Fallen Angel /SasuSaku/

[LittleLulaby]

Desperté en un lugar levemente totalmente brillante, tanto que mis ojos tenían que entrecerrarse para soportar el brillo hasta que una sombra cubrió el brillo, agh, lo único que recordaba de la noche anterior era mis audífonos con música de My Chemical Romance a todo volumen; de repente vi a mi jefe mirándome con el ceño fruncido, al parecer estaba descontento de nuevo con mi trabajo, una vez más... Antes de que empiecen a preguntarse quién es mi jefe es aquel al que responde a las plegarias de todos ustedes, nah, no es Dios o Jesús, esos no me tienen tanta paciencia, es el Arcángel Miguel, seh, ese mismo, ese que me está mirando como si le fuese a explotar la vena de la frente culpante a mí de nuevo.


- Sasuke, ¿qué voy a hacer contigo? - dijo tomándose de la cabeza

- ¿Dejarme ir? - respondí irónico como siempre que hablaba con él - ¿Sabes? Deberías dejarme traer al menos unos lentes de sol cada que vengo o me quedaré ciego

- Sabes las reglas de memoria, te las hice aprender, y tú vas y simplemente me ignoras, eres tan narcisista que jamás terminas un trabajo aunque la vida se te vaya en ello, eres insufrible definitivamente - dijo pasando olímpicamente de mi comentario ingenioso - Pero no es para eso que te llamé

- ¿En serio? Sería la primera vez que no me llamas para regañarme por algo que hice o dejé de hacer, Miguel

- Sabes que no me agrada llamarte, pero en el contrato que hiciste con el Todopoderoso dicta que seguirías sus ordenes y las mías, así que por favor trata de cumplir con tu palabra; nosotros cumplimos con la nuestra y tu madre está en perfecto estado de vida, además que la vida de un Dignethed es...

- Es entregada a su deber, lo sé, no hace falta que me lo recuerdes; ¿qué tengo que hacer ahora? ¿Demonizar a alguien? ¿Salvar a una aldea perdida? ¿Sacar a patadas a un ángel caído? - comenté hastiado, odiaba cuando mentaba a mi madre, y vaya que le gustaba mentarla.

- No, de hecho queremos que te hagas cargo de una tarea más complicada - dijo sonriendo enigmáticamente

Este maldito, como siempre hablando en códigos para que diga que sí y me joda... Putos jefes.

- ¿Qué tengo que hacer? - dije en medio de un suspiro

- Cuidar a una chica, tiene tiene dieciséis años, y...

- ¿Sabes que aun no me graduó y por lo tanto no trabajaré en un instituto para cuidarla de cerca, además que me acusaría hasta de pedofilia, no? - dije haciendo que se callase por unos segundos

- Y estudia en tu universidad, es muy lista; no puedo decirte como se ve, simplemente sentirás cada cosa que ella sienta, más adelante te encontrarás con ella; te divertirás al menos esta vez, podrás fingir ser un chico normal como tanto quieres, Sasuke

- ¡No quiero fingir ser normal, quiero serlo, joder! - dije a punto de enloquecer

- Papapapapap... Nada de malas palabras - dijo Miguel riendo, se burla de mí el muy desgraciado

- Bueno, entonces déjame volver a dormir tranquilamente soñando con tetas que jamás tendré porqué entre las clausulas que desconocía a los ocho putos años decían que nada de sexo hasta casarme - dije molesto, ¿qué les digo? A veces también tengo necesidades

- Mira que eres un mal hablado, - dijo riendo suavemente - Ve a dormir, te dejaré un informe en tu mesa de noche como siempre, saludos a Naruto, dile que siga así y estará directamente aquí cuando muera

Cuando desperté estaba finalmente en mi bella habitación, entre mis suaves sabanas grises y con mi computador esperándome y casi seduciendome para que lo manosease como siempre, sé cuan triste es que un adulto de veintiún años piense de esa forma de su ordenador, pero se los pongo de esta manera, imaginen que finalmente van a follar con una persona y tienen un dolor de cabeza que los deja inútil de ahí abajo; no es bonito.

Salí de mi cuarto con los ojos hinchados mientras veía a Naruto cocinar algo que oía delicioso, al parecer hoy desayunaría tocino y huevos revueltos, este bastardo era el mejor del mundo. Me miró comprensivamente y me dio un té dulce, perfecto, más compasión para mí.

- ¿Miguel de nuevo? - dijo sirviéndome mi comida mientras asentía molesto

La única persona en la tierra que sabía de mi pacto con esos dos siempre ha sido este idiota, siempre de entrometido y terminó descubriendo que hice un pacto para salvar a mi madre de las garras de la muerte; bueno, no era tan malo, las cosas se volvieron mejor cuando debí irme de casa por los constantes demonios que llegaba a ver y asustaba a todos en casa, así que Naruto huyó conmigo (no tanto huir porqué su padre aun le paga todo a él y a veces a mí)

- Al parecer tengo que cuidar a alguien a partir de ahora o al menos hasta que Miguel se canse de torturarme y me asigne algo bueno, no sé, como volver a ser un ser humano que decide cuando follar y cuando no - dije hastiado de ese hijo de puta brillante

Naruto asintió poniendo el plato para que me lo devorase, mientras que él simplemente pensaba en Satán sabrá que, sí, a veces me gusta jugar con mi propia mala suerte y burlarme de mí mismo.

- ¿Sabes? Quizás esto sea algo bueno, finalmente podrás hacer algo sin demonios, sin que te vuelvan loco y cosas así, busca el lado positivo, siempre te digo eso y jamás me escuchas

- Tienes razón, debería hacer eso, no demonios por un tiempo, algo bueno por lo visto... Lo malo es que sentiré lo que ella y vaya que tengo sueño ahora, debe ser tan perezosa como tú, Naruto - comenté riéndome

Al poco tiempo entré a mi habitación, vi la foto familiar que nos tomamos por ultima vez antes de irme de casa, huyendo de mis propios demonios personales, en ella salía mi madre con una bella sonrisa junto a mi padre serio pero alegre a su manera, mi hermano mayor Itachi y nuestra hermana menor Hiroy junto a mí sonriendo suavemente, los extrañaba... Pero era mejor que seguir arriesgandolos.

Ahora solo debía preocuparme por lo que sea que pasaría ahora con mi protegida desconocida. 

Bueno, esto es mi primer fanfic y ¿comó no? SasuSaku como siempre me ha gustado, espero sus comentarios y lo que piensen de esta locura en medio de la noche. Gracias por leer. Matta nee 

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[LittleLulaby]

Ah, un día más en mi vida universitaria; debo decir que me valdría tres hectáreas de verga si no tuviese que lidiar con los sentimientos de una adolescente llena de hormonas, es que solo a Miguel se le ocurre enviarme a mí de guardián de una chica menor de edad, la música en mis oídos me ayudaba un poco en la tarea de lidiar con lo que piensa esta chica, es solo que se deprime por todo, hasta por el maldito color de sus uñas ¡¿Saben lo qué es estar mirando tus uñas por veinte malditos minutos y sintiéndolas "feas"!? ¡Por Dios! Pero al menos estaba AC/DC para salvarme de caer en las locuras de una chica.

Y así entré a la primera de mis clases: Aritmética, nada mal, algún día me gustaría ser profesor, ¿saben? Todo eso de enseñarle a los demás me agrada, pero no cualquier profesor, mi meta es ser un gran profesor de renombre en metafísica y así probar que no soy un inútil que no sabe ni que hacer con su vida.

Me gustaba el clima de hoy, era frío, no había mucha gente así que nadie me molestaba en lo más mínimo y con Naruto en sus clases de contaduría (sí, el muy idiota le gusta los números y es bueno en ello), yo podía disfrutar de mis seis horas de clases corridas tranquilamente como un escape de tantos pensamientos.

Mientras la clase empezaba a tomar rumbo empecé a soñar de nuevo con la libertad que no podré tener jamás gracias a mis ideas de niño, pero al menos Miguel y Dios cumplieron con su parte a la perfección, mi madre nunca murió y se sanó completamente de su mortal enfermedad.

Incluso tuvo a Hiroy unos meses luego.

Miré por la ventana como el árbol de cerezos dejaba caer muertas sus hojas lentamente, era algo tan bonito, pero a nadie le diría eso en voz alta, no se vería ni masculino ni genial para alguien como yo. Me encontré pensando en mi nueva misión, quizás esta chica me daría algunas respuestas, si es que sabe quien es realmente, por que algo que he aprendido de Miguel es que jamás le revela a nadie sus verdaderos origenes; creo que le excita el dolor en el rostro de los demás.

Luego de la clase me fui directamente al comedor dispuesto a comer algo frito y lleno de grasas que taparían mis arterias lentamente hasta matarme de alguna enfermedad relacionada a mi mala dieta alimenticia; al llegar al lugar de repente el lugar se llenó de peso para mí al menos y un nombre pugnaba por salir de mis labios, no sabía como demonios pronunciarlo, pero sabía que quería hacerlo con todas mis fuerzas, quería gritar ese nombre a todo pulmón.

Así que simplemente lo dejé salir.

- Haruno Sakura...

Una pelirrosa volteó a verme, su cabello rosa natural caía muy por debajo de sus caderas, casi rozando con ese trasero en forma de manzana, llevaba un par de vaqueros ajustados, una camiseta blanca con detalles en rosa y unos dibujos de cerezas y esos ojos, ¡madre mía! ¡Vaya ojazos verdes se gasta!

- ¿D-dijiste mi nombre? - dijo ella mirándome, casi atrayéndome con esos ojos y yo ahí paralizado como un idiota

- Sí... eso creo, yo... Uhm... - vamos Sasuke, habla, tu puedes, que no se note que casi no hablas con chicas

- ¿Esto es otra de las bromas de Ino? - dijo frunciendo su lindo ceño, se veía adorable - Porque si es así, mataré a esa Inocerda...

- Yo... A-Ahm... Simplemente escuché tu nombre de un amigo cercano y... U-Uh... P-pensé en decir hola

- Oh - pareció calmarse - Bueno, hola, soy Sakura y tu eres Sasuke Uchiha, es un placer - dijo tendiendome la mano para estrecharla

Al momento de tocar su mano sentí una gran corriente electrica atravesandome de pies a cabeza, ¿quién es realmente esta chica?