Memoria para dos
¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas los momentos que pasamos juntos? Oh, para que pregunto se que solo fui una distracción antes del plato fuerte; se que solo fui un momento pasajero; se que cuando un día por casualidad me aparezco frente a ti no sabrás quien soy o quien fui pero ¿Quien era? ¿Quien soy yo? Y ¿Por que pregunto quien soy? ¿No puede ser un "que"? He perdido la noción del tiempo y el espacio da vueltas, me siento mareada pero muy feliz, siento como un líquido caliente moja mis manos. Caí.
Siento frío, mi cuerpo esta en un lugar frío, quiero abrir los ojos pero me pesan ¿Donde estoy? Quiero saber. Lentamente abro los ojos y unos barrotes se presenta frente a mí; bajo una colcha sucia. Escucho los pasos, pasos de varias personas que se acercan y discuten algo. Me siento con flojera en la colcha y cruzo mis piernas cual indio, las voces y pasos llegaron a mí; son papa, su abogado, y un policía.
Mi padre me mira con severidad, su abogado con reprobación y el policía con decepción ¿Que no debería ser al revés? El policía, con severidad; mi padre, con decepción y el abogado con reprobación. En fin, salimos a una sala rodeada de vidrios. Mi padre me ve y el abogado pregunta: ¿Que sucedió? Entonces yo me pregunto: ¿Que sucedió de que? Me miran y se retiran.
Hoy me encuentro en un tribunal juzgada de asesinato a un hombre que no conozco, protegida por un hombre que me mira mal pero no se quien es ¿Quienes son ellos? ¿Por que todos esos me miran con repulsión? Han dicho que mate a un hombre ¡Un ser humano!
La sentencia, soy culpable. Culpable de un crimen que no cometí he sido sentenciada a cadena perpetua, la victima era un hijo de embajadores. Mi padre me abandonó, ya no soy parte de su familia, soy una desgracia. Pero hay algo que papa no sabe...
La oscuridad me ha llegado, aquí en mi nueva prisión ¿Te digo algo? Ya se quien soy ¿No lo adivinas?
Me dejo por una niña de perlas y pasteles, me dejo por un esteriotipo. Lo veo salir junto a la damita de su nueva casa, dirigirse al teatro, bajo del carro y lo sigo, los veo tomados de las manos ¡Traidor! Me dijo que seriamos solo los dos, por siempre ¡Mentiroso! Mis pasos se oyeron fuertemente, voltearon. Ella me mira con arrogancia y yo solo le contesto la sonrisa, amplia y hermosamente macabra. Saco de mi bolsillo una pistola y le disparo en el vientre a la mujer de mi hombre y a el lo veo sufrir, como yo sufrí por el; veo que corre hacia la zorra esa y la abraza yo me acerco. Tiro la pistola al suelo y con un cuchillo lo voy matando a cada cuchillada, su sangre salta, y se esparce por mi piel, que delicia. Dejo el cuchillo dentro de su corazón y me voy, me largo a casa.
No me quedare en este lugar más tiempo, les odio, a todas. Mañana saldré de aquí, mañana lo pagaran todos por encerrarme en este lugar ¿Como? Pues es bueno saber donde están los lugares donde puedes armar un desastre.
29 de febrero de 1910. Prisión de mujeres explota por fallas con la caldera, incendio monumental, todas las prisioneras muertas.
Yo no estoy muerta. Sigo viva y sigo disfrutando de aquel líquido rojo.
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