Asintió - Vale... - se sentía ridicula al no poder decir algo que valiera más, sacudió la cabeza y lo miró, volviendo a sonreír - Quieres... Ir a beber para celebrar? - bromeó.
Rió brevemente, sacudiéndose el cabello para disimular.
—Vamos, pero primero ve a buscar a aquel chico con el que estabas antes, no querrás dejarlo solo, ¿verdad?
~D
Nego y le tendio una mano - Vayamos a bailar juntos, mejor - sonrio y la jaló entre la gente de nuevo - No te podria dejar sola, aunque casi ni nos conozcamos -
Se ruborizó levemente.
—Esta bien. —aceptó, pero él ya la había llevado a la pista—. ¿Y qué tal has estado?
Los hombros de Linda se tensaron a tal punto que no sabía si iba a desmayarse allí mismo por la falta de irrigación en su nuca u otra cosa peor. En ese mismo momento le dieron ganas de salir corriendo.
—No gracias, no tomo alcohol — pronunció entrecortadamente algo, no incómoda, sino sumamente tímida y avergonzada. Para colmo su vocecita suave le daba un aire más inocente aun. Aun así, era mentira: si ella tomaba se iba a tornar una loca depresiva.
No sabía que decir, ni qué hacer ni como sentarse bien.
Arle empezó a reirse del nerviosismo de la chica.
—Pero aunque sea un poco de agua. —le acercó un vaso con hielo—. Me gusta tu voz.., es muy..., poco común y suave.
No la miró al decirle aquello, bebía de su vaso y observaba los cubitos de hielo.
-Estaba aburida, se queria ir a casa pero le dije que buscara con quien hablar y desde entonces no la he visto en la fiesta, pero aparte de eso ha estado de maravilla o eso quiere mostrarme- le dijo sin dejar de sonreir
—Ah, que bien. Ya hacia tiempo que no la veía. —Bajó la mirada, sin que se le ocurriera que decir un poco mas seria que antes.