañoso que eres, pues tal vez por eso pudiste con todos ¿verdad? —Soujiro sonrío, aquellas palabras iban con un solo propósito, el de provocar un enfrentamiento entre ambos, puesto que desde hace tiempo Soujiro quería enfrentar al muchacho de cabello castaño, por culpa de él, Soujiro tuvo que repetir un año y buscaba la forma de cobrarle el “favor” al tipo.
—Que tratas de insinuar, estúpido galancete de mie…
—Cálmate Malakia —una voz firme y gruñona en ese instante desde atrás de Yume en lo detuvo—. Hasta tú eres lo bastante listo como para no discutir con un profesor. Así que ahora, largo de aquí —los ojos chocolate de Ichigo se le clavaron duramente y Hacken le dedico una mueca de desagrado.
—Tiene toda la razón Kurosaki-sensei. Lo soy, más de lo que puede imaginar. Por ahora me retirare, pero no porque signifique que usted me lo ha ordenado, sino, por que ya he hecho lo que venia hacer aquí —se dio la vuelta con rigidez, no sin antes ver por ultima vez la expresión de Yume, que disimulaba una baja preocupación. Sonrió y se alejo en silencio.
Un zape le llovió a Soujiro en la cabeza.
—¡Auch! Que te pasa Kurosaki —respingó sobandose la cabeza.
—Bien merecido te lo tienes. Piensa antes de actuar quieres. Fíjate bien donde estas parado —lo reprendió con una cara de regaño— podrían haber volado toda esta sección del edificio. No se por que rayos tuve que defenderte antes de que ese sujeto te despellejara.
—Y quien dije que iba a ser yo el que saliera herido. Nada mas me hubieras dejado terminar y entonces le hubiera partido toda la cara…
Tanto alumno como profesor se llevaban muy bien, y aquello era una discusión divertida entre uno y otro. Tanto que la chica que minutos antes había estado perpleja y tan quieta como una estatua rió alegre. Soujiro e Ichigo la miraron parando enseguida. Pero eso no evito que los dos jóvenes le regresaran el mismo gesto a ella.
—Bien —Ichigo volvió a poner el rostro serio que tenia cuando Hacken estaba presente—, alguien de ustedes podría decirme, ¿donde esta la otra mitad de mis estudiantes? —cuestiono sin estar intrigado, por que únicamente intentaba confirmar los rumores. Se posiciono en el marco de la puerta de entrada al salón, con un pie levantado y las manos en los bolsillos escudriñando la falta de alumnos.
—Sobre eso…—comenzó Yume con un hilito de voz. Tendría que encontrar una buena explicación, que ni ella misma sabia por donde empezar.
—Según Hacki-san —dijo arremedando la voz como si le hablara a una mascota que esta mal entrenada y luego retomo su tono normal— En la clase de ayer, de Armas y Combate mágico, quedaron hechos polvo o algo así, por que se “enfrentaron a él” —al final hizo el mismo hincapié de la otra vez.
—Entiendo —fue lo único que dijo Ichigo con una sutil mirada puesta en Yume para intentar obtener mas información sobre su estado emocional.
Antes de que el profesor se dispusiera a entrar, otra alumna se dirigió hacia ellos. De apariencia dulce y gentil. Con el cabello corto de un color verde, peinado en dos coletas y mechones en la frene en forma de hojas, los ojos en un ámbar cristalino, como la miel, no muy alta, delgada y aparentemente frágil. Saludo a los tres, pero le entrego a Yume un papelito enredado al igual que un pergamino. El color de la hoja era de un rojo intenso con letras doradas. Y antes de que pudiera decir nada. Ichigo le dio permiso para retirarse. Y minutos después, le pidió a Soujiro que la siguiera, sin que por supuesto notara su presencia. El muchacho asintió encantado, no tenia nada mejor que hacer y las veces que seguía a la presidenta a cualquier lugar, solía ser interesante. Aquello era por seguridad, de ella y del PEC, puesto que Hacken y también Kaila o Amely podrían hacer de las suyas en cuanto ninguna autoridad los estuviera vigilando.
Camino hacia el edificio Altarion, donde se encontraba la oficina de Dixon. La chica desenrolló el papel, y leyó entonces en voz baja:
Pequeña estrella que brillas entre aquella obscuridad lejana en un cielo azulado. Has de venir a mí para este llamado.
Aunque el tiempo no apremie, tu presencia es requerida. Además pienso que te hará bien venir hasta aquí…no te preocupes por lo demás. Tu amigable y genial Director se encargara…
Atte: Dixon Axon, el mejor director…na solo bromeo sabes. Te estaré esperando Yuki.
Con ese breve y poético mensaje la muchacha pudo interpretar que había un asunto importante a tratar en la oficina de Dixon, auque no pudo imaginarse que seria hasta llegar ahí, usualmente el director era…impredecible en cuanto a lo que le pediría. Como fuera, siguió su camino. El hecho de no ver a sus amigos seguía incomodándole, pero, no podía dejar el deber que tenia como presidenta cuando Dixon requería de ella.
Doce minutos después. La oficina de Axon no era nada espectacular, ecepto por el gran librero en madera de roble, con tallados de piedrillas brillantes e incrustaciones doradas, estaba lleno de cientos y cientos de libros, algunos muy viejos por la pasta que estaba cocida al lomo y otros nuevos que casi nadie había leído. Antes de entrar Yume solía poner el oído sobre la puerta, para saber si Axon no estaba con alguien y no ser inoportuna, pero esta vez. Hubo un silencio y luego bajos, muy bajos murmullos, que por cierto ninguno pertenecía al director. Abrió entonces y entro quedándose estática al momento; por ver a las personas que había dentro. Soltó un suspiro de alivio y entonces cerro la puerta.
—«Yokkatane. Menos mal, están bien…parece que lo que dijo Hacken era…»—pensó ya en el interior, pero luego, se percato que algunos de ellos aun traían los vendajes puestos. Aun así expreso una sonrisa cuando el plack de la puerta se escucho y todos la miraron.
Yume trago saliva con discreción, pensó entre las miradas que debió haberse quedado con ellos.
—¿Que hacen ustedes aquí? —finalmente hablo con amabilidad disfrazada en su tono de voz algo meloso y acaramelado, para no reprenderlos por haberla angustiado. Fue lo primero que se le vino a la mente, porque en realidad lo que quería decir era «Por todos los magos, que bueno que están bien. Rayos ya me había espantado, bueno, que les sucede como osan ponerme en una situación asi !__!» pero se limito a mirarlos contemplativamente.
—Dixon-gakuchou nos envío una nota —explico con sequedad Lily—, pero desde hace dos horas que no se aparece por aquí. Esto esta comenzando a ser aburrido —termino recabándose en el librero.
—La única razón por la cual nos halla llamado, es para debatir algo importante. Si, Dixon Axon, piensa perder el tiempo lo haría en otra cosa y no en una reunión con nosotros —aclaro Aldred que la vio de reojo ir hasta el escritorio— Por eso mismo es que aun seguimos aquí —El muchacho estaba de pie, con los brazos cruzados sobre el pecho con un pie levantado recargado en la pared cerca de la puerta, con aquel semblante distante y cauteloso.
—Ya entiendo —suspiro para si, rebuscando entre los papeles algo que le indicara el motivo de su presencia. Encontró al fin una segunda nota, esta en un idioma sumamente antiguo que pocos podían descifrar, a decir verdad, solo las personas en esa habitación y él, podían entenderlo. Ella lo leyó mentalmente «Recuerda la reunión de ayer. En cuanto puedas habla con ellos. Este debe ser el lugar perfecto para tratar este asunto» termino de leer. Se sentó en la silla frente al amplio escritorio completamente hecho de madera y suspiro—. Bueno, antes de pasar a lo que seguramente Dix-sensei quería decirles. Alguien me podría explicar ¿qué fue lo que paso ayer en esa practica? La mitad de los grupos M3A3 y M4A4 no llegaron a la primera hora. Comencé a preocuparme en cuanto no vi llegar a ninguno de ustedes. Hay algo que deba saber antes de empezar.
—Nada, absolutamente nada por lo que debas alterarte Kiri-kaichou. Todos estamos muy bien —dijo Ozura de inmediato, ocultando el brazo herido por detrás de su espalda, pensando que Yume aun no lo había advertido.
—Exactamente —la apoyo Michelle que intentaba cubrir el casi inapreciable rasguño con la manga del saco—. Hubo uno que otro inconveniente, eso es cierto, pero nada de fuerza mayor. Todo estaba bajo control.
—Es verdad, estamos bien —tercio Tashi, moviéndose enérgicamente, como haciendo gimnasia para demostrar que estaban en condiciones optimas.
—No mientan —les corto la inspiración y Lily y Aldred la miraron con atención—. Y es por eso que Oz-chan trae un vendaje en el brazo, seguramente se lastimo jugando a las atrapadas ¿no? O Mi-chan estaba tan concentrada leyendo que una hoja de papel le cortó el antebrazo. Ah si, y que hay de ti Tashi-san, no me digas que te resbalaste con el jabón cuando te estabas duchando y eso hizo que tuvieras que vendarte el pecho por que fue ahí donde causalmente te golpeaste —Tashi la miro abriendo la boca como intentando decir algo pero ella no lo dejo—. Y supongo que Al-san, se quedo de nuevo en la azotea, e intento saltar las vallas de seguridad entre los edificio y con ello se aguijoneo el tórax. ¡Anda pues! Pero todavía no acabo, y dime Lil-chan, tu no eres para nada torpe, entonces porque será que aun así tratas de ocultar las heridas bajo el uniforme —recito, pareciendo ligeramente sarcástica, pero no lo era. Lo que intentaba dar a entender era que hicieran lo que hicieran ella ya sabía sobre las heridas.
—Bueno…sobre eso veras Kiri-kaichou…nosotros. Bueno, hubo un pequeñísimo inconveniente con Hacken, pero el también sufrió daño —quiso componer Ozura con una hábil sonrisa.
—La próxima vez me quedare —dijo a modo de contestación a sabiendas de qué si ella estaba presente Hacken no se atrevería a hacerles ni un solo rasguño. Por que entre ambos había un acuerdo del cual nadie estaba enterado: «Únicamente entre ambos nos destrozaremos. Por que con sangre lo hemos de pagar, este es nuestro único consuelo. Por el pasado que se ha ido y que ninguno puede restaurar» era una de las cláusulas de tal trato que continuaba en «cualquier otro lesionado y yo me encargare de hacerte pedacitos, tan diminutos, que tu numa será irreconocible» debió deducir que en el momento oportuno Hacken no lo respetaría. Haciendo lo que le viniera en gana—. Les aseguro que esto no volverá a pasar —consintió esta vez con una sonrisa entre lúgubre y seria con un deje de convicción.
—No es para tanto —intento reponer Ozura. Se percato de aquel semblante. De esa expresión entre afligida y marchita llena de algún tipo de remordimiento, que aun no podía adivinar.
—Como Romanov ha dicho. Estamos bien —intervino Aldred que inicio a pasearse por la habitación. Al detenerse frente al librero tomo un viejo y polviento libro de pasta desgastada y zurcida por hilos de cuero—. Y bien, ¿que es eso tan importante que nos ha traído hasta aquí? —interrogo de soslayo.
Yume volvió a sentarse, ahora mas aliviada.
—Lo que Dix y yo queremos tratar con ustedes. Tiene que ver con la reunión de ayer con las comitivas de Kocgnos y Kroma respectivamente. Ellos vinieron hasta el colegio para encomendarnos una especie de “misión” —tomo aire para continuar—, si así se le puede llamar.
—Y que tipo de “misión” es esa —acuno Tashi haciendo con los dedos la representación de las comillas al hacer hincapié en la palabra misión.
—Bien, como se que a algunos de ustedes no les gustan los rodeos, pasare directo al grano. Ellos quieren que vallamos por la Copa de Akanthus —dejo fluir las palabras, echando su peso hacia atrás, en el cómodo respaldo. Con una curiosa expectación.
Nadie hablo. El silencio solo era interrumpido por los vagos gritos que se escuchaban afuera de un grupito de estudiantes que practicaban deportes. Aldred siguió en su lectura. Lily cerró los ojos momentáneamente. Ozura le dio un leve codazo a Michelle para que dijera algo y Tashi se estaba haciendo el occiso igual que cuando estaba en la clase de Mitología Mágica.
—Y dime como vamos obtener un objeto que no existe —Michelle se mostró un poco rígida. A pesar de vivir en un mundo mágico, aun en Viotha, existían los mitos y uno de ellos era todo lo referente a la Copa. Nadie de esa época, al menos, la había visto.
—Según ellos es real y se encuentra escondida en Tecnoma City.
—Claro, tiene mucho sentido. Ocultar un milagroso objeto en la ciudad que todo lo investiga. Eso es estupendo —añadió Tashi con ironía apagada.
—Y eso que tiene que ver con nosotros —Lily fue a sentarse al sillón colocado a un lado del escritorio, cuando lo hizo levanto algo de polvo.
—Quieren que seamos nosotros quienes resguardemos su traslado. Hemos sido elegidos para ello, por que Hanatsu Tameny, piensa que nadie sospecharía de unos estudiantes.
—Ancianos, no quieren ponerse en riesgo, pero si a nosotros —añadió Lily murmurando, aunque claramente todos la escucharon.
—Pues eso parece considerando las circunstancias —la secundo Michelle—. Existen pruebas de que la copa es un objeto verdadero. Si, es así, entonces quien podría quererla y para que —analizo pensativamente la muchacha con los ojos verdes pensativos con un interés disimulado.
—Según leyendas del libro rojo —hablo Aldred con una pausa neutra—. La copa de Akanthus tiene el poder de recrear una existencia perdida. Dicho de otra forma en palabras de mundanos. La Copa puede revivir a los muertos, de tal forma que la esencia, alma, espíritu y apariencia física no sean afectados. Traería de vuelta la existencia de ese ser de una manera intacta tal y como fue antes de su deceso. Por lo que para esa persona, solo seria un mal sueno o una pesadilla el haber muerto —sonó como dando una cátedra de Mitología mágica.
—Si existiera esa posibilidad —inquirió Tashi con un semblante diferente, entre serio y analítico—, aquel o aquellos que la quieren, deben saber qué eso no es posible para nadie. De hecho si hubiera la mas minima probabilidad de qué eso pasara, tendrías que pagar un precio similar que compense la energía perdida por la que quieres recuperar.
—Pero en ese caso alguien mas saldría herido —conjeturo Ozura.
—De hecho, ya han muerto varios magos y hechiceras —Yume intervino mientras escuchaba los comentarios de sus amigos. Con ello sorprendió a la chica de cabellera negra.
—¿Y que ha hecho Kognos y Kroma para detenerlos? —cuestiono Lily con baja indignación.
—Seguramente nada —dijo de tajantemente Michelle—, encargarse de esos asuntos no es su deber. Por ello han pedido la ayuda del director Axon ¿cierto? Yume…
Espero con paciencia una respuesta y recibió un movimiento de cabeza asintiendo a su deducción. Hubo un breve silencio.
—Y que dijo el —soltó Ozura refiriéndose al director.
—Ese vago que tenemos por dirigente, seguramente acepto sin pensar ¿verdad? —mascullo Lily.
—Dix quiso que hablara con ustedes primero así que no le ha dado una respuesta concreta a nadie.
—Otra vez relegando la responsabilidad —suspiro sin remedio Michelle.
—No precisamente —Yume sonrió con tranquilidad y continuo diciendo al ver que ninguno estaba seguro de aceptar—: Como he dicho, la decisión aun no ha sido tomada. Yo también les he dicho a ambas comitivas, que tendría que consultarlo primeramente con ustedes. Saben perfectamente que su opinión es relevante e importante para mi. Antes que cualquier otra cosa, mas que ser simples comitivas estudiantiles dentro y fuera de Nakahatsu —hablo refiriéndose a la posición de todos— somos amigos, y por ello debía preguntarles primero. Por ello es que no pienso pedirles nada que no quieran hacer. “A la fuerza ni los zapatos entran” —recito con amabilidad para posteriormente añadir—: No hay ninguna presión en que decidan ahora. Si, y solo si, nadie quiere acompañarme, no tienen de que preocuparse. Yo misma traeré la Copa hasta Nakahatsu. Porque se que es arriesgado y peligroso aun siendo nosotros —concluyo. Sin intención de forzarlos a nada, solo les estaba informando lo que pasaría en dado caso que se negaran a seguirle.
—¡Yo iré contigo Kiri-kaichou! —exclamo instantáneamente Ozura con un gesto decidido levantándose de un salto de donde se hallaba sentada hace unos minutos.
—Se agradece ese entusiasmo —prosiguió Yume— pero no tienes que precipitarte y mucho menos hacerlo por lo que dije antes —aclaro para ver que la chica no se arrepintiera después.
—Y no lo hago —corrigió Ozura sin retractarse de lo dicho—. Mas que un deber como secretaria y tesorera del PEC, lo he decidido por que tienes todo mi apoyo. Además será interesante, por lo menos así podré repartir algunos golpes si nos topamos con algún pelafustán que quiera quitarnos la copa o el dinero. Ya sabes cuantos malandrines hay por ahí. Será como tener vacaciones sin serlo. —planteo con la misma convicción de antes.
—Yo iré también —con un gesto grácil Michelle se acerco a sus compañeras abrazándoles por los hombros en un gesto fraternal— Alguien debe vigilar que no metan la pata —agrego sonriendo distantemente.
—Por que no. Arriesgar la vida por un objeto que tal vez solo sea un mito. Enfrentarnos a tipos que quieran acecinarnos y la diversión de ir a Tecnoma, la ciudad que odia a los magos…suena bien. Que estamos esperando. —Dijo Tashi a manera de afirmación que el también iría.
—La única razón por la que iré —comenzó a decir Lily con algo de incertidumbre— es por que la vida aquí se ha vuelto sumamente aburrida. Es una buena oportunidad para recolectar información útil sobre Tecnoma y su desarrollo. Tal vez pueda…—hizo una pausa sin terminar—…iré. No quiero que echen a perder los gastos todo pagado.
El único que aun no había dicho ni una sola palabra más desde la última vez que hablo, era Aldred. Quien ya tenía una pila de libros leídos a un costado que casi le llegaban arriba de la cintura. Tomo aire y fijo la vista en Yume.
—Se han apresurado —carraspeó—. No me interesa ir de casería por algo que no existe. Todo lo que me interesa esta aquí. Así que por mi pueden hacer lo que les plazca.
—Pero…que rayos te pasa Aldred. Debes integrarte a este grupo. No hay nadie mas quien te acepte en este lugar —recalco con impaciencia Ozura, la actitud del muchacho en ese momento la había disgustado. Por que sabia que Yume no lo obligaría, de hecho a ninguno y que prefreía cargar con todo ella sola antes de someterlos a riesgos innecesarios.
Aldred la miro sombrío.
—Lo dices como me conocieras. No hables de mas cuando ni idea tienes de lo quien soy —le regreso tajante.
Ozura iba a dar un paso casi para obligarle a ir, pero Yume la detuvo.
—Calma Oz-chan. No pasa nada. Creo que nosotros cinco, bien podremos llegar lejos. Asi que no hay problema en que Al-san, decida quedarse —dijo finalmente con la mirada de soslayo dedicándole una sonrisa, claramente capto sin que Aldred dijera algo mas que los acompañaría de incógnito. Así que cuando el muchacho se retiro ya no hubo replica alguna. Una vez tomada la decisión Yume informo al director, quien se sintió complacido. Luego se puso en acción para tener todo listo y con ello enviarlos a Tecnoma, donde su encomienda comenzaría realmente.
Al caer la noche…