Quimera en la mansion era conocida como la niña buena, tenia esa apariencia dulce, apenas lograba medir un metro 52 y su cuerpo no era nada desarrollado a la misma vez que su personalidad iba a juego con su hermosa apariencia, pero para que estamos con cosas ninguna Quimera podia ser tan angelical, sin tener un secreto, y es que Quimera tenia una transformacion, mejor dicho su forma real, porque la forma de la que todos conocian era un hechizo que le permitia verse dulce mientras estuviera tranquila, pero si se enojaba ese hechizo se rompia y su apariencia real salia, nadie conocia aquella apariencia solo Kenneth, porque solo el la pasaba sacando de sus casillas pero nunca en publico.
Quimera estaba en pleno proceso de transformacion,a quellas pequeñas alas que mantenia en su cabeza pasaron a su espalda, siendo alas gigantes de murcielago, de pronto tambien tomo altura, midiendo mas de 1m65, casi 1m70, su cabello clariso verdoso se volvio verde oscuro y sus ojos morados de un color intenso dorado, su dulce sonrisa se torcio por una y su cuerpo infantil se volvio en uno maduro, antes de que pudiera reaccionar con todo lo que habia pasado, miro a Alan y la quemadura y luego a Kenneth.
Sus alas dieron un aleteo que agito todo el aire que podia haber, en el gimnasio, la bola de cristal se cayo al piso por el fuerte aire que habia y Quimera solto una risa pesada y brusca, muy enfadada y no tardo en agarrar a Kenneth de su chaqueta o lo que llevara puesto.
-Maldito - murmuro despacio -Me las pagaras por esta verguenza- le clavo las uñas que le habian salido, ya que tambien tenia partes felinas, si Kenneth queria pelea, esta se la daria,