—Está bien… — Se tiró en el sofá y pensando en nada concretamente, se quedó dormida de una forma muy rápida.
Soñó.
Soñó que ella era ligeramente más mayor y estaba con una niña, la cual solo podía ver de espaldas. Era pelirroja, de cabello naranja, como su madre Grace. Bastante largo. Y era completamente lacio con excepción de las puntas, que terminaban de forma rizada.
“Mamá”, le decía. Y cuando Artemis sonrió, ahí pudo ver recién el rostro de la niña. Era muy parecida a ella, pero más aun a su abuela con ese cabello anaranjado.
Al poco rato la alcanzó otro niño, pelirrojo también. Y este también la llamó mamá…
Abrió los ojos de repente al despertarse. Y se sorprendió de haberlos abierto. Se notaba que había estado profundamente dormida. AoitoII la miraba atentamente.