-Pienso lo mismo, yo solo estuve de fiesta en fiesta, pero nada interesante ya que no conocía a nadie, todos eran de los hijos de los socios de papa.- soltó una risita.
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-Ah.. Jeje... Si quiere lo puedo llevar a su casa, solo deje que me cambie.- sonrió nerviosamente, intentaba no dejarse llevar por sus instintos y aprovecharse de la situación.