Gruñó y se dejó caer en el piso, ahora no estaba seguro sobre su elección de venderse, no le gustaba mucho que Aimée le tratara de esa forma.
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Mandó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, quedándose así un momento, estaba muy calmada y se sentía a salvo en ese momento, con su hermano más interesado en Ro, tendría más libertad.
- Hay algo que quieras hacer? -
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- No, ya me he arrepentido - le mostró la lengua y soltó su brazo, alguien llamaba a la puerta, por lo que se levantó y ando hasta allá - Es la comida! -
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Se sentó y comenzó a comer, lento, aun estaba frente a un desconocido.