Meian se ruborizó.
—Tienes que prometerme algo. Tienes que prometerme que de ahora en más vas a crecer y vas a superar todos tus límites y te vas a convertir en alguien totalmente poderoso, firme e irrompible — Lo abrazó del cuello y le dio un beso en los labios que comenzó siendo tímido y lo fue transformando en uno apasionado — Para que tengas un incentivo ¿Vale?
Se veía tan linda con esa expresión en su rostro. Era la misma expresión soñadora que había puesto esa vez, antes de que hicieran el amor.
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—Metete tus flores por donde no te quepa el sol.
Kanade se mantuvo con la misma expresión neutra de principio a fin. En silencio.
Kokone pasó por al lado de Kanade. Tenía que hacer el calentamiento vocal.
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Pasado un buen tiempo, Miku lo fue encantando con su dulzura natural.
Hasta que ella, alejada de toda mirada humana y de luz eléctrica , lo llevó a un claro del lugar para terminar de engatusarlo.
Alli le pidió que lo hicieran.