Sus ojos brillaban de una manera indescriptible. Parecían que cobraban vida propia con cada cosa linda que le decía. Estaban húmedos , pero no de querer llorar. Simplemente porque reflejaban su interior.
-Yo no puedo dudar de ti. Aun si algún día llegar a mentirme en algo , yo lo creeré. Pero no creo que vayas a lastimarme , nunca. Por esa razón , confío aun mucho más en ti.