Estuvo tentada a echarse a correr, pero era consciente de que él la atraparía en menos de un segundo. Se colocó el suéter, era calentito y afortunadamente le quedaba un poco largo, por lo que le tapaba más.
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Jadeó en respuesta y cuando estuvo casi por completo dentro, se detuvo, dándole tiempo a adaptarse. Se mordió los labios. Kami, era tan bueno.