— ¡Que mier…! ¡NO! ¡NO QUIERO! ¡LEN, ALÉJATE DE MI! — Empezó a hacer escándalo en la puerta, en la misma entrada del edificio, con la voz más femenina y aguda que podía poner, como si lo estuvieran violando.
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—A mi no me importa lo que digan de mi. Yo canto esa canción porque tengo mis razones y eso me basta. Luego, lo que hablen los demás es tema aparte, no me interesa. Y mucho menos que sea un himno gay; originalmente cuando se estrenó aquella película no lo era ¿Por qué debo adoptarla como los demás quieren y pretenden que lo haga?
>>Tonterías.