—No todo es un asco. —comentó columpiando las piernas que colgaban—: Fijate, por ejemplo, estos dulces que me dio Ozura son muy buenos y..., también este dibujo que hice ¿no es bonito? —dijo con una sonrisa, abriendo la libreta y mostrando un dibujo de un conejo sobre la hierva, con sus orejas atentas a cualquier sonido, con sombras bien definidas.