A disculpenme la demora, es que me quitaron el internet y hasta ahora me lo devolvieron jeje. Gracias a todos los que se toman la molestia de pasar a revisar esta humilde historia jeje.
7. Un cuarto para los dos
Fueron unas seis horas de camino, Kaito estaba algo cansado a la cuarta hora por lo que cambió de lugar con Gakupo, quien ya se había levantado para ese momento. La casa era un tanto más grande que la situada en el centro, apenas un par de habitaciones extra con un único baño en la planta alta, las habitaciones tenían dos camas pequeñas y una mesa de noche con lámpara como único mueble, pero el terreno que poseía era realmente extenso, ideal para actividades al aire libre o juegos. Para que no extrañaran los videojuegos, incluso, poseía sótano con algunas pantallas y consolas, sin mencionar el billar y una pequeña nevera, además de un par de peras para comodidad de los chicos.
-Ok, primero debemos acomodarnos –Fue lo primero que Meiko quiso organizar, aunque un ruidito en la cajuela arruinaría sus planes originales. Curiosa de que algo haya crujido, si ninguno había llevado cosas de vidrio o algo parecido, abrió el maletero de la camioneta encontrando además de su equipaje a… -¡Gumi, Neru, Haku, Teto, Dell ¿Qué rayos hacen aquí?! –Gritó histérica.
-Menos mal abriste, no aguanto a este fumador psicótico –Dijo Gumi saliendo del pequeño espacio como si fuera un zombi. Solo que al poner un pie en el suelo, sus lentes cayeron todo desechos -¡No, mis lentes! ¡Mis preciosos lentes… y eran nuevos! –Se puso a llorar. Eso era lo que había tronado.
-Aun no me responden, ¿Cómo rayos se colaron sin que nos diéramos cuenta? –Meiko pisoteaba el piso con los brazos cruzados, impaciente.
-Luki nos invitó –Aclaró Dell. El joven como de costumbre tenía un cigarro en la boca, su cabello gris estaba desordenado, vestía una playera de manga corta blanca y unos pantalones oscuros.
Meiko se volvió al chico de cabello rosa -¡¿Tu hiciste qué?! –Fulminó, literalmente, al muchacho con una mirada -¡¿Por qué haces las cosas sin consultarme antes?!
-Me dijiste que no me contuviera –Se excuso ayudando a Haku y Teto a salir de la cajuela –Espero no se molesten por esto.
-Al contrario, nos sentimos bien en ayudar a un amigo –Comentó Haku sonriendo. Ella vestía una sudadera café y unos jeans oscuros. Su cabello estaba atado en una cola con un moño, tan peculiar en ella.
-¿Podrían dejar los saludos para después y ayudarme? –Exclamó Teto cargando el equipaje de los chicos. La camisa gris de manga larga que le cubría hasta las manos no hacía más que estorbar, estaba sudando horriblemente a tal punto que su cabello peinado en forma de taladro se pegara a su cabeza –Esta bien que yo sea la de mayor edad, pero sigo siendo una mujer.
-Perdona Teto –Se acercaron Len y Luki a ayudarla, mientras que Kaito y Gakupo cargaban el equipaje de las chicas.
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-Bien las cosas cambian un poco con su repentina llegada –Dijo Meiko en la sala de estar de la cabaña.
Esta estaba compuesta por una alfombra multicolor estilo hippie en el centro y sobre esta una mesa con florero adornándola; tres sillones grandes alrededor de la mesa y la chimenea. Las paredes del interior tenían algunas pinturas, sobre la chimenea estaba una foto de todos los Vocaloid reunidos en la playa.
Todos tenían una taza de chocolate caliente, se había hecho de noche en un santiamén y estaba helando, cosa natural si se está a bastante altura sobre el nivel del mar. Rin y Len compartían una manta, ellos eran demasiado friolentos por lo que se mantenían pegaditos para mantener el calor; por ser pequeños y muy parecidos daban una escena adorable.
-Tenemos ocho habitaciones, somos 14 personas, así que algunos tendrán que dormir de a dos, pero yo como soy la jefa de aquí, ordeno que tendré habitación propia –Apenas dijo eso todos se la quedaron mirando queriéndole decir “aprovechada”, pero como le tenían miedo a la castaña, esa era la única forma de quejarse sin que ella se molestara o enojara realmente.
-¿Y como nos repartiremos el resto? Yo necesito un ambiente bajo cero para conservar mis helados –Dijo Kaito sonriente. Bien, eso aclaraba la duda de Luka que tenía desde hace tiempo.
-¿Pues que les parece un juego? –Sugirió la castaña tomando una taza de rompope caliente, extraño a la vista de todos. Los Vocaloid estuvieron de acuerdo con la idea –Bien, será un juego de preguntas y para estar segura de que no me mientan… -Meiko sacó una máquina que expulsaba papel y una varilla rayaba sobre esta tinta roja –Usaré esto.
-¿No estarás pensando en…? –Apresuró a decir Luka un poco nerviosa.
-Así es, si quieren dormir en las habitaciones en vez de la sala, tendrán que responder cada uno tres preguntas que a mi se me ocurran –Respondió la castaña sonriente. Le encantaba divertirse de esa forma con sus “soldados” –Agradezcan a Luki por prestarme su detector de mentiras.
-Vamos Meiko… no hay que llegar a ese extremo… ¿verdad? –Rogaba la cantante de cabello largo y rosado, mas Meiko se deleitaba en verla suplicar prácticamente.
-Bueno, supongo que puedo bajar un poco el castigo –Todos suspiraron aliviados, mas el gusto no les duró mucho al ver a la castaña sacando una máquina de toques –Si no quieren responder o me dan una respuesta que sea mentira, recibirán una fuerte descarga.
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-Bien Kaito, tu eres el primero… -Meiko se lo quedó mirando fijamente, su chico de cabello azulado no hacía más que sudar y en exagerada cantidad frente a la mesa. Él estaba conectado a la máquina de toques y el detector de mentiras mediante un par de pulseras -¿Cuándo fue el ultimo helado que te comiste?... ¿De que sabor era?... ¿Te gustaría repetir?... –Aunque fueran preguntas idiotas, para Kaito era el peor martirio de todos tener que responder eso; su cara estaba fuertemente enrojecida.
-A-ayer fue el último helado que comí –Tragó fuerte antes de contestar la siguiente pregunta, todos lo miraban extrañados –Era de… chocolate con menta –Su favorito, pero seguían sin comprender el porqué del estado de Kaito –Y… me encantaría repetirlo –Al parecer no aguantó más y se desmayó recordando la noche pasada en la habitación de la castaña. Algo muy extraño.
-Ok, ya que quieres repetir “mentita”… -Le susurró al oído solo para que él únicamente la escuchara –Kaito dormirá conmigo, sobran siete habitaciones y 12 personas –Anunció. Acomodó al de cabello azulado en un sillón y continuó, no sin antes darle un ligero beso fuera de la vista de todos –Neru tu sigues ¿Cuántas imágenes tienes en tu celular?... ¿Tienes plan tarifario?... ¿Todas las imágenes son de Len?...
-Tengo 300 imágenes –La primera pregunta fue fácil –Si, tengo plan –La segunda pan comido. Pero al escuchar la tercera, su rostro enrojeció –Pues… no en realidad –El aparato hizo sonar una chicharra y al instante Neru sintió como una gran corriente chamuscaba su cuerpo.
-Bien Neru, tendrás la habitación que está junto al baño por mentir y debo aclarar que ese baño no se ha limpiado En mucho tiempo –Meiko le pasó las llaves a la rubia, quien apenas tocó el metal sintió otra corriente mucho más leve lastimarle la mano –Ok, el siguiente será… Dell. ¿Dejaras de fumar algún día?... ¿Lo has hecho con un cigarro?... ¿Es cierto que te acostaste con Haku?
-No… No, me agotaría más rápido… Si, de otra forma no sería mi novia –Contestó tranquilamente ante la mirada avergonzada de todos, en especial de Haku.
-Aburrido, tendrás la habitación del segundo piso –Le entregó las llaves –Bien, Haku tu sigues. ¿Eres emo?... ¿Has estado bajo riesgo de hepatitis?... ¿Disfrutas con Dell de noche?
-No… Tampoco, pero puede que algún día llegue a ese extremo –Sucedió lo mismo que con Neru al escuchar la tercera pregunta, los colores se le subieron a la cabeza. Meiko sabía donde golpear –Yo, bueno… si –Respondió quedamente, Meiko y Dell agudizaron bastante el oído para oírla. La castaña trataba de aguantar la risa mientras que Dell alzó el pecho orgulloso.
-Ok, dormirás con Dell si tanto te gusta estar con él –La odiaban, era malvada, pero nadie tenía las suficientes agallas para enfrentarla –Sigue… Gumi.
-¡Dormiré en el sillón! –Se apresuró a decir. Meiko bufó, pero no replicó.
-Muy bien, entonces… Teto.
-¡Me quedó con Gumi! –La castaña alcanzó a susurrar un “aburridas”, pero igualmente no replicó.
-Al siguiente que diga que quiere dormir en el sillón lo dejaré afuera –Amenazó. Bueno, solo quedaban Miku, los gemelos Kagamine, los Kamui y Megurine; se divertiría bastante con ellos –Entonces, sigues tu, Miku. ¿Cuántos novios as tenido?... ¿Has besado a alguno?... ¿Es cierto que tuviste un sueño húmedo con Gakupo?...
-He tenido dos solamente… Si, bese a uno… -Y se repite la historia de Neru y Haku –Pues… no –Miku recibió una fuerte descarga quemándole las ropas. Gakupo miraba sorprendido a su amiga mientras que Luka la miraba de forma asesina con los ojos brillosos.
-Dormirás con Neru –Sentenció y se volvió a los rubios –Mis preciosos Kagamine, vengan con su hermana Meiko –Temerosos, los niños se sentaron frente a Meiko y se colocaron las pulseras -¿Hace cuanto tiempo que no tienen una cita?... ¿Volvieron a tomar de mis cervezas?... ¿Se aman como algo más que hermanos?
-No tenemos citas, solo salimos a jugar –No ocurrió nada –No, nosotros jamás tomamos –Sin novedad –Claro que no, ¿Quién quiere a este/a mequetrefe de aquí? –Al parecer dijeron toda la verdad. Lo chicos respondieron en coro a las interrogantes de Meiko. Sin embargo, ella no sabía que ellos habían desconectado el aparato cuando se sentaron y vuelto a conectar cuando terminaron.
-Bien, eso fue extraño. Como sea, Luka, tu sigues…
-Dormiré en el sillón –Apresuró a decir. Sin embargo Meiko tomó cartas y estaba dispuesta a cumplir su amenaza.
-Luki se amable y saca un colchón al patio, tu hermana tiene deseos de acostarse bajo las estrellas –El chico de cabello rosado no tuvo de otra mas que obedecer ante la mirada suplicante de Luka.
Momentos después de que Luki entró nuevamente a la casa, una tormenta se desató, sin embargo eso no hizo que Meiko recapacitara su decisión. Un rayo provocó que se fuera la luz, Gakupo, Gakuko y Luki se salvaron de la horrible prueba de la jefa; cada quien se fue a sus respectivas habitaciones. Bueno, no todos.
-Luki, ¿podrías quedarte con mi hermana? –Pidió el samurái con ojos de cachorro. Luki rio entre dientes ante aquella súplica casi infantil.
-Como gustes, tu hermana es atractiva –Bromeó, Gakupo iba a replicar pero fue interrumpido –Calma, se lo que quieres hacer, no le diré nada a Meiko –El cantante de cabello morado agradeció infinitamente y salió de la casa.
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-Maldita Meiko, maldito mi orgullo. Al menos me hubieran dado una sombrilla –Se quejaba Luka tratando de dormir bajo la incesante lluvia. La cobija que le habían dado no bastaba en lo más mínimo para cubrirla de las gotas de agua.
-Te vas a enfermar –Escuchó decir al instante que el goteo sobre su cabeza se detenía, alzó la mirada encontrándose con su amigo Gakupo de pie frente a ella con un paraguas en mano –Vamos, hay que evitar que Meiko nos vea, tiene vista de águila aun en las noches –Bromeó extendiéndole una mano para ayudarle a pararse.
-Gracias –Ambos entraron a la casa.
Teto y Gumi aprovecharon para colarse en las dos habitaciones restantes.
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-Lamento que tengas que usar mi ropa, si usas el baño Meiko nos mataría a ambos –Dijo el samurái de espaldas a la chica que se estaba cambiando –Y se que a lo mejor querrías dormir con Luki, pero él se quedó con Gakuko –No mintió, pero él sentía que se estaba aprovechando demasiado de la situación.
-No… no tiene ninguna importancia –Dijo colocándose una playera blanca y unos shorts –Solo no vayas a hacerme algo pervertido, yo no soy como tu hermana que se deja manosear.
-¡Jamás te haría algo como eso! –Se defendió, mas Luka estaba riendo.
-Es una broma tontito, yo se que ya no eres así –Le sonrió y se acostó con él –Ahora vamos a dormir –Se abrazó a la espalda del pelo morado. Gakupo sentía su corazón latir fuerte, tanto mas o igual que el de Luka.
-Pe… pero hay otra cama.
-Es para compensar lo mala que he sido –Susurró aferrándose aún más al cuerpo de su amigo.
Gakupo sonrió, la amaba y mucho. -Buenas noches –Y quedó dormido. Inconscientemente, después de un rato, se volteó y abrazó a ninja por la cintura.
-Te odio, por hacerme quererte más y más cada día –Con ese pensamiento en mente, Luka se rindió ante los brazos de Morfeo, o en este caso, en los brazos de Gakupo.
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