—No te metas en problemas…
--
Nagisa se quedó paralizada, cerró los ojos fuertemente y contó hasta cien. Luego se acercó al borde del puente, se paró allí y también se tiró. Cayó en el barco. Tenía una expresión seria, más que de susto. Aunque debía admitir que tuvo una fuerte descarga de adrenalina.
Cuando se recuperó, abrió sus brazos.
—Te lo debo. Y tú a mi también.
--
—Yo ya me aburrí — Dijo Celinda.