-Si, los tuvo con la perra de una vecina.- sonrió.
-Vendieron a sus otros hermanos.
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-Si, tu también?
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-Yo igual, me da miedo que algo le pase a ella, o a Ushio.-
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Rió nuevamente, vio la puerta.
-Mama.- vio que Aris los miraba con una sonrisa.
-¡Mi ángel! Al fin me dijiste mama.- sonrió dándole un beso en el cachete.