Mine

[yukionna-san]

vio la sombra de una persona parada en la puerta, dejo su libro a un lado, se levanto y abrió la puerta - celeste? - pregunto mirando a la chica

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Sentía su cambio de ritmo cada vez que lo llamaba, eso le parecía muy curioso.

—Ian... ¿Te excita mucho que diga tu nombre?—suspiró, cada vez se le hacía más difícil pensar con sus embestidas.

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Tomó su mano y salió del coche. Soltó un silbido.

—Wow, es una mansión—comentó mirando la gran casa.

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—Tranquilita, relájate—se inclinó para plantarle un beso en medio de la espalda, luego tomándola con más firmeza de la cintura hacía un poco de presión para que fuera bajando.

[Misha-Chan]

Asintió - Mucho... Con tu voz... Ama - murmuró, a penas podía hablar entre los jadeos - Me gusta... Mucho -

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- Bueno... En eso consiste mi familia - encogió los hombros, la guió hasta la entrada y presionó el timbre - Espero que aun no esté durmiendo... -

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Volvió a gemir... Lo sentía haciendo presión contra ella, tensó todo el cuerpo y fue bajando más... Lo estaba metiendo! - A-Amo... -

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Asintió, lo miró de arriba a abajo... Analizándolo - Me recordaría su nombre? -

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Apretó más sus piernas entorno a él.

—Ian—gemía en su oído, le gustaba mucho estimularlo de esa manera.

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—¿Es rica?—lo miró y volvió o su vista a la mansión—Supongo que no vive sola en este lugar tan grande.

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Se chopó los labios, tenía tantas ganas de alzar las caderas y terminar por metérselo de una, pero esperaría, lo haría calmadamente. Lo bueno se hacía esperar.

[Misha-Chan]

La besó de nuevo para evitar que siguiera llamándolo, no era bueno si se sentía tan ansioso, suavizó las embestidas, metiendo suave, sacando suave.

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- La familia es así - volvió a timbrar, arrugando la nariz - Vive con su madre y su hermano - al notar que aun no abrían, se inclinó y buscó bajo la alfombra de la entrada, ahí estaba la llave.

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Las manos estaban apretadas en puños, bajó más y lo sintió el dolor... Pero no mucho... Se mordió los labios de nuevo.

[yukionna-san]

se sorprendió por eso - Zeyn, no lo olvides - se corrió hacia un lado - pasa - ordeno, detestaba que olvidaran su nombre y más quien iba a ser su próxima sumisa

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Movió las caderas con más afán.

—Rápi...do—dijo contra sus labios. Sabía que le había dicho que fuera al ritmo que quisiera, pero necesitaba sentirlo más.

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—Oh, ¿eso se sigue haciendo?—preguntó divertida al verlo tomar la llave—Parece que no hay nadie.

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Dejó su cintura para posar sus manos en sus pechos, comenzando a masajearlos suavemente, necesitaba distraerla, la sentía muy tensa.

[Misha-Chan]

Le mordió la lengua, obedeciendo y aumentando el ritmo, estaba bien si terminaba pronto... Era solo la primera vez con ella. Apretó más fuerte su pecho mientras le mordía la barbilla.

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- Quizá esté durmiendo - sonrió y abrió la puerta - Oh... Y si, en mi casa también, pero es mejor que nadie más se entere... Nos roban! -

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Mandó la cabeza ligeramente para atrás, abriendo la boca para soltar suaves gemiditos. Sus manos grandes y calientes se sentían muy bien en sus pequeños pechos.

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Entró - Gracias - echó un ojo dentro con poco interés, miró de nuevo el número de Evan en su móvil y lo guardó soltando un suspiro resignado. - Tengo una serie de condiciones que me gustaría que aceptara antes de comenzar a jugar -

[yukionna-san]

cerro la puerta y se recostó en ella - te escucho - era raro que una sumisa impusiera condiciones

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Presionó más sus uñas en su espalda, gimiendo y jadeando. Dios, se sentía muy bien, sentía que podía estar así siempre.

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Rió y entró tras él, todo estaba a oscuras.

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La sentía relajarse, por lo que su pene se deslizaba más fácil. Suspiró, intentando controlarse.

[Misha-Chan]

El dolorcito que le creaban lo hicieron gruñir, mordió su cuello mientras seguía moviéndose contra ella, sentía deslizar su pene contra sus paredes...

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Buscó un interruptor y se ganó un golpe en un pie contra una mesa baja en el salón - Mierda... - gruñó.

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Cuando terminó de bajar, gimió en casi un gritito. Esperó un momento... Quería ser ella la que le diera placer... Se alzó despacio para luego bajarse, tan rápido que soltó un quejido al sentirlo golpear su interior -

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Le enseñó su dedo indice - Primero... Si mi celular suena... No importa que estemos haciendo... Nos detendremos porque deberé contestar - luego extendió su dedo corazón para mostrar un dos - Segundo... Si yo llegase a decidir... Que lo dejaré... Usted no debe acosarme -  sonrió - Eso es lo único que le pido... Amo -

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—I-Ian... Me gustas—hundió una de sus manos en su pelo, jaloneando varias de sus mechones. Sentía todo el cuerpo sudando, y su sudor ligándose con el de él.

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Soltó una risita por lo bajo.

—¿Te has hecho daño?

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—Ah—jadeó, sorprendido al sentirla moverse tan rápido. Dios, era tan estrechita que lo entoquecía. Apretó más sus pequeños pechos—. ¿Cómo estás?

[yukionna-san]

- no estoy de acuerdo con la primera -la miró con algo de burla, un sumiso ordenando ja, que gracioso - pues is te tengo amarrada seria todo un problema soltarte solo para que contestes tu celular y más si estamos follando-

[Misha-Chan]

No fue capaz de responder con más que un gruñido. Mordió más fuerte su pielecita, era obvio que a él también le gustaba.

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- Mucho - contestó, encendió la luz y miró dentro, había una revista sobre la mesa con la que se había golpeado - Hn... La estuve buscando -

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- B-Bien - jadeó - Pero es... Algo incomodo aun - respiró hondo, le gustaba sentirlo caliente bajo ella, sus manos también le gustaban... De alguna forma llegó a lamentarse porque sus senos fueran pequeños y no le gustaran a él.

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- Entonces usted podría acercarme el teléfono, estará bien hablar aunque esté gimiendo - lo miró algo más seria - De esas llamadas depende cuanto tiempo estaremos juntos -

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-infinito desprecio-

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—A-Ah... Me dejarás marcas—cerró los ojos, todo el cuerpo le temblaba, su cerebro se sentía un poco embutido.

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—¿Qué hace esto aquí?—se acercó a tomar la revista—¿Es tuya? Al parecer alguien más de tu familia está metido es esto—sonrió y la abrió para comenzar a hojearla.

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Pellizcó sus pezones.

—Estás muy apretadita... Es genial—suspiró—. Dejaré que tú comiences llevando el ritmo.

[Misha-Chan]

Lamió su cuello -No... Te gustan las marcas... A-Ama? - preguntó aun sin detenerse, aumentaba el ritmo.

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Torció la boca - Mira... Si hay alguien tachado o algo así... Esto me da mala espina - murmuró, recordaba que su revista se había extraviado desde que recibió la visita de sus primos... Era Damian o Ann?.

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- Ah... Ah... Sus manos... En... Ah - negó, debía relajarse para sentirse bien, se alzó y bajó no muy rápido, sin detenerse en esa ocasión

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—Ah...—tragó saliva, sentía la garganta seca—. Soy tu Ama... Tú... Eres quien debería...—gimió. Dios, ya no podía pensar.

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—Uh... no veo nada diferente—pasaba las páginas despacio, se detuvo en una y sus ojos se ensacharon con sorpresa—¡Pero si es Gabi!—sonrió incrédula.

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Mordió su hombro con fuerza, con la intención de dejarle una marca, mientras se pegaba más a su cuerpo.

[Misha-Chan]

Le gustaba que no pudiera ni hablar por gemir... Eso demostraba que lo estaba haciendo bien - Lo... Siento Ama... No te he... Entendido -

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Se acercó a mirar - Pero que linda es - sonrió divertido, más abajo... Lo vio - Es Ann - señaló a su prima en la revista, se mordió los labios, dónde estaría?.

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Se arqueó hacia afuera, como si su tacto quemara - Amo... Se darán cuenta en casa - gimió, no se detuvo, esperaba que le dijera que lo hacia bien... O que le diera otra orden.

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—Que yo... Tú... marcas no... Ian...—comenzaba a balbucear cosas inconexas, se arqueaba hacia él y paseaba sus uñas por toda su espalda.

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—Oh—miró a la bonita chica que él señalaba—. ¿Tu prima? ¿No parece ser muy pequeña?

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—¿Cómo?—preguntó sin entender lo que decía, tampoco es que le importaba mucho. Estaba más concentrado en la deliciosa sensación de ella moviéndose, apresando su miembro.

[Misha-Chan]

Sonrió divertido, besó de nuevo su boca y buscó gemir aproposito entre el beso - Sigo... Sin entender... Es confuso Ama... -

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- Lo es... Tiene quince - arqueó las cejas - Cómo sé quien la ha pedido? - le preguntó, no podía permitir que esa niñita...

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-No... No me marques - chilló, inclinó la cabeza hacia adelante y la dejó así mientras se esforzaba por no detenerse.