Debemos amarnos a nosotros mismos en el sentido de cuidar de nosotros, respetarnos, estar conscientes de lo que valemos. A fin de poder hacer esto tenemos que estar a la altura de lo que sabemos que es justo, a la altura de lo que nuestra conciencia sensitiva y debidamente entrenada espera de nosotros. Si fallamos nos disgustamos con nosotros mismos y nos sentimos culpables y responsables. Debido a que no nos complace esta situación, tratamos de echar esta culpa a otros, y esto deteriora nuestra relación con otros.
Pero, en el caso de las personas cuya conciencia no está totalmente insensible, la culpa no se disuelve de este modo. Podemos tratar de hacerlo, pero no nos engañamos a nosotros mismos, y nuestro propio disgusto interior impide que amemos a otros.
Me voy.
Hasta la vista IN