Ornella asintió y mareada como estaba por el golpe de Margaret en su rostro, salió corriendo casi por su vida sin que nadie se diera cuenta, dejando atrás a sus amigos.
Mientras tanto, una carroza que era invisible, transportaba a Margaret y a los otros hacia el feudo del señor… y nadie se percató de ello, ya que esa carroza, estaba en modo “espiritual”, por lo que no podía ser percibida por nadie físico. La única que se había salvado fue Ornella.
Pronto no tardaron en venir soldados especializados , que en varios ataques conjuntos ,pudieron inmovilizar a Kedman con bastante facilidad. Y ahora irían por Bonitate.
Sin embargo , Saito ni chistó. Aunque la herida debajo de su ojo dolía un poco , era un cosquilleo a comparación de las heridas que otras veces había recibido a lo largo de su carrera como asesino a sueldo.
Tomó el brazo no transformado en origami de la chica , aumentó muchísimo la intensidad de sus llamas y la quemó.
-¿Quieres otro beso acaso?