—De acuerdo , Rinto-kun. Me gusta que me cuides.
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—Como a tus hijos — Los volvió a sentar en las sillas — Hasta que yo no les diga , no se pararán ni harán nada. Excepto si quieren ir al baño.
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—Hazlo sinceramente — Lo abrazó fuertemente.
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Artemis se acarició la mejilla besada.
Se fue a dar una ducha y finalmente se colocó el traje de motociclista que usaba normalmente, el cual le tapaba las cicatrices de todo su cuerpo. Agarró la bolsa de basura, se puso el casco y salió con su motocicleta hasta el basurero.
Allí prendió fuego sus armas y hasta no ver como se derretían, no se fue de allí.