Murasaki sonrió ante eso. Siempre le daban todos los gustos y ella lo agradecía.
Al día siguiente , Murasaki compró una bolsita de snacks y las llevó junto con una bebida.
-¡Onii-chan! He traído algo para ti. Me dijiste que no te gustaban los dulces. Te he traído algo salado. Ah y no te he dicho mi nombre. Soy Murasaki - Empezó a cantar en voz baja esperando que le abriera la puerta.
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Ikki la encontró cerca del lago.
La arrastró hasta la sombra bajo un árbol.