Capitulo 1
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-Sa-su-ke. -decía entre gemidos, mientras el interpelado aumentaba el ritmo de sus embestidas.
Sus cuerpos se perdían en aquel mar de sensaciones, Sasuke inclino la cabeza y la beso al tiempo que le sujetaba las muñecas y las levanto hasta quedar a los lados de la cabeza.
-No es justo. -susurro ella contra sus labios -. Eres mas fuerte que yo.
El curvo levemente sus labios cuando estos se despegaron buscando aliento. Ambos estaban perdidos en un torbellino de placeres cuando sintieron la vibración de un trueno que retumbo en cada nervio de su cuerpo. Ella arqueo la espalda y se entregaba a aquel clímax destructivo.
Grito.
El la sujeto de las nalgas y la penetro profundamente al tiempo que le cubría la boca con la suya, devorándola.
-Hinata -le susurro al oído. Esas palabras suaves la hicieron llegar una vez mas al clímax.
Cuando volvió en si, la piel de él estaba húmeda y su cuerpo tenso de deseo sobre el cuerpo de Hinata.
Era un amante fuerte y generoso.
-Otra vez. -dijo.
Ella solo tubo tiempo de sonreír, voltear y quedar finalmente ella arriba y besarlo como si de caramelos se tratasen sus labios.
Fuera del departamento retumbo un trueno y, dentro, ella hizo lo que le pedía. Y, esta vez, él la siguió.
El tiempo transcurrido mientras quedaban inmóviles, con los cuerpos entrelazados, con él todavía enterrado en su interior.
Apretó los labios contra aquel tonificado pecho de su amante mientras le acariciaba con las palmas de las manos.
Finalmente debieron separarse.
-Voy a tomar una ducha .
-Estas en tu casa, Hinata.
Se dirigió al baño.
Giro el gripo de agua fría y se coloco debajo sin importarle aquel choque de temperaturas. Dejo que el agua la calmara y recorriera cada parte de su cuerpo, y esta sea capaz de borrar cada caricia y beso.
Sasuke, al contrario, aun acostado en la cama con las manos tras la nuca y los ojos cerrados. Dejaba sus pensamientos volar, envolviéndose lentamente en un mundo de sueños que pronto seria gobernado por Morfeo.
Abrió sus ojos lentamente y vio a través de su ventana, que la lluvia se había vuelto sumisa, pero uno que otro relámpago aun se hacia ver.
Se fijo en sus paredes, blancas y vacías, y en su mobiliario. Se consideraba así mismo un minimalista, no necesitaba una habitación abarrotada de chatarra y basura que únicamente ocupara espacio. Casi toda la casa era así. Sus muebles podrías ser escasos, pero todos ellos eran siempre los últimos modelos salidos de los mercados, siempre entre el negro, gris y plateado; haciendo contraste con sus paredes blancas.
Se sentía frio al entrar. Pero su departamento solo era un reflejo de su carácter.
-¡Sasuke! -llamo Hinata desde el baño.
La voz de Hinata interrumpió el flujo de pensamientos de interpelado.
-Necesito me pases la toalla. -añadió la misma.
-Ven búscala tu, como dije, estas en tu casa -dijo burlándose Sasuke.
Hinata dudo entre salir o esperar, pero mentalmente igual se imaginaba matando a Sasuke. Tomo toda la voluntad que poseía en ese momento, y corrió en puntapiés hasta una silla que se encontraba en la esquina de la habitación. Cuando a punto de taparse estuvo, un conocido timbre comenzó a sonar.
Olvido la toalla y busco su móvil con la vista. Corrió una vez mas en puntapiés hasta la mesita de noche que se encontraba al lado de la cama. Vio el nombre que marcaba la pantalla y sonrió ampliamente.
A Sasuke le llamo la atención la reacción de Hinata y se acerco curiosamente.
Al mismo tiempo que atendía se sentaba al borde de la cama.
-¡Hola! -prácticamente grito - Si, estoy con él… aguarda -Dirigió la vista hacia un Sasuke expectante y sin retirar el móvil le dijo - Solo quiere decirte que eres un idiota -añadió.
-Lo mismo digo yo.
-Te devuelve el insulto -apenas termino la frase y carcajeo- ¿Ahora?... Hace meses espero que esa película finalmente este en cartelera - sonrió una vez mas - Te veo ahí… Yo también -añadió mientras bajaba el móvil
Llevo el móvil al pecho, agacho la cabeza y sonrió de nuevo.
-¿Algo que no me has contado? -dijo Sasuke curioso.
No recibió respuesta inmediata, ella lo miro sonriente, se acomodo frente a el, como cuando eran pequeños y debían contarse ''súper'' secretos.
-Se llama Gaara -dijo emocionada. Sasuke la siguió mirando, incrédulo - Del desierto -añadió.
Él la vio sorprendido. El apellido le sonaba, no estaba seguro de donde lo había oído.
-Lo se, debí contártelo antes -dijo al notar que él no le respondía- No estaba segura, sin mencionar que estar con el me hace sentirme bien y olvido lo demás -se callo por unos segundos y al ver que Sasuke esperaba que continuase lo hizo - Esta en la Universidad; fue Neji, mi hermano, quien nos presento.
-Pero si no te he reprochado nada -dijo frunciendo el ceño- ¿Y que sucedió con tu amado Kiba, el veterinario? -añadió maliciosamente.
-Creí que no te caía bien -respondió confusa - Además eras alérgico a la saliva del perro que me regalo -añadió
Sasuke simulo estar triste y limpiarse lagrimas ante la aparente amarga situación.
-Que pena, tenia un trasero de infarto -añadió riéndose a carcajadas.
No pudo evitar sonreír ante el ultimo comentario y le siguió la corriente, también simulando tristeza.
No pasaron ni dos minutos para que Hinata estuviese totalmente vestida y preparada para ir a la dichosa ''cita'' que tenia. Beso la frente de aquel amigo de infancia y se quedo parada frente a la puerta de su habitación mirando a Sasuke fijamente.
Tardo unos segundos en descifrar la mirada de la chica y bufo molesto.
-Eres una maldita supersticiosa -dijo, a lo que ella sonreía victoriosa.
Se levanto lenta y forzosamente de la cama, ni siquiera se molesto en ponerse algo sobre aquel cuerpo desnudo, un cuerpo que la chica conocía muy bien, y fue hasta ella; no sin antes hacerle una mueca.
Atravesaron aquel pasillo a oscuras que conectaba su dormitorio con la habitación principal de departamento. Las paredes blancas y vacías a veces perturbaban a la chica, por que dejaban un frio ambiente. La sala era su parte preferida, ella había convencido a Sasuke para que le dejara diseñar su aspecto, que a diferencia de todo lo que había en su departamento, dejaba una sensación de calidez con sus colores vivaces y muebles divertidos. El sofá rojo, que por cierto lo habían cambiado varias veces por que lo ensuciaban, y la alfombra verde lima eran sus piezas preferidas.
-Ahora puedes sentirte bien -dijo Sasuke fastidiado, cuando abrió la puerta de entrada.
Hinata solo le envió un beso burlándose y puso ambos pies ya fuera del departamento. Luego, con toda la ternura que podría existir le sonrió y coloco una de sus manos en el rostro de el.
-No hagas nada estúpido -dijo y le dio un beso en la frente - Cuídate.
-Ya sabes lo que digo… pórtate mal y cuídate bien -dijo Sasuke y sonrió.
Ella sonrió una vez mas, se volteo y se dirigió hacia el elevador que se encontraba a unos metros. Sasuke no despego la mirada de su espalda, no hasta que desaparición en las puertas del elevador, fue entonces cuando volvió a sentirse solo. Justo antes que entrara a su departamento con la cabeza gacha el sonido de una puerta rompió todo hilo de pensamientos y sonrió.
Una figura femenina se hizo ver en la puerta de enfrente, dejándola sorprendida.
-Karin, ¿Te gustaría una taza de azúcar acaso? -le pregunto Sasuke sonriendo atrevidamente.
Karin sonrió y entendió que es lo que realmente le estaba pidiendo su vecino.
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Caminaba lentamente por aquella desolada avenida, después de la lluvia, muchas personas corrieron buscando refugio, dejando a la cuidad sin mucho movimiento, al menos, no el acostumbrado.
La apariencia grisácea de la cuidad dejaba un sentimiento de frialdad muy palpable; las personas que caminaban a su lado, iban como hechizadas, condenadas a ser robots que nunca pudieran opinar realmente; en que momento durante nuestra vida nos convertimos en seres, porque humanos ya no lo somos, seres que olvidan sus propósitos y buscan bienes que de nada terminan sirviendo. ¿Podría ser esa la razón por la que el vivía sin muchos lujos, lujos que podría permitírselos hasta mil veces?
Solo vivía para el hoy. Si hoy quería ir a Grecia, lo hacia; si hoy quería probar aquel nuevo restaurante que se abrió en los limites de la cuida, lo hacia y punto.
Muchos lo consideraban impulsivo, pero el se describía a si mismo como una persona que quería ser capaz de experimentar la vida a cada momento, dejándose llevar por lo que sentía y deseaba.
La vio en la distancia y no pudo evitar sonreír e interrumpir sus pensamientos.
A ella.
A ella la quería en ese momento.
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Espero les guste
Saludos