Asintió seria. La mitad de su rostro estaba tapado por su abanico.
Salió de la cocina y se dirigió hacia el establo. El lugar de su difunto caballo aun estaba vacío... era irreemplazable y tenía que pasar un milagro hasta que volviera a aceptar otro como lo había hecho con Fir.
-Exijo que esta noche tenga a los más jóvenes y preciosos caballos listos y decorados. SIN CARROZA - Salió de allí en caballo y , como última parada , fue a visitar a su escultor-amante.
Esta vez estaba tallando en madera.