Asintió. Meian , en vez de partirla con un cuchillo , la tiró encima de una tabla , rompiéndola en mil pedazos. Comenzó a comer de la sandía como si nada. No pasó mucho rato hasta que se la acabaron por completo , a excepción de un pedazo que quedaba.
-Lo último es tuyo. Por invitarme.