Sí, sí. Sutilmente perfectas.
En lo personal, soy más propensa a caer rendida bajo el hechizo de la belleza salvaje y misteriosa; una belleza que es más fácil de ignorar que de ver.
Y me parecen hermosísimas, de hecho, una clara demostración de lo que la feminidad significa, en la mayoría de veces, por dentro y fuera, pero es este hecho el que las desmorona también: no ofrecen el arrebato, la iniciativa, la locura,...; y son conceptos que añoro mucho en las personas.
Ese cambio radical de muchas mujeres, abandonando el estilo de delicadeza sin identidad para lograr ser un poco más ellas mismas en una sociedad profundamente machista y todavía lo suficientemente arraigada a tradiciones sometedoras de la voluntad, es inspirador. Naturalmente, me siento inclinada a pensar que esto las hace incluso más magníficas, con o sin kimono.
Mujeres asiáticas, latinas, europeas,...; realmente cualquiera puede reunir características de estricta feminidad e inteligencia, lo que las hace diferentes son los cánones de belleza que se han distribuido a lo largo y ancho del mundo. Lo triste es cuando alguna piensa que otra es superior por el color de su piel, la rectitud de su nariz o el tamaño de los ojos; entonces perdemos, al aceptar que todos estos personajes racistas tienen razón, porque las personas deben tener específica cosa en determinado lugar.
En lo personal, y lo digo porque me ha pasado, estoy segura que existe, palpablemente, este llamado por encima de la esteticidad consumista, en el que atrae con mucha más fuerza la mente que el cuerpo. Como dicen: 90% intelectual, 10% físico. Sinceramente, tengo una clara desconfianza hacia la gente apuesta, y sin embargo, a veces cuesta no dejarse llevar por ideas tan estimulantes salidas de éstas; la verdad, debería resolver este problema, porque el que sean de un modo u otro, puede o no tener que ver con su apariencia.
De todas maneras, ya es tiempo de que los hombres asiáticos se liberen de las ataduras de milenios y hagan un espacio para la deslumbrante expresión de lo indescifrable.
Buen tema, Ha-nee.
Adieu.