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Autor Tema: Cuenta tu mini-historia!!!  (Leído 10528 veces)

Juankure Desconectado
« en: Marzo 17, 2013, 06:42 pm »

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Cuenta tu mini-historia!!!
« en: Marzo 17, 2013, 06:42 pm »
Decidimos trasladar este tema a la zona de escritura, debido a que escribir este tipo de pequeñas ficciones es un buen ejercicio para mantener nuestra creatividad activa, y así mismo compartir cada vez que queramos hacerlo, pero no tengamos un texto largo para mostrar.

Las reglas son sencillas.

- Minimo 250 palabras, máximo 500.

- Quien escriba una historia debe de dejar al final tres palabras, las cuales tendrán que estar incluidas en la historia del próximo user que publique.

- Las tres palabras deben de estar resaltadas, ya sea en cursiva, negrita o con colores.

- Nada de historias absurdas, con errores de ortografía y cosas por el estilo, cuando esto era un mini juego, el spam se toleraba, pero al haber un cambio de zona no se hará.

- Quien publique una historia que no tenga las tres palabras dejadas por el user anterior, o haga algo que sea incoherente, tendrá un aviso, si repite la conducta de nuevo, haremos lo posible por evitar que siga participando en la zona de escritores, ah y por cierto su post será eliminado de forma inmediata.

No siendo más comienzo dejando las tres primeras palabras.

Granizo, fósforos, uvas.
Mis escritos
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.Nico. Desconectado
« Respuesta #1 en: Marzo 17, 2013, 11:18 pm »

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Re:Cuenta tu mini-historia!!!
« Respuesta #1 en: Marzo 17, 2013, 11:18 pm »

Podría ser una buena idea, con las mismas condiciones, hacer una sóla historia que los usuarios vayan continuando.

Como sea, soy la primera. >.D




Uvas De Ceniza

Miró con desinterés el panorama que corría al otro lado de la ventanilla de la limusina, y la desagradable sensación de una mano explorando su piel aceitunada. La detuvo con un gesto de fastidio y ella se refugió al otro lado del asiento, consolada por el alargamiento del inevitable momento de pagar sus deudas.

El granizo golpeteaba el metal con la dureza de un castigo celestial directamente dirigido hacia él. Volvió a dar una lenta calada a su cigarrillo e inhaló el gusto mentolado que dejaba en el aire. Me regresó a ver, hizo esa mueca molesta por enésima vez, y al descubrir mi mirada de compasiva superioridad, buscó en el bolsillo de su abrigo, sacó los cigarrillos envueltos en una empaque dorado con la complacencia e indiferencia del que comete una satisfactoria venganza. Vi reflejada en el vidrio la expresión de incrédula diversión que se había apropiado de mis facciones, e intenté volver a mi estoicismo facial antes de provocar alguna otra reacción ofensiva, pero fue en vano en cuanto se dio cuenta que no tenía ni su encendedor ni los fósforos de emergencia en el revés de su chaqueta.

Frunció con dureza el ceño, agarró el cuello de mi camisa y con la fuerza para sorprenderme, me acercó a su rostro. Observó con furia mi inexpresividad, y antes de cualquier pregunta, arrepentimiento o consideración, se lanzó a mi boca con la desesperación del hambriento. Un pitido se elevó a mis oídos, agarré su mandíbula y nos obligué a permanecer en los labios del otro hasta que mis pulmones golpearon mis costillas con rencor. Al separarnos, fijé el reto que ofrecían mis pupilas en el terror que empezaba a invadir las suyas, y lo besé una y otra vez, hasta que no pudo resistirse y se entrego de súbito al placer que sabía incorrecto.

—A uvas... —, susurró antes de atraerlo de nuevo a la caída de sus principios.

Un gritito de indignación llamó mi atención repentinamente, y quise golpear a la muchacha que nos contemplaba con el asco que se le da a algo genuinamente repudiable. Aplastando uno de los tantos botones que adornaban el espacio, el auto se detuvo; lanzando un último chillido furibundo, escapó de la protección en medio de una de las peores tormentas del invierno. Nos pusimos en marcha de nuevo con apretar el botón por segunda vez.

Aterrado, regresé a analizar el rostro frente a mí, y con alivio revelé su confusa y sonrojada tez.

—¿A uvas? —, pregunté sin soltar su rostro, entretenido por el amortiguamiento que parecía sentir el morocho.

Con un poco de dificultad, consiguió explicar:

—Tu boca..., sabe a uvas —, dijo con una voz avergonzada y ronca.

—El sabor a nicotina tampoco está tan mal —, manifesté sonriendo. Realmente no estaba dispuesto a dejarlo ir ni aunque tuviera sabor a alcantarilla.

—Tú odias el cigarrillo —, replicó con una ligera risa al notar su revancha y volvió a besarme hasta casi desvanecerme.

Que el camino sea infinito...


Palabras: 500

Quedó bonito. .'D 

Bueno, ya, que si lo reviso lo publicaré muchísimo después.



Verde, corriente, bar.


Quiero ser más...

¿Más qué?

No sé, simplemente... más.



Juankure Desconectado
« Respuesta #2 en: Abril 21, 2013, 09:42 pm »

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Re:Cuenta tu mini-historia!!!
« Respuesta #2 en: Abril 21, 2013, 09:42 pm »
Que buena esta tu historia .Nico, ahora dejo la mía.

Es algo ilógico que en medio de una nada verde, de pastos y pastos se levante un bar. pero aún más extraño es que ese lugar sea un sitio muy concurrido. pero no les miento así es, y llegar ahí es parte de mi misión.

La nada verde es una gran extensión de pastizales que un millonario excéntrico mantiene, son un gran numero de hectáreas, las cuales son el sueño de cualquier ganadero, pero este hombre solo las ha usado para crear el bizarro bar.

Puede parecer un lugar refinado, pero en el fondo es un antro en donde la muerte y todos sus sirvientes se dan cita, en donde se cuentan, celebran y planean los más horribles actos, es un sitio en donde las camareras son lagartos bípedos, las bailarinas nagas, arpías y féminas monstruosas.

Dar con la ubicación no fue fácil, pero aquí estoy, mi labor como aniquilador del mal, me obliga a enfrentarme a esas criaturas, pero en este momento me parece algo cruel, son tantos que no tendría oportunidad si lo hiciera físico como a mi me gusta. 

Estoy escondido en la parte trasera del bar, esperando el momento adecuado, tengo en mis manos una poderosa bomba divina, el artefacto vibra al sentir la corriente de energía que debe de purificar, tengo que calcular todo bien, si lo planeado sale bien, el 98% de esas alimañas sera destruido y podre acabar con fuerza bruta a los pocos que aguanten el primer ataque.

El tiempo parece entrar en una pausa, con el mayor sigilo del que puedo hacer uso, trepo al techo y lanzó el artefacto sagrado al centro del bar, nada estalla, nada se quema, soló un gran fulgor envuelve la zona, nada grita, nada se retuerce, la muerte les llega de la manera más piadosa, siendo una paradoja, ya que esos seres nunca son misericordiosos.

Después de atacar con el arma, sigue la diversión, de un salto entró al sitio y como era de esperarse solo tres espantos han resistido, me paso la lengua por los labios y saco mis espadas gemelas, para mi la fiesta acaba de empezar.

Numero de palabras 354.

gritos, nubes, dardos
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Mística
« Respuesta #3 en: Abril 23, 2013, 10:00 am »

Re:Cuenta tu mini-historia!!!
« Respuesta #3 en: Abril 23, 2013, 10:00 am »
Wow, que buenas hitorias.

Buena idea de continuar esto aquí, Juankure. Las extrañé cuando no las vi en minijuegos. Dejo mi minihistoria.

Corría de manera desenfrenada, sin ningún cuidado. Detrás de ella podía escuchar los terroríficos gritos de sus compañeros de aventuras. Tarde lamentó haberse internado por ese bosque maldito, porque su incredulidad les había hecho dudar de las leyendas que corrían sobre este bosque lleno de altos árboles y tupida vegetación que en este instante se le atravesaban como filosas armas blancas, cortando la piel de su rostro y brazos descubiertos. Aún sus manos sangraban ya por los cortes al apartar la espesa maleza, pero nada de eso le importaba, ni el dolor físico que le exigía agilizar sus piernas como nunca antes lo había hecho.

No, lo que a ella le importaba, era escapar de los dardos que estaban atravesándolos como si fueran tiros al blanco. Aquellos monstruos enfundados en piel humana, pero con rasgos y garras de bestia, salvajes en su más sádica naturaleza, los estaban cazando con aterrante facilidad. Moviéndose con agilidad, dando enormes saltos, caían delante de ellos y sus manos tajaban el cuerpo débil, casi paralizado por el veneno de los dardos incrustados en sus carnes y los gritos de dolor al ser destazados por  esas enormes garras, taladraba sus oídos amenazando paralizarla no por los dardos, sino por el intenso terror que así mismo hacía correr su adrenalina impeliéndola a no detenerse.

Llegó a un claro y miró al cielo suplicando con fuertes sollozos, espesa y corta respiración, una oportunidad. Una ruta de escape, pero ante ella no había más que la imperante vegetación. Tomo una ruta cuando detrás de ella se escuchó una de las bestias. Podía oler su olor fétido y su presencia era poderosa. Gimió ahogándose por la falta de aire a causa del cansancio y gritó cuando las negras nubes soltaron su lluvia trayendo con ella granizo, ahora no solo la vegetación la lastimaba, sino también los grandes granizos que se colaban a través de la cortina de ramas sobre ella. Todo estaba en su contra. Detrás, sintió a la bestia saltar, pronto caería sobre ella…

Se detuvo de pronto cuando al salir de la maleza, se encontró frente a un alto risco. Abajo, un río de turbulentas aguas corría sin que nada pudiera detenerlo. Miró la pared del risco. Muy peligroso por las enormes salientes de piedra en esta. Había dos maneras en las que moriría. En manos de la bestia o azotada contra las salientes de la pared del risco. ¿Qué era peor? Volvió a gritar cuando un dardo se incrustó en su espalda. Fue sumamente doloroso. Algo caliente corrió por sus venas ajeno a la adrenalina y la sangre. Algo como fuego que la hizo caer de rodillas, casi paralizada. Se arrastró hasta el borde del risco. Un dardo más se incrustó en su nuca. Haciendo un último esfuerzo, sujetó el borde  y se ayudó en su arrastre. Mejor morir en el aire que en manos del cruel asesino. Se lanzó y en su primer rebote con una saliente, su cuerpo se destrozó.  Llegó sin vida al río.

Total de palabras en la historia: 500

Apuesta, vino, caballos
 

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