Buenas...
Aquí dejo otro fic, si no le gustan las escenas fuertes simplemente no lo lean.-
No piensen que se trata solamente de sexo, sino muchos otros temas y cada acción tiene una razón.-
Adiós, cuidense.-
¿La venganza me liberará?
... Pensé que todo iba a cambiar, por fin había encontrado una luz en esta oscuridad llena de miseria, pero... sin darme cuenta todo se derrumbó...
Capitulo 1
Ya es bastante tarde, recién terminé mis tareas del instituto. Miro el reloj de pared, si, son las tres de la madrugada. A mi madre le dieron el turno de la noche en el hospital, ella es medico. Estoy sola, bueno no exactamente, él está en casa, probablemente en el living viendo alguna película de esas que ven los hombres.
Tengo tanto miedo, miedo a que entre en mi habitación como siempre lo hace cuando mi madre no está en casa, y me haga esas abominables cosas que acostumbra.
Siento la puerta abrirse, comienzo a temblar, escondiéndome entre las sabanas doy la espalda a la puerta, implorando a la divinidad que me salve de este sufrimiento. Escucho los seguros pasos acercarse a mi cama, levanta las tapas acostándose a mi lado, con su mano sobre mi cintura me acerca a su fibroso cuerpo haciendo chocar su erecto miembro, tras el pantalón, contra mi trasero. Lo único que hago es arquear mis cejas aguantando además del llanto la repulsión que me causaba sentir sus grandes manos tocar mi frágil cuerpo. Ubica su rostro entre mi cuello y hombro inhalando de una forma casi obsesiva el aroma a fresas de mi largo cabello.
Permanezco quieta, no quiero mover ningún músculo provocando que despierte, porque creo que duerme, no lo sé bien.
Pasó una hora, dos horas, dos horas y treinta minutos. No he quitado la vista del vidrio de la ventana observando el reflejo del reloj de pared, pensando que esta noche nada malo ocurrirá, “Solamente vino a fastidiarme quedándose dormido, no me hará nada” me repetía una y otra vez, hasta que lo sentí moverse, tensé mi cuerpo de los nervios que tenía.
Bostezó a todo volumen alzando sus brazos_ ¿No has dormido, cierto?_ me habló al oído, cerré los ojos conteniendo decir algo que lo enfade_ Hmp_ limitó a decir de una forma divertida, como un niño pequeño que está por realizar una travesura.
Guió su mano, que antes estaba en mi cintura, debajo de mi camiseta hasta uno de mis senos, masajeándolo sin control. Su otra mano la llevó hasta mi intimidad metiéndola dentro de mi pantaloncillo y bragas, junté mis piernas con desesperación, no quería sentir sus largos dedos introducirse en mi feminidad. Al percatarse de mi lucha contra sus actos bufó furioso y separó bruscamente mis piernas volviendo a meter su mano en mis bragas, introduciendo con facilidad dos de sus dedos dentro de mi lubricada vagina.
Cerré mis ojos desbordando lágrimas de dolor al sentir como aumentaba la velocidad de sus dedos y besaba mi cuello.
Me volví un cuerpo inerte sobre la cama, dejando que hiciera lo que él deseaba, igual que siempre. Me desvistió observando con su típica sonrisa como me cubría el cuerpo desnudo con mis temblorosas manos. Él se sentó sobre mis caderas rozando su miembro protegido por su bóxer con mi intimidad, agachó su medio cuerpo besando mi abdomen subiendo hasta mis senos, lamiendo y succionando mis pezones.
Solamente lloraba pero ya no como antes, ya no gritaba que se detuviera ni gemía con sus salvajes caricias. Ahora lloro en silencio, mi corazón, alma, mi ser completo se destroza en mi interior al tener su cuerpo sobre el mío.
Gracias a dios nunca me ha penetrado hasta… esta noche. Se quitó el boxer exponiendo su proporcionado miembro, ladee mi cabeza hacia la puerta arqueando las cejas con asco, al suponer lo que me obligaría hacer, sexo oral eso le fascinaba al bastardo. Agarró con brutal excitación mis hombros girando mi cuerpo, dándole la espalda a él “¿Qué querrá ahora?” pensé aterrorizada de su actuar, de repente sentí sus frías manos levantando mis caderas y separando mis nalgas, quedé apoyada en mis codos y rodillas.
Di un desgarrador grito al sentir su miembro entrar de una sola vez en mi trasero. Continué dando pequeños gritos que se ahogaban en lágrimas y en el sonido de los autos que recorrían las calles, le suplicaba que me dejara, que se detuviera porque me dolía, pero solo se reía de mis suplicas.
Terminó con su momento de entretención, como él le llamaba el torturarme sexualmente, yo permanecía tumbada en la cama mirándolo vestirse rápidamente y dirigirse a la puerta_ Ni pienses contarle a alguien_ abrió la puerta girándose hacia mí, sujetando la perilla_ sabes que nadie te creerá nada, ni siquiera tu madre_ sonrió de medio lado mirándome pervertidamente_ ella me ama y con lo que inventaste de su otra pareja mucho menos confiara en tus palabras_ arquee las cejas con una gran mezcla de sentimientos, él volvió a sonreírme_ adiós Sakurita_ salió de mi cuarto y rompí en llanto al instante.
Me mantuve inmóvil unos minutos en posición fetal, así acostumbraba acostarme, mi cuerpo estaba muerto sin ninguna sensación, ladee mi cabeza al reloj de pared “Tengo que ir al instituto” susurré sin energías intentando levantarme de la cama, no pude, sentí una profunda punzada y ardor en mi trasero, llevé una de mis manos a el, aparte de semen tenía residuos de sangre, la mano frente a mi rostro comenzó a temblar me espanté demasiado.
Escuche a Tsunade, mi madre, entrar a la casa hablando enérgicamente como siempre, diciendo que nos despertáramos. Ya eran las seis y media de la mañana, ignorando el dolor no solo corporal sino emocional, me levanté de la cama encerrándome en el baño.
Abrí al máximo la llave de la regadera, necesitaba deshacerme de esta maldita sensación de suciedad, la humillación que él depositaba cada vez que me tocaba.
“Destruiste mi adolescencia, mi cuerpo, mi vida”_ di un puñetazo al azulejo_ “No te imaginas cuanto te desprecio, algún día pagarás todo lo que me has hecho”_ es tanta la ira que apreté mi mandíbula con tal fuerza que pensé que trituraría mis dientes_ “Te odio… ¡Te odio Noshi Madara!”
Bajé a la cocina únicamente para saludar a mi madre, ella tiene 36 años, me tuvo a los 19 años de edad. Nunca conocí al señor que aportó el espermio porque padre no fue ya que abandonó a mi madre apenas nací, el muy cobarde se marchó del país.
Los encontré, a Madara y a mi madre, abrazados besándose fogosamente, cosa que me provocó nauseas. Moví una de las sillas del sencillo comedor de cocina, interrumpiendo su escena romántica.
Lo empujó a un lado_ ¡Sakura, hija!_ exclamó exaltada llevándose una mano a su boca_ Acompañémosla a desayunar_ jaló al miserable del brazo derecho ubicándose en la mesa_ ¿Cómo amaneciste? Te noto cansada_ me observó con una radiante sonrisa.
Bien, no te preocupes_ forcé una sonrisa y agarré el tazón de café viendo el vapor flotando, ella no prestó mas importancia a mi estado. Me pregunto ¿A caso no verá mi postura, el cambio en mi vestimenta y sobre todo en mi carácter? Pegué un salto en la silla al sentir la mano del asqueroso hombre frente a mí tocando mis piernas por debajo de la mesa, ambos me observaron_ Se me hace tarde, debo irme lo siento_ agarré mi bolso y me esfume de casa.
“Tres cuadras y llego al Instituto”_ no aguanto mas el dolor, mi cuerpo entero pesa una tonelada este día pero aún así debo llegar temprano. Solo faltan tres meses y saldré del instituto, es lo que mas ansío, escapar de casa y olvidar, o al menos tratar, todo lo ocurrido estos casi cuatro últimos años_ Dos cuadras y se acaba el martirio_ giré mi cuerpo hacia atrás metiendo mi mano derecha en el bolso para sacar la mini katana que Gaara me regaló el año pasado_ ¡Hinata!_ exclamé aún mas espantada que mi amiga_ Lo siento_ suspiré aliviada de no haberla dañado_ ¡No vuelvas a asustarme de esa manera!_ cerré el broche de mi bolso y arreglé mi chaqueta.
Por fin relajaba la expresión de su rostro_ ¡Tonta!_ me golpeo la frente con la palma derecha_ Te venía gritando desde dos cuadras atrás_ ladeo su rostro en espera de una respuesta que no le di porque revisaba mi reproductor de música.
Apoyó sus manos sobre sus rodillas_ Hinata-chan_ jadeaba de cansancio, seguramente la siguió corriendo_ ¿Por qué arrancaste sin decir nada?_ sí, si lo hizo.
Lo observé detenidamente, su piel tostada, sus ojos azules como el mar y su cabellera rubia como el sol. Recordé que Hinata me había contado hace unos dos meses, que él le pidió ser su pareja. Se aman hace años, las miradas no mienten, bueno eso creo_ Naruto Uzumaki, ¿cierto?_ le miré sonriente.
Se irguió entregando su mano izquierda_ Así es, contigo comparto algunas clases, ¿verdad?_ me sonrió ampliamente, asentí con la cabeza estrechando su mano_ Sakura Haruno, la matea de su curso_ rascó su nuca al percatarse del cambio radical de la expresión de mi rostro. Enfurecí, odio que siempre me digan eso, es evidente que envidian mi inteligencia, eso es todo.
Sakura-chan tranquilízate_ me agarró del brazo derecho pero me zafe de sus manos. A ella no le agradan las peleas, a mí tampoco pero no dejaré que un chico al cual apenas conozco se burle de mi persona.
Corrí la mirada hacia un chico de alborotada cabellera azabache que se acercaba a nosotros_ Hey imbécil_ jaló a Naruto del cuello de la camisa llevándoselo con él_ Hoy tenemos clases con el profesor nuevo_ ni siquiera saludó, aunque era de esperarse del “popular” chico nuevo, no sé su nombre y no me importa saberlo.
Bueno, debo admitir que la primera vez que lo vi caminando por los pasillos del instituto llamó mi atención, pero al percibir sus aires de grandeza se convirtió en otra escoria de persona para mí.
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Tema: ¿La venganza me liberará? SasuSaku GaaSaku Hentai (Leído 16846 veces)