Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen.Advertencias: Lenguaje soez.
—Bla bla— Diálogos.
—
Bla bla— Pensamientos.
ROJO ETERNO
Capítulo II/III
¿
Cómo pudo permitir qué volviera a pasar?
Conocía la respuesta, volver a caer era el amar de olvidar… Un intento de ahogar aquel sentimiento que avergonzaba su orgullo.
Era tan tonta... ¿Cómo pudo ser tan ridícula? ¿Acaso no se tenía amor propio?
—¡Te odio, Sasuke!
Sí, odiaba a ese maldito hijo de puta, y en ese momento más que nunca.
—Me odias, pero de igual manera gritaste mi nombre.
Lo ignoró.
¿Qué más podía hacer?
Nada. Si lo hacía, sólo lograría irritarla, y no le daría ese lujo. No a él.
Obvió la penetrante mirada que inhibía su capacidad de articular palabra alguna y continuó acomodando sus ropas para ocultar su desnudez.
Mientras se vestía, pensaba en lo encomendado por Tsunade.
...
—Sakura, debes hacerlo.
Miró Tsunade con ojos desesperados. No quería hacerlo.
—Pero…
—No hay peros. Debes hacerlo, por el bien de Konoha.
—Lo sé, pero, ¿por qué, yo? — sabía la respuesta, mas no quería afrontarla.
—Sabes muy bien el porqué. Sasuke es vulnerable frente a ti, y no lo niegues, yo sé lo que ha pasado entre ustedes dos.
Tenía razón, él era vulnerable frente a ella. Y bueno, estaba más que claro que la Hokage sabía que ella y él…
—No quiero hacerlo.
—Es una orden Sakura. No te lo estoy pidiendo… ¡Eres un ninja!
Sí, la rubia estaba en lo cierto. Era por eso mismo que debía privarse de sentimientos.
—Pero no quiero hacerlo.
—¡Lo harás de todas maneras!
Cerró sus ojos frente a aquel estridente grito que bien se merecía, después de todo ella era una kunoichi.
Se guardó una respuesta inmediata. Kami… no quería hacerlo.
—Es por tú aldea. ¡Maldita sea!
—Está bien…—susurró dando media vuelta, y saliendo de aquel lugar, cabizbaja.
Todo fuera por el bien de su nación y su propio bien. Era su condena....
Sakura sabía que debía cumplir con lo impartido independiente de sus sentimientos, después de todo ella era un arma de defensa innegable, por tanto, no había retracción para lo que estaba por hacer, aunque en el fondo de su ser no quería ser partícipe del daño que repercutiría inevitablemente en ella.
Era una herida con consecuencias devastadoras, tanto para ella como para él.
¡Condenar! ¿Qué más podía hacer? ¿Qué más, si fue lo que ella eligió?
Suspiró al momento que terminaba ya de arroparse. La dedicó una mirada despectiva al azabache por el rabillo del ojo, y la desvió casi al instante cuando él le sonrió invicto.
—
¡Te odio, te odio, te odio! —. Oh, sí que lo odiaba, pero así mismo como lo odiaba, lo amaba sin fin.
Eran ilógicos los sentimientos, sus propios sentimientos más de lo esperado… ¡Kami! ¿Cómo podía ser tan idiota y caer por tan hermosa arrogancia que le despellejaba el cuerpo?
Ah, claro, se olvidaba, el traidor era la fuente de su vulnerabilidad.
Sacudió la cabeza, ya no quería pensar más en él. Le hacía mal, dañaba su razón.
—¿Me matarás?
Volteó a hacerle frente.
Sí, estaba decidida. Lo mataría, ya era tiempo de terminar con la atormentada agonía vacilante de su cuerpo.
—Lo haré. — Pronunció lo más segura de sí misma posible, aunque le fue irrealizable no sonar dubitativa.
—Entonces mátame —él le extendió su katana; espada Chokuto.
Sintió la garganta seca, obstruida e irritada por el acecho de aquellas palabras tan decididas, y más aún por su acción.
Era juiciosa respecto a sus intenciones, sabía que él lo hacía para encararle la debilidad que emanaban sus ojos.
Recibió la katana con manos temblorosas, que no pasaron desapercibidas por el Uchiha. Sin embargo, para su fortuna, el vengador no se había burlado.
La rodeó fuertemente con sus dedos y la extendió hacia la altura de la yugular del traidor. Sintió la carne pulsátil en directo contacto con la hoja afilada.
Si irrumpía en esa zona, le cortaría la carótida. Y sólo bastarían minutos para que muriera desangrado. Sin embargo, pensándolo mejor, la mejor opción era dañar los grandes vasos. Una buena y fatal herida limpia en ese lugar, sería más simple y mortal. Sólo tenía que atravesar la arteria pulmonar, quizás parte de la aorta y sería todo.
Dirigió el arma hacia el pecho del azabache.
—¿Lo harás o no?
Parpadeó un par de veces por aquel frío tono de voz, de inmediato miró el rostro apacible del Uchiha.
Lo iba a hacer, lo iba a hacer, lo iba a hacer, lo iba a matar… ¡MIERDA!
Desvió la mirada hacia un punto inexistente.
—Como lo suponía, no eres capaz.
Al escuchar el murmullo acusador, soltó la katana, dejándola caer sonoramente al suelo.
Se quedó inmóvil. Toda la seguridad, todo lo que tenía resguardado para crearle valor, se había esfumado dando paso a la inconsistencia de su determinación.
No pudo hacerlo, no podía hacerlo.
Los brazos le temblaron por la fuerza reprimida dentro de sus venas. El frenesí de la ira bombeaba sin cansancio.
—
¡ERES UNA IDIOTA! —se regañó a sí misma, tratando de controlar la violencia brutal que despedía en cada respiración.
—Eres domable, mi cerezo, jamás podrás matarme —le refregó en el rostro, acercándose a ella, y una vez que estuvo al frente, le acarició la mejilla con suavidad.
—¡Te odio! —gritó propiciándole una fuerte bofetada, que posiblemente dejaría cómo secuelas, la huella de su mano y una coloración rojiza por el golpe desmedido.
Antes de darle paso a replica, corrió.
Necesitaba huir de ahí, necesitaba con urgencia desahogar la impotencia que sentía hacia el bastardo, que le consumía las energías de manera patética.
No iba a llorar, no lo iba a hacer, pese a la picazón insistente en sus esmeraldas, pese a la neblina en sus ojos. No lo iba a hacer, ya había demostrado mucho su debilidad como para fracasar nuevamente.
Corrió lo más rápido que le permitieron sus piernas. Aunque luego de fascinante orgasmo, las fuerzas las había perdido.
Pero no se rindió, no lo haría. No ahora que Sasuke la estaba siguiendo. No lo permitiría, no…
¡Maldita sea! El idiota bastardo estaba ahí, a unos cuantos metros de ella mirándola con expresión ganadora.
Detuvo el paso, e inhaló y exhaló profundo.
Pronto, él se acercó lentamente hacia donde estaba detenida. Era capaz de ver a través de su rostro estoico, sin expresión aparente, que disfrutaba de la reacción que ella reflejaba. Lo sabía, pues sus pupilas siempre eran capaces de revelar su estado.
Apretó con fuerzas los puños cuando él frenó el paso a sólo un escaso metro de ella.
Sasuke implantó una sonrisa de goce en entre los labios, que sólo provocó que la sangre de Sakura hirviera. Sí, él la estaba haciendo perder la paciencia. Se estaba burlando de ella, el muy bastardo…
—¡Por qué mierda no te vas! — le gritó exasperada. Se estaba dando por subyugada. No podía vencerlo, a menos que él no opusiera resistencia y ella tuviera las agallas suficientes como para hacerlo, no obstante la vez pasada no pudo pese a la resonancia de su orgullo herido.
Si Sasuke era consciente de que Sakura le haría daño, entonces… ¿Por qué seguía ahí? ¿Por qué no aprovechaba la oportunidad de su propia incompetencia y se largaba de una buena vez? ¿Por qué no se iba y la dejaba en paz?
A esas alturas le daba igual si cumplía o no con la misión, eso ni siquiera le importaba. ¡Joder! Lo único que quería era que él se mantuviera alejado de ella, pues la cercanía le dañaba el alma y la racionabilidad.
Y ya… simplemente ya no podía seguir luchando contra eso. Ya no más.
—¡Vete, maldita sea! ¡VETE! —gritó una vez más, con toda la capacidad residual que pudo explosar.
Refrenó las lágrimas y lo iba a hacer hasta el final. No lloraría, no frente a él. Porque aún después de que se diese por vencida, no podía permitir rezagar su orgullo, su dignidad. Como mujer, como kunoichi, como ninja, al menos debía conseguir salir con el honor intacto. Lo demás, daba igual, después de todo el fracaso era un derecho ineludible.
—¿Por qué tan agresiva? —le preguntó con timbre de implacable inocencia.
Cuán irónico.
Sakura frunció los labios y lo miró directamente a los ojos. ¿Acaso se estaba burlando de ella una vez más?
—¡Cállate!
—Mi cerezo… estoy perdiendo la paciencia.
Lo miró incrédula. ¿La paciencia? Si ella era quien quería matarlo, no era al revés. ¿De qué demonios estaba hablando ese imbécil?
—¿De qué hablas, idiota?
Él le dedicó una sonrisa de medio lado, obviamente impregnada de ironía.
—¿No lo vas a hacer?
Fue ahí cuando comprendió. Él hablaba, mejor dicho le insinuaba un desafío, y ése era acabar con él.
Le estaba recalcando cuál era su misión, su miserable enflaquecimiento que le dañaba la psique.
¿Por qué lo hacía el idiota? ¿Por qué no se iba y ya? ¿Para qué mierda continuaba con lo mismo? Si sabía que él era el dominador absoluto de su alma, el aire de su sistema, el latir de su corazón, y ya no podía desafiar la verdad. Él, ya ha sido todo y lo sabía.
—Vete… —murmuró ya sin fuerzas, desviando la mirada.
Estaba tirando todo por la borda. ¿Qué más daba? Nada, absolutamente nada. Ni siquiera el peso de su dignidad podía contra ello.
De pronto, en veloces segundos, de los cuales Sakura no fue consciente, Sasuke se posicionó frente a ella, sin espacio entre sus cuerpos. Alzó la mirada para fijar las pupilas en las de él.
Sin poder hacer nada, sin poder resistirse Sasuke la besó, lenta y pausadamente. No pudo no dejar de corresponder, por lo que coordinó el movimiento de sus labios con los suyos, fundiéndose en uno solo. Rítmico, encajando a la perfección.
Sintió cada célula de su cuerpo estremecerse, cada espacio de su piel erizarse en propagación adyacente en cada tejido, revolviéndole las emociones. Su cuerpo, inevitablemente, actuaba por si solo, no obstante, su mente gritaba podar lo falso de las caricias, borrar lo quebrantable de cada palpitar resonante en su pecho.
Tembló por el respiro dulce de su boca, por el roce sumiso que la estaba llevando a vagar en él.
Aunque lo implorara, estaba cayendo en su red.
El le tironeó el labio inferior con suavidad antes de separarse de ella. Aún con ambos ojos cerrados, trató de regular su respiración. Sasuke la había dejado sin aliento…
Lento abrió los párpados y contempló la mirada ónice fijada en ella. Se quedaron en silencio unos instantes antes de que él rompiera el silencio.
—¿Lo harás?
Se perdió unos segundos en ese cielo oscuro mientras procesaba las palabras.
¿Lo decía en serio?
—
Es por el bien de tu aldea. ¡Maldita sea!Esas palabras de Tsunade le hicieron eco en la cabeza. Su aldea… por un bien...
—¿Lo harás o no? —le repitió buscando respuesta.
Viró la mirada unos segundos. Pese a su ética como shinobi, como protectora hacia su aldea, la sangre viajando frenética por sus venas se encargaba de hacerla vacilar.
¿Y cómo no? Si se trataba de la persona que amaba.
Se mordió el labio inferior repetitivas veces en señal de nerviosismo.
En ese momento, él tomó el mentón y la obligó a que sus pupilas se contactaran. Fue ahí, en un efímero segundo, en cual vislumbró un extraño, pero precioso brillo en esos ojos ónix, un brillo particular, inexpugnable e incandescente que la hizo ver más allá de lo que podría ver alguien ajeno.
No fueron necesarias las palabras. Aquella luz bañando su oscuridad fue determinante y segura.
Fue capaz de descubrirlo con sólo eso. La luz trasmitía, un signo de… un signo de…
Se quedó inmóvil, sin ser capaz de mover un sólo músculo.
El corazón se le desgarró de tal manera, que las pulsaciones aceleradas sólo aumentaban el dolor que la estaba embargando sin compasión, el dolor la estaba haciendo sufrir como nunca antes en la vida.
Se estaba ahogando en agonía, mientras su alma lloraba lágrimas de sangre.
La aflicción se apoderó de su ser y la inseguridad se reflejó en el cristalizado de sus ojos jade, mientras que la permanente emoción marchitó su existencia, opacando la capacidad de creer que la emisión que divulgaban sus ojos era posible.
Se negaba a creerlo… No podía ser cierto, no debía ser así. ¡No, no, no y no!
Sin embargo, ésa era la dura realidad que la esperaba.
Pese al nudo en la garganta que le imposibilitaba el paso del aire, logró susurrar en un hilo de voz despedazado, aquel nombre culpable de todo mal.
—Sasuke…
Continuará...
Oh, ¿qué habrá descubierto Sakura? Ni idea xD Nah, eh... espero que les haya gustado. Les agradezco enormemente sus comentarios, así que gracias, en serio. Es bueno saber que les gusta mi humilde historia.
Agradezco especialmente a;
nanase, Greenie, Renesme, Dizz, Osaki Ivii, Mk Terryus.Ahora, aclarando ciertas cosas, este fic lo escribí por el simple hecho de demostrarme a mí misma que podía escribir algo decente de un personaje que es de mi completo desagrado, aquí incluyo tanto a Sakura como Sasuke. Lo hice para determinar que puedo hacerlo independiente de éstos, y al final resultó... Aunque no es un fic alegre o algo así.
El próximo capítulo es el final, luego sigue un epílogo. Espero que les guste.
Saludos a todos y mucha suerte. ¡Besitos!