Al sentir sus brazos al rededor suyo no soportó mucho, se le bajó la presión y se desmayó otra vez.
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-Un placer conocerlas, me llamo Rosette.- sonrió.
Sierra estaba encantada.- Adoro como tocas el oboe, me encanta la melodía que estabas tocando.
-A ti también? Es una melodía hermosa.