Cuando Artemis se recuperó por completo de sus heridas, fue el día en que debía partir hacia otro lugar que no fuera Alemania y Japón. Y ese destino eran las viejas y lejanas tierras irlandesas, destino a Dublín, la capital de la isla.
Artemis estaba completamente desanimada por eso, porque sabía que solo podía volver a Japón cuando las cosas se calmaran un poco y esos tipos volvieran vivos o muertos a Alemania.
Sus padres harían todo lo posible para que volviera antes.
Mientras tanto, en su cabeza, tejía un plan macabro en donde actuaría desde las sombras. Esta vez, se convertiría en una asesina profesional de renombre, fría, sin sentimiento alguno, descartando todo tipo de emociones para así , cuando esos tipos la descubrieran , porque tarde o temprano lo harían , los mataría sin piedad de una manera certera y poco ortodoxa. Esperaría el momento para ejecutar sus siniestras intenciones.
Y a partir de ese día, hizo una transformación total en su carácter y manera de pensar.
—Nos veremos en un tiempo, Artemis — La despedía Grace.
Artemis no dijo nada.
—Artemis murió. Ahora soy Liza Amane. Soy mejor que Artemis — Pronunció como si no tuviera alma.