+Creo que me inspiré...+ *o*
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Horrorizado, Kerangi calló al piso, esquivando apenas uno de los cascos del caballo. Empezó a rodar mientras que evitaba ser pateado o pisoteado por el musculoso pura sangre. Sin embargo esto no podía durar por siempre y el caballo aprovecho la media distancia para embestir al desesperado hijo del duque.
-Maldita bestia, MUERRT,EAAAOHHH!!...
La chica pensaba que se había librado cuando escuchó a Fir relinchando mientras elevaba las patas delanteras, sin embargo la verdad era otra; empezó a darse cuenta progresivamente de que eran quejidos del caballo, por el combate con el pretendiente.
La majestusa bestia galopó con fuerza hacia su dueña, pero antes de llegar se desplomó, dando un fuerte relincho. A su lado, como una sanguijuela, estaba el atacante de la princesa con su traje rasgado y ensangrentado; se notaba que había sido arrastrado y maltratado por el caballo. Estaba adherido a Fir por una daga curva enterrada hasta el fondo que, por la herida, se notaba que habia cortado más que piel del corcel que aún respiraba.
Se incorporó lentamente , arrancó la daga con fuerza, se limpió la sangre de la boca y dando unos cuantos pasos (jadeando, rengueando y quejándose de dolor) pateó con todas sus fuerzas la cabeza del caballo y la pisoteó con desprecio.
-Creo...haaa... que el amigo Fir está muerto..haa.. jeje...-
Prosiguió, con su andar de procesión y mirada enrojecida de furia, la persecución de la princesa que incrédula movia su cabeza de lado a lado y daba pasos instintivos hacia atrás.
-Sigues tú princesita...-