Capítulo 4 Reencuentro
Madara seguía aun estático frente a lo que tenía justo delante de sus ojos, su mente no podía digerir nada y menos entender lo que pasaba.
-Elizabeth… en verdad eres… tu?-dijo madara mientras avanzaba paso a paso hacia lo que miraba con tanta insistencia mientras levantaba su mano derecha para asegurarse de que lo que veía era verdad.
-hmp… es que aun no puedes creer en lo que vez
-eres tu… lo eres-dijo el pelinegro en forma nostálgica y algo alegre mientras caía al suelo colocan las manos y la cabeza en las piernas de esa mujer.
Ella simplemente lo observaba con una expresión fría como el hielo, para después concentraba en su juego de ajedrez.
-sáquenlo de aquí-dijo la mujer se forma fría a los guardias que se encontraban ahí.
-No no suéltenme… por favor solo quiero hablar!-decía madara mientras trataban de desprenderlo de aquella mujer-Por favor… Onee-chan.
Lo que sucedió después nadie lo hubiera previsto, esa mujer de aspecto inocente y frio había lanzado al piso al uchiha, amenazándolo con una espada en el cuello tomada de uno de los guardias.
-no te atrevas a llamarme de nuevo onee-chan… no estás en el derecho de siquiera desear hablar conmigo-escupió la mujer con sorna en cada una de las palabras
-Elizabeth…
La nombrada solamente le devolvió su espada al guardia y volvió a sentarse en su asiento mientras movía una de las piezas de su juego.
-déjennos solos-dijo Elizabeth mientras miraba el tablero de ajedrez, todos los presentes se fueron por la puerta dejando solamente a los dos uchihas juntos con Elizabeth y el hombre que se encontraba en frente de ella-es tu turno Eric…. Ahora explícame que es supuestamente lo que tenemos que hablar.
-yo quiero… yo quiero…-comenzó a decir el uchiha mayor mientras en su mente se encontraba en una lucha
-tú quieres qué?
-….. Tu perdón
De repente en la habitación resonó una risa que no tenía intención en para, la portadora de aquello era la mujer llamada Elizabeth que a diferencia de su semblante su risa contenía demasiado carisma
-Mi perdón? Jajaja… que gracioso! Si solo viniste a eso mejor lárgate!
-no es una broma!
-pues en el caso de que no lo sea… aun así te crees merecedor de tener mi perdón-dijo Elizabeth mientras se levantaba y comenzaba a caminar al pequeño bar que había ahí y tomaba una botella de sake junto con una copa-o… es que quieres que te recuerde el error que cometiste?
Una vez que termino de hablar Elizabeth lanzo el sake que había echado en la copa al aire, pero en vez de caer al suelo el líquido se mantuvo en el aire formando una especie de espejo que comenzaba a reflejar un salón muy elegante don estaban un hombre sentado en un trono su aspecto es hermoso, elegante y sobre todo joven; tenía el cabello castaño claro largo hasta el cuello, piel blanca y de cuerpo envidiable, con unos ojos de color azul cielo. Frente a ese hombre estaba un muchacho de unos 15 años de edad, el cual era madara.
-Veremos cuanto razonas después de ver esto-dijo Elizabeth para continuar viendo el espejo que se había posicionado delante de los presentes
---Escenas del espejo---
-su excelencia! Gracias por recibirme-dijo madara inclinando su cabeza ante el imponente hombre con porte de arrogancia y soberbia.
-no creas que es un placer tenerte aquí… me desagrada tener frente a mí al hijo de un traidor-dijo el hombre de forma cortante y fría-lamentablemente no puedo matarte ya que no perteneces a mi propiedad! Pero ahora… habla! Que quieres?
-quiero que me de mi inmortalidad!-dijo madara de forma rápida y firme sin mostrar miedo.
-qué? Quieres que te de tu inmortalidad! Cual inmortalidad?-dijo el hombre mientras comenzaba a pararse del trono
-la que debo tener por derecho de nacimiento! Exijo que me la devuelva!-dijo el pelinegro levantando la mirada ante ese hombre
-tú me exiges? No tienes ningún derecho a nada! Pero gracias… ya que al exigirme algo del que no tienes derecho has faltado el respeto de su excelencia! Es decir yo! Es suficiente para mandarte a decapitar y empalar tú…
El hombre no pudo continuar ya que comenzaron a escucharse gritos afuera del salón!
-se-señora harcourt! Por favor! No puede entrar sin antes ser anunciada su excelen…
-no me interesa así que apártate si no quieres morir!
Las grandes puertas se abrieron de par en par, mostrando así a una mujer joven de unos 20 años vestida con un kimono negro con flores blancas, (
http://www.costumersguide.com/geisha/vogue1.jpg) con un abrigo hecho de la mismas tela con un poco de piel de oso negro en la parte del cuello cubriendo los pechos de la mujer, ella tenía el pelo largo y negro hasta la cintura sujetándolo con palillos en una especie de media cola, su ojos eran tan verdes como el mismo jade y colocados en una cara tan blanca y bella como la porcelana
-Aram-sama disculpe mi intromisión pero necesito hablar con usted-dijo la joven mientras bajaba su cabeza sin arrodillarse.
-Elizabeth…… Que todo el mundo salga, déjenme solo con ellos-dijo Aram ordenándole a todos los guardias que se fueran, una vez el salón quedo solo comenzó-ahora que desea señora de harcourt? Como ve su discípulo se encuentra aquí y debo decir que no se ha comportado como debe alguien de su posición.
Elizabeth rodo los ojos hacia madara que no se atrevía a levantar la cara ante nadie para después mirar al suelo y levantar la mirada ante Aram
-perdónelo el a veces no sabe comportarse, así que me atrevo a decir que todo lo que dijo fue un error! le pido que le perdone y que nos deje ir tranquilos!
-me temo que no será posible! El chiquillo me a pedido inmortalidad! Dudo que eso haya sido un error-dijo mirando fijamente a la joven mujer. La cual no mostro sorpresa alguno ante lo dicho
-…… por… por favor… perdónelo… se lo ruego-dijo a decir Elizabeth con algo de dificulta mientras madara volteaba la vista inmediatamente hacia ella quedando totalmente sorprendido.
-tu… rogando clemencia…… debes quererlo mucho
-si… Aram-sama…. Yo misma lo crie así que… por favor… olvide lo que dijo
-lamento decirte que no puedo olvidarlo, el me lo exigió-dijo Aram viendo cm Elizabeth mantenía la cabeza baja y totalmente callada ante sus palabras-hagamos algo… como lo quieres tanto lo dejare ir pero también le cumpliré su deseo… quiero que le des la mitad… de la inmortalidad.
Elizabeth levanto la cabeza sorprendida ante lo que dijo Aram, ella sabía lo que quería y era que ella se rebajara ante él.
-su excelencia pienso que no es necesario de su generosidad, solo déjelo ir!
-te atreves a rechazar mi generosidad?
-no… no es eso! Solo que no lo veo necesario-dijo Elizabeth volviendo a bajar la cabeza
-pues a mí me parece que si… el chico la quiera así que porque no concedérsela! Te ordeno que lo hagas!
Elizabeth levanto la mirada para después caminar lentamente y colocarse frente a madara y mirarlo fijamente sin decir nada en lo absoluto mientras el solo se concentraba en regresarle la mirada de forma automática.
-qué esperas… no tengo todo el día!
Madara sintió como Elizabeth colocaba dos de sus dedos de la mano derecha en su frente (de la misma forma como le hacia itachi a sasuke) para después ver como el cuerpo de la pelinegra comenzaba a liberar un chacra de color negro, después de unos segundos el uchiha comenzó a sentir un terrible dolor el cual se reflejaba en sus ojos; pasaron varios minutos y el dolor se intensificaba cada vez mas pero él se mantenía en su posición hasta que el proceso se terminara lo cual sucedió unos segundos después cuando sintió como la bella mujer que tenía en frente retiraba su mano para después voltearse ante Aram
-he terminado así que me retiro… gracias por su clemencia… padre…-dijo Elizabeth comenzando a caminar hacia la salida.
-Elizabeth… espero que te asegures que no tenga que volver a ver la cara de este joven-dijo Aram con soberbia y burla.
-puede estar seguro que no lo hará-dijo sin voltear a verle y seguir con su camino.
Madara comenzó a seguir a Elizabeth y logro alcanzarla cuando ya estaba cerca de la salida del castillo.
-onee-san… gracias por venir no se que hubiera he...
-CALLATE! Y ni te atrevas a llamarme onee-san otra vez!
-pero… pensé que…
-pensaste mal! Dime madara cuáles fueron las tres reglas que te di cuando tocaste por primera vez mi casa!-dijo Elizabeth acercándose a el y mirándole directamente a los ojos.
-las tres reglas…… la primera fue que jamás entrara a tu habitación cuando estuvieras en tu “sueño profundo”
-exacto! La cual rompiste al entras en mi cuarto justo ayer en la noche para investigar en mi mente! La segunda?
-la segundo fue que jamás debía tocar territorio haruno!
-muy bien! Eso fue lo que acabas de hacer! Haber madara la tercera cual fue?
-jamás… jamás pedir inmortalidad
-Correcto! Tenemos un ganador! Rompiste las tres reglas en menos de 24 horas! Valla récor pero como dije en el pasado, si te atrevías a romper una de ellas te olvidarías de mi protección! De mi casa! De todo!... ya no soy tu onee-san! Así que no vuelvas a mi casa jamás! Porque si lo haces! Yo me encargare de destruir ese cuerpo que tanto debes cuidar-dijo señalando con las manos el cuerpo del pelinegro-tu mejor que nadie sabe en qué consiste la mitad de una inmortalidad al fin y al cabo fui tu maestra.
Después de decir eso Elizabeth se retiro dejando a madara solo en medio de la entrada.
---fin de escenas del espejo---
Después de eso el espejo se rompió en partículas que desaparecieron al instante.
-madara… ya recordaste algo-dijo Elizabeth de forma irónica y fría.
-lo recuerdo perfectamente pero no me iré de aquí sin tu perdón-dijo madara mirando como Elizabeth se sentaba tranquilamente mientras miraba el tablero de ajedrez.
-ok… Eric… -menciono suavemente la pelirrosa y vio como el chico daba su última jugada.
-jaque mate-dijo el joven Eric haciendo su último movimiento.
-has mejorado Eric.
-Elizabeth no me ignores-dijo madara mostrando su creciente enojo.
-bueno… es lo último que se me ocurre ya que tú no te qui….-las voz de la ojijade callo rotundamente, su vista esta fija en el otro pelinegro que se encontraba en aquella habitación, el cual había ignorado todo este tiempo; su mirada había chocado con la ojinegra del muchacho para ella esos ojos le recordaban algo, además de darse cuenta que el chico tenía una mirada pensativa como si no supiera lo que está pasando en este momento-…... pensándolo mejor…. Hagamos un trato.
-lo que sea!
-primero quítate la máscara!-dijo Elizabeth dirigiendo su vista al uchiha.
-mi… mascara?
-correcto….
¿porque sasuke no menciono ninguna palabra?
¿quien es exactamente esa mujer?
¿que esconde madara tras la mascara?
en el siguiente capitulo! "perdon y condiciones"
disculpen mi tardansa y espero que les guste el capi!
espero actualiazar pronto! ya que comienzo clases el 3 de octubre!
espero sacar tiempo sayonara!