—Quien sabe. Todos podemos hacer cosas inesperadas— De su mochila sacó un lazo y se lo puso en la cabeza hasta formar un pequeño moño. Era para sujetar un poco su cabello más que por estética.
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—Lo mismo digo… Por cierto ¿Te gusta el heavy metal? — Preguntó como si nada.
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Recorrieron un camino algo largo, hasta que al fin llegaron al departamento de la familia Taylor. Era un edificio situado en Tokyo, bien a lo alto para que no se escuchara el bullicio de la ciudad y era un lugar donde vivían prácticamente los ricos.
Entre la fortuna heredada por su bailarina y difunta abuela y el trabajo que tenía su mamá , habían amasado una buena cantidad de dinero.
—Dulce aroma a limpio. Me daré un baño ¿Quieres venir?
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—Como quieras. Dentro de veinte minutos estaré allí — Y cuando ella decía veinte minutos , estaba clavada allí ni un minuto más ni uno menos.